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NACIONALES

Intervención a los órganos autónomos

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Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //

En ataque se encuentran los organismos públicos y autónomos que al país le brindan dos de las luchas ineludibles en la sociedad mexicana y su clase política, el acceso a la información pública y el combate a la corrupción.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) se mantiene paralizado, existe resistencia del gobierno federal del Presidente Andrés Manuel López Obrador a que dicho Instituto continúe su labor de garantizar y proteger la información en el país, fue una lucha de varias décadas conseguir que el acceso a la información pública y la transparencia gubernamental, se hicieran realidad en un país indiscutiblemente opaco en materia gubernamental.

Actualmente dicho instituto garantiza el derecho a saber, forma congruencia y definición en los gobiernos en turno respecto del uso de la información pública, la protección de datos personales y archivos, como una de las mejores herramientas con las que cuenta el ciudadano, la oposición y diversos sectores no gubernamentales, para acreditar los actos y acciones de gobierno como transparentes y congruentes como lo defienden los mismos gobiernos al promocionar su ejercicio público.

Permite que se validen los gobiernos, partícipes de prácticas abiertas, transparentes y buen gobierno a los ciudadanos, mediante el acceso a la información pública, invalidando la opacidad, pues esta es indicador de deficiencias y corrupción.

El INAI, es el organismo constitucional autónomo que tutela el derecho de acceso de la información pública a favor de todos aquellos ciudadanos que, de forma libre ejercen su derecho de saber ¿cómo?, ¿cuándo?, y ¿en qué?, se utilizan o utilizaron recursos materiales, humanos, económicos y estructurales para llevar a cabo tareas gubernamentales, permite conocer de los mismos entes públicos, la información para fundar criterios y establecer cualquier tipo de actuares sociales en relación con la información pública que debe proporcionar el sujeto obligado requerido; los organismos públicos autónomos del país, en las últimas dos décadas han logrado permear la opacidad del poder público y entregando certeza a los ciudadanos de la garantía de la información pública del que gobierna, han destapado grandes escándalos de corrupción y forjado en el país una forma distinta de percibir los gobiernos, bajo el esquema de absoluta rendición de cuentas.

Los organismos públicos autónomos, que hoy provocan en el gobierno federal desagrado y evidente intranquilidad, debido a que los gobiernos centralistas no se pueden permitir ser visualizados de una manera tan abierta, pues el tutelar la transparencia y el derecho a saber, crea crítica social, evidencia la toma y control de cotos de poder al interior de la administración pública, imposibilita el camino a los actos de corrupción, pero sobre todo mantiene una democracia participativa de la sociedad y eso es un gran problema para quienes buscan poder absoluto en el país, sin duda si esta nueva lucha en contra de instituciones base de nuestra actual democracia, la ganará el poder ejecutivo federal, sería un retroceso de aproximadamente 20 años que no concuerda con lo que el presidente critica de la supuesta mafia de poder.

Lo mismo pasa con el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), otra piedra en zapato de nuestro actual gobierno federal, el sistema anticorrupción permite la democratización de las políticas públicas, bajo el concepto de combate a la corrupción y admite alinear acuerdos de entes públicos y sociedad civil, con el claro objeto de garantizar que en el país, se gobierne de cara a la sociedad y de manera colegiada en el tema de la lucha anticorrupción, se tomen decisiones que esquematizadas en políticas públicas y buenas acciones de gobierno, impidan el paso de la corrupción a los entes públicos, uno de los últimos bastiones instaurados para fortalecer el andamiaje de las forzosas luchas para la democratización del país.

La intervención a los organismos públicos autónomos, no puede consolidarse ni al interior de estos con grupos de poder para lograr minarlos, ni al exterior bajo un concepto de extinción como en este momento lo observamos del gobierno federal; las luchas por la tutela de los derechos y las garantías de su ejercicio fueron batallas ganadas por coherencia social y gubernamental, deben ser defendidas porque abonan al estado de derecho, la democracia y a la participación social, promueven sin dudar la injerencia de la ciudadanía participativa en la vida democrática del país; la realidad de México en este sexenio que está por terminar, no nos debe dejar bajar la guardia ni ceder la intervención social ya conquistada a ningún gobierno, seguimos con grandes trabas en el combate a la corrupción, las garantías del derecho a saber y la protección a los derechos humanos, salvaguardar lo alcanzado y marcar el paso de los gobiernos, para lo que realmente les corresponde ser, servicio y función pública eficiente.

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ENTREVISTAS

Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

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Por Francisco Junco //

“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.

Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.

Un camino desde abajo

Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.

“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.

Retos de una elección sin precedentes

En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.

Dilemas judiciales

Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.

“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.

Una justicia humana y equitativa

Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.

Propuestas claras

¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:

“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.

Deuda histórica con las víctimas

Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.

El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.

En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.

En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.

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CARTÓN POLÍTICO

Herida abierta

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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