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MUNDO

Irremisible psicosis política

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Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //

No hay adverbio más grave y duro que «irremisiblemente» que se refiere un estado que ocurre sin posibilidad de remisión o perdón; esto implica una condena definitiva… para siempre… sin retorno.

Quien no aspira a ser feliz, sin duda se condena a vivir frustrado y arrepentido. Nacimos para ser valientes y seguros en pos del bien y el éxito ante los retos del mundo. La vida es cambio continuo y permanente, y su esencia más elevada es la capacidad humana de tener experiencias conscientes que nos llevan a elevarnos sobre nosotros mismos, es decir, a potenciar nuestra capacidad de pensar, sentir, amar, anhelar, aprender, experimentar, crear, definir y ser mejores personas en una realidad que nos define a partir del desarrollo de los dones recibidos en regalo con nuestras vidas. Albert Einstein destacó como las cuatro claves de una vida feliz a la curiosidad, la simplicidad, la imaginación y el propósito.

Aprendí, de uno de mis maestros en la Facultad de Psicología en la UNAM, Abraham Foster, que un buen terapeuta del alma escucha lo que el paciente calla. En política sucede lo mismo, hay que saber leer entre líneas para entenderla y ejercerla con éxito.

Me resulta difícil aceptar que Trump dejara Kananaskis, Canadá, durante la cumbre del G7, para volver a su oficina y “atender un supuesto estado de emergencia en el conflicto entre Israel e Irán”, pues cualquier determinación que pudiera o debiera tomar el presidente norteamericano la podría hacer desde Kananaskis, Maralago o durante el vuelo en el Air Force One. Él, como cualquier jefe de Estado, es un ser 24/7.

Donald Trump debería recordar que “su presencia y el estar preparado para aportar valor resolutivo a toda situación determinada” es el fundamento de su poder. La presencia del presidente norteamericano en el G7 es un meta-valor al que jamás debió renunciar. Este es, sobre todo propósito, el paradigma político que debió cuidar.

A nivel global, el retiro de Donald Trump del encuentro, los trabajos y los acuerdos del G7, en Kananaskis, Canadá, podrían marcar el final del liderazgo norteamericano como hasta hoy lo hemos entendido y se nos ha impuesto. Según diversos analistas, Trump se vio rebasado por los demás líderes del G7 y decidió irse a casa con su balón; no resistió verse doblegado. Pagó sus excesos presidenciales de pleitearse con todo cuanto quiso y pudo. Ahora, el mundo sabe que el G7 puede asumir grandes y trascendentes decisiones sin tomar en cuenta al presidente de EEUU.

En EEUU, crecen en miles los ciudadanos que se levantan en contra del presidente Trump. Las protestas en su contra se multiplican. Aún podríamos vernos sorprendidos por la democracia norteamericana y su división de poderes. Nuestra democracia, en cambio, ha sido herida de muerte por los excesos de Sheinbaum y López.

Quienes se ufanan de que Claudia Sheinbaum no se pudiera reunir con Donald Trump en el G7, debieran cambiar su perspectiva. No la admiro ni la acepto como presidente de mi México muy amado, pero tampoco me alegran sus resbalones. Sheinbaum ha resuelto ser distinta de López Obrador en materia de diplomacia y presencia global de México; lo aplaudo y agradezco.

Al obispo Onésimo Cepeda, su mamá le dijo: “Calladito te ves más bonito”. Se me enseñó que debemos cuidar nuestras palabras por si tenemos que tragarlas. Arnold Schwarzenegger (migrante austriaco) señaló (19 de junio de 2025) a los migrantes como “poco inteligentes” y les pidió comportarse… ¡vaya tiro en su propio pie!

La vida privada de Schwarzenegger ha sido de todo, menos ejemplar. Tuvo muchos éxitos, pero también grandes fracasos. Recuerdo que, durante su campaña para gobernador de California, Schwarzenegger fue acusado haber acosado y tocado sexualmente a más de una docena de mujeres en varios años, lo que vagamente admitió y solo pidió perdón a quién hubiera ofendido; también se sabe que tuvo a Mildred Patricia Baena como su amante, una latina.

Es común hablar de quiénes, subiéndose en un tabique de poder, deliran, se marean y caen. Sabemos de muchos en cosas de poder y gobierno, que sufren de psicosis, viviendo fuera de la realidad, creyendo ser quiénes no son y escuchando o viendo cosas que no existen.

Entre las causas de ese estado de psicosis política está la pérdida de su función cerebral, afectando la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento. Sin exagerar, no hay peor desgracia para un pueblo que tener a un gobernante psicótico… que, por desgracia, es más que frecuente.

La estupidez humana es siempre evidente. Desde una grave incapacidad objetiva de juicio, el expresidente Andrés Manuel López Obrador se convenció de que su proyecto de nación estuvo detenido por los atrevidos resolutivos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que declararon inconstitucionales a muchas de sus iniciativas, negándose a aceptar que el mal estuviera en su sobrada soberbia y estupidez en proyectos como su aeropuerto Felipe Ángeles, refinería de Dos Bocas, Tren Maya y muchas obras más.

A López Obrador le estorbó la vocación libertaria de un pueblo ávido de ocupar el sitio que le corresponde en una real democracia, elegir, y se creyó ser el centro de la historia nacional mexicana. Para AMLO, nuestras tres primeras ¿transformaciones? (Independencia, Reforma y Revolución) solo prepararon el destino de México para su Cuarta Transformación que a él tocaba iniciar.

Es tal su ego que nos legó el segundo piso de su locura para que, desde ya, tras cada nuevo gobierno de Morena, el destino de México creciera hasta el Ilhuícatl-Omeyocán, es decir, el decimotercer estrato celeste, el más elevado, según la cosmogonía mexica. Con todo, lo peligroso de cualquier gobernante no es solo cuando contagian al pueblo de su irrealidad, sino cuando se autoproclaman redentores de males que solo existen en sus delirios.

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Israel vs Irán, los dilemas de Trump y Putin

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Política Global, por Jorge López Portillo Basave //

Esta nota la escribí horas antes del bombardeo de Estados Unidos contra Irán del sábado. Los puntos son importantes porque muestran varias cosas en las que al final Trump confió para dar luz verde en la ventana de tiempo de la ONU y de Israel.

Trump pidió acuerdo y Putin pidió ser mediador, pero los líderes de Irán pensaron que no habría ataque. Incluso durante 60 días se trató de llegar a negociaciones.

El hijo del ex rey de Irán ha dicho que parece estar interesado en liderar una guerra interna para derrocar a la teocracia que gobierna el país del que él huyó de niño con su padre al exilio. EUA atacó 3 de los 7 sitios nucleares de Irán con 6 mega bombas y 30 misiles.

Habrá que ver si Israel destruyó los otros 4. Trump anunció el ataque en su cuenta de “Truth” cerrando con un llamado a regresar a la mesa de diplomacia que Irán dejó la semana antepasada cuando Israel empezó el ataque.

En las próximas horas veremos qué hacen los demás interesados directos e indirectos. Al final de su mensaje, flanqueado por el vicepresidente, quien fue militar, su secretario de Estado y su secretario de Defensa, quien también fue soldado en guerra, Trump, con una voz casi quebrantada, pidió cerrar el círculo de guerra, dio Gracias a sus soldados a Dios y pidió que Dios bendiga al Medio Oriente a Israel y a EUA.

De aquí en delante era mi reflexión antes del ataque… La historia de “errores” o pretextos de las potencias o francamente de cualquier poderoso para invadir o para aplacar a otros no es nada nuevo. Ni en el mundo, ni en los países, ni en las empresas.

La tensión entre Donald Trump, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y la ONU sobre la capacidad nuclear de Irán marca la agenda global. Según Israel y la ONU, Irán está a días de desarrollar una bomba nuclear, mientras los asesores de Trump estiman que tomaría menos de seis meses.

Irán, a diferencia de Saddam Hussein o Gadafi, insiste en no ceder su programa nuclear, lo que genera preocupación en Israel, Arabia Saudita y Estados Unidos, quienes argumentan que Irán siempre ha usado todo su arsenal, a diferencia de potencias como Rusia.

Recordando los años 80, muchos asociamos a los republicanos con la guerra debido a las afirmaciones de George W. Bush sobre las armas de destrucción masiva en Irak, que resultaron falsas. Sin embargo, los demócratas también cargan con el estigma de Vietnam en los 60 y 70. Conflictos como Irak y Afganistán, prolongados y costosos, han dejado cicatrices en ambos bandos políticos.

Trump, desde 2016, ha prometido evitar “guerras eternas”, un mensaje que resonó entre sus votantes. Sin embargo, la posibilidad de un conflicto con Irán pone en duda esa postura, generando críticas en redes sociales y dentro de su equipo de seguridad nacional, que rechaza intervenir en la guerra Israel-Irán.

Durante su primer mandato, Trump fue el primer presidente en décadas en no iniciar una guerra. Ahora, su decisión de respaldar o no a Israel contra Irán podría cambiar eso. Si Israel actúa solo, podría debilitar la influencia de EEUU como superpotencia; si interviene, arriesga alienar a países no alineados con el G7.

China y Rusia, aliados de Irán, no han mostrado apoyo militar claro. Se detectaron aviones chinos rumbo a Irán, posiblemente para evacuaciones, no para combate. La falta de apoyo explícito de Pekín y Moscú complica la posición iraní.

El precedente de Irak preocupa al equipo de Trump. Bush fue criticado por actuar con información errónea, y ahora Trump, ignorando a sus asesores, parece alinearse con Israel y la ONU, que acusan a Irán de violar acuerdos nucleares. Israel y Estados Unidos. aseguran que su conflicto es con el régimen teocrático iraní, liderado por el ayatolá Ali Khamenei, no con su pueblo. Este régimen, que asumió el poder tras la revolución de 1979 que derrocó al sha Mohammad Reza Pahlavi, ha patrocinado terrorismo contra EE.UU., Israel, Arabia Saudita y Egipto, según sus críticos.

Khamenei, de 86 años, heredó el liderazgo de su padre, Ruhollah Khomeini, tras la revolución que mezcló socialismo y teocracia, sumiendo a Irán en la pobreza pese a su histórica riqueza. Una nueva revolución podría exiliar a la familia Khamenei, como ocurrió con el Sha. Trump enfrenta un dilema: Rusia y China no apoyan activamente a Irán, pero buscan beneficios en Ucrania y otras áreas. En EE. UU., la oposición a una guerra es fuerte, pero el rechazo a un Irán nuclear liderado por fundamentalistas es aún mayor.

Irán posee casi 3 mil misiles, incluidos intercontinentales, capaces de alcanzar Europa o EE.UU. con cabezas nucleares. Aunque su programa nuclear se justifica como energético, su capacidad para enriquecer uranio a niveles armamentísticos es innegable.

En la guerra actual con Israel, Irán ha perdido radares y lanzadores de misiles, debilitando su defensa. Trump y los líderes no fundamentalistas de Oriente Medio insisten en que Irán no puede tener armas nucleares, violando el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Trump también enfrenta un dilema económico. Una guerra con Irán, productor clave de petróleo, podría disparar los precios, desestabilizando la economía global y su gestión, que ha logrado reducir la inflación. Perder el Congreso en 2026 podría incluso exponerlo a riesgos legales. Mientras, la izquierda estadounidense busca recuperar terreno, y en Nueva York, el alcalde demócrata moderado enfrenta oposición interna por alinearse con Trump.

Israel busca no solo neutralizar la amenaza nuclear, sino un cambio de régimen en Irán. Trump ofreció desarrollo económico a cambio de abandonar el programa nuclear, pero Khamenei insiste en mantenerlo, desafiando a EEUU. Europa teme protestas de sus comunidades musulmanas, mientras China y Rusia permanecen al margen.

La ONU e Israel advierten que Irán está a días de la bomba; los asesores de Trump dicen meses. El desenlace determinará si el club nuclear, con nueve miembros, crece en un mundo ya tenso.

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MUNDO

Solsticio 2025: Comienza la temporada veraniega

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Por Redacción Conciencia Pública, con información de El Imparcial //

Hoy viernes 20 de junio de 2025 marca el solsticio de verano en el hemisferio norte, el momento en que el Sol alcanza su punto más alto en el cielo y comienza oficialmente el verano astronómico.

De acuerdo con astrónomos, este fenómeno representa el día más largo del año para esta mitad del planeta, en la que se encuentra México. En contraste, en el hemisferio sur, este evento marca el inicio del invierno y la jornada más corta.

La palabra “solsticio” proviene del latín sol (sol) y stitium (detenerse o pausa), lo cual refleja el momento en que el Sol parece detener su ascenso en el cielo. Este fenómeno no solo tiene implicaciones astronómicas, sino también culturales, ya que ha sido motivo de celebración desde tiempos antiguos.

En la pirámide de Chichén Itzá ocurre un fenómeno de alineación solar durante los solsticios, donde la sombra proyectada sobre la pirámide de Kukulcán crea la ilusión de una serpiente descendiendo por la estructura. Este efecto es más notorio durante el solsticio de verano, y aunque es un espectáculo impresionante, no se trata de una alineación directa con el sol en el sentido de que el sol «se alinee» con la pirámide, sino más bien de la proyección de la sombra de la pirámide que crea la ilusión. 

Uno de los ejemplos más conocidos es Stonehenge, el monumento megalítico en Inglaterra, diseñado para alinearse con la salida del sol en el solsticio de verano, lo que demuestra la importancia que ha tenido este evento en diferentes civilizaciones.

¿Qué es el solsticio y por qué se produce?

Los solsticios ocurren debido a la inclinación del eje terrestre. A medida que la Tierra orbita alrededor del Sol, esa inclinación provoca que distintas partes del planeta reciban más o menos luz solar en diferentes momentos del año.

Durante el solsticio de verano en el hemisferio norte, la inclinación de la Tierra hace que esta mitad del planeta reciba la mayor cantidad de luz solar posible. El resultado es el día más largo y la noche más corta del año. Este evento puede ocurrir entre el 20 y el 22 de junio, dependiendo del calendario anual.

En cambio, durante el solsticio de invierno, que se da entre el 20 y 23 de diciembre, el hemisferio norte se inclina en sentido opuesto al Sol, provocando el día más corto y la noche más larga del año.

¿Qué diferencia hay entre solsticio y equinoccio?

La diferencia principal entre solsticio y equinoccio radica en la duración del día y la noche. En los equinoccios, el día y la noche tienen casi la misma duración en todo el planeta. Esto ocurre cuando el eje de la Tierra no está inclinado ni hacia ni en contra del Sol, lo que permite que ambos hemisferios reciban la misma cantidad de luz solar.

El equinoccio de primavera en el hemisferio norte sucede entre el 19 y 21 de marzo, mientras que el de otoño ocurre entre el 21 y 24 de septiembre. En esos días, el Sol se encuentra directamente sobre el ecuador al mediodía, lo que genera una distribución equitativa de luz entre ambos hemisferios.

¿Qué podemos esperar después del solsticio?

Después del solsticio de verano, el Sol comenzará a “retroceder” en el cielo. Esto significa que, poco a poco, los días se irán acortando hasta llegar al solsticio de invierno en diciembre. Aunque este cambio es gradual, marca una nueva etapa en el ciclo anual de la Tierra alrededor del Sol.

Este fenómeno, que ocurre cada año, nos recuerda cómo la posición de nuestro planeta en el espacio influye directamente en nuestras rutinas, culturas y celebraciones.

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Esta noticia no le gustará a Elon Musk: Japón y China forjan alianza impensable para competir con Tesla

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Por Redacción Conciencia Pública, con datos de Ecoportal //

Tesla atraviesa uno de sus peores momentos justo cuando el mercado de autos eléctricos vive su mayor auge. A pesar de ser pionero en el sector, la compañía del billonario Elon Musk enfrenta una caída en ventas y una creciente mala imagen pública que ha afectado su desempeño global. A esto se suma una nueva amenaza: una alianza estratégica entre Japón y China que promete cambiar el panorama automotriz.

Las gigantes Toyota y BYD, referentes en sus respectivos países, han unido fuerzas para lanzar una nueva SUV eléctrica llamada bZ5, que busca posicionarse como una competencia directa de Tesla.

Este modelo fue lanzado oficialmente a inicios de este mes de junio en China y está preparado para expandirse a mercados clave como Europa y México, donde ambas marcas ya tienen fuerte presencia.

La bZ5 llega con dos versiones: una con batería de 65.28 kWh y autonomía de 550 km, y otra de 73.98 kWh con hasta 630 km por carga. Utiliza las reconocidas baterías Blade de BYD, y su nivel tecnológico es impresionante: 33 sensores, cámaras, radares, piloto automático con 30 funciones, reconocimiento facial por IA, videollamadas desde el vehículo y un sistema de sonido JBL con 10 altavoces.

Uno de los factores que más amenazan a Tesla es el precio. La SUV bZ5 se ofrece en China desde 130,000 yuanes (aproximadamente 350 mil pesos), mientras que la versión más equipada cuesta alrededor de 430 mil pesos mexicanos. Si estos precios llegan a respetarse en México, podría convertirse en una de las opciones eléctricas más accesibles y competitivas del país.

Esta sorprendente colaboración entre Toyota y BYD marca un giro inesperado en la industria: Japón y China buscando juntos el liderazgo del mercado de vehículos eléctricos, desplazando a Estados Unidos y su máximo exponente, Tesla.

¿Será este el inicio del fin del dominio de la marca norteamericana? Todo dependerá de cómo responda el mercado global ante esta nueva propuesta.

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