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Los faltantes que nos hacen menos: México requiere un líder con visión de estadista

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Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //

A nuestro país le sobran muchas cosas, entre ellas, los aventureros de la política, que no políticos buenos, que de esos hay muy pocos, pero no debemos alarmarnos por lo que sobra, sino por lo que nos hace falta.

Si no tuviéramos tantos politiqueros que han hecho de cámaras y curules patrimonio propio sin soltarlas durante sexenios, tal vez ya tuviéramos un proyecto de nación en el que cupiéramos todos, cada quien participando en medida de sus capacidades y atendiendo a cada cual según sus necesidades.

Tal vez tuviéramos también una política de seguridad que acabe con la impunidad y el crecimiento de los grupos delictivos y quizá una procuración de justicia con investigadores capacitados, ministerios públicos preparados que no culpen a los jueces cuando los abogados exoneren a sus clientes por fallas procesales.

La lista de los faltantes es larga, pero para el momento que vivimos a México le falta un líder, no un demagogo de pacotilla que se encarame en el odio por los faltantes y sobrantes, para sentir que araña las páginas de la historia con una transformación solo figurada.

Se necesita un líder que vea y atienda lo que esta administración no quiere ver ni atender, seguramente porque rebasa su capacidad, y su lista de prioridades que, por lo visto, tiene a lo electoral en primer término para conservar y heredar el poder.

Se requiere de alguien que ante los graves problemas nacionales empiece por no negarlos, como los apagones actuales o los minimice como se hizo con la pandemia y resultó en casi un millón de muertes en exceso.

Alguien que reconozca los grandes temas que son como el elefante en la sala, como por ejemplo, que la generación de energía eléctrica está estancada, no solamente en el desarrollo de energías limpias, sino que la estructura contaminante que hoy se tiene se encuentra en niveles de saturación y el país necesita con urgencia una política y planes de largo plazo que aseguren el suministro futuro.

Que reconozca que México está en un proceso acelerado de desertificación, y que nos falta una política adecuada para la conservación, saneamiento y mejoramiento de las cuencas hidrológicas del país. Que el campo mexicano debe atenderse integralmente y no solo subsidiar a pequeños agricultores mientras en consecuencia la balanza comercial agropecuaria se debilita, las importaciones de alimentos aumentan, el crédito y apoyos a la comercialización desaparecen y el costo de los insumos es mayor que los precios de garantía.

Falta pues la visión de un estadista que vea por el futuro de la nación y sus generaciones, una visión cuyo horizonte vaya más allá de la próxima elección y el sostenimiento de su clientela.

En cuatro años de esta administración, México cayó cuatro lugares en el ranking mundial de competitividad y se encuentra en el lugar 56 de 64 naciones, según el Instituto suizo IMD, que recomienda entre otras cosas, mejorar la relación con economías relevantes, no con Cuba o Venezuela, o Bolivia y Argentina, así como fomentar reformas para mejorar la educación y auspiciar las energías limpias. Ir en sentido contrario no augura un futuro mejor.

El surrealismo de la cultura política mexicana, nos ha llevado a ser rehenes del presidencialismo en un régimen de democracia representativa, que al menos en el papel debiera garantizar que no sea la voluntad presidencial la que decida con ocurrencias lo que se debe hacer en el país.

Nos falta el proyecto de nación acorde con nuestro tiempo y la estructura administrativa, ejecutiva, profesional, de carrera, que lo ejecute y le dé continuidad, que rebase las fronteras sexenales y que no dependa de la fortuna electoral. Los mexicanos debemos tener la seguridad de que los avances serán permanentes y perfectibles. Pero tal vez el gran faltante es la voluntad de hacerlo, pues a los políticos actuales les ha salido más redituable explotar las carencias y vivir de los remedios asistencialistas y clientelares.

El actual régimen ya mostró sus incapacidades y sus limitantes, así como sus ambiciones y no se puede esperar de ellos más que seguir en la negación cotidiana y la desviación de la discusión pública sobre asuntos de coyuntura e irrelevantes. Y no es que sea irrelevante la falta de medicinas, los niños con cáncer o los 90 asesinatos diarios, la violencia contra las mujeres, el desplazamiento de comunidades y la presencia creciente del crimen en el territorio nacional, eso es lo de hoy lo que hay que atender de inmediato, pero está ausente la visión de futuro.

El gran faltante en la actualidad es la propuesta alternativa, esa propuesta que las dirigencias partidistas se han negado a elaborar porque para ello requieren partir de un ejercicio de autocrítica que implica reconocer que hoy no representan a nadie más que a ellos mismos y que han sido rebasados por la sociedad organizada. Reconocer que no fue Morena ni López Obrador lo que les quitó el poder. Fue la gente, cansada y hastiada de la corrupción y convencida de que el país necesita un nuevo rumbo, y no es que el que ofrece Morena sea mejor, es que es el único, y que la política asistencialista y clientelar es cuando menos una política que voltea a verlos.

Se sabe que es demagógica e insostenible a futuro en los términos actuales, pero no es el punto señalarlo y oponerse, sino entender el sentido sociológico que tiene, más allá del oportunista sentido electoral que le ha dado Morena. La oposición no solo no lo reconoce sino que además ha sido incapaz de armar una narrativa que no sea reactiva al discurso oficial, lo que los tiene ahora en la búsqueda de un salvador.

La discusión sobre la militarización de la guardia nacional, o las burlas a la constitución que han sido las iniciativas electorales, la demagogia matutina, son temas que le interesan al presidente para secuestrar la discusión nacional. Los verdaderos temas son los faltantes, esos que la oposición parece también no ver.

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Cayó en Paraguay, el líder de «La Barredora», Hernán Bermúdez Requena

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Por Mario Ávila

La labor de inteligencia de las fuerzas policiales del país y con el apoyo de las autoridades de la República del Paraguay, fue detenido el líder criminal de la organización delincuencial «La Barredora», Hernán Bermúdez Requena, alias «Requena», El Abuelo» y «comandante H».

La detención fue anunciada por el secretario de Seguridad Ciudadana del gobierno federal, Omar García Harfuch, a través de sus redes sociales, en donde él precisa que el presunto criminal fue detenido en Paraguay.

En un comunicado hecho público hace algunos minutos, García Harfuch, explica: «Por instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo de cero tolerancia a la corrupción, se llevó a cabo una operación conjunta encabezada por el Centro Nacional de Inteligencia CNI, Defensamx, Secretaría de Marina, Fiscalía General de la República, Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en la que se realizó la detención de Hernán “N”, presunto líder de la organización criminal conocida como “La Barredora”.

En esta operación -abunda-, fue fundamental la participación de la Unidad de Inteligencia Financiera y el Centro Nacional de Inteligencia, así como el intercambio de información que hace posible la nueva Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia.

El comandante H, jefe de la policía de Tabasco de 2018 a 2014, presunto líder del grupo criminal La Barredora, dedicado al tráfico de drogas, la extorsión y el robo de combustible o huachicol, estuvo prófugo desde febrero y hoy, Hernán Bermúdez Requena ha sido detenido en Paraguay, según ha informado la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en un comunicado divulgado este viernes en la noche.

Bermúdez llegó al cargo cuando uno de los principales dirigentes de Morena, Adán Augusto López, era gobernador en el Estado.

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NACIONALES

Hospitalizan a Manuel Espino tras derrame cerebral; permanece en terapia intensiva

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– Por Francisco Junco

El diputado federal de Morena, Manuel Espino Barrientos, se encuentra hospitalizado en terapia intensiva luego de sufrir un derrame cerebral.

La noticia fue confirmada por el coordinador de la bancada morenista en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, quien detalló que el legislador de 65 años fue intervenido de emergencia durante la noche del miércoles.

“Tuvo un derrame en el cerebro y lo intervinieron hacia las nueve o diez de la noche. Está en terapia intensiva, en un lugar al que sus familiares, por la emergencia, lo condujeron”, informó Monreal, al tiempo que expresó su deseo de pronta recuperación y pidió oraciones por la salud de su compañero de bancada.

Espino, originario de Durango y actual integrante de las comisiones de Seguridad, Defensa y Comunicaciones y Transportes, fue trasladado por decisión de su familia a una clínica especializada, donde permanece bajo vigilancia médica. En un comunicado de Morena se informa que se mantiene estable dentro de la gravedad.

En redes sociales, la presidenta de Morena en Durango, Lourdes García Garay, envió un mensaje de solidaridad al legislador.

“Enviamos toda nuestra solidaridad y los mejores deseos de pronta y total recuperación a nuestro querido compañero diputado federal Manuel Espino. Confiamos en su fortaleza y en que pronto estará de vuelta”, publicó.

Con más de cuatro décadas de trayectoria política, Manuel Espino ha transitado por diversos partidos y cargos. Fue dirigente nacional del PAN entre 2005 y 2007, presidió la Organización Demócrata Cristiana de América y en los últimos años se integró a Morena, donde actualmente ocupa una curul por representación proporcional.

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MUNDO

China, Japón y México: la batalla global por el internet del futuro con matices locales

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– Por José Modesto Barros Romo, Conciencia Pública 

El internet de ultra velocidad ya no es un asunto de ciencia ficción, sino un campo estratégico donde las potencias tecnológicas definen su hegemonía. Japón, China y, en menor medida, México, han roto en este año barreras históricas de transmisión de datos, cada uno desde trincheras distintas, pero con un objetivo común: asegurar ventajas en la economía digital del siglo XXI.

Japón sorprendió al mundo al anunciar que sus científicos del Instituto Nacional de Información y Comunicaciones Tecnológicas (NICT) lograron transmitir datos a 1.02 petabits por segundo a través de fibra óptica.

Se trata de un récord mundial que equivale a descargar en un segundo la información de más de 10 millones de videos en alta definición, el equivalente a todo el catálogo de Netflix en un solo segundo.

Más allá de la hazaña técnica, el logro japonés envía un mensaje claro: su apuesta es consolidar infraestructuras terrestres estables y de larga distancia, con la mira puesta en mantener la competitividad industrial frente a China, Estados Unidos y Europa.

El gigante asiático, por su parte, libra otra batalla: el dominio del espacio inalámbrico. China Mobile reveló que en una red experimental de 6G alcanzó velocidades de 280 gigabits por segundo, descargando un archivo de 50 GB (unas 25 películas de mediana calidad) en apenas 1.4 segundos.

A esto se suman proyectos universitarios que exploran transmisiones en frecuencias en terahercios y enlaces satelitales de 100 Gbps, tecnologías que se perfilan como piezas centrales en la construcción de un ecosistema digital global, donde China pretende marcar la pauta a la espera lanzar comercialmente las redes 6G para el año 2030 en todo su territorio.

La estrategia china es evidente: no se conforma con desplegar infraestructura terrestre, busca liderar el futuro de las comunicaciones en el espacio y en el aire, donde se definirá el control de datos y, con ello, el poder geopolítico. De ahí que los experimentos en 6G no solo representen avances científicos, sino una carta de presentación en la carrera tecnológica frente a los estadounidenses, japoneses y los europeos.

México, en contraste, aparece con un logro más modesto pero simbólico. El año pasado la empresa Megacable, en alianza con Nokia, alcanzó 1.1 terabits por segundo en pruebas de fibra óptica de larga distancia.

No es un récord mundial ni una revolución en telecomunicaciones (aunque sí es un hito a nivel Latinoamérica, equivalente a descargar un videojuego como Call of Duty: Modern Warfare III en un segundo). Esta es una señal de que nuestro país busca modernizar su infraestructura digital con miras a los próximos años.

El reto está en si estos avances se traducirán en beneficios reales para los ciudadanos o quedarán como demostraciones técnicas en un país donde millones aún carecen de acceso a internet estable.

La comparación es reveladora: mientras Japón apuesta por la perfección de la fibra, China por la supremacía inalámbrica y espacial, México apenas intenta ponerse al día. El dilema nacional es mayúsculo: ¿apostar por ser solo consumidores de tecnologías extranjeras o trazar un plan estratégico que coloque a la región en la disputa global por la soberanía digital?

Lo cierto es que el internet del futuro no será solo más rápido; también será la nueva frontera de poder. Quien controle las redes de transmisión controlará la información, la seguridad nacional y el desarrollo económico. Japón y China ya están en esa carrera. México, como suele ocurrir, observa desde la periferia.

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