NACIONALES
Los tiempos de Ebrard
Opinión, por Ramiro Escoto Ratkovich //
Quienes saben de señales y tiempos advierten que una de las “corcholatas”, si quiere aparecer en la boleta debe desmarcarse ya del presidente López Obrador, ese personaje es Marcelo Ebrard, quien supongo ve ya muy complicada la relación entre el ejecutivo federal y las acciones que el gobierno de Estados Unidos está haciendo frente a la inoperatividad de la lucha contra el narcotráfico por ejemplo, además de las recientes declaraciones en donde deja entrever que México es soberano e independiente y que se defenderá, haciendo suponer una invasión extranjera en el territorio.
Marcelo ha llevado a cabo una serie de acciones en el país y en el extranjero que dejan entrever su interés por ser candidato al Gobierno Federal del 2024, pero se enfrenta para ello a una “encuesta” de Morena, que estaría bajo la supervisión de Mario Delgado, del cual dicen los que saben trae una línea que dejaría una vez más fuera al actual canciller, pues ambos personajes no llevan una buena relación, y si bien Ebrard está en el gabinete federal, Delgado es incondicional del Presidente y muy cercano a otros personajes que también buscan estar en la boleta por el partido en el poder.
A estas alturas es seguro que el discurso de la construcción de la Cuarta Transformación está alejado de toda probabilidad que suceda en una mínima parte, pues la desaparición de instituciones, fideicomisos, el aumento de la delincuencia, la falta de un sistema de salud integral, así como diversos discursos que se han convertido en falacias ya no cuadran con el proyecto sexenal, y sí pueden encontrar una desviación oportuna en el discurso que puede adoptar con su propia vía para deslindarse tanto del gobierno en turno como del lopezobradorismo.
Mayo o Junio podrían ser los meses de su emprendimiento, dado que vendrán las elecciones en algunos estados y tras este momento y ya sin estar en la agenda de “corregir planas” este político podría comenzar en total libertad su camino a la boleta, ahora sí, sin el obstáculo de unas reglas que advierten sería a modo (como se han venido dando las cosas desde Palacio Nacional) y advirtiendo al mismo tiempo la fortaleza que tiene frente a las “corcholatas” que quedarían en la búsqueda de una continuidad en un proyecto como escribía líneas arriba que no se lograría tampoco en un sexenio.
El equipo de Ebrard hace unos meses envió una carta al CEN de Morena, advirtiendo que buscan transparencia y piso parejo en la pre contienda, misiva que no tuvo respuesta, silencio que hace evidente que la primera piedra está en casa, Ebrard lo sabe y lo deja entrever.
Al ser un funcionario de trabajo y hacedor de camino político a sabiendas que su libro, El Camino de México es por el momento un termómetro de propuestas electorales que lo han acercado a medios de comunicación, grupos sociales y políticos y ha sido generador de una imagen que incluso lo desvincula de la línea presidencial para convertirlo en candidato sí o sí por la rentabilidad que pudiera representar en solitario o con la oposición.
Cierto que hay varios riesgos en una renuncia anticipada y ver el camino ya sin el respaldo, incluso de una agenda que le ha permitido llegar al punto actual, pero también es cierto, como lo describo al principio de la columna, existen escenarios donde Ebrard puede comprometerse a capricho y dejarlo fuera como ya ha sucedido en algunas ocasiones.
Muchos están esperando que el momento llegue para ver una confrontación llena de descalificaciones y guerra sucia, pero aun así algunas encuestas realizadas advierten escenarios de confrontación con las otras opciones poniendo a Ebrard con un margen alto en la aceptación de ser hoy las elecciones por ejemplo.
Algo que también advierten algunos cercanos a él es el ámbito de su propia seguridad, donde en este México todo ha pasado y puede pasar, pues esta decisión de tomarse así, debe considerar que sería un candidato ganador aun y en contra de la maquinaria oficial.
Este fin de semana pasado Ebrard consultó el reloj y el calendario, porque sabe que debe tomar decisiones frente a un escenario político que, de seguir ahí como hasta ahora sólo estaría dando a ganar al presidente y no a México.
