NACIONALES
Marcelo Ebrard: ¿El punto de quiebre?
Opinión, por Ramiro Escoto Ratkovich //
Durante estos días he escuchado toda clase de teorías respecto a lo que podría suceder con Marcelo Ebrard tras el resultado final de la encuesta de Morena hacia el final de la próxima semana.
Es cierto que este hombre ha sido clave en el desarrollo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, incluso hay quienes visualizan a este personaje como quien fue realmente el que tomó las riendas del país en momentos críticos, como por ejemplo el tema de las vacunas en la pandemia, o el rescate de Tesla como inversor en su momento, además de limar asperezas con EEUU en tiempos complicados.
Como sea, hay otros quienes advierten que Claudia Sheinbaum sería la ganadora de la encuesta y la decisión de facto del presidente, a quien atribuyen esta clase de designación por la vía de la decisión ciudadana para cumplir con su premisa de no ser iguales a gobiernos y partidos que designaban por dedazo, sin que sea este instrumento una “simulación”.
En su visita a Jalisco, justo al cierre de su gira antes de la encuesta, Ebrard se refirió (sin decir su nombre) al dirigente de su partido – Mario Delgado – como el personaje que en este proceso vivió en #Fantasyland, fuera de una realidad de lo que era evidente: las bardas, los espectaculares desmedidos y las claras faltas de Claudia y Adán que hacían evidentes – dice él – en una cargada de dados hacia un solo lado.
Ebrard dijo que es el único que realmente ha llevado a la práctica y con resultados temas de seguridad, salud y economía, mientras estuvo no sólo como jefe de gobierno capitalino, sino en su ejercicio de Secretario de Relaciones Exteriores, por lo que advierte que la Dra. Sheinbaum es sólo factor de continuidad y no de cambio, que es lo que requiere el país.
Antes de que terminara su encuentro con periodistas el sábado, reiteró que Manuel Velasco, Adán Augusto López y la Propia Claudia Sheinbaum tuvieren cierres de bostezo, con lentitud al hablar y con falta de contenido en sus discursos, que lo que hoy requiere el país, dijo, es diálogo y conversión en proyectos tangibles, involucrando a los sectores, e hizo ejemplos en el occidente, como por ejemplo usar drones en la vigilancia carretera, interconectar la video vigilancia y generar oportunidades para las industrias agroalimentarias y empresariales para el desarrollo económico; explicó que las mujeres que son cerca de 21 millones pueden acceder a programas de estímulo que les permitan ser productivas y lograr con ello llegar a un crecimiento económico del país de hasta 5 puntos.
Estos discursos parecen estar cada vez estar más alejados de lo que hasta hoy es la cuarta transformación (aunque use ese término, como parte de seguir dentro de Morena bajo los términos y condiciones que marca el partido) pero parecen estar polarizados contra el plan de la Dra. Sheinbaum que apuesta al mismo discurso del presidente, incluso bajo el mismo tono y entonación de voz en sus discursos.
Ebrard no se ve en el equipo de Claudia Sheinbaum, en caso de que ella sea la ganadora de la encuesta, simplemente porque no hay compatibilidad y tampoco proyecto conjunto, por lo que hay quienes advierten que es parte quizá de una carta que jugaría Dante Delgado en el tema de Movimiento Ciudadano para el 2024, y quienes saben de política saben que en política nada está escrito y que mientras exista una historia entre el ex secretario de Relaciones Exteriores y el dirigente nacional del partido naranja, todo podría suceder en un panorama donde el poder de 2024 se juega desde la Presidencia para el futuro del país.
Luego de su discurso y que abandonara el Parque Luis Quintanar en Tonalá, territorio de la diputada Rocío Corona Nakamura, algunos políticos cercanos a Ebrard comentaban: “la encuesta seguro la ganaremos nosotros, pero falta que la reconozcan…” dejando claro el discurso del propio Marcelo quien nos dijo ese sábado: “yo siempre he cumplido lo que prometo… seré presidente, ahí me van a ver… de presidente”.
