MUNDO
«Nunca había visto una crisis de tal magnitud»: economista Enrique Galván Ochoa

(Sputnik Mundo). La actualidad de la economía mundial se ve oscurecida por la pandemia del coronavirus, así como por la caída en los precios del petróleo. La combinación de estos factores, aunados a la perspectiva de estancamiento en la economía de Estados Unidos, han sumido a México en dificultades que no se veían desde la crisis de 1994.
Ante esto, el economista Enrique Galván Ochoa subrayó en entrevista con Sputnik que el coronavirus va a causar daños no solo «en el tejido social, en los enfermos y en los lamentables fallecimientos. También va a dejar su huella en el sistema económico, financiero y comercial de México».
«Vamos a ver cuánto tiempo le lleva al país reponerse. Nunca había visto yo en mi vida una crisis mundial de tal magnitud como la que estamos viviendo ahora», subrayó.
El especialista es consciente de que factores como la devaluación de la moneda, la cual ya roza los 25 pesos por cada dólar estadounidense, son un punto que dificultará la recuperación de la economía mexicana.
«Leyendo los medios internacionales, comparan las crisis que hemos tenido en México y en el mundo. Cuando menos en México, en particular, cuando menos desde la década de 1990 —ya pasaron 30 años— no se había visto una cosa parecida. Pero, además, con una diferencia: el problema económico está acentuado por un problema de tipo sanitario. Es la peor de las combinaciones: no se puede salir del hoyo económico si no se resuelve antes el problema sanitario», apuntó.
Hasta hoy, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México han inyectado dólares al mercado con el fin de evitar la escasez de dólares, así como propiciar mejores condiciones de liquidez para el mercado cambiario. Aun así, de acuerdo con Galván Ochoa, será difícil observar cambios en este indicador en el corto plazo.
«La economía de México ya estaba parada, con una leve contracción, pero, a reserva de conocer la estadística que dé a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, yo creo que el país ha entrado a una etapa de contracción. Vamos a ver hasta dónde llega. Se están anunciando apoyos del Gobierno para el próximo domingo [5 de abril], los bancos han hecho otros esquemas de apoyo, el Banco de México otros esquemas de apoyo. Vamos a ver qué da como resultado todo este sistema que se está echando a andar», apuntó.
La caída de los precios del petróleo es otro elemento central para esta crisis. Galván Ochoa enfatizó que ha golpeado a todo el planeta, inclusive a Rusia, que se encontró en una situación de desacuerdo con otros países que exportan petróleo, ante todo, Arabia Saudí.
«No alcanzó ni siquiera a resolverse cuando se desploma el precio del petróleo a estos niveles que estamos viendo ahorita. De 10 a 13 dólares, en México, 20 dólares máximo para el tipo West Texas. A 10 dólares Petróleos Mexicanos no libra el costo de producción, que anda en 14 dólares. Estará perdiendo algo por cada dólar de petróleo que exporta», comentó.
Ante esta situación, Galván Ochoa propone esperar los resultados que arrojen los planes que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará el 5 de abril para enfrentar la crisis económica. En todo caso, recordó que los programas de ayudas sociales para las clases más vulnerables ya estaban en vigor desde el año pasado y están funcionando, «porque si ahora se pusiera el Gobierno a echar a andar un programa para hacerle llegar dinero a 20 millones de mexicanos, iba a tardar muchísimo». En particular, se trata del programa Jóvenes construyendo el futuro, ayuda para adultos mayores, pequeños productores agrícolas, entre otras cosas.
«Qué bueno que está ese colchón desde antes», subrayó. Del mismo modo, destacó que la continuación de proyectos prioritarios del Gobierno, como la construcción del Tren Maya y de la refinería en Dos Bocas, Tabasco, ayudarán a atenuar la baja inversión pública que hay actualmente.
«Estaban comprendidos en el presupuesto que se aprobó desde el año anterior. Posiblemente el Gobierno no ha visto la necesidad de recortar esa parte de la inversión pública y, entre otras razones, hay tan poca inversión privada en este momento, y está tan desalentada que, si aún el Gobierno cancelara esas inversiones, estaríamos en una situación todavía más desventajosa. Mientras haya dinero —y el dinero ya está aprobado por el Congreso—, yo creo que van a seguir adelante», compartió.
Para concluir, el analista destacó que se requiere poner atención en otros sectores de la economía, como los empleados del sector formal y las pequeñas empresas dado que a mucha gente le despiden, «con o sin indemnización, sin darles un solo centavo o pagándoles la mitad». Sin embargo, tampoco hay que olvidar la situación de las empresas. Por ejemplo, esta semana el Gobierno de Ciudad de México cerró más de 380 centros comerciales por 30 días.
«Permitieron que abran los supermercados, porque la gente los necesita abiertos para la compra de víveres. Pero regionalmente hay pequeñas cadenas de tiendas, de departamento, chiquitas, quién sabe cómo les vaya a ir, si resistan tanto tiempo. Independientemente del cierre, va a estar el bajo consumo de la gente», reflexionó.
A fin de atender a este sector, Galván Ochoa propuso que se permita a los trabajadores liberar el capital concentrado en los sistemas de Ahorro para el Retiro. Explicó que en este momento solo hay dos opciones para retirar el dinero de los trabajadores: en caso de matrimonio y en caso de desempleo y ambos representan porcentajes muy pequeños.
«Yo creo que ahora le ayudaría mucho a una persona que ha ahorrado, digamos 100.000 pesos (4.000 dólares), que le permitan sacar, si no todo, pues 50.000, la mitad. Sobre todo, si cae en esta situación de que lo mandan a su casa con la mitad del sueldo. Esta es una solución que podría funcionar. En esa situación de crisis no se justifica que haya 3.747.240 billones de pesos (154.100 millones de dólares) sin utilizarse, pues es el ahorro nacional, precisamente para utilizarse en situaciones de crisis», concluyó.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.