MUNDO
¿Qué pasó realmente en el intento de detener al hijo del Chapo?

Por Eliana Gilet // (Sputnik Mundo)
Una situación inédita de violencia se vivió en Culiacán, la capital sinaoloense, cuando grupos paramilitares la sitiaron el 17 de octubre como respuesta al intento de detener al hijo del Chapo Guzmán. Sputnik conversó con un periodista local, quien recordó al respecto la reciente visita del director de la agencia antidrogas de EEUU.
Según la información que han presentado las autoridades, la balacera se saldó con ocho personas muertas y 16 heridos. «Es la primera vez que vivimos algo así», señaló a Sputnik Marcos Vizcarra, reportero de investigación de Culiacán con vasta experiencia en la cobertura de la violencia y sus efectos en esa zona del noroeste de México.
Aunque Sinaloa siempre ha sido una zona militarizada desde el comienzo frontal de la guerra contra el narcotráfico a finales de 2006, la toma de Culiacán por hombres armados que circulaban en convoyes de camionetas, baleando oficinas públicas y las casetas de peajes para luego cerrar los accesos a la ciudad —así como los tres puentes que la comunican internamente— con vehículos prendidos fuego, «fue una escena novelesca, que comprendimos luego de dos horas de enfrentamientos, cuando dejaron al hijo del Chapo suelto», contó el periodista.
Vizcarra relató que recién hacia la medianoche del viernes, el 18 de octubre, se recuperó el acceso vehicular a la ciudad, pero que un día después de los hechos, la ciudad seguía paralizada.
«No hay transporte urbano o es muy escaso. No hubo clases, muchas empresas no abrieron, ni siquiera la plaza comercial más importante de Culiacán. Estamos asustados, toda la vida se suspendió», relató el periodista.
¿Cómo fue el intento de detener a Ovidio Guzmán López?
Aunque la primera información oficial indicó que el episodio inició cuando un convoy militar que patrullaba por Culiacán fue agredido con armas de fuego desde un domicilio particular, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, la desmintió en la conferencia de prensa del 18 de octubre, que dio junto al Gabinete de Seguridad.
Tanto Durazo como el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, dijeron a la prensa que se trató de un operativo liderado por la «Policía ministerial militar y la División Antidrogas de la extinta Policía Federal, hoy Guardia Nacional, con entre 30 y 35 elementos».
Los Secretarios explicaron que aunque se cuenta con una orden de aprehensión vigente contra Ovidio Guzmán, no tenían la orden de cateo necesaria para ingresar al domicilio del hijo del capo.
«Me tocó cubrir cuando capturaron al Chapo en Los Mochis (una localidad al norte de Sinaloa) y tenían las dos órdenes: la de aprehensión y la de cateo del lugar. Pero esta vez, teniendo solo la orden de aprehensión dijeron ‘vamos a lanzarnos’ y ahí estuvieron esperando, hasta que los empezaron a atacar», dijo Vizcarra.
Otro hecho particular sucedió a la par de las balaceras en Culiacán y fue la fuga de 55 presos del penal de Aguaruto, de los que 49 continúan prófugos.
«Lo peor fue que ninguna autoridad salía a dar explicaciones hasta que lo hizo el secretario Durazo en la noche, diciendo que ya todo estaba tranquilo cuando aquí veíamos que no era cierto. No tuvimos información hasta hoy y la que tenemos es raquítica y hasta contradictoria», señaló el periodista.
Vizcarra explicó que durante el trabajo de reportero que realizó en la mañana del viernes el 18 halló evidencia de más personas fallecidas que no fueron mencionadas por las autoridades en el parte oficial. «No es creíble su versión», sostuvo refiriéndose a la cifra oficial de 8 muertos, entre los que se cuentan 3 policías y 5 paramilitares.
¿Hubo participación de EEUU en este operativo?
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, dijo en su conferencia de la mañana del viernes el 18 que el operativo se montó en torno a una «orden de aprehensión provisional con fines de extradición emitida por un juez federal».
Las autoridades estadounidenses acusan a Ovidio Guzmán López y a su hermano mayor, Joaquín, por conspirar para «distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana desde México y otros lugares» hacia EEUU durante 10 años, entre abril de 2008 y abril de 2018.
El secretario de Defensa, general Sandoval, lo refrendó a su vez, agregando que se trató de «una acción directa» en cumplimiento de ese pedido, pero del cual no se había informado a los superiores y a la que calificó como «precipitada» y «sin consenso de mandos superiores». Y afirmaron que la decisión de liberar a Ovidio Guzmán fue tomada por el Gabinete de Seguridad, buscando que cesara la toma de la ciudad por los grupos armados.
No mencionaron nada acerca de una posible ilegalidad de la detención como motivo de su liberación, al haberse realizado sin tener la orden de cateo necesaria para validarla en el proceso penal.
Sin embargo, las preguntas que se quedan sobre los acontecimientos en Cualiacán provocaron ciertas suposiciones, por ejemplo, que este operativo que puso en jaque a más de un millón de habitantes de esta ciudad norteña podría ser instigada por la presión por parte del Gobierno estadounidense. Al consultársele por este vínculo, Vizcarra informó que un mes atrás el Gobierno de Sinaloa llegó a un acuerdo con el director de la Administración para el Control de Drogas de EEUU, (DEA por sus siglas en Inglés), Uttam Dhillon.
«El 16 de setiembre, después del desfile militar por la Independencia de México, las autoridades de Sinaloa se reunieron aquí con el director de la DEA, que llegó por primera vez a Culiacán», señaló el periodista, quien informó de esto en el periódico independiente Río Doce.
«Le presentaron números, pidieron dinero y capacitación, pero nunca dijeron que dieron a cambio. Lo que sí trascendió es que todo esto iba a hacerse por medio de la Iniciativa Mérida del combate al narcotráfico», agregó Vizcarra, quien confirmó el dato en entrevista con el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel.
La Iniciativa Mérida se puso en marcha desde el año 2006, por medio de la cual el Gobierno de EEUU ha venido transfiriendo dinero a México para financiar la guerra contra las drogas a partir de múltiples rubros, que incluye también el trabajo de la USAID, la agencia norteamericana para el desarrollo internacional, acusada en varias ocaciones de colaborar con la CIA y cuyos dirigentes en un momento reconoció su apoyo a fuerzas políticas opositoras a Gobiernos de América Latina.
«Es un dato de referencia, no quiere decir que haya algún vínculo, pero hoy debemos cuestionarnos qué fue lo que se acordó entonces», concluyó el periodista sinaloense.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…