NACIONALES
Señales de alerta

Opinión, por Iván Arrazola //
El dicho popular lo expresa bien: “Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe”. Lo ocurrido en días recientes ante la amenaza de los aranceles en México invita a la reflexión. Aunque la presidenta ha insistido en que la situación comercial y económica está bajo control, las señales provenientes tanto del interior como del exterior del país no parecen augurar un panorama favorable para la economía nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha sostenido su cuarta llamada telefónica con Donald Trump desde su triunfo en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Es probable que sea la mandataria mexicana que más comunicaciones ha tenido con un presidente estadounidense en tan corto tiempo.
Las dos últimas conversaciones se han centrado en la crisis arancelaria, cuya posible implementación tendría un impacto severo en la economía de México. Con exportaciones a Estados Unidos por 480 mil millones de dólares, equivalentes al 34% del PIB, queda claro que la imposición de aranceles agravaría de manera irreversible la ya debilitada economía mexicana.
La cuestión es hasta qué punto se podrá tolerar que, mes tras mes, México siga estando sujeto a los caprichos del mandatario estadounidense, quien reiteradamente amenaza con imponer aranceles a sus principales socios comerciales.
La medida, que carece de lógica, no solo afectará la economía mexicana, sino también la de Estados Unidos. Sin embargo, parece responder a una intención distinta: generar un desgaste que desincentive la inversión en México y haga que empresas e inversionistas reconsideren sus planes, optando en el futuro por establecerse en territorio estadounidense ante la constante amenaza de Trump.
En este contexto, el banco Banamex ha proyectado un crecimiento económico para México del 0% para este 2025. Las razones detrás de esta estimación incluyen las altas tasas de interés, la amenaza de aranceles y un manejo irresponsable de la política fiscal en 2024.
Aunque desde la mañanera del pueblo se insiste en que inversiones millonarias de gigantes como Netflix o Mercado Libre están llegando a México, la realidad es que el país enfrenta un panorama económico sumamente complicado.
La presidenta ha promovido la idea de que en México los salarios han aumentado y se han implementado programas sociales sin necesidad de incrementar los impuestos. Sin embargo, esta estrategia está generando un problema significativo en las finanzas.
Uno de los rasgos distintivos de este gobierno ha sido la expansión de los programas sociales. Entre ellos, la Pensión Universal para Adultos Mayores ha sido elevada a rango constitucional, con el compromiso de aumentar su monto cada año por encima de la inflación.
Además, se han fortalecido otros programas emblemáticos como el Apoyo a Personas con Discapacidad, Jóvenes Construyendo el Futuro, Becas Benito Juárez, Bienestar Infantil y, más recientemente, el apoyo dirigido a mujeres de 60 a 64 años.
Si bien nadie duda de la importancia y el impacto positivo de estos programas, representan un desafío presupuestal considerable, ya que en conjunto requieren más de 835 mil millones de pesos para funcionar durante el 2025.
Por otro lado, el gasto en obras prioritarias también representa una parte relevante del presupuesto. De los 189 mil millones de pesos aprobados para estos proyectos, al menos 149 mil millones se destinarán a la construcción de líneas de trenes, incluyendo la conclusión del Tren Maya.
La insistencia de este gobierno en impulsar proyectos ferroviarios, particularmente el Tren Maya, cuya rentabilidad aún no ha sido demostrada, genera serias dudas sobre la viabilidad de estas inversiones. A esto se suma el elevado costo de la deuda, que ya supera los 1.4 billones de pesos, lo que agrava aún más la presión sobre las finanzas públicas.
En medio de este ambiente, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O presentó su renuncia apenas cuatro meses después de haber asumido el cargo, ante lo complejo que ha sido el manejo presupuestal en México.
Ante este panorama, es fundamental que el gobierno adopte una política coherente. Si decide mantener un alto nivel de gasto público en programas sociales y obras de infraestructura, deberá considerar una reforma fiscal que le permita incrementar los ingresos y garantizar el cumplimiento de sus compromisos financieros.
Por otro lado, si el gobierno busca generar mayor certeza y atraer más inversión al país, deberá crear las condiciones adecuadas para lograrlo. Esto implica fortalecer su política de seguridad, ya que es un hecho que en diversas regiones del país el crimen organizado mantiene el control, muchas veces en complicidad con autoridades locales.
Por último, otro tema crucial es el de la certeza jurídica. Los cambios constitucionales en el Poder Judicial, el papel predominante que el Estado busca asumir en materia energética y el creciente endeudamiento de las empresas públicas hacen necesario establecer condiciones que brinden mayor seguridad sobre el rumbo económico y jurídico del país en el futuro. De no atenderse las señales, todos experimentaremos las consecuencias.
ENTREVISTAS
Francisco Reséndiz Neri, candidato a juez de distrito: Juzgar con pasión, servir con independencia

Por Francisco Junco //
“Quiero seguir siendo juez porque es mi vocación y mi pasión. No busco poder, sino servir”, afirma con convicción Francisco Reséndiz Neri, Juez Séptimo de Distrito en Jalisco, mientras enfrenta un proceso inédito en México: la elección popular de jueces el 1 de junio de 2025.
Con más de 20 años en el Poder Judicial y nueve como titular en materia penal, Reséndiz, identificado con el número 25, defiende su trayectoria y su amor por los derechos humanos como su principal carta de presentación.
Un camino desde abajo
Reséndiz comenzó en los escalones más bajos del sistema judicial, como meritorio, haciendo copias y aprendiendo desde la base. Su carrera incluye roles como actuario penal, secretario del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, y juez federal en materia de cateos y arraigos en la Ciudad de México, hasta llegar a la titularidad del Juzgado Séptimo de Distrito.
“Me mueve, el hecho de que creo que esto tiene que mejorar en la selección y que se requerirán personas de experiencia, personas independientes, que contribuyan a que subsista lo que es propiamente la división de poderes, la democracia como la conocemos actualmente, porque la defensa más cercana que tiene el ciudadano y todas las personas contra cualquier acto arbitrario, es precisamente el juicio de amparo, único en el mundo que permite anular cualquier acto”, señala, destacando su compromiso con la división de poderes y la democracia.
Retos de una elección sin precedentes
En entrevista con Conciencia Pública, Reséndiz aborda con franqueza los desafíos de esta elección. “Será difícil que la gente vote con cientos de nombres en una boleta, sin partidos ni propuestas tangibles”, admite. Reconoce riesgos, como la posible influencia de poderes fácticos, incluido el crimen organizado, pero insiste en que la solución es simple: “Apegarse a la ley, al caso concreto y a la Constitución”. Su experiencia, dice, es su escudo contra presiones externas.
Dilemas judiciales
Francisco Reséndiz Neri reconoce que uno de los grandes dilemas actuales en la labor jurisdiccional es la falta de una postura clara de la Suprema Corte respecto a la jerarquía entre los tratados internacionales y la Constitución.
“Muchos jueces, actuando de manera fundada, han establecido que debe prevalecer el tratado sobre la Constitución en ciertos casos, especialmente cuando se trata de derechos humanos”, explica. Sin embargo, esa práctica ha generado reacciones del poder legislativo, que habla de afectaciones a la soberanía nacional. “El problema es que cuando un juez aplica el tratado por encima de la Constitución, aunque sea para proteger derechos humanos, puede ser señalado o etiquetado, y eso no debería pasar”, señala.
Una justicia humana y equitativa
Cuenta cómo, en un caso de abuso sexual contra un menor, “coincidía la edad con la de mi hija. Estás tentado a echarle más cosas, pero no puedes. Tienes que ser objetivo. No puedes decidir por lo que sientes” y reafirmó que la objetividad no lo aleja de la empatía, “hay que ponerse en los zapatos de los otros. Todos tienen un proyecto de vida, todos merecen respeto”.
Propuestas claras
¿Por qué votar por él? Reséndiz enumera tres razones:
“Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona capacitada. Quiero que votes por mí porque tienes derecho a una persona que ha administrado justicia y que tiene noción de lo que es o son los actos injustos. Y, tres, quiero que votes por mí porque siempre dialogaré por la protección de los derechos de las personas. Esa es mi directriz”, subraya.
Deuda histórica con las víctimas
Para Reséndiz Neri, el sistema penal mexicano tiene una deuda histórica con las víctimas, “el sistema ha privilegiado la forma sobre el fondo”, lamenta. Y pone un ejemplo elocuente, “no es lo mismo liberar a alguien porque no se leyó un derecho a tiempo, que porque no se comprobó su responsabilidad. Hay que cuidar las formas, sí, pero sin perder de vista la justicia de fondo”, apunta. Desde esa visión, Francisco Reséndiz cree necesario revisar la legislación para que no se convierta en un laberinto que sirva como impunidad.
El juez habla con firmeza sobre temas que no todos tocan con tanta claridad, por ejemplo, aseguró que la diversidad llegó para quedarse. “No puede haber discriminación por preferencia sexual, por origen étnico o por discapacidad. Es una deuda histórica que tenemos con los grupos vulnerables”. Defiende los protocolos para juzgar con perspectiva de género, y asegura que su compromiso es procurar una justicia que no sólo sea formalmente igual, sino sustantivamente justa.
En un México donde la desconfianza hacia las instituciones prevalece, Reséndiz ofrece su trayectoria: nueve años como titular del Juzgado Séptimo de Distrito y una carrera forjada en la experiencia.
En la inédita elección de jueces del 1 de junio de 2025, lamenta no poder prometer resultados tangibles como un político que ofrece obras públicas. “Solo prometo proteger los derechos de quienes lleguen a mi juzgado, porque así lo manda la Constitución”, asegura con convicción. “No lo hago por poder, sino por deber”.
CARTÓN POLÍTICO
Herida abierta
NACIONALES
Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //
Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.
Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.
Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.
Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.
Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.
La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.
El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.
Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.
Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.
Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.
Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.
Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.
Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.
Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.
A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.
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