NACIONALES
Un viaje por el sureste
Opinión, por Miguel Ángel Anaya Martínez //
Hace unos días, tuvimos la oportunidad de recorrer parte del sur del país. Por todos es sabido que, los estados sureños son los más abundantes en recursos naturales, biodiversidad, cultura, etc. Pero, también es cierto que abundan la pobreza y la marginación. Es normal escuchar la frase de “existen muchos Méxicos diferentes.” Sin embargo, esta afirmación se recrudece cuando se viaja.
Hagamos un pequeño recuento. Comenzamos el viaje en Tuxtla Gutiérrez, este nombre se compone de un vocablo indígena y el apellido de Joaquín Miguel Gutiérrez, quien fuera gobernador de este lugar y que apoyaba ideas independentistas. No deja de sorprender como el segundo estado del país con mayor población indígena, tiene en su nombre una conjunción de vocablos mayas y españoles y es que nos guste o no, somos mestizos, eso nos define como mexicanos.
Posteriormente, agarramos camino hacia San Cristóbal de las Casas, allí nos recibió un amigo tapatío radicado en Chiapas desde hace siete años, él encontró refugio en este lugar y en honor a su tierra natal, fundó la pizzería “La Minerva”. San Cristóbal, es conocido como el “más mágico” de los pueblos debido a su diversidad cultural.
Después, decidimos hacer un viaje en auto hacia Palenque, centro ceremonial maya, con una historia y unas ruinas realmente sorprendentes. Para llegar pasamos por una veintena de pueblos indígenas con autogobierno, allí quedan vestigios de la lucha del EZLN, abunda la pobreza, el huachicol, la casas a medio construir, y por alguna razón pasamos cientos de topes ¡400 en alrededor de 200 kilómetros de carretera!
También abunda la propaganda política, en este lugar no llegan servicios como la luz o el agua potable de manera regular, pero increíblemente hay cientos de bardas -igual o más bardas que topes- con la leyenda #EsClaudia; es curioso, muchos habitantes de este lugar, no concuerdan con el gobierno y no hablan español, sin embargo, alguien les dijo que en la encuesta es Claudia.
En fin, además de visitar Palenque, tuvimos la oportunidad de conocer las cascadas de Agua Azul y Misol-Ha, destinos impresionantes, el agua es clara, las vistas espectaculares y el entorno natural sin igual. Llama la atención como estos lugares son poco reconocidos a nivel nacional, el turismo foráneo es mínimo, hay mucho europeo, algunos locales y uno que otro gringo.
En el camino de regreso, compartimos autobús turístico con Rosa, originaria de Aguascalientes, viajaba con su esposo. Platica el suplicio de recorrer la pesada carretera de San Cristóbal a Palenque y el temor que tuvo hacia la población indígena, y es que, uno teme a lo que desconoce y los mexicanos conocemos poco de nuestras comunidades indígenas y a su vez, los originarios de esa zona poco conocen y poco empatizan con los demás habitantes del país.
Además de ellos, viajan con nosotros una pareja de franceses, otra más de argentinos, un par de holandeses recién graduados y dos jóvenes estadounidenses, ellos cuentan que llevan más de dos meses viajando por México; todos coinciden en lo mismo: Chiapas es un lugar hermoso, lleno de cultura, pero el nivel de pobreza es deprimente, es triste ver a las y los niños sin oportunidades.
Estando en un punto medio de la carretera, nuestro transporte para, llegó el momento de dividirnos, algunos retornarán hasta San Cristóbal y algunos otros nos quedaremos en Palenque. En lo que esperamos el transbordo, volteamos y vemos algo que puede unir a cualquiera: unos niños con una pelota de fútbol.
Los gringos piden chance de jugar, los argentinos no dudan en acercarse, los holandeses toman su lugar como aficionados, se arma una cascarita improvisada de alrededor de veinte minutos. Para jugar futbol no es necesario ser originario de donde mismo, no importa la edad ni la condición social, ni siquiera se necesita hablar el mismo idioma.
Tal vez, si nos fijáramos más en lo que nos une y no en lo que divide, no viviríamos Méxicos tan distintos ni tendríamos un país tan desigual. Si la publicidad política fuera propaganda para el turismo, promoción cultural o inversión pública otro gallo cantaría.
Hasta aquí la reseña; también tuvimos la oportunidad de visitar Tabasco, pero esa es una historia que se contará en otra ocasión. ¡Hasta la próxima!

Tania Luevanos
19 de junio de 2023 at 09:39
Gran lugar Chiapas, gracias por compartirnos tu experiencia!