OPINIÓN
Al pueblo, pan y circo
Opinión, por Javier X. Hurtado //
Ad populum panem et circenses (al pueblo, pan y circo). Esta es la cruz de nuestra parroquia, que sufrimos a diario, tal y como lo hacían en la antigua Roma para distraer al pueblo a cambio de obediencia. Se utilizaba también como distractor para mantenerlo alejado de los asuntos que Los Patricios preferían seguir manejando.
Aunque no lo creamos, este dicho, a pesar de los siglos que tiene, se ha magnificado con el mal uso que los gobernantes hacen de las redes sociales, utilizándolas para difundir masivamente tonterías, dada su poca capacidad para hacer política (no grilla); ya que, simple y sencillamente, se dedican a hacer un liveshow de ellos, sin dignificar su labor, o aprovechando las redes sociales a su disposición.
Nuestras autoridades y representantes del ámbito federal, estatal y municipal, se dedican a eso: hacen circo marona y teatro, y ya no sólo crean los distractores, sino que son parte de ellos. Por ejemplo, el actual presidente municipal de Neza, Adolfo Cerqueda Rebollo, subió un video bailando reguetón para captar atención en redes sociales. Búsquenlo en Youtube. ¡Qué vergüenza!.
Lo más lamentable es que no conformes en hacer lo dicho en el párrafo anterior, es que son tan iletrados que no recuerdan que en la antigua Roma, la entrada a los espectáculos, era un derecho de los plebeyos para mantenerlos enajenados, y no esencialmente una opción de esparcimiento (intuya usted de qué gobernantes estoy hablando que se dedican a hacer eso).
Debemos de reconocer que la culpa no solo es de los que hacen del circo una política, sino que también de las empresas de comunicación que contratan, en en el organigrama del gobierno tienen quien haga lo propio.
Nuestros representantes deben de entender que –como dijera Sartori “la lógica lleva al método”-. Siendo representantes populares, producto de la política de cuates y cuotas, deben de dejar de servirse de las redes sociales para dar difusión a su pan y circo.
El método de estos gobernantes le gana a la lógica, ética, a la responsabilidad social y atenta contra la ciencia empírica de la política al sucumbir ante los medios por un objetivo, y no utilizarlos para dignificar a la política.
Se aprovechan de las redes sociales para difundir lo que no deben hacer, en vez de utilizarlas para difundir mensajes con contenido u ofrecer plataformas de participación ciudadana.
