MUNDO
Alarma en mercados europeos: Una crisis financiera mundial comienza ¿se podrá evitar?

Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
El anuncio de la quiebra inesperada del Silicon Valley Bank (CVB), de California, Estados Unidos, ha producido un tsunami que se extiende rápidamente en el mundo financiero, causando efectos de pánico en Europa, alcanzando ya al prestigioso y conocido Credit Suisse, una de las instituciones financieras más emblemáticas.
Se trata de la mayor bancarrota estadounidense desde la crisis financiera mundial del 2008. El 13 de marzo, el propio presidente Biden pidió tranquilidad a ahorradores e inversores y enfatizó que el mundo político hará todo lo que esté a su alcance para preservar el sistema financiero. «Los estadounidenses pueden confiar en la solidez del sistema bancario (…). Sus depósitos estarán disponibles cuando los necesiten”.
Karine Jean-Pierre, la portavoz de la Casa Blanca, salió al cruce de los malos presagios, insistiendo que “esto no es el 2008”, en referencia a la última gran crisis que estalló ese año. La misma fue resultado de la explosión de la burbuja creada a partir de la especulación con el precio exorbitante de viviendas y construcciones en general.
La crisis actual se desencadenó la semana pasada. El pasado 8 de marzo el Silicon Valley Bank anunció la venta forzada de títulos por valor de 21,000 millones de dólares, lo cual le implicó pérdidas de 1,800 millones y una caída a pique de sus acciones en Wall Street. Al mismo tiempo anticipó que vendería 2,250 millones de dólares en nuevas acciones para reparar sus finanzas.
Tales hechos motivaron el pánico entre la clientela, que retiró depósitos en masa. El jueves 9, sus acciones se desplomaron un 60% y arrastraron consigo otras operaciones bancarias, ya que los inversores vieron en el horizonte señales semejantes a las del crack mundial de 15 años atrás.
El viernes 10, ante el derrumbe brutal de sus activos, SVB quebró y fue absorbido por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, la agencia federal estadounidense –un organismo independiente del gobierno– que garantiza que los clientes recuperen su dinero –total o parcialmente. Para reintegrarle sus depósitos a la clientela, la agencia federal liquidó los activos restantes del banco. En paralelo intervino también el Signature Bank.
Con 29 sucursales nacionales, el SVB prestaba servicios a casi la mitad de las empresas estadounidenses de tecnología. Se expandió a varios países europeos, como Alemania, Dinamarca, Irlanda, Suecia y Reino Unido. También se instaló en Canadá, China, India e Israel, ocupando hasta la semana pasada un lugar entre los 20 bancos estadounidenses más sólidos.
Según informaciones brindadas por el mismo SVB, sus activos –incluidos préstamos– se triplicaron durante la pandemia, gracias a las ganancias exorbitantes de los servicios digitales de “recreación” y entrega de alimentos y otros bienes a domicilio a millones de personas confinadas en sus hogares. De 71,000 millones de dólares al cierre de 2019 pasaron a 220,000 millones de dólares en marzo de 2022.
Los depósitos crecieron más de tres veces durante ese mismo período debido a la proliferación repentina de miles de empresas tecnológicas de tipo startup. En paralelo, el banco duplicó la cantidad de empleados en la central y en sus sucursales.
La caída repentina del SVB se produjo tras 48 horas de una clásica estampida bancaria, cuando miles de clientes (empresas e inversionistas) retiraron sus depósitos. Igual que otras instituciones de su tipo, durante el boom de la pandemia el Silicon Valley Bank invirtió miles de millones de depósitos en bonos del Tesoro de Estados Unidos. Lo que parecía una apuesta segura cayó rápidamente cuando la Reserva Federal aumentó las tasas de interés con el propósito de controlar la inflación: el valor de esos bonos se desmoronó de la noche a la mañana, y con ellos, la fabulosa riqueza acumulada por el SVB y otros bancos. (rebelion.org)
Con la caída del SVB, y otros bancos de pequeño y mediano tamaño, se ha provocado una alarma generalizada en los mercados financieros internacionales, especialmente el europeo.
A medida que se extendieron los temores de una crisis bancaria más amplia, las acciones bancarias europeas se desplomaron, y el índice de bancos Euro Stoxx cayó un 3,5%. ING y Commerzbank perdieron un 5%, BNP Paribas perdió un 4,2% y Deutsche Bank cayó un 3%. Como resultado, los mercados bursátiles europeos cayeron entre un 1% y un 1,7%.
Las acciones bancarias estadounidenses también se vendieron, incluidas Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Morgan Stanley , siendo los bancos regionales los más afectados.
La empresa matriz de Silicon Valley Bank, que fue absorbida por los reguladores de California hace una semana, solicitó hoy una reorganización supervisada por un tribunal bajo la protección por bancarrota del Capítulo 11 para buscar compradores para sus activos. SVB el viernes pasado fue la primera ficha de dominó en caer, seguida por Signature Bank de Nueva York el domingo.
Los mayores prestamistas de Wall Street se unieron ayer para rescatar a First Republic Bank después de que sus acciones colapsaron, inyectándole $30 mil millones (£ 25 mil millones), pero las acciones de First Republic cayeron un 26% el pasado viernes 17.
En Europa, Credit Suisse ha pasado de una crisis a otra, y el Banco Nacional Suizo se vio obligado a ofrecer un salvavidas de 44,500 millones de libras esterlinas al segundo banco más grande de Suiza. Si bien existen problemas específicos en SVB y Credit Suisse, hay evidencia de dificultades más amplias en el sistema bancario. Las acciones de Credit Suisse han caído un 10% más el sábado 18.
A medida que los clientes retiran su efectivo a un ritmo vertiginoso, las salidas netas de los fondos administrados en Estados Unidos y Europa de Credit Suisse superaron los 450 millones de dólares entre el lunes y el miércoles, estima la firma de datos Morningstar Direct. (theguardian.com)
Credit Suisse Group A.G. es una empresa suiza de servicios financieros que opera en las áreas de banca privada, de inversiones y gestión de activos. Pone a disposición asesorías integrales a clientes privados, corporativos e institucionales. En el segmento de empresas e instituciones, ofrece servicios bancarios como préstamos, financiamiento comercial, finanzas corporativas y gestión de activos y pasivos. En el área de inversión, la compañía cuenta con asesorías en materia de fusiones y adquisiciones, además de servicios para levantar deuda, patrimonio y otros capitales. Fundada en 1856 y con sede en Zúrich, Credit Suisse tiene presencia en Europa, Medio Oriente, África, Asia Pacífico y América, donde sus principales mercados son los de EE.UU., México y Brasil. La compañía participa también en el financiamiento de iniciativas de energía limpia, entre las que se cuentan proyectos de energía solar, eólica, geotérmica, biomasa y biocombustibles.
Al tiempo que se extiende el pánico en los inversionistas y ahorradores, el Banco Central Europeo (BCE) analiza la posibilidad de nuevas subidas en sus tasas de interés, algo que podría provocar estallidos sociales en Europa, que han iniciado ya en Francia desde hace semanas, con fuertes movilizaciones de la población francesa en sus principales ciudades, manifestándose en contra del gobierno de Emmanuel Macron y las modificaciones que busca hacer en la edad de jubilación estatal sin una votación parlamentaria, un grave error en una sociedad tan caldeada, y con una furia creciente en contra del estertóreo sistema capitalista. Esto podría significar la defenestración de Macron en la presidencia francesa si no da marcha atrás a su anti-social plan de pensiones. Por supuesto que las protestas, que se han comenzado a diseminar por otros países europeos, no se ven en los medios de comunicación controlados por las grandes corporaciones, pero es imposible tapar el sol con un dedo.
JALISCO
Lleva Ballet Folclórico de Guadalajara cultura y tradición a Estados Unidos

– Por Mario Ávila
El Ballet Folclórico de Guadalajara se presentó en el Rosemont Theatre de Chicago, en el evento estelar de la Segunda Ruta de la Gira Internacional 2025, México en el Corazón.
Los bailarines tapatíos compartieron escenario con el Mariachi Estelar de México en el Corazón y la Banda Orquesta Colores, y presentaron estampas, música y canciones de Guanajuato, Yucatán y Jalisco ante los más de 4 mil 400 asistentes.
Este espectáculo se realiza anualmente e incluye al Mariachi Estelar como uno de sus principales artistas, junto con el Ballet Folclórico Guadalajara y la Banda Orquesta Colores.
Participaron en el evento Sergio Suárez, presidente de NAIMA (North American Institute for Mexican Advancement); Ron Serpico, alcalde de Melrose Park; Susana Mendoza de Illinois Comptroller; Reyna Torres, cónsul general de México en Chicago; Andrea Blanco, coordinadora del Gabinete Social del Gobierno de Jalisco; y Manuel Romo, secretario de Gobierno del Gobierno de Guadalajara.
Esta es la segunda parada de la ruta de México en el corazón, la primera fue en la Ciudad de Sioux City, en Iowa en donde se presentó por primera vez, y más de mil personas asistieron a disfrutar de este espectáculo.
La gira continuará por el Medio Oeste, Sur y la Costa Este de los Estados Unidos.
Para fechas y ciudades entrar en este sitio web: http://www.mexicoenelcorazon.org
CARTÓN POLÍTICO
Edición 805: Entrevista a Mirza Flores: «La silla del poder es prestada; no olvidemos de dónde venimos»
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LAS CINCO PRINCIPALES:
Arranca el Sistema Estatal de Participación Ciudadana en Jalisco
La corrupción urbanística: Valle de los Molinos y Colomos III
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…