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OPINIÓN

Ante la terca realidad: La comunicación como política pública en Jalisco

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Con todo respeto, por Jorge Zul de la Cueva //

Por el Mar de las Antillas anda un barco de papel: anda y anda el barco barco, sin timonel. De La Habana a Portobelo, de Jamaica a Trinidad, anda y anda el barco barco, sin capitán”, Nicolás Guillén.

Nuestro barco, llamado Jalisco, se parece al del poema. Va de aquí para allá, en ideas de publicistas que confunden la propaganda política con la creación de políticas públicas. No hay ruta más allá de sacarse de la manga planes que suenan fantásticos, pero no llegan a puerto alguno. Esto nos ha llevado de disparate en disparate, de ocurrencia en ocurrencia y de zozobra en zozobra.

Hagamos un pequeño recuento de algunos de estos planes gigantescos:

¿Recuerdan la promesa de una nueva constitución estatal? Pura comunicación disfrazada de política pública.

A fines de 2020 se hicieron los Foros Temáticos Ciudadanos y Sectoriales “Hacia Una Nueva Constitución Política del Estado de Jalisco”.

Ahí, Alfaro indicó que los foros serían el primer paso a una campaña de concientización para la ciudadanía y que llevarían a la integración de un nuevo constituyente.

Claro que aprovechó para subrayar que el esfuerzo era tanto indispensable como propio de Hércules o digno de él.

Si a nuestras constituciones local y federal les hemos cambiado todo durante muchos años, pero en ejercicios unilaterales de los legisladores o de quienes tienen el poder”.

Si se tratara solamente de modificar la Constitución, de cambiarla completita en todos sus artículos, solo quiero invitarlos a que reflexionen lo siguiente, un ejercicio de esa naturaleza, si sólo se tratara de eso, lo podríamos hacer en este momento de manera directa; un servidor, como Gobernador podría presentar una iniciativa hoy que modificara todos los artículos de la Constitución y podemos construir, ya lo hemos demostrado, la mayoría que se necesitaría para aprobarla y tendríamos una nueva Constitución”.

La pregunta que nos hicimos hace dos años fue: ¿cómo le hacemos? Para que se construya un acuerdo social que surja desde abajo, desde el pueblo de Jalisco y empezamos una ruta legislativa muy compleja, primero, para que esa figura del constituyente existiera, todo mundo hablaba del Constituyente, nada más que no estaba establecido en ningún lugar de nuestra constitución qué era un constituyente, cómo se integraba, quién lo convocaba”, dijo Alfaro en los foros de nombre rimbombante que no eran otra cosa que cajas de resonancia de aplausos de las fuerzas cada vez menos vivas del sector y del partido.

Al respecto, en esos foros, el magistrado José de Jesús Covarrubias Dueñas, (¿Lo recuerdan? Hoy está acusado de acoso sexual y suspendido), explicó que “este ejercicio se abrirá en todas las regiones del Estado además de a un ciberdiálogo de manera permanente y plural para que todos participen”. Nada de eso sucedió.

El nuevo constituyente no es más que el difunto abuelo de la consulta en torno al Pacto Fiscal y es el mismo modus operandi.

Se habló de un proyecto titánico, de enorme envergadura, nunca antes visto, heroico, supremo, magnífico, equiparable a la épica de Gilgamesh y quién sabe cuántas patrañas más que el tiempo convirtió en polvo, risa y nada.

Hasta un libro se hizo, bajo la autoría de la doctora Roxana Paola Miranda Torres, disponible en Kindle, con 828 páginas, en cuyo resumen se señala que “De manera exhaustiva se recapitula el pasado para dar una mejor respuesta a la realidad actual ante la propuesta del Gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, sobre la refundación y la nueva Constitución para el Estado de Jalisco”.

El libro fue presentado el 24 de febrero de este año por Héctor Pizano. Y de acuerdo con Google Academics, ha sido citado UNA vez en lo que va del año.

Podríamos decir que vino la pandemia y cambió las prioridades, pero hay evidencia de que viven de hacer estas cosas y confunden la prestidigitación del anunciante con el acto de gobernar.

Si analizáramos A Toda Máquina antes de la demoledora investigación de Sonia Serrano que hundió el proyecto estrella, la ruta era la misma y los resultados son similares.

Si nos acordamos del Festival Sucede que Enrique Alfaro, cuando era munícipe de Guadalajara, dijo que había superado al Cervantino, es igual.

La batalla contra el coronavirus es otro ejemplo.

Son maquinarias de propaganda disfrazadas de proyecto político y claro, todos los gobiernos las tienen en mayor o menor grado; lo malo es que aquí no se ve por ningún lado que haya proyecto político y la propaganda ya no pega ni con cola por lo alejada que está de la realidad.

Les recuerdo un fragmento del famoso post de Facebook del 23 de abril de 2020:

“…Después de una jornada muy pesada de trabajo me senté solo antes de comer. Traía mi cabeza dando vueltas, me sentía muy cansado y no tenía hambre.

Vibró mi teléfono con un mensaje que me llegaba. (…) Era el secretario de Salud que me informaba que hoy tuvimos 4 muertos en Jalisco y 19 personas contagiadas por el virus.

Ha sido el peor día desde que inició esta crisis. Hoy empezábamos a ver el reflejo en muertes y contagios de lo que como sociedad dejamos de hacer hace algunos días.

(…)

Cerré más fuerte los ojos. Apareció frente a mí la duda: ¿Tendrá sentido el enorme sacrificio que estamos haciendo ? ¿Por qué asumir yo la responsabilidad de obligar a la gente a no salir de su casa, a sufrir por la situación económica, a hacer lo correcto, para salvar vidas que a lo mejor no podremos salvar ? ¿No estaremos ante una realidad inevitable en la que nada podamos hacer ante la fuerza del virus?

Pero después de unos segundos abrí los ojos y encontré una respuesta a mis dudas. Estaba frente a mí Natalia, una de mis 4 razones para nunca rendirme. Sonreía y abrazaba a un elefante de peluche. Levantó los brazos para que la abrazara. Luego llegó mi güera y luego mi Joss.

También vi a mi alrededor. Estaba en Casa Jalisco, en donde la gente me puso para ser gobernador, estaba en el lugar en que siempre soñé estar. Dios había decidido que me tocara estar al frente de esta crisis en mi estado por alguna razón y entendí que no nos iba a dejar solos. No necesité más. Ni madres que nos vamos a rendir”.

Pasamos de pelearnos hasta con el Semáforo Federal e inventarnos la Fase Cero (otro ejemplo de los ridículos comunicacionales disfrazados de política pública que son paja pura) a cambiar de tema, de ser el gran luchador contra el virus a ser uno de los rezagados en porcentaje de vacunación.

¿Por qué?

Porque tal vez no nos hemos rendido, pero hemos perdido el rumbo y la necedad de decir que vamos a defender a Jalisco del mal trato del pacto fiscal o cualquier otro dislate propagandístico no nos va a sacar de este nudo cada vez más ciego ni va a vacunar a nadie.

Se necesita más proyecto, más ruta para Jalisco y menos épicas que no acaban por cuajar.

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