OPINIÓN
Aplazar elecciones de noviembre en EEUU: Oídos sordos y palabras necias de Trump…y AMLO
Comuna México, por Benjamín Mora //
Desde nuestro inicio como seres que buscamos comprender a la realidad, hemos formado mapas mentales que nos permiten tomar decisiones razonadas y responsable; si bien, muchas de esas evaluaciones fueron, son y seguirán siendo subjetivas, tal proceso ha sido la base de la sistematización del conocimiento y, por ende, del desarrollo de la ciencia al crear modelos válidos de explicación y aprovechamiento de la realidad.
Desde la ciencia debemos entender que una verdad es válida hasta que aparece otra explicación mejor de un hecho. En ese devenir, también hemos construido modelos inapropiados que imperaron por siglos.
Las observaciones subjetivas, así como las generalizaciones intersubjetivas han fascinado a millones de personas en todos los momentos de la historia. Hoy, por ejemplo, hay quien, como Donald Trump, que niega el calentamiento global y la gravedad del coronavirus; también hay quien niega la protección de los cubrebocas ante el Covid-19, como López Obrador y López Gatell, y hasta hay quien cree en la teoría terraplanista. Desde la generalización, políticos e influencers ha buscado manipular la realidad y construir cosmovisiones del mundo que nada abonan a la búsqueda de la verdad.
Donald Trump, ante su casi inminente derrota electoral, pretendió aplazar la elección programada para el martes 3 de noviembre próximo por -según declarara- los peligros de la pandemia que antes tanto negó. Desde 1845, por ley se estableció que “las elecciones del presidente y el vicepresidente debe ser realizadas, en cada estado, en el martes siguiente al primer lunes de noviembre, cada cuatro años sucesivamente después de cada elección”.
Jamás, ni en 1864 durante su Guerra Civil, EEUU postergó la elección presidencial. Donald Trump, en derrota anticipada, se ha pronunciado en contra del voto por correo, una posibilidad que contempla el sistema electoral estadounidense, y ha señalado por Twitter que ésta podría ser “la más inexacta y fraudulenta elección en la historia” y “una gran vergüenza para Estados Unidos”.
Para nosotros, los mexicanos, resulta curioso que las elecciones en Estados Unidos sean en martes y no en domingo; la explicación es simple: Por respeto a la religión (los sábados y domingos, en muchas religiones, son dedicados a la oración) y la vida privada.
Según un video que corre por Youtube (https:youtu.be/Lm3rTOwuf9o), el Departamento de Estado norteamericano desclasificó más de 174 mil correos electrónicos de Hillary Clinton que hablan sobre sacrificios y rituales satánicos con más de 200 mil niños y niñas. Esto pareciera otra estrategia de Trump para descalificar al Partido Demócrata. En otro momento, se acusó de la candidata Clinton a la presidencia norteamericana, de un asunto de Estado mal atendido y se dieron a conocer 300 correos que la implicaban; hoy, el Departamento de Estado estaría hablando de más de 174 mil correos y más de 200 mil niños y niñas. Me parece atrevido y falso, e imposible de ser realidad… ¿174 mil correos? Se requeriría haber mandado poco más de 476 correos cada día por un año. ¿200 mil niñas y niños? ¿Dónde está sus padres que nada hacen?
AMLO HABLA DE FRAUDE ELECTORAL EN MÉXICO
En México, Andrés Manuel López Obrador también habla de un posible fraude electoral -en 2021- que le quitaría la mayoría legislativa y detenga su Cuarta Transformación. El 22 de junio pasado, nos advirtió que se convertirá en “un guardián para que se respete la libertad de los ciudadanos para elegir a sus autoridades”, asumiendo lo que es responsabilidad del Instituto Nacional Electoral. Las similitudes me asombran: Trump y López Obrador, temerosos de la democracia, no escuchan a quienes sí saben ni a quienes no coinciden con ellos; son necios, vacíos e ignorantes.
FRENA Y SU MARCHA DE AUTOS
Para muchos anti-pejistas, FRENA y sus marchas en autos los fines de semana son la única opción de catarsis para sus enojos. No les importa saber si la estrategia es viable, si AMLO renunciará o no, ni si con FRENA se abriría la puerta a una dictadura de derecha o si los comunicados de FRENA ocultan falacias políticas distantes de la propia Constitución General de la República; quieren, simplemente, que AMLO sepa que no todos están con él y sus decisiones. Aplaudo tales deseos ciudadanos y los valido; sin embargo, creo que la dirigencia de FRENA debe judicializar sus causas y llamar a juicio a AMLO por muchas causales que están a la vista de todos como el caso de Ovidio Guzmán, la ilegalidad de sus decisiones en casos como el aeropuerto en Texcoco o la cervecera en Baja California, las asignaciones de contratos de gobierno sin mediar licitaciones, la manipulación de la información sobre el Covid-19, etc.
Hoy, en diversas encuestas sobre los futuros electorales en 2021 para gobernadores en México, se marca una clara preferencia por Morena; por ello me parece falaz la estrategia de FRENA de pedir la renuncia del Presidente antes del 30 de noviembre próximo. Hoy, me guste o no, Morena ganaría la elección presidencial si AMLO renunciara y se cumpliera el mandato constitucional de no más de 60 días para elegir a quien lo supliera. Esto es lo real, y lo real es lo que cuenta. No conozco de encuestas sobre el futuro legislativo federal que, a mi entender, sería de la mayor trascendencia para detener el plan estatizador del Presidente López Obrador y la creciente inseguridad pública.
FRENA crece porque las oposiciones se encuentran ampliamente desdibujadas y las pocas acciones que emprenden son reactivas, mal planeadas y peor planteadas. De todos, el Revolucionario Institucional, quien enfrente gravísimos escándalos judiciales de exgobernadores priistas y ex servidores públicos con Peña Nieto, parece no entender que ésta puede ser su última llamada a escena. El PRI puede resurgir si deja de jugar al partido timorato; el PRI deberá exigir pruebas de confianza a sus potenciales candidatos y proponer acciones espejo a los yerros de López Obrador. El PRI debe dejar en claro que el PRIAN jamás existió pues no hay historia que avale alianzas electorales entre el PRI y el PAN, como sí las hubo entre el PAN y el PRD con magros resultados y que, sobre todo, AMLO representa todo lo contrario a lo que el PRI significa, de ahí que el propio AMLO renunció al Revolucionario Institucional como también lo hizo Bartlett y otros morenistas de mala fama.
Si el Revolucionario Institucional quiere ser la opción legislativa en 2021 y de presidencia en 2024 está a tiempo de cambiar su historia. La tarea es dura, pero no le queda de otra y vale el esfuerzo.
