CULTURA
Arrancó la competición en París: Los Juegos Olímpicos, negocios e intereses ocultos

Actualidad, por Alberto Gómez R. //
Los Juegos Olímpicos son uno de los eventos deportivos más prestigiosos y seguidos a nivel mundial, atrayendo la atención de millones de espectadores cada cuatro años. Sin embargo, detrás de la imagen de unidad y competencia deportiva, existe un complejo entramado de intereses económicos, políticos y sociales.
Hay un gran negocio de los Juegos Olímpicos y tiene una destacada importancia sociopolítica, además de los verdaderos intereses que subyacen en la organización de las olimpiadas. Estos eventos reflejan el poder de las naciones desarrolladas sobre las menos desarrolladas y pretenden perpetuar nociones de superioridad racial.
Desde su resurgimiento en Atenas en 1896, los Juegos Olímpicos han sido un reflejo de la evolución de la sociedad global. Lo que comenzó como una celebración del espíritu atlético se ha transformado en un gigantesco espectáculo mediático, con implicaciones que van más allá del deporte. La creciente comercialización y profesionalización de los juegos han generado un impacto significativo en la economía mundial, atrayendo a patrocinadores, medios de comunicación y corporaciones multinacionales.
EL NEGOCIO DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Uno de los pilares económicos de los Juegos Olímpicos son los derechos de transmisión. Las cadenas de televisión pagan sumas astronómicas para asegurar la exclusividad de la cobertura, lo que a su vez genera ingresos publicitarios inmensos. Por ejemplo, NBC pagó más de 7 mil millones de dólares por los derechos de transmisión de los Juegos Olímpicos hasta el 2032. Este flujo de ingresos no solo financia el evento, sino que también beneficia a las ciudades anfitrionas y al Comité Olímpico Internacional (COI).
Las corporaciones globales invierten millones en patrocinios olímpicos, buscando asociar sus marcas con valores de excelencia, perseverancia y unidad. Empresas como Coca-Cola, Visa y Samsung han sido patrocinadores oficiales durante décadas. Este tipo de patrocinio no solo proporciona fondos esenciales para la organización del evento, sino que también garantiza una visibilidad global sin precedentes para las marcas involucradas.
La organización de los Juegos Olímpicos implica una inversión masiva en infraestructura. Las ciudades anfitrionas construyen estadios, villas olímpicas, y mejoran su red de transporte, con la esperanza de revitalizar su economía local y atraer turistas. Sin embargo, esta inversión no siempre resulta beneficiosa a largo plazo. Muchas ciudades han quedado endeudadas y con infraestructuras inutilizadas después de los Juegos, cuestionando la verdadera sostenibilidad de tales gastos.
IMPORTANCIA SOCIOPOLÍTICA
Los Juegos Olímpicos tienen un poder único para unir a las naciones, fomentando un sentido de camaradería y paz. A lo largo de la historia, han servido como plataforma para la diplomacia y la reconciliación, proporcionando oportunidades para el diálogo entre naciones en conflicto. La famosa imagen de los atletas de Corea del Norte y del Sur desfilando juntos en los Juegos de PyeongChang 2018 es un testimonio del potencial unificador de este evento.
Sin embargo, los juegos también han sido utilizados como herramientas de propaganda política. Gobiernos autoritarios han aprovechado el escenario olímpico para mostrar una imagen positiva al mundo y fortalecer el nacionalismo interno. Un ejemplo notable es la Olimpiada de Berlín 1936, donde el régimen nazi utilizó los juegos para promover su ideología y demostrar su supuesta superioridad racial.
En esta edición de los Juegos Olímpicos de París 2024, hay muchos aspectos que analizar -que serán objeto de otro artículo- entre estos la exclusión de Rusia y Bielorrusia para participar, bajo el argumento del conflicto bélico con Ucrania; pero el COI y la comunidad internacional del deporte no dicen nada de la participación de Israel, que continúan el genocidio sobre el pueblo palestino, o de Estados Unidos, quienes están detrás de casi todos los conflictos, intervenciones armadas, o derrocamientos de gobiernos legítimos alrededor del mundo.
La elección de las ciudades anfitrionas a menudo genera controversias relacionadas con los derechos humanos. Países con historiales cuestionables en esta área, como China en 2008 y Rusia en 2014, han sido criticados por utilizar los Juegos para desviar la atención de otros asuntos. Estas naciones han enfrentado protestas y boicots internacionales, poniendo en tela de juicio la ética del COI al seleccionar las sedes, mostrando una proclive obediencia a los intereses occidentales.
INTERESES OCULTOS EN LA ORGANIZACIÓN
El COI, una organización “sin fines de lucro” con sede en Suiza, tiene un control casi absoluto sobre los Juegos Olímpicos. Con miembros que a menudo son criticados por su falta de transparencia y responsabilidad ética, el COI ha sido acusado de tomar decisiones basadas en intereses económicos y políticos más que en los valores olímpicos. La elección de las ciudades anfitrionas y la distribución de los ingresos son áreas donde se percibe una fuerte influencia de intereses corporativos y políticos.
A pesar de las promesas de beneficios económicos, muchas ciudades anfitrionas han enfrentado dificultades financieras después de los juegos. Los costos de construcción y mantenimiento de las infraestructuras olímpicas, junto con la necesidad de financiar la seguridad y la logística, a menudo superan los ingresos generados. Atenas 2004 y Río de Janeiro 2016 son ejemplos claros de cómo la organización de los juegos puede dejar a las ciudades con una carga económica considerable y estructuras subutilizadas.
La preparación para los Juegos Olímpicos a menudo implica el desplazamiento de comunidades vulnerables. Los proyectos de renovación urbana y la construcción de nuevas instalaciones frecuentemente resultan en la gentrificación, desplazando a residentes de bajos ingresos y alterando el tejido social de las ciudades anfitrionas. Estos desplazamientos generan tensiones sociales y críticas sobre las verdaderas prioridades de los organizadores.
REFLEJO DEL PODER GLOBAL
Históricamente, las naciones desarrolladas han dominado los Juegos Olímpicos, tanto en términos de medallas ganadas como en la capacidad de albergar el evento. Países como Estados Unidos, Rusia y China suelen liderar el medallero, lo que refuerza su imagen de poder y superioridad en el escenario global. Esta dominancia no es casualidad, ya que estas naciones cuentan con recursos significativamente mayores para invertir en entrenamiento y desarrollo deportivo.
La brecha entre las naciones desarrolladas y las en desarrollo se hace evidente en los Juegos Olímpicos. Mientras que los países ricos pueden invertir en instalaciones de entrenamiento de primer nivel y programas de desarrollo de atletas, los países menos desarrollados a menudo carecen de los recursos básicos necesarios para apoyar a sus atletas. Esta disparidad no solo se refleja en el medallero, sino también en la participación misma, con muchos países luchando por enviar delegaciones completas debido a limitaciones financieras.
Las naciones desarrolladas también tienen acceso a avanzados recursos tecnológicos y científicos que pueden marcar la diferencia en el rendimiento deportivo. La utilización de técnicas avanzadas de análisis de rendimiento, nutrición deportiva y medicina del deporte puede proporcionar una ventaja significativa a los atletas de estos países. Este acceso desigual a la tecnología y la ciencia refuerza aún más las disparidades en los resultados de los Juegos Olímpicos.
SUPERIORIDAD RACIAL Y REPRESENTACIÓN
Los Juegos Olímpicos han sido utilizados históricamente para promover ideologías de superioridad racial. El ejemplo más infame es el de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde el régimen nazi intentó utilizar el evento para demostrar la supuesta superioridad de la raza aria. Aunque Jesse Owens, un atleta afroamericano, desafió y venció esta narrativa al ganar cuatro medallas de oro, el intento de utilizar los juegos para tales fines dejó una marca indeleble.
En tiempos más recientes, los Juegos Olímpicos han trabajado para promover la diversidad y la inclusión. Sin embargo, aún existen desafíos significativos. La representación de minorías étnicas y de género en muchas delegaciones olímpicas sigue siendo desigual, reflejando las desigualdades sociales y económicas más amplias. La lucha por una representación justa y equitativa en los juegos es un reflejo de la lucha más amplia por la justicia social y la igualdad en todo el mundo.
La inclusión de mujeres en los Juegos Olímpicos ha sido un proceso lento y a menudo controvertido. Desde su exclusión en los primeros Juegos modernos hasta su lucha por la igualdad en el siglo XXI, las atletas femeninas han enfrentado numerosos obstáculos. A pesar de los avances significativos, como la inclusión de más eventos femeninos y la creciente visibilidad de las atletas, las disparidades en términos de financiamiento, apoyo y reconocimiento persisten.
Los Juegos Olímpicos son mucho más que una competencia deportiva; son un fenómeno global con profundos impactos económicos, políticos y sociales. Aunque ofrecen oportunidades para la unidad y el diálogo internacional, también revelan intereses ocultos y controversias que cuestionan su verdadera finalidad. La influencia del COI, las implicaciones económicas para las ciudades anfitrionas, y las controversias sobre derechos humanos son aspectos que deben ser considerados al evaluar el legado de los Juegos Olímpicos.
Además, los juegos reflejan y perpetúan las disparidades de poder entre las naciones desarrolladas y las menos desarrolladas, así como las ideologías de superioridad racial. Para que los juegos cumplan con su propósito original de promover la paz y la excelencia atlética, es esencial una mayor transparencia y responsabilidad en su organización y ejecución. Asimismo, se debe trabajar en reglas más equitativas y claras para una participación inclusiva donde se privilegien las habilidades de los deportistas, y no los intereses político-económicos de los países o grupos de interés que administran y promueven este tipo de eventos deportivos.
CULTURA
Obra de Ernesto Ríos: «Códigos», lo que hay detrás de lo que vemos

-Por Gabriela Andrade
Desde el 3 de julio de 2025, el Centro de las Artes de San Luis Potosí alberga una muestra que no solo reúne obra visual, sino también pensamiento crítico, investigación y sensibilidad poética. Se trata de “CÓDIGOS”, exposición individual del artista, investigador y académico Ernesto Ríos, que se presenta en la Galería Central del CEART con entrada libre y una duración extendida durante el verano.
La exhibición ha sido curada por Gabriela Gorab, quien propone una lectura del trabajo de Ríos como un acto de desciframiento de los lenguajes invisibles que componen el mundo: desde algoritmos hasta estructuras celulares, pasando por patrones ancestrales y símbolos tecnológicos. En palabras de Gorab, esta obra se entreteje con el latido profundo de lo que no vemos, un lenguaje encriptado en la biología, el arte y la conciencia.
UN ARTE QUE PIENSA, RESPIRA Y CALCULA
La exposición toma como punto de partida el cruce entre arte, ciencia y espiritualidad. Cada obra puede entenderse como una suerte de “interface” visual entre lo humano y lo inmaterial. Ernesto Ríos investiga desde hace años la naturaleza del patrón, tanto en lo visual como en lo conceptual. En “CÓDIGOS”, esto se manifiesta en una serie de pinturas monocromáticas que integran formas geométricas, estructuras fractales, matrices numéricas y efectos ópticos.
Estas imágenes no están hechas solo para ser contempladas, sino para ser interpretadas. Sus secuencias recuerdan lo que podríamos encontrar en un microscopio o en un telescopio: células en mutación, tejidos en movimiento, constelaciones, redes neuronales. Sin embargo, nada es literal. Ríos sugiere más que describe. Como él mismo ha expresado en otras ocasiones, su obra busca que el espectador complete el sentido, como si el arte fuera una suerte de código que necesita ser traducido desde la intuición.
CERÁMICA COMO ALQUIMIA
Además de su producción pictórica, “CÓDIGOS” incorpora una serie de esculturas cerámicas realizadas con la técnica del raku, una práctica japonesa que implica la cocción a alta temperatura, la quema con fuego abierto y el enfriamiento abrupto. Este proceso, controlado solo parcialmente por el artista, permite resultados inesperados: craquelados, texturas quemadas, tonalidades metálicas, superficies carbonizadas.
El resultado es un conjunto de piezas que, aunque nacen del fuego, parecen emerger de tiempos arcaicos, como si fueran vestigios de una civilización futura o mensajes enviados desde una dimensión paralela. Según Ríos, esta técnica le permite introducir el azar en su proceso creativo, estableciendo una conversación directa con los elementos: tierra, agua, aire y fuego. “Trabajar con raku es aceptar que no todo está en mis manos”, comentó el artista en una entrevista previa. “Es un diálogo con la materia”.
RESONANCIAS DE PANDEMIA Y TRANSFORMACIÓN
Una de las obras más significativas de la exposición es “Skull SARS‑CoV‑2”, una pieza que retoma la forma de un cráneo humano para integrarle el código genético del virus del COVID-19. No se trata de una representación mórbida, sino de una reflexión sobre cómo la biología, la ciencia y la historia se entrelazan. Para Ríos, la pandemia fue un momento que nos obligó a mirar los sistemas que sostienen la vida y también a repensar el lenguaje del miedo, de la resistencia y de la adaptación.
“La obra no busca retratar una amenaza, sino señalar un proceso de reconfiguración”, explicó. “El virus fue también un catalizador para reentender la vulnerabilidad humana y la interconexión del planeta. Lo que parece desorden puede ser parte de un nuevo equilibrio”.
UNA CURADURÍA DE ESCUCHA PROFUNDA
Gabriela Gorab, curadora de la exposición, ha enfatizado que “CÓDIGOS” no se limita a una exhibición estética. “Es una experiencia sensorial, filosófica y espiritual. Las obras de Ernesto están hechas con los ojos abiertos, pero también con los poros, con la memoria, con el cuerpo”, ha declarado. La muestra, en ese sentido, propone que cada visitante realice su propia lectura, encontrando en las formas abstractas una resonancia íntima, un eco de algo que quizás aún no sabe nombrar.
Para Gorab, el trabajo de Ríos crea una coreografía visual en la que todo está relacionado: la geometría con la biología, el sonido con la vibración, el pasado con el porvenir. “Este arte no nos dice qué pensar, pero sí nos invita a pensar distinto”, expresó.
TRAYECTORIA SÓLIDA, MIRADA INQUIETA
Ernesto Ríos nació en Cuernavaca, Morelos, y es doctor en Artes Visuales por el Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), en Australia. Su obra ha sido expuesta en México, Argentina, Australia, Alemania, Chile y otros países, en más de 70 exposiciones colectivas y 29 individuales. Fue el primer artista latinoamericano en ganar el Premio Siemens-RMIT de Artes Visuales en 2010.
Actualmente, combina su práctica artística con la docencia y la investigación como profesor en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), donde impulsa proyectos de arte contemporáneo con un enfoque transdisciplinario.
EL ARTE COMO CÓDIGO VIVO
“CÓDIGOS” es, al mismo tiempo, una exposición sobre el presente, una mirada hacia el futuro y una evocación de los saberes antiguos. Nos recuerda que todo lo que vemos —y lo que no— responde a estructuras, algoritmos, vibraciones. Nos propone que el arte puede ser también una herramienta de investigación, una vía para abrir portales y formular nuevas preguntas.
Disponible durante varias semanas en el CEART de San Luis Potosí, esta muestra no solo merece ser visitada: merece ser leída, descifrada y sentida.
CULTURA
Entre libros y lectores: ¿Negocio o fomento a la lectura?

-Conciencia en la Cultura, por Luis Ignacio Arias
Finalizó el magno remate de libros en Guadalajara en su cuarta edición. En ella participaron editoriales independientes, nacionales, librerías de viejo e iniciativas como cita a ciegas con un libro.
El espíritu el evento es fomentar la lectura y la cultura en los tapatíos, para otros sectores, la verdadera finalidad es ayudar a las editoriales a deshacerse de su inventario viejo, también conocido como inventario envejecido, inventario muerto o inventario obsoleto, es decir, libros que han permanecido sin venderse durante un periodo prolongado, ocupando espacio en los almacenes y sin retribuir los costos de producción utilizados.
El evento es organizado por la Secretaría de Cultura de Jalisco y las editoriales participantes, con el fin de ofrecer a los asistentes libros con descuentos desde el 40% hasta el 70%, se podían encontrar libros desde 20 pesos. Estos descuentos pueden ser percibidos como una forma de animar al público a acercarse a la lectura y la cultura.
Pero para un sector más crítico de escritores, editoriales locales y público asiduo a comprar libros en físico, el evento tiene un fin comercial con un pretexto cultural, ya que las librerías grandes o establecidas, en esta cuarta edición Penguin y Gonvill, no ponen en descuento lo más nuevo o vendido de su catálogo, simplemente asisten con su stock regular buscando generar ventas o poniendo en descuento aquellos títulos que no han logrado vender y necesitan desalojar de sus almacenes para hacer espacio a nuevos embarque.
En sus redes sociales, algunos asistentes criticaron la falta de títulos actuales, señalaron que, en su mayoría, se trataba de libros de autoayuda, manuales de cocina, segundas o terceras partes de sagas no reconocidas o títulos de literatura clásica. Por lo que su experiencia no fue muy satisfactoria, aun así, los que se dedicaron a buscar y rebuscar en los montones de libros encontraron algún libro de su agrado.
Vendedores y consumidores tienen razón, sus posturas son válidas y no son incompatibles. La industria editorial es un negocio, cuya finalidad es producir ganancias, como cualquier otra industria. Por ello busca estrategias que acerquen al público a sus productos. El debate se da por el tipo de producto que manejan, libros. La asociación entre libros y cultura es natural, y al ser un bien intangible, de dominio público y un derecho de cualquier ser humano, el relacionarlo con el ámbito comercial genera escozor en los sectores más puristas, tradicionales o idealistas.
No es una crítica a estos grupos, la cultura es fundamental en el desarrollo del individuo y aspirar al desarrollo de ella debe ser un objetivo de cualquier sociedad y son estos mismos grupos los que suelen mantener viva escena cultural del estado. Pero cultura e industria no deberían percibirse como antagónicos, sino complementarios. Ambos tienen un fin en común, acercar a las personas a los libros.
Se puede objetar que a las editoriales no les interesa el tipo de libro, el uso que se le dé o si son leídos o no; simplemente quieren vender la mayor cantidad de ejemplares posible. Las editoriales o librerías no tienen la función de fomentar el gusto por la lectura, su función es ofrecer los productos que el público demanda; leerlos o no es decisión del comprador.
Entonces, ¿para qué sirve un libro que no es leído? Es ahí donde los sectores culturales, ajenos a los intereses comerciales, pueden colaborar, despertando el interés en la lectura, en el saber. Si alguien compra un auto, una máquina para ejercicio o cualquier otro producto y no lo utiliza, no se culpa al vendedor, sino al consumidor, incluso se podría argumentar que es su inversión y está en todo su derecho de hacer o no hacer con ella lo que quiera.
Según el módulo de análisis sobre la lectura en 2024, realizado por el INEGI, en México la población alfabetizada que practica la lectura es del 69.6%. Los libros siguen siendo lo más leído, con un 41.8% del material leído, que incluye también a periódicos, páginas de internet, revistas e historietas. No se aclara si se trata solo de libros físicos o si se incluyen las versiones digitales, pero sí se menciona que el acceso gratuito a materiales de lectura aumentó de 55.6 % en 2015 a 66.7 % en 2024.
Es decir, los lectores están recurriendo al material gratuito, una de las razones es el costo de adquirir un libro nuevo, en 2024 el salario mínimo en México fue de $248.93 por día, por lo que comprar un libro nuevo, en promedio, implica mínimo un día de trabajo para los trabajadores con salario mínimo.
Eventos como este, buscan promover la compra de libros en grupos que no tienen los recursos suficientes para adquirir un ejemplar de forma regular. El público al que busca llegar no es el que asiste de forma regular a las librerías o al FIL, donde los costos de los libros se incrementan tanto por la renta de espacios y la logista que implica armar un evento así, sino a aquellos que no cuentan con los recursos para adquirir de forma regular o en la cantidad que ellos quisieran.
Y es verdad que, al tratarse de un remate, los libros que se ofrecen no son los más demandados sino aquellos que no han logrado entrar en el gusto de los consumidores, pero eso no significa que carezcan de valor cultural o que no puedan ofrecer algo de interés.
Porque los libros son algo especial, en palabras de Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Es necesario promover y fomentar no solo su compra, labor de las editoriales y librerías, sino su lectura, ya sea de forma virtual o digital, es labor del gobierno, instituciones públicas y privadas, así como de las familias, no el formar un hábito sino un gusto, por lo que la escena cultural del estado y las editoriales y librerías deberían realizar esfuerzos conjuntos y no de forma asilada o incluso antagónica.
CULTURA
Tlaquepaque celebra la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica

-Por Raúl Cantú
En una vibrante ceremonia que reunió a artesanos de todo México, el Centro Cultural “El Refugio” fue el escenario de la edición XLVIII del Premio Nacional de la Cerámica, un evento que celebró la tradición, el talento y el arte popular.
Con un récord de 912 participantes, esta premiación destacó la importancia de la cerámica como patrimonio cultural y económico de México, consolidando a Tlaquepaque como la Villa Alfarera y un referente nacional.
La presidenta municipal, Laura Imelda Pérez Segura, resaltó el valor ancestral de la cerámica, un arte de más de 4,000 años que fusiona tradición prehispánica y técnicas modernas. “En Tlaquepaque, como Pueblo Mágico y centro de la mexicanidad, asumimos la misión de preservar este oficio milenario”, afirmó.
Este año, la bolsa de premios creció un 50% hasta los 2.79 millones de pesos, entregando 36 galardones en categorías como cerámica tradicional, contemporánea, infantil y juvenil, además de reconocimientos por trayectoria.
En esta edición participaron artesanas, artesanos y ceramistas de diferentes estados de la República, como: Estado de México, Jalisco, Tlaxcala, Michoacán, Coahuila, Guerrero, Chihuahua, Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México, entre otros.
Los premiados fueron los siguientes de acuerdo con cada una de las categorías que a continuación se mencionan:
GALARDÓN NACIONAL DE LA CERÁMICA TRADICIONAL
Martín Hernández Sánchez, originario del Estado de México, con la obra «Una Pequeña Gran Obra».
TALENTO INFANTIL
Primer lugar, Fabiana Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Muertito y Coleando”; segundo lugar, Abdiel Abdiel Valenzuela Ramos, originario de Coahuila, con la obra “Norteña” y tercer lugar a Erika Guadalupe Zacarías Pascual, originaria de Michoacán, con la obra “Mis Emociones.”
Mención Honorífica Fabrizio Torres Meneses, originario de Tlaxcala, con la obra “Mi Pulquero Tlaxiquero”.
TALENTO JUVENIL
Primer lugar, Florencia Soteno Jiménez, originaria del Estado de México, con la obra “Recipiente de los Sueños Imperecederos”; segundo lugar, Mane Aranza Delgado Fraire, originaria de Coahuila, con la obra “Juguemos” y tercer lugar, Darío Soteno Esquivel, originario del Estado de México, con la obra “Niños con las Máscaras”.
PREMIOS POR TRAYECTORIA
Premio Ángel Carranza: Gerónimo Ramos Flores, de Tonalá, Jalisco.
Premio Pantaleón Panduro: Saúl Camacho Rodríguez, del Estado de México.
CATEGORÍA: ALFARERÍA VIDRIADA SIN PLOMO
Premio San Pedro Tlaquepaque: Cristian Rodrigo Sebastián Contreras, originario de Michoacán, con la obra «Juego de Té Purépecha».
Premio Jalisco: Antonio Martínez Reyes, originario de Michoacán, con la obra «Olla Punteada Primaveral». Premio Nacional: Marcelo Montoya Vázquez, originario del Estado de México, con la obra «Cazo Decorado».
CATEGORÍA: BRUÑIDO TRADICIONAL
Premio San Pedro Tlaquepaque: Carolina Medina Santana, originaria de Michoacán, con la obra «Cántaro Matizado Bruñido».
CATEGORÍA: VIDRIADO TRADICIONAL
Premio San Pedro Tlaquepaque: Antonia Cerano Gutiérrez, originaria de Michoacán, con la obra “Piña Flor Naciente”.
CATEGORÍA: POLICROMADO TRADICIONAL AL FRÍO
Premio San Pedro Tlaquepaque: Tomasa González Sánchez, originaria de Michoacán, con la obra “California en Llamas (Hollywood)”.
CATEGORÍA: TRADICIONAL ALISADO Y DECORADO EN ENGOBES*
Premio San Pedro Tlaquepaque: Yesenia Lorenzo Camilo, originaria de Guerrero, con la obra “Danza de Chinelos”.
CATEGORÍA: FIGURA EN ARCILLA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Luis Timoteo Vicente Jacobo, originario de Michoacán, con la obra «Cantina el Diablito Feliz». Premio Jalisco: Guadalupe de la Cruz Torres, originaria de Michoacán, con la obra «Velatorio de Monjas Coronadas». Premio Nacional: Gerardo Tena Sandoval, originario de Chihuahua, con la obra «Cuidemos la Fauna».
CATEGORÍA: CERÁMICA EN MINIATURA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Rolando David Rodríguez Herrera, originario de Aguascalientes, con la obra «Días de Fiesta». Premio Jalisco. Carlos Ignacio Ávalos Ruiz, originario de Michoacán, con la obra «Los Trastecitos de mi Abuela». Premio Nacional. José Adolfo Soto Díaz, originario el Estado de México, con la obra «La Tlanchanita de Metepec».
CERÁMICA NAVIDEÑA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Elizabeth Castañeda Escobar, originaria de Veracruz, con la obra «Burrito Sabanero». Premio Jalisco: Miguel Ángel González Mesillas, originario del Estado de México, con la obra «Nacimiento». Premio Nacional. Blanca Jiménez Flores, originaria del Estado de México, con la obra «Buenos Días Jesús».
CATEGORÍA: ESCULTURA EN CERÁMICA
Mención Honorífica: Carlos Vázquez Macías, originario de Jalisco, con la obra «Hijos de Maíz» y Manuel Alejandro Romo Razón, originario de Jalisco, con la obra «Gallito de Verano». Premio San Pedro Tlaquepaque: Marina Santana González, originaria de Jalisco, con la obra «Santanaceramica@gmail.com«. Premio Jalisco: Ángel Martín Álvarez Rivera, originario de la Ciudad de México, con la obra «Ello, Yo y Super Yo». Premio Nacional: José Miguel Quisberth León, originario de la Ciudad, con la obra «Imaginari».
CATEGORÍA: CERÁMICA CONTEMPORÁNEA
Premio San Pedro Tlaquepaque: Emmanuel Abelardo Zavala Flores, originario de Veracruz, con la obra “Modernidad Efímera”. Premio Jalisco, Brian Gregorio Corres Hernández, originario de Oaxaca, con la obra “Polilla”. Premio Nacional. Constanza López Caparros Íñiguez, originaria de Veracruz, con la obra “Manglar”.
CATEGORÍA: CERÁMICA TRADICIONAL
Premio Jalisco: Esperanza Felipe Mulato, originaria de Michoacán, con la obra «Fiesta de San Pedro y San Pablo». Premio Nacional. Alfredo Felipe Rivera, originario de Michoacán, con la obra “Alfarería”.
En el evento estuvieron presentes el secretario de Cultura del Estado de Jalisco, Luis Gerardo Ascencio en representación del gobernador Pablo Lemus Navarro y David Gallegos Soto, director general del Patronato Nacional de la Cerámica.
Para todos los interesados en adquirir alguna de las piezas concursantes, el Centro Cultural “El Refugio” cuenta con un espacio para la exposición y venta de las artesanías participantes, mismo que estará abierto al público hasta el 03 de agosto de 9:00 a 18:00 horas.