Deportes
Atlas, de la gloria reciente al futuro incierto
-Por Diego Morales Heredia
Fundado un 15 de agosto de 1916, el Atlas nació como una extensión de las inquietudes deportivas y culturales de un grupo de jóvenes tapatíos que habían estudiado en Inglaterra. Inspirados por el modelo inglés, trajeron a Guadalajara no solo el balón y las porterías, sino toda una visión del fútbol como disciplina, estética y forma de vida.
Desde su nacimiento, el Atlas se distinguió por cultivar un estilo de juego técnico y elegante, más preocupado por el “cómo” que por el “cuánto”, una filosofía que lo acompañó, para bien y para mal, durante más de un siglo.
En 1951, el equipo alcanzó la cúspide de su historia al conseguir su primer campeonato de liga en la temporada 1950-51. Fue un título que se convirtió en mito, no solo por su escasez posterior, sino por la forma en la que aquel grupo de futbolistas jugaba: con personalidad, con escuela y con corazón.
LOS SOCIOS Y LA AC, UN MODELO ATÍPICO
A diferencia de otros clubes en México, Atlas mantuvo durante gran parte de su historia un modelo basado en la figura de los socios y la Asociación Civil (A.C.), que resguardaban la propiedad del equipo. Esta estructura les otorgaba a los asociados el derecho a votar en las asambleas y decidir el rumbo del club. Bajo esta lógica, el Atlas se pensaba más como una institución social y formativa que como una empresa comercial.
El club contaba con instalaciones deportivas de alto nivel en Colomos, Chapalita y Country Club. De sus filas surgieron talentos como Rafael Márquez, Andrés Guardado, Pavel Pardo y Oswaldo Sánchez, entre muchos otros. Sin embargo, a pesar del prestigio formativo, los resultados en primera división eran inconsistentes, y las finanzas comenzaron a deteriorarse.
Los años noventa y principios del nuevo milenio estuvieron marcados por deudas, malos manejos y crisis institucionales. La estructura de los socios, que en sus inicios fue símbolo de democracia interna, se convirtió en un obstáculo para la toma de decisiones ágiles. Se formaron grupos al interior que disputaban el control del club sin lograr sanear sus finanzas ni mejorar el rendimiento deportivo.
GRUPO SALINAS, LA TRANSICIÓN Y EL FIN DE UNA ERA
En 2013, tras años de inestabilidad económica, los socios de Atlas aprobaron en asamblea la venta del club a Grupo Salinas, conglomerado encabezado por Ricardo Salinas Pliego. La decisión se tomó con la promesa de sanear las finanzas y evitar la desaparición del equipo, pero también significó el fin de una etapa en la que el Atlas pertenecía, en teoría, a sus aficionados.
La transacción no estuvo exenta de polémica. Aunque muchos reconocieron que era una medida necesaria para evitar la quiebra, también se lamentó que un club con más de 90 años de historia en manos de sus socios pasara a formar parte del portafolio de una televisora. La llegada de TV Azteca supuso una nueva etapa, con una administración más profesionalizada, pero los resultados no fueron los esperados. El equipo continuó con temporadas irregulares y cambios constantes de entrenadores, sin encontrar estabilidad.
Los resultados deportivos no se dieron, bajo el mando de Gustavo Guzmán en la presidencia, los rojinegros no solo se quedaron rezagados en la cancha, se dejaron tradiciones como que el equipo de primera división abandonara las instalaciones de Colomos, Chapalita y Country, se generó un vacío de conexión entre la Fiel y su equipo.
ORLEGI SPORTS: LA TRANSFORMACIÓN ROJINEGRA
En 2019, Grupo Salinas vendió al Atlas a Orlegi Sports, empresa liderada por Alejandro Irarragorri, también dueño del Club Santos Laguna. La llegada de Orlegi marcó un cambio profundo en la estructura organizacional y deportiva del equipo. Bajo su dirección, el Atlas adoptó un modelo de gestión integral, enfocado en la eficiencia, la planificación y la generación de valor deportivo y comercial.
Con la llegada del técnico argentino Diego Cocca, la historia dio un giro inesperado. En diciembre de 2021, después de 70 años, el Atlas logró su segundo título de liga al vencer en penales al León. En mayo de 2022, repitieron la hazaña y se coronaron bicampeones del fútbol mexicano, algo que parecía impensable años atrás. La ciudad de Guadalajara se tiñó de rojo y negro como no lo hacía desde hace décadas.
Orlegi logró lo que pocos imaginaron: devolverle al Atlas no solo la gloria deportiva, sino la credibilidad institucional, con finanzas sanas y la construcción de estructura con la Academia AGA. Se estableció un modelo comercial en donde es prioridad lo económico, no obstante, en las tribunas se alejó la pasión de sus aficionados que los caracterizó por muchos años.
LA MULTIPROPIEDAD Y EL POSIBLE ADIÓS
En los últimos meses, el tema de la multipropiedad ha vuelto a cobrar relevancia. La presión de organismos internacionales como FIFA y la necesidad de profesionalizar la Liga MX han llevado a discutir seriamente la separación de intereses entre clubes. Orlegi Sports, que controla tanto a Santos Laguna como al Atlas, se ve en la encrucijada de elegir uno de los dos proyectos.
Diversos reportes confirmaron que Orlegi ha iniciado un proceso formal de venta del Atlas, a través de un banco estadounidense que explora opciones con posibles compradores. Aunque aún no hay un anuncio oficial, se habla de que la decisión ya está tomada: Orlegi se quedará con Santos y pondrá fin a su administración rojinegra en los próximos meses.
Para la afición, el anuncio ha generado una mezcla de incertidumbre y resignación. Tras años de sufrimiento, el bicampeonato supuso una etapa de luz que parecía iniciar una era duradera. Sin embargo, la posible venta deja al club en una posición nuevamente incierta. ¿Quién tomará el control? ¿Se respetará el modelo deportivo instaurado? ¿Habrá continuidad o regresará la inestabilidad?
ATLAS: IDENTIDAD EN EL MERCADO
La historia del Atlas es, en muchos sentidos, la historia del fútbol moderno. Un club con tradición y valores, atrapado en las dinámicas del capital, el espectáculo y la competencia global. De ser una asociación civil con socios votantes, pasó a ser una franquicia empresarial sujeta a las decisiones de grandes grupos financieros. Y, sin embargo, su esencia sigue ahí: en sus colores, en su cantera, en sus fieles, en el ideal romántico de jugar bien, incluso cuando no se gana.
Aun con esto, el mejor activo del Atlas es su afición, conocida como La Fiel, además de activos tangibles como la Academia AGA, el 25 por ciento del Estadio Jalisco, una plantilla valuada en 30 millones de euros. Sin embargo, la incertidumbre impera, por preservar la sede, los colores, el escudo y la identidad que tiene un club a punto de cumplir 109 años desde su fundación ¿Quién compra al Atlas?
