OPINIÓN
Charros supera altibajos y logra la corona de la LMP
VUELACERCAS

Cerca de 600 mil aficionados acudieron a ver a Charros durante los más de 40 cotejos efectuados en el estadio de la colonia Tepeyac en Zapopan durante la agenda ordinaria y la postemporada.
Aunque con leve margen por la estadística negativa hacia ellos y favorable a los rivales en cuanto a los resultados durante la agenda ordinaria de la campaña, los Charros de Jalisco llegaron en calidad de favoritos a la final por el título de la temporada 2018-2019 de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) de béisbol ante los Yaquis de Ciudad Obregón, habiendo consolidado el pronóstico al obtener el título de Campeones, brindando así una gran satisfacción a la noble afición que les sigue y respalda.
Los campiranos albicelestes de Jalisco se quedaron con el máximo gallardete en la recién culminada temporada a pesar de los altibajos sufridos durante el calendario ordinario de la temporada, en la que les aquejaron los traspiés tanto por las repentinas bajas de rendimiento y lesiones de peloteros importantes, como por la muy polémica utilidad de algunos beisbolistas nacionales e importados que desfilaron por la escuadra y en algún momento salieron de ella o algunos que permanecieron en su roster.
Sin poder dejar de advertir errores e indecisiones en el manejo del área deportiva, es tan justo como necesario acreditarle también aciertos tanto al timonel y su cuerpo técnico como a todos los responsables del esquema deportivo al corregirse errores y aprender de ellos, sacudiéndose a algunos elementos que no pudieron estar a la altura de las circunstancias y las necesidades del escuadrón y atrayendo a otros que sí aportaron en diferentes momentos de la agenda ordinaria y además reconociendo aciertos como fue la decisión en cada fase en cuanto a los refuerzos en la postemporada, pues además de su utilidad por la calidad individual de cada uno de ellos hay que destacar la capacidad de integración para conjuntar un gran equipo.
EL GRAN CONJUNTO ARMADO
Es de resaltar el esfuerzo de varios peloteros, algunos luciendo bien casi toda la campaña en sus fases de la agenda ordinaria y la postemporada y otros habiendo surcado entre altibajos y bajas de rendimiento pero con el mérito de haber logrado emerger airosos para aportar mucho más de lo que no ocurrió en sus momentos menos útiles. Son destacables José Manuel ‘Manny’ Rodríguez (distinguido como el jugador más valioso de la LMP), el carismático y colmilludo serpentinero cerrador Sergio Romo, el parador en corto y buen bateador Amadeo Zazueta, el más fino antesalista y al final gran apoyo ofensivo Agustín Murillo, el experto receptor Gabriel Gutiérrez, el utility y tremendo bateador Daniel Álvarez (reconocido como el jugador más valioso de la Serie Final por el título) , el patrullero y útil ofensivo Stephen Cardullo, el también utility y eficaz torpedero Henry Urrutia, el veloz guardabosques Carlos Figueroa, los lanzadores Orlando Lara (con su juego sin hit ni carrera y grandes victorias en la postemporada especialmente en el serial culminante), el fino y utilísimo lanzador Will Oliver, el eficaz serpentinero cerrador de la primera vuelta Grant Sides, el ganador de la triple corona del pítcheo en el calendario ordinario Elián Leyva, los buenos relevistas José Pablo Oyervídes, Octavio Acosta y Chad Gaudín, además del abridor zurdo Marco Tovar, sin poder dejar de comentar la buena labor de los refuerzos el ágil jardinero y apto ofensivo Alonzo Harris, así como los pítchers Rafael Martín y Antonio Manuel Barreda, entre otros buenos peloteros, como los utilitys Kevin Medrano, Alberto Carreón y Enrique Osorio, que aunque no tuvieron demasiada oportunidad de acción, cuando les fue otorgada cumplieron al igual que el receptor Erick Rodríguez, debiéndose citar además como útil por la calidad y oportunidad de su producción de carreras al bateador Jose ‘El Chapo’ Amador.
ROBERTO VIZCARRA, EL MANAGER CAMPEÓN
Dirigidos ya con éxito en esos eventos por el timonel Roberto ‘El Chapo’ Vizcarra Acosta, los Charros de Jalisco tuvieron un gran desempeño en los últimos tres de los seis cotejos que se efectuaron en el serial final ante los Yaquis. Los caporales albiazules de Jalisco ganaron los cotejos jugados en segundo, cuarto, quinto y sexto orden, pues como es sabido se efectuaron solo seis de los siete eventos que como máximo hubiere sido posible desahogar en la última etapa por el título cuya norma marca triunfador al equipo exitoso en cuatro encuentros, siendo que la tropa sonorense de la antigua Cajeme logró ganar en dos cotejos, los realizados en primer y tercer orden.
Y en los 4 juegos ganados, con los que al hilvanarse los triunfos consiguieron alcanzar la corona dando esa gran satisfacción a la directiva y sobre todo a la noble afición que al respaldarlos acudiendo en gran cantidad -aproximadamente seiscientos mil aficionados durante los más de 40 cotejos efectuados en el estadio de la colonia Tepeyac en Zapopan durante la agenda ordinaria y la postemporada-, los Charros de Jalisco lucieron ahora bien dirigidos por el cuerpo técnico del conjunto encabezado por el manager Roberto Vizcarra y los coaches de lujo con que se apoyó que son: el de banca Alfonso ‘Houston’ Jiménez, de tercera base Martín Arzate, de pítcheo Julio César Miranda de fildeo Marco Antonio Romero, de primera base Javier Colina, de apoyo estratégico Leo Rodríguez, de soporte técnico Rafael Montalvo y de bulpen Jesús Moreno, bien apuntalados por Don Roberto Méndez y Don Francisco ‘Paquín’ Estrada, todos ellos sin duda un gran soporte para el timonel y el área deportiva de la directiva de la organización beisbolera jalisciense que la integran Armando Navarro Peña como Presidente y Roberto Castellón Yuen como Vicepresidente, cerrando esa pirámide el Gerente Deportivo Raymundo Padilla y el responsable de los enlaces y concertación internacional Roberto Castellón Betancourt.
LOS ALTIBAJOS
Y esa buena dirección en la que se omitieron errores estratégicos y en el terreno de juego, se advirtió tanto por la eficacia de la tarea efectuada por los lanzadores abridores y relevistas como por la atingencia de la defensiva en todas sus líneas o posiciones y sobre todo su alta capacidad ofensiva, siendo así como habiéndose ido los Charros de Jalisco a Ciudad Obregón con la serie empatada a triunfo por bando, tras la victoria de Yaquis dominando holgadamente a los jaliscienses a domicilio en el primer encuentro y el triunfo que con el apoyo de su público lograron esforzadamente los zapopanos en su casa, se dio el infausto fracaso en el tercer juego, primero de los tres ocurridos en el nuevo estadio cajemense, cuando por errores tácticos del manager y los desatinos en el pitcheo de relevo, defensa y ataque, no supieron preservar una amplia ventaja de más de seis unidades que llegaron a tener perdiendo por 10 carreras a 9, pero como ya es historia, los Charros se impusieron en los últimos dos eventos jugados en la tierra del Yaqui, uno con bastante esfuerzo y el otro desahogadamente blanqueando a los anfitriones.
Ya es conocido cómo fue que dominando plenamente a los Yaquis de Ciudad Obregón los Charros les ganaron holgadamente, por paliza de once carreras a una, en el sexto y último juego del serial por el campeonato 2018-2019 de la LMP, para así dejar huella en los anales del béisbol profesional en Jalisco al obtener los jaliscienses el primer título a partir de su regreso en 2014 como organización profesional de béisbol con sede en Jalisco, siendo que las dos únicas ocasiones que señeramente pudieron lograr coronarse fue en los años 1967 y 1971, en esas campañas participando en La Liga Mexicana de Béisbol (LMB) el máximo circuito beisbolero profesional jugándose en primavera-verano.
EL GRAN EQUIPO DIRECTIVO
Es importante dejar constancia de la eficaz labor de la dirección general de la organización encabezada por el Presidente del Consejo de Administración Salvador Ramiro Quirarte Villaseñor y su Consejo de Dirección, además de resaltar la acción eficaz de todo el gran equipo que se tuvo el tino de armar para la adecuada gestión deportiva, pero debe también dejarse constancia que para haberse logrado el apoyo de cientos de miles de aficionados que ‘en las buenas y en las malas’ respaldaron acudiendo al estadio, hubo una tarea cumplida por decenas de colaboradores de diversa actividad y nivel, para lograr el éxito en tareas como promoción, comercialización, socialización, entretenimiento y ambientación, vinculación comunitaria, logística, comunicación por medios de información y redes sociales digitales, servicios logísticos y administrativos así como asistencia y apoyo a la comunidad, entre otras actividades.
La apuesta lógica de Charros es buscar consolidarse como el mejor equipo o estar entre los dos o tres mejores escuadrones de la LMP, consiguiendo repetir como monarca en la temporada siguiente 2019-2020, que será ya diferente y más competitiva con la presencia de los dos nuevos conjuntos conforme a la expansión aprobaba ya que además de Yaquis de Obregón, Venados de Mazatlán, Tomateros de Culiacán, Naranjeros de Hermosillo, Cañeros de Los Mochis, Aguilas de Mexicali y Mayos de Navojoa, volverán Los Algodoneros de Guasave y surgirá un equipo con sede en Monterrey, en lo que será el inicio de la nueva etapa de la Liga , como una liga Premier con alcance nacional más allá de regiones.
@salvadorcosio1
opinión.salcosga@hotmail.com
JALISCO
A más de 79 mil jaliscienses llega “Yo Jalisco” en 39 municipios

– Por Mario Ávila
Desde su inicio en mayo, las Brigadas “Yo Jalisco” han acercado servicios de salud, asesoría legal y programas sociales a 79 mil 880 personas en 39 municipios del estado, consolidándose como una estrategia integral para reducir desigualdades y atender a comunidades de difícil acceso.
El esfuerzo coordinado entre distintas dependencias estatales ha permitido otorgar más de 39 mil atenciones médicas, 2 mil 962 servicios de la Procuraduría Social, 28 mil 390 trámites del Registro Civil, mil 323 del INEEJAD, 5 mil 344 apoyos del DIF Jalisco y 2 mil 34 refrendos de licencias por parte de la Secretaría de Transporte.
Andrea Blanco Calderón, coordinadora general estratégica de Desarrollo Social, resaltó que las brigadas buscan garantizar el acceso a servicios públicos esenciales, desde la expedición de actas de nacimiento hasta la renovación de licencias de conducir. “Cada persona que participa tiene una meta compartida: reducir la brecha de desigualdad en el acceso a los servicios”, expresó.
Por su parte, Karina Hermosillo Ramírez, coordinadora general de Gestión del Territorio, destacó que el componente de movilidad y conectividad también se fortalece con proyectos como el Plan Carretero Estatal, que en 2025 habrá intervenido 3 mil 500 kilómetros de los más de 4 mil 500 que integran la red estatal.
Entre los nuevos servicios, se anunció la incorporación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), que brindará asesoría jurídica y vinculación laboral. Su titular, Ricardo Barbosa Ascensio, explicó que la dependencia busca acercar la justicia laboral a todos los municipios, especialmente a aquellos que no cuentan con centros de conciliación.
El director del OPD Servicios de Salud Jalisco, Héctor Hugo Bravo Hernández, informó que las brigadas han proporcionado consultas médicas, detecciones de cáncer, pruebas de VIH y sífilis, vacunación, salud bucal y esterilización de mascotas, entre otros servicios.
Asimismo, Héctor Pizano Ramos, procurador Social del Estado, subrayó el valor humano detrás de cada atención brindada: “Cada servicio no solo es un trámite; es una persona que recupera su identidad o una familia que accede a la justicia”, señaló.
El Registro Civil de Jalisco ha expedido 26 mil 370 actas gratuitas, mientras que el INEEJAD ha ofrecido más de mil servicios educativos mediante su “camión escuela”, que permite certificar estudios de primaria y secundaria.
JALISCO
Reforma judicial en Jalisco: Entre la soberbia política y la oportunidad

– Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac
La reforma judicial en Jalisco enfrenta un momento crítico. Las fuerzas políticas, atrapadas en intereses partidistas y sin acuerdos, tienen el desafío de construir un sistema que inspire confianza y certidumbre a los jaliscienses.
La falta de diálogo, la soberbia y las alianzas oportunistas amenazan con repetir errores del pasado, mientras el gobernador Pablo Lemus impulsa un modelo que elimine el reparto político de jueces. ¿Podrán los partidos priorizar la justicia sobre cálculos electorales o seguirán atrapados en los juegos del poder?
RECHAZO CIUDADANO A LA POLITIZACIÓN JUDICIAL
El reciente proceso de reforma judicial federal dejó una lección clara en Jalisco: con una abstención del 92.97% –la segunda más alta del país tras Guanajuato–, los ciudadanos rechazaron enérgicamente la politización del Poder Judicial.
Las reformas impulsadas por Morena a nivel federal, y replicadas en algunos estados, son percibidas como una toma de poder disfrazada de “democratización”. Esta desconfianza ciudadana es un mensaje contundente que la oposición local –Morena, PAN y PRI– parece ignorar al avanzar en una reforma sin consenso amplio, excluyendo a Movimiento Ciudadano (MC), que cuenta con 11 de los 38 escaños en el Congreso del Estado.
Esta exclusión, calificada como un “madruguete” legislativo, ignora la lección del descontento popular y arriesga generar otra reforma fallida, marcada por baja participación y una creciente percepción de control político sobre la justicia.
En marzo, este espacio destacó la oportunidad de una reforma “al estilo Jalisco”, propuesta por el gobernador Pablo Lemus para desterrar el modelo de “cuotas y cuates”. Este enfoque, basado en filtros académicos y ciudadanos, buscaba garantizar una justicia imparcial.
Foros coordinados por el jurista Arturo Zamora, con la participación de universidades, empresarios, organizaciones sociales y ciudadanos, sentaron las bases para un sistema judicial transparente. Sin embargo, la oposición parece desoír este llamado, optando por priorizar intereses políticos sobre el bien común, perpetuando un esquema que compromete la confianza en el Poder Judicial.
LA ALIANZA ANTINATURAL
La coalición opositora en el Congreso –Morena, PAN y PRI– resulta desconcertante por su contradicción. Estos partidos, que en su momento criticaron la reforma judicial federal por su riesgo de politizar la justicia, ahora se alían en Jalisco en un aparente intento de debilitar al gobierno de MC.
¿Qué motiva esta unión? ¿Es un simple malestar con Lemus o un cálculo electoral para erosionar el dominio de MC, que ha consolidado su liderazgo en el estado?
La alianza, lejos de estar motivada por la transparencia o la imparcialidad, parece diseñada para golpear al gobierno estatal, ignorando el llamado de Lemus a una “armonización ciudadana” construida con la colaboración de barras de abogados, universidades y sociedad civil.
El modelo actual del Poder Judicial en Jalisco, dominado por complicidades políticas entre PAN, PRI y MC, es insostenible. Lemus ha reiterado su compromiso para acabar con este sistema de cuotas que pone precio a la justicia, un esquema que ha generado un sentimiento generalizado de desconfianza entre abogados y ciudadanos que interactúan con el Poder Judicial.
Sin embargo, la oposición, al avanzar sin un diálogo inclusivo, perpetúa un sistema que traiciona la confianza ciudadana.
La pregunta es inevitable: ¿realmente están comprometidos Morena, PAN y PRI con una reforma que beneficie a los jaliscienses, o buscan solo un ajuste de cuentas políticas?
Esta unión oportunista no solo contradice sus posturas previas, sino que arriesga el futuro de una justicia imparcial en el estado.
HACIA UNA REFORMA GENUINA
La operación política del gobierno de Jalisco ha mostrado deficiencias. En un Congreso donde ninguna fuerza política cuenta con los 26 votos necesarios para aprobar una reforma constitucional, Lemus ha tenido que intervenir directamente para evitar el estancamiento.
La sociedad jalisciense demanda una reforma moderna, confiable y alejada de elecciones populistas que comprometan la experiencia y profesionalismo judicial.
La oposición tiene en sus manos una oportunidad histórica para construir una justicia al servicio de los ciudadanos, no de grupos de poder que operan como mafias dentro del Poder Judicial.
El gobernador ha propuesto un diálogo abierto, inclusivo y basado en la participación de expertos y ciudadanos. Sin embargo, la rigidez de la oposición amenaza con mantener la parálisis legislativa, atrapada en posiciones maniqueas que priorizan el revanchismo político sobre el interés público.
Los próximos días serán cruciales para alcanzar acuerdos que rompan con el modelo de cuotas, fortalezcan la imparcialidad y respondan al clamor ciudadano por una justicia accesible. Jalisco no puede permitirse otra reforma fallida que profundice la desconfianza en sus instituciones.
UN LLAMADO A LA RESPONSABILIDAD COLECTIVA
La justicia en Jalisco no puede seguir siendo rehén de intereses partidistas. Morena, PAN, PRI y MC deben dejar atrás la soberbia y abrazar la humildad para construir un diálogo genuino.
La ciudadanía, como verdadero juez de este proceso, espera una reforma que restaure la confianza en el Poder Judicial, no que alimente la percepción de control político. Esta es una oportunidad única para que los partidos trasciendan los juegos del poder y construyan un legado que honre a los jaliscienses.
Que escuchen el mandato de las urnas y trabajen juntos por una justicia accesible, imparcial y libre de componendas. El futuro de Jalisco depende de que esta reforma sea un reflejo de los valores de sus ciudadanos, no de las ambiciones de sus políticos.
JALISCO
Entre el mea culpa y el cálculo: El descuido en Casa Jalisco

– Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco
En Jalisco la política no se cuece: hierve. La reforma judicial levantó la tapa y escapó el vapor de lo obvio: en Casa Jalisco hubo descuido. Pablo Lemus lo admitió con retraso y promesa: “me meteré personalmente a reconstruir la relación”. Traducción en castellano llano: falló el operador, se enmoheció el diálogo y los números no dan.
En el Congreso solo rige una gramática: 26 votos.
La oposición (Morena, PAN, PRI, Hagamos, Futuro y PT) no los juntan.
El Ejecutivo, menos.
Resultado: “cabildeo” exprés, citas por separado, romería de coordinadores entre Hidalgo 222 y Palacio. No es diálogo; es caza de tres o cuatro voluntades que ajustan una Constitución.
Cuando no hay proyecto, se busca coartada: José Luis Tostado, coordinador de MC, puesto en la picota por el “descuido”. En la coda aparece el secretario de Gobierno, Salvador Zamora. Desde Casa Jalisco matizan: no habrá cabezas… por ahora. Habrá “afinación”. Misma partitura, distinto volumen.
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El Gobierno acepta desconexión con opositores.
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La oposición presume mayoría de maniobra y exige que el Gobernador dé la cara en el Legislativo.
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La IP suplica “no politizar” lo que, por definición, es político: quién nombra, evalúa y disciplina a juezas y jueces.
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La riña real no es la “tómbola” de desempate (cortina de humo), sino el control de filtros, la integración de jurados y sus lealtades.
Conclusión provisoria: la “reforma técnica” huele a reparto fino. No suena a reforma de Estado, sino a ajuste para ganar eficacia… y previsibilidad política.
Los opositores invitan a Lemus al Congreso; mientras, en Casa Jalisco operan en carriles paralelos: reuniones uno a uno, promesas, calendarios, guiños. “No es dividirlos —dicen—; es dar a cada uno su lugar”. Manual conocido: personalizar, fragmentar, diferir el texto. Cuando llegue el proyecto “conciliado”, el espacio para el escrutinio ya habrá cerrado.
Además, dos magistraturas en el alambre. Si el martes no hay designación, la afirmativa ficta ratifica a quienes hoy ocupan el asiento. El reloj —no la razón— es el arma. O amarran ya, o se quedan con lo que hay. Esto no es arquitectura constitucional; es relojería política.
Coparmex y COMCE piden sacar la reforma de la grilla. Comprensible; sin certeza, no hay inversión que resista. Pero “despolitizar” una reforma política es un oxímoron útil. Lo serio sería: minutas públicas; criterios de selección verificables; perfiles y conflictos de interés a la vista; cronograma que no dependa del humor de la mesa. Menos tribuna, más trazabilidad.
El Gobernador acepta el error; no explica su causa. Se dice que hubo disposición; faltó oficio. Y el déficit de oficio se paga caro: se erosiona la confianza entre poderes, se fortalecen los extremos y la ley se vuelve rehén del chantaje de la parálisis. En el pantano, el incentivo deja de ser institucional y se vuelve coyuntural.
Prometen “apretones de tuercas”. En papel: “un solo texto”. En práctica: expediente con zonas grises, diseño de gobernanza bajo llave y dos nombramientos que amarran hoy e hipotecan mañana. Si cierran en corto, saldrá una reforma hecha al tamaño del equilibrio de turno; si abren el proceso, quizá alcance para una reforma que sobreviva gobiernos.
Convertir a Jalisco en el “Silicon Valley mexicano” requiere más que parques y pitch decks: requiere un Poder Judicial independiente, profesional y previsible. El capital tolera impuestos; lo que no tolera es incertidumbre. Y la certeza no nace de tómbolas ni de boletines, sino de reglas claras, procesos públicos y decisiones revisables.
La crisis legislativa obligó a todos a mostrar la mano: el Ejecutivo admitió que perdió el control fino, la oposición evidenció que, sin MC, puede marcar agenda, pero no coronarla, la IP recordó que sin garantías no hay relato de progreso que aguante. Falta lo principal: que la ciudadanía vea, en tiempo real, cómo y por qué se cambiará la justicia que la toca a diario.
La historia enseña que las reformas cocinadas en silencio terminan gritando en los tribunales. Prudencia no es callar: es abrir puertas, encender luces y dejar que la aritmética se escriba con tinta pública. Solo así el mea culpa pasa de pose a corrección. Solo así la reforma será reforma, y no reparto con fecha de caducidad.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
La conquista que no termina

– Opinión, por Miguel Anaya
Siempre me ha parecido curioso que, quinientos treinta y tres años después, sigamos hablando de la Conquista como si hubiera ocurrido ayer, como si Hernán Cortés acabara de desembarcar en Veracruz con la mirada puesta en Tenochtitlán y el corazón lleno de encomiendas. No deja de ser fascinante la capacidad mexicana de contar la historia, no como tragedia, sino como pretexto.
Se nos enseñó que fuimos cruelmente conquistados. Lo aceptamos con un dramatismo casi teatral, como si los pueblos originarios hubieran sido un solo cúmulo de inocencias y los españoles, solamente un ejército de codicia y brutalidad.
Pero la realidad, siempre tan poco romántica, fue más compleja: hubo alianzas, traiciones, intereses, cálculos y, sobre todo, normalidad. La conquista no fue una excepción, fue la regla de una época donde conquistar territorios era tan legítimo como hoy hacer fusiones empresariales o acuerdos comerciales.
El poder siempre ha tenido el mismo rostro, solo cambia sus formas.
Nos empeñamos en sentirnos víctimas eternas. Reclamamos por la Conquista como si estuviéramos esperando una disculpa de los siglos XVI o XVII. Exigimos perdón retroactivo, pero la historia, aunque a veces cruel, no tiene oficina de quejas. Lo único que hace es avanzar, mezclando a vencedores y vencidos hasta que se olvida de qué lado viene cada quién. De esa mezcla —dolorosa, contradictoria, fecunda— nació México.
Porque, aunque duela, México no es lo que quedó de los mexicas, ni lo que impusieron los españoles: es lo que ambos se vieron obligados a inventar. Un país mestizo, con dioses de piedra y vírgenes de yeso, con voces indígenas en el eco del español y una fe que huele a copal y a incienso. Esa es nuestra conquista: haber sobrevivido al choque de mundos sin dejar de ser un poco de ambos.
Lo que llamamos sincretismo no fue solo una mezcla cultural; fue una estrategia de supervivencia. Los pueblos indígenas no desaparecieron: se mimetizaron, aprendieron el idioma del invasor y escondieron a sus dioses detrás de santos. Los españoles no triunfaron del todo: quedaron atrapados en una tierra que los absorbió, que los hizo perder el acento y, en muchos casos, amar más esta tierra que la propia. De esa contradicción nació nuestra identidad: un mestizaje que no se elige, pero que se asume.
A pesar de lo anterior, hay quienes añoran un pasado indígena idealizado, como si los mexicas hubieran sido una comuna perfecta; otros sueñan con una Europa que nunca los reconocerá como su reflejo. Ambos extremos son falsos, pero cómodos en la narrativa: uno ofrece la inocencia, el otro la superioridad.
El mestizaje, en cambio, exige madurez: aceptar que venimos de una violencia, pero también de una creación; de una herida, pero también de una fecundidad.
Quizá lo que más nos cueste reconocer es que seguimos conquistándonos unos a otros, porque así es el mundo, porque así es la humanidad. Los nuevos conquistadores hablan diversos idiomas y prometen inversiones; la riqueza ya no se mide en lingotes, sino en clics, bitcoins y contratos. Las conquistas no se acabaron, se digitalizaron.
Por su parte, México sigue celebrando el Día de la Raza sin saber muy bien qué raza celebra, o marchando por la Independencia confundiéndola con la revolución, porque en el imaginario popular, cabe casi todo. Tal vez esa sea nuestra mayor conquista: haber aprendido a vivir en medio de la contradicción.
No somos víctimas ni victimarios; somos descendientes de ambos. Al final, hay que entender y aceptar nuestro pasado para abandonar la narrativa de la victimización y abrazar el discurso del desarrollo, pues toda nación es el resultado de una conquista: la del tiempo sobre la memoria, la del sistema sobre el individuo, la del extraño que traspasó sus fronteras.
Y si algo nos enseña la historia es que, aun después de la conquista o aun después de la derrota, los pueblos que saben adaptarse y construir una narrativa de progreso se fortalecen.
Así fue con Japón, así fue con Alemania y así puede ser con México.