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OPINIÓN

Calle libre

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Opinión, por Ramiro Escoto //

¿Hace cuanto que no ve patrullas de la policía vial en las calles de Guadalajara y su zona metropolitana?

Es cierto que muy de vez en cuando están presentes en la infracción de un tráiler o un vehículo particular en periférico, pero ya no los vemos en operativos de fluidez o en atención a accidentes. No, no hay policía vial desde que pertenecen a este nuevo esquema de seguridad que representa Macedonio Tamez, y la única vez que supimos de la cabeza en la encomienda de policía vial, fue justo cuando compartieron la estrategia de la obligatoriedad de chalecos para conductores de motocicletas, así como la revisión de las mismas.

Dígame si sabemos el corte de dichos operativos, dígame si hay claridad en operativos contra vehículos polarizados, sin placas, con sirenas y códigos apócrifos, con porta placas, a excesos de velocidad… no, no hay tales.

Pero lo más vergonzoso es que la situación no tiene días o semanas, son ya meses lo que ha transcurrido desde el comienzo de la administración de la comisaría que nadie le ha llamado a cuentas; dónde están los diputados cuestionando, en qué se está invirtiendo el presupuesto en esa dependencia, cuántas patrullas están en operación, las plazas vacantes y los resultados de una policía que necesita estar en las calles, porque las vías están libres, en medio de una sociedad que ya empieza a poner sus propias reglas, y eso se volverá un caos.

El pasado jueves, me tocó ver a un par de agentes en motocicleta custodiando y abriendo paso a un autobús de pasajeros sobre avenida Juan Pablo II, esa clase de privilegios deben tener una explicación, cuando sobre esa misma vía, existía un camión de cerveza atorando la vialidad por una maniobra de carga y descarga que duró hasta 20 minutos, pero ellos lo vieron, pero su encomienda era más bien “resguardar” el autobús y llegar a tiempo al destino.

Insisto, la policía vial hoy es más urgente que atienda las calles, su origen, su justificación, es un caos, no sólo la movilidad como tal sino el hecho de que existe cada vez más la “Sin ley” que se apropia del espacio de otros: camiones que invaden carriles centrales, trailers que entran a la ciudad, autos que se dan a la fuga luego de chocar; no hay quien atienda eso.

La Policia vial tiene sus redes sociales, cual robot contestan mucho tiempo después de hecha la denuncia prometiendo que atenderán el reporte, sin un seguimiento real o digital siquiera, parecieran contestaciones emanadas de un robot que sólo justifica que está “viva” la cuenta.

No hay cabeza en la Policía vial, la estrategia que se aplica ahí, sea cual sea no me hace sentir seguro en las calles, no representa el presupuesto que se ejerce para los resultados que se esperan y lo más preocupante es que pareciera que nos estamos acostumbrado a su ausencia. Los elementos son más que gente a bordo de una camioneta o una motocicleta, o los agentes de a pié; son profesionistas que cuando estaban en activo eran implacables, porque no podemos señalarlos de corruptos, y si fue así, era con el consentimiento y la complicidad del ciudadano que participaba en ello, no hay que olvidarlo.

No hay más, la calle está ausente de autoridad y hay un comisario que gana su sueldo sin una justificante social, hay ausencia de diputados al respecto y una gran cantidad de ciudadanos que han hecho de la calle un lugar sin ley.

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