OPINIÓN
Cambio prometido o gobierno comprometido

Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
Jalisco cierra el año 2019 sin avances prometidos ni obligados, las circunstancias de ejercicio gubernamental no han sido de óptima eficacia, el Estado no ha podido en el transcurso de un año generar condiciones sociales y políticas públicas que respondan a su labor gubernamental, situaciones de violencia, inseguridad, crisis sanitarias, aunadas a una nula efectividad de las políticas públicas en materia de seguridad, más una guerra pasiva agresiva con el gobierno federal misma que ha permitido una oportuna justificación de las fallas bajo el argumento de tener un escaso y rebajado presupuesto federal, han marcado un año poco favorable para los poderes Legislativo, Ejecutivo, Judicial y los municipios, la realidad es que no consiguieron darnos estabilidad, certeza, seguridad.
El Poder Ejecutivo bajo el liderazgo de Enrique Alfaro Ramírez, encargado de ejercer y administrar las políticas públicas, la administración pública y la gobernabilidad del Estado de Jalisco durante los últimos 365 días, ha sido duramente criticado por su actuar indiferente hacia la crisis de dengue y las responsabilidades de los servidores públicos involucrados.
De la misma manera en el contexto de la seguridad del Estado se ha señalado de manera continua a la Fiscalía del Estado de Jalisco donde tampoco han rodado cabezas de quienes tienen a su cargo la seguridad del Estado, considerada otra de nuestras crisis por la cantidad de fosas clandestinas con restos humanos encontradas, siendo uno de los temas más delicados de la gobernanza de la entidad y de la que no hemos tenido tregua, al igual que en materia de feminicidios, violencia e inseguridad extrema en Jalisco.
El Poder Legislativo encargado de legislar, fiscalizar y normar en favor de la sociedad, tampoco ha sido un Congreso de participación proactiva, su mayoría naranja se convirtió en una cómoda extensión de brazo articulado con evidentes consecuencia favorables al poder ejecutivo, cuando la esencia de los legisladores es la de ser el contrapeso y la fiscalización del Ejecutivo, por lo que en este año 2019 solo hemos podido observar en materia legislativa situaciones inapreciables o propias de aumentos para efectos recaudación y un intensa campaña en materia de refundación para la socialización de una nueva constitución en el Estado de Jalisco que corresponde a la consolidación de un trofeo político innecesario y poco viable.
El Poder Judicial encargado de procurar la justicia, durante el año ha sido criticado duramente por el poder ejecutivo, en busca de acabar con la corrupción de jueces y magistrados que evidentemente hacen daño a la sociedad, causando falta de certeza judicial a través de la corrupción y la parcialidad de los miembros del poder judicial, el ataque fue mediante una reforma judicial de altas expectativas para el desarme político, siendo lo máximo que este año ha enfrentado el poder judicial del Estado de Jalisco, existió una guerra mediática de poderes expuesta en los medios, cuya finalidad es de alcances políticos y acomodo de grupos de poder al interior de la judicatura debido a que está consolidada por las oposiciones del partido en el poder, por lo en realidad solo se expuso a la judicatura con un discurso de forma en contra de la corrupción, pero de fondo es sólo un asunto político de posicionamiento.
En este contexto, los municipios encargados de las políticas públicas del primer círculo donde habitamos, previenen las situaciones de riesgo en nuestras colonias y los servicios públicos de nuestro municipio, sin embargo en materia de seguridad y como abono a la ineficaz participación en materia de seguridad de las instituciones encargadas a nivel estatal, han proporcionado deficiente trabajo en prevención y seguridad pública; la seguridad de los ciudadanos es un rubro de gobernabilidad obligatorio para las autoridades de todos los niveles a garantizar, pero Jalisco y sus municipios están claramente reprobados, no existe la transversalidad de colaboración y capacidad para enfrentar el grave problema de inseguridad y violencia que vivimos y es la percepción general que tienen la mayoría de los ciudadanos en todos los municipios por lo tanto en el Estado.
En conclusión el 2019 ha sido un año sumamente político y nulo en materia social, ha prevalecido la confrontación política entre poderes y gobiernos, para posicionarse en las entidades bajo argumentos sociales y disimulos gubernamentales, nuestra realidad es política de percepción y no trabajo gubernamental, acusación y pretexto presupuestal es lo que existe, en el fondo la intención de los poderes y de los municipios no es la lucha real contra la corrupción, la impunidad, la violencia, la inseguridad, el combate sigue siendo entre adversarios políticos y posicionamiento; el primer año de un cambio originado en el hartazgo y el sometimiento social del que nuestros políticos, gobierno y autoridades pareciera no han interpretado correctamente, esperemos que el próximo año consideren acciones reales sin tanto grito falso, ojalá logren hacer un balance de este año lo suficientemente autocrítico para comprender las necesidades de la sociedad y los requerimientos inmediatos que son producto del hartazgo y el enojo social, somos observadores en plena evaluación.
JALISCO
La detención del alcalde de Teuchitlán

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Hasta dónde llegará la Fiscalía General de la República en las acciones de denuncias y detenciones por el caso del campo de reclutamiento y entrenamiento del Rancho Izaguirre de Teuchitlán?
¿Quién seguirá después de la detención del presidente municipal de Teuchitlán, José Ascención Murguía Santiago?
¿Llegará a ex funcionarios de la Fiscalía de Jalisco? ¿Alcanzará algún funcionario importante de la administración alfarista? ¿Citarán al ex gobernador Enrique Alfaro?
Tal vez todo quede en la detención del alcalde de Teuchitlán. La hebra suele romperse por lo más delgado.
EL INFORME DE GERTZ MANERO
El informe del 29 de abril de Alejandro Gertz Manero sobre el Rancho Izaguirre en Teuchitlán parece un intento de la Fiscalía General de la República (FGR) por apagar un incendio que no deja de arder. Según el fiscal, no hay pruebas de que este lugar fuera un campo de exterminio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Gertz Manero fue categórico en su posición: «no hay una sola prueba que acredite» que el rancho Izaguirre, localizado por madres buscadoras en Teuchitlán, Jalisco, era un sitio de cremación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
«Tenemos ya totalmente probado que ese era un centro de reclutamiento, adiestramiento y operación del Cártel Jalisco Nueva Generación. Esto está aprobado por confesionales testimoniales documentales», aseguró en conferencia de prensa.
Al dar a conocer avances del caso en la sede de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), Gertz Manero aseguró que en el inmueble localizaron una pequeña vasija, con fragmentos muy pequeños de huesos de una antigüedad importante.
Y en contra partida tenemos la posición firme del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que acusan al fiscal general de la república de “querer matar la verdad al negar la existencia de crematorios clandestinos y restos humanos calcinados en el rancho de Teuchitlán.
Y le recriminan que el fiscal desacredita su labor sin haber visitado el sitio, llamándolas “mentirosas” y causando revictimización institucional.
El colectivo afirma que existen pruebas contundentes en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), donde se registran lotes de 17 restos óseos humanos recuperados del Rancho Izaguirre, que incluyen fragmentos de cráneos, fémur, cadera, falanges y piezas dentales, lo que consideran evidencia irrefutable que contradice la versión de Gertz Manero que únicamente encontró una vasija con restos antiguos.
Otro argumento que presentan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco es el hallazgo de 400 prendas de vestir y otros indicios, como imágenes satelitales de la Agencia Espacial Europea que muestran concentraciones elevadas de ceniza y columnas de humo negro que son incompatibles con simples fogatas.
UN FISCAL CON ESCASA CREDIBILIDAD
Habrá que revisar lo que señalan el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, si esos 17 restos óseos humanos, que respuesta tiene la Fiscalía General de la República, así como de las 400 prendas de vestir.
La divergencia está entre las dos posiciones: era un campo de exterminio o un campo de reclutamiento y entrenamiento del crimen organizado. La Fiscalía sostiene que “no existe elemento alguno” que sustente que se tratara de un campo de cremación.
Gertz Manero explicó que los peritos de la Fiscalía analizaron tierra, piedras y materiales de construcción en las áreas donde se sospechaba actividad de cremación, sin hallar niveles de calentamiento superiores a 200°C. Ante las dudas sobre esta afirmación, la FGR solicitó a la UNAM un análisis de las pruebas recolectadas. El dictamen de la universidad confirmó que no se registraron temperaturas suficientes para incinerar cuerpos, descartando así la existencia de crematorios en el Rancho Izaguirre.
LA NARRATIVA DEL MONTAJE
La versión del montaje sobre el Rancho Izaguirre, que sugiere que las acusaciones de ser un «campo de exterminio» con hornos crematorios son exageradas o fabricadas, se sustenta en varios elementos según las investigaciones oficiales y declaraciones de autoridades, aunque estas han sido fuertemente cuestionadas por colectivos y activistas.
Recordemos que la Guardia Nacional intervino el rancho en septiembre de 2024, deteniendo a 10 personas, rescatando a dos secuestrados y encontrando un cadáver. Sin embargo, en esa primera inspección no se reportaron fosas masivas ni crematorios, lo que las autoridades usan para argumentar que los hallazgos posteriores de colectivos como Guerreros Buscadores podrían estar sobredimensionados o mal interpretados.
La Fiscalía de Jalisco, en un informe inicial, también descartó la existencia de estructuras que funcionaran como hornos crematorios, aunque confirmó el hallazgo de restos óseos calcinados, ropa, zapatos y áreas de adiestramiento táctico. Esto apoya la idea de que el rancho era un centro de entrenamiento, no un lugar de exterminio masivo, según la narrativa oficial.
La versión del montaje se basa principalmente en la narrativa oficial de la FGR y la Fiscalía de Jalisco, que minimizan los hallazgos y niegan la existencia de crematorios, enfocándose en el uso del rancho como centro de adiestramiento. Sin embargo, las pruebas presentadas por los colectivos, la alteración de la escena y el contexto de impunidad en la región sugieren que esta narrativa podría ser un intento de encubrir la magnitud del horror. La falta de transparencia y las contradicciones entre las autoridades y los buscadores alimentan la desconfianza, dejando más preguntas que respuestas sobre lo que realmente ocurrió en el Rancho Izaguirre.
Podemos anticipar que la credibilidad la tiene el colectivo Guerreros Buscadores, en cambio Gertz Manero tiene una imagen altamente deteriorada, propiciado por los escándalos en los que se ha visto involucrado, tiene una imagen muy deteriorada.
EL FONDO DE LA TRAGEDIA
Más allá de la disputa, el problema de fondo sigue sin resolverse: las desapariciones en Jalisco y México no se detienen. ¿Cuántos campos como el Rancho Izaguirre existen? ¿Cómo se engancha a los jóvenes en las redes del crimen? La “verdad histórica” de Gertz Manero no responde a estas preguntas, ni frena el dolor de miles de familias. Mientras las autoridades minimizan los horrores, las madres buscadoras, con su valentía, nos recuerdan que la justicia sigue siendo una deuda histórica. ¿Hasta cuándo seguiremos sin tocar fondo?
NACIONALES
El choque Sheinbaum-Zedillo: Pisarse la cola

Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //
Claudia Sheinbaum ha evidenciado que su mente fría ante las amenazas arancelarias de Donald Trump es más retórica que esencia de su carácter al responder con enojo a las críticas de Ernesto Zedillo a los gobiernos y leyes emanados desde Morena y los impulsos de Andrés Manuel López Obrador. La verdadera Claudia Sheinbaum ha explotado.
Ernesto Zedillo escribió sobre lo que millones de mexicanos calificamos como peligros contra la democracia y nuestras libertades políticas, económicas, sociales y de acceso a la información. Zedillo no dijo nada que no hubiésemos leído en otros artículos o escuchado en otras voces; pero nadie antes lo dijo como expresidente.
La presidente Sheinbaum se puso guantes de boxeo sin antes prepararse y medir los alcances de subirse al cuadrilátero. Me recordó a los pleitos entre niños de kínder: “Mi papá es bombero y mojará al tuyo”. Quizá, buscando asustar a Ernesto Zedillo, Claudia Sheinbaum amenazó con abrir el caso Fobaproa. ¡Uy qué miedo! Dijera Chico Che.
Zedillo le acepta el reto y pide investigar los grandes desfalcos y obras sin sentido del gobierno del presidente Andrés Manuel “El Peje” López Obrador. Los congresistas aliados de Morena se subieron al pleito y tomaron al Fobaproa como letra de presión política; estos señores y señoras olvidaron que en derecho hay prescripción.
Aristóteles dijo: “El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”; tal parece que los morenistas metidos al pleito, incluida la señora Sheinbaum, dicen muchas cosas sin pensar ni mirar sus consecuencias. En alguna parte de ellos no conectan sus cerebros con sus lenguas; éstas su sujetan a sus hígados.
En el Fobaproa estuvieron involucrados diputados y funcionarios públicos, del tiempo de Zedillo, que hoy están en Morena, y fueron salvados empresarios que hoy se declaran pro-Sheinbaum, como lo es Altagracia Gómez, hija de Raymundo Gómez Flores de Minsa. Altagracia es millonaria gracias a los rescates financieros de Zedillo a don Raymundo.
Me decía mi padre que con la lengua se tropiezan aquellos, hombres y mujeres, con pocas neuronas haciendo bien su trabajo intelectual.
Claudia Sheinbaum parecía de mente fría hasta que se topó con algo inesperado y se sintió obligada a responder de botepronto a un artículo que pudo ignorar y esperar a que el tiempo lo enterrase. Demostró que a sus mañaneras les hace falta serenidad y le sobran arrebatos y mentiras.
Es mentira que a las palabras se las lleva el viento; se quedan en nuestras mentes, y hoy se guardan en los archivos de los medios de comunicación. Las palabras de Claudia Sheinbaum no la nutren y si envenenan. Aun no se abren las carpetas del Fobaproa y ya ensucian a los suyos. Claudia Sheinbaum olvidó que el PRI, viejo y corrupto, hoy está en Morena.
El silencio es el mejor regalo que nos poder dar pues hay palabras que maldicen a quién las pronuncia. En política, antes de hablar, hay que preguntarse si es prudente, necesario e inevitable. A Claudia se le olvidó esta regla elemental; tampoco meditó en quienes, de los suyos, pronto podrían ser dañados. Por ello, quienes apoyaron y fueron beneficiados por el Fobaproa, hoy le revolotean, enojados y muy preocupados.
Por razones de edad, hoy, a la inmensa mayoría de los mexicanos no le dice nada el Fobaproa y si el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la terminal aérea Felipe Ángeles, Segalmex, la macro farmacia, la casa gris, el huachicol en buques tanque, Mexicana de Aviación vuelta a quebrar… ¡Vaya torpeza! ¿Qué dirá ese pueblo mexicano, bueno y sabio, cuando conozca que los involucrados en aquel Fobaproa que aun todos pagamos, hoy son la cúpula de Morena y responsables de los nuevos desfalcos a la nación?
Quizá la oposición, desdibujada hasta hace unos días, hoy se sienta agradecida con la presidente Sheinbaum. Veamos si lo aprovechan. Cuentan de aquel que se decía rapidísimo en matemáticas y que aceptaría cualquier prueba.
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Alguien que estaba cerca le preguntó: ¿Cuándo es 4 por 25?
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Aquel, ufano, le respondió: 73.5.
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¡Falso! son 100.
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El del mal cálculo le aclaró: ¡Dije que era rapidísimo, mas no prometí exactitud!
Algo así sucede con la presidente de las neo mañanera. No nos prometió ser brillante ni veraz, solo que cada mañana nos hablaría de sus ocurrencias.
Como presidente, Claudia Sheinbaum debiera planificar mejor su futuro de gobierno. A Peña Nieto le costó caro la casa blanca de su esposa Angélica Rivera y los crímenes de Ayotzinapa, y de ellos podría haber sido no culpable. Al gobierno del segundo piso de la 4T podría costarle caro el pleito de la presidente con alguien que ya no era enemigo.
Sé que la presidente no es mujer de fe y si mujer que se mofa de nuestra Guadalupana, pero le recomiendo que, al despertar, pedir a Dios le indique qué decir, mostrarle cuándo decirlo y enseñarle cómo decirlo. De inicio lo dirá de mala gana y sin convencimiento, pero cuándo vea que Dios le escucha, quizá cambie. Luego, pedir a Dios que le muestre cómo gobernar bien y para el bien. Esto nos es urgente como pueblo y nación. Aún está a tiempo de ser mejor.
JALISCO
Caso Teuchitlán: El rancho del silencio y el alcalde que decía no temer

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
El problema con la podredumbre es que rara vez avisa. Huele a tiempo pasado, a complicidad curtida, a pactos hechos entre cafés tibios y palmadas en la espalda. En Teuchitlán, ese pequeño municipio jalisciense de no más de 10 mil almas, la peste salió de un rancho: Izaguirre. Pero la hediondez, ahora nos dicen, ya había contaminado el palacio municipal.
La detención fue discreta y, para algunos, sorprendente. Su nombre es José Ascención Murguía Santiago, dos veces alcalde, dos veces investido por la confianza de Movimiento Ciudadano. Cayó un sábado, como los operativos que buscan el eco en la prensa del lunes.
Cayó por obra de la Agencia de Investigación Criminal de la FGR, trasladado a la capital del país por su presunta vinculación con la operación criminal del CJNG en el Rancho Izaguirre. Delitos: delincuencia organizada y abuso de autoridad.
Ahora, “Chon” es un nombre más en la lista de los que, con el escudo del servicio público en la solapa, nos dicen que terminaron sirviendo al crimen.
Pero lo que cayó el sábado no fue solo un alcalde. Cayó la simulación, el cuento de la «tranquilidad» en los pueblos de Jalisco, esa paz de ataúdes y pactos.
El titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero, fue claro el 30 de abril: desde 2021 se sabía lo que pasaba en ese rancho. Reclutamiento, adiestramiento y ejecuciones. Las autoridades locales lo sabían, pero callaron. La Fiscalía de Jalisco lo aseguró en septiembre de 2024, pero después simplemente…se olvidó.
En marzo de este año, un grupo de madres buscadoras lo reabrió. Hallaron ropa, credenciales, huellas de un infierno. Ahí estaban las pruebas que la institución, con todos sus peritos y facultades, no pudo ver.
Y Murguía, el mismo que dijo en entrevista a Canal 13 que andaba sin escolta, que la gente lo conocía y confiaba en él, que estaba dispuesto a ser investigado, se volvió testigo de su propia caída. «Pues que me investiguen», dijo. Y lo hicieron. Y lo hallaron.
El alcalde aseguró no saber nada del rancho. «Es una zona muy alejada», dijo. «Nunca me enteré». Es curioso cómo la ignorancia se vuelve estrategia cuando la verdad comienza a cercar. Teuchitlán no es una megápolis. Es un municipio donde cuatro mil personas viven en la cabecera, donde todo se sabe.
Desde marzo, el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, ya había ventilado el modus operandi: falsas ofertas de empleo para enganchar a jóvenes, promesas de salarios de hasta 12 mil pesos semanales, adoctrinamiento criminal. Y cuando alguien se oponía, el castigo era inmediato: tortura, desaparición, muerte.
Gracias a la captura de José Gregorio Lastra Armida, alias «El Comandante Lastra», se supo de la cadena completa de reclutamiento. Una cadena que pasaba por el Rancho Izaguirre y por los silencios del poder local.
Junto con el alcalde, hay al menos catorce detenidos más. Policías municipales de Tala y Teuchitlán, incluyendo un excomisario, acusados de desapariciones forzadas y participación en el mismo esquema de reclutamiento.
La Fiscalía estatal justificó su omisión alegando que el rancho era demasiado grande. Que no se podía procesar todo. Como si la ley tuviera límites topográficos. Como si la justicia se rindiera ante el metraje.
Murguía es parte de la estructura de MC. No es un actor marginal. Dos veces alcalde, dos veces cobijado por las siglas naranjas. Y el partido calla. Ni un posicionamiento, ni una aclaración. La estrategia es el silencio, como si la vergüenza se resolviera con amnesia pública.
El problema no es solo Murguía. Es la tolerancia institucional al poder criminal. Es la normalización del terror como parte de la gobernabilidad. En Teuchitlán, gobernaba un alcalde que hablaba de transparencia mientras un cártel entrenaba sicarios a la vuelta del camino.
No es la primera vez que un municipio pequeño se vuelve epicentro del horror. Pero lo de Teuchitlán es simbólico. Ahí se junta todo: el abandono institucional, la corrupción policiaca, el oportunismo partidista, la simulación ministerial.
El rancho Izaguirre es más que un predio. Es el monumento al fracaso del Estado. Y Murguía, su administrador.
La caída de Murguía no resuelve nada si no se arranca la red entera. Porque el crimen organizado no se instala en un pueblo sin permiso, sin cómplices, sin acuerdos. Porque un rancho no se vuelve cuartel de adiestramiento sin ojos que miren hacia otro lado. Porque un alcalde no cae solo.
Y porque, al final, si el poder no se limpia de fondo, habrá más Teuchitlán. Más ranchos. Más presidentes municipales con cara de inocencia y manos manchadas.
La pregunta no es por qué lo detuvieron. La pregunta es: ¿por qué tardaron tanto?
En X @DEPACHECOS
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