LOS PELOTEROS
Charros y la necesidad de mejorar su infilder: La mancuerna Dany Castro-Jared Serna

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
¿Cómo viene Charros esta temporada? ¿Qué han hecho para subsanar las debilidades que mostraron durante la pasada temporada?
Su infielder fue su flanco más débil la pasada temporada, así como su relevo intermedio. El equipo cometió muchos errores que gravitaban en el resultado final y que impactaba el ánimo del lanzador inicialista.
Lo que hemos visto en las últimas dos temporadas de Charros es que se agotó la generación de peloteros de Algodoneros de Guasave, que fue la base de los dos campeonatos (2018-19 y 2021-22), con algunos buenos refuerzos que atinadamente se fueron integrando, pero insuficientes para lograr un conjunto competitivo, como lo espera cada año la leal afición que ha ido creciendo y que apoya al conjunto jalisciense.
Pero eso ya es pasado y los desafíos son el presente. Me atrevo a aseverar que Charros tenía el mejor infielder de la Liga.
¿Cómo se ha venido adecuando a las nuevas circunstancias el conjunto de local para volver a ser competitivo después de haber tenido grandes jugadores que hicieron época y que ya no están con el equipo o que se retiraron?
Uno de ellos fue el capitán Manny Rodríguez, que era el líder de los caporales y defendía en forma magistral la segunda base; Amadeo Zazueta, el parador en corto que se entendía muy bien con El Manny; Agustín “La Muralla” Murillo de los mejores terceras bases que han nacido en México; Gabriel Gutiérrez, extraordinario como receptor, principalmente. De ese equipo de Guasave queda Japhet Amador.
Vamos a empezar por la receptoría: la pasada temporada el conjunto local vaya que le sufrió durante toda la temporada, con Sebastián Valle de titular y Fernando Flores de suplente.
Fue en el play -off en el que se vio la vulnerabilidad del equipo en su receptoría. Fernando Flores cometió un buen número de pecados que gravitaron en el resultado adverso y en la eliminación de Charros.
Sebastián Valle regresa y va a luchar por la titularidad. Su bate resultó muy efectivo, fue de menos a más. Las lesiones es muy común que se hagan presente en esta posición tan difícil y más cuando la edad ya no permite la fortaleza e ímpetu de la juventud.
Fernando Flores ya no estará con los caporales, pero hay seis catchers más que buscarán ser el número dos: Omar Rentería, Alfredo Hurtado, Jesús Córdova, Carlos Mendívil, Omar Bustamante y Juan Pablo Vázquez. Vamos a ver quién de estos logra madurar.
¿Resolverá Charros este problema?
EL INFIELDER
La manifiesta debilidad de Charros la pasada temporada fue su infielder. Principalmente primera, segunda y tercera base. La mayor parte de la temporada experimentaron en primera y tercera. En la primera almohadilla, se tuvo, primero, al cubano Félix Pérez que se lesionó muy temprano y le entraron al quite Japhet Amador y Christian Villanueva. Una vez uno, otra vez otro; luego movían a Villanueva a tercera, con un brazo agotado y aquello fue terrible. ¿Quién se quedará cubriendo la primera almohadilla?
¡Qué martirio para los lanzadores tener una defensiva tan errática!
El ex ligamayorista Daniel Castro fue anunciado como refuerzo de Charros de Jalisco y será su parador en corto y se espera que pueda hacer buena mancuerna con Jared Serna en la segunda base. El otro flanco débil de los caporales es la receptoría y no se ve cambio sustantivo
En segunda colocaron a Missael Rivera y de parador en corto al guaymense Jared Serna. Simplemente entre ambos no hubo entendimiento y se convirtió otro flanco débil del equipo. Missael buen bat, pero a la defensiva no aprovechó la oportunidad para quedarse con el puesto.
La gran revelación del equipo resultó en la temporada pasada Jared Serna, quien cubrió la posición entre segunda y tercera de parador en corto. Con el guaymense Charros ha encontrado parte de la solución, será el segunda base, tiene buen guante, velocidad y flexibilidad para sus atrapadas, pero su brazo no tiene la potencia que requiere el parador en corto.
Jared fue el novato del año la temporada pasada. Es un jugador espectacular, lo mismo fildea, corre y batea. Es un gran activo de Charros y pertenece al equipo de Yankees y podrían subirlo a grandes ligas el próximo año; este año se consolidó en las ligas menores de la organización de Nueva York. En septiembre pasado fue asignado al equipo de Jacksonville Jumbo Shrimp de Pensacola Blue Wahoos.
Dany Castro, que pertenecía a Venados de Mazatlán, jugó en Grandes Ligas con Bravos de Atlanta y es un extraordinario parador en corto. A sus 32 años le queda bastante sustancia tanto con el guante como con el brazo. Es una buena contratación.
¿Quién para cubrir tercera base? Han contratado al boricua Vimael Machín, que jugó en el verano con Charros y es bat muy potente. Al parecer el boricua jugará únicamente la primera vuelta con con la novena jalisciense. Tienen a Christian Villanueva, pero, ¿cómo estará su brazo? ¿Ya se recuperó?
LO QUE DICE DANY CASTRO
“Me tomó por sorpresa el cambio de Mazatlán a Charros, pero llego a una gran organización, a un equipo protagonista de la liga y muy contento de vestir estos colores”, afirmó Dany Castro.
“Siempre he sido un pelotero que da su máximo todos los juegos y eso es lo que verán de mi parte; sé que en mi posición han pasado grandes jugadores, pero yo trabajaré para dar lo mejor de mí y sobre todo ayudar a que el equipo gane juegos”, comentó.
La integración de Dany Castro puede resolver ese problema que ha sufrido Charros en sus últimas dos temporadas, lasa fallas en el cuadro. Para ser un equipo competitivo, clave es su defensiva.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: ¿Habrá de nuevo jarabe tapatío como en Monterrey?

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
En una final de la Serie del Rey, cualquiera puede ganar. Cuando los Charros de Jalisco enfrenten a los Diablos Rojos del México a partir de este miércoles, el diamante será un campo de batalla donde el corazón, la estrategia y la pasión decidirán al campeón de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Este duelo es inédito en la historia de las finales de la LMB, un choque de titanes que promete emociones al límite. Los Diablos Rojos llegan como favoritos. Campeones en 2024 y bicampeones de la Zona Sur, buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años.
Con un récord arrollador de 63-25 en la temporada regular, liderados por figuras como Robinson Canó, Río Ruiz, José Marmolejos y el tapatío Julián Ornelas, los escarlatas, bajo la dirección del experimentado Lorenzo Bundy, son una máquina ofensiva.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, 19:00 horas), los respalda. Pero, como diría un viejo aficionado, “en el béisbol, la grandeza no basta si el corazón no late”.
Los Charros de Jalisco, en cambio, son la sorpresa de 2025. Con un récord modesto de 46-46, se colaron al playoff con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo. Nadie apostaba por ellos.
“Charros no tiene nada que hacer ante Monterrey”, decían.
Pero, liderados por Benjamín Gil, considerado el mejor timonel del béisbol mexicano, dieron la campanada. Con cinco banderines en la Liga Mexicana del Pacífico (cuatro con Tomateros y uno con Charros en 2024-2025), Gil transformó un equipo inconsistente en una fuerza imparable.
En los playoffs, con 19 juegos (12 victorias, 7 derrotas), vencieron a Unión Laguna en un séptimo juego épico y humillaron a los Sultanes de Monterrey, líderes de la temporada con 55-37, en dos rondas (4-3 y 4-1). “El béisbol no miente: premia al que lucha”, diría Gil.
La hazaña de los Charros trasciende los números. Rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey (desde 1971), su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025).
Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro histórico que los consagra como élite.
“Jalisco no juega solo por un trofeo; juega por su gente, por los que llenan el Panamericano con cánticos y banderas”, escribiría un cronista tapatío.
La serie, que continuará en el Estadio Panamericano de Zapopan (13 y 14 de septiembre, 18:00 y 17:00 horas, con un posible juego 5 el 15) y podría regresar a la capital (17 y 18 de septiembre), será una batalla épica.
Esta final es una fiesta nacional. El duelo enfrenta dos estilos: la solidez de Bundy, con su experiencia, contra el ímpetu de Gil, un motivador que levanta la autoestima de sus jugadores. En el diamante, como en la vida, gana quien entiende el alma de su equipo.
Este choque es más que deportivo; es una metáfora de México. Los Diablos representan la tradición y el poderío de la capital, un equipo que no admite derrotas. Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un conjunto que desafía pronósticos con garra.
La afición será clave. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, respondiendo al llamado de Gil para hacer del estadio un volcán.
En la CDMX, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. El béisbol es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento. Los Charros necesitan consistencia en pitcheo y bateo oportuno para superar la historia de los Diablos. Los escarlatas deben evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
Cada juego será un capítulo de esta narrativa, donde el orgullo regional de Jalisco choca con la hegemonía capitalina. En esta Serie del Rey, el centenario de la LMB se celebra con un duelo que trasciende el marcador. Charros y Diablos nos regalan un espectáculo donde la estrategia, la pasión y el coraje decidirán al rey.
Diablos llega como favorito, como lo fue Monterrey ante Charros en los playoffs. “Sultanes no tiene rival”, decían, pero Jalisco bailó el jarabe tapatío en el Palacio Sultán. Con Gil al frente, Charros juega inspirado.
¿Lograrán los Diablos su corona 18 o veremos nacer a un nuevo titán de la LMB, como ya lo es Charros en el Pacífico?
El béisbol no tiene guion escrito; es un juego de valientes donde cada batazo escribe la historia.
Este miércoles es el primer juego, comienza esta leyenda. Que el diamante hable y que el corazón tapatío, con su afición rugiendo, deje una huella imborrable en esta batalla por la eternidad.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: Viviremos la Serie del Rey soñada

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
¡Qué manera de pelear la de los Charros de Jalisco en los playoffs de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) 2025!
Su campeonato en la Zona Norte, bajo la dirección de Benjamín Gil, marca un hito histórico que enciende el orgullo tapatío.
Nadie daba un peso por ellos. Entraron al playoff de panzazo, con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo, y un récord regular de 46-46 frente al imponente 55-37 de los Sultanes de Monterrey.
“Charros no tiene nada que hacer”, sentenciaban los escépticos. Pero Guadalajara, como su mariachi, no se rinde: canta hasta el amanecer.
Con 19 juegos en tres series (12 victorias, 7 derrotas), los Charros desafiaron todos los pronósticos. Remontaron contra Unión Laguna en un séptimo juego cardiaco y vencieron a los Sultanes en dos rondas, mostrando temple y estrategia.
Incluso tras desperdiciar una ventaja de 3-0 en la Serie de Campeonato, cerraron con fuerza en el Juego 5 (6-4, con un out polémico en la décima entrada).
La dirección de Gil forjada en la Liga Mexicana del Pacífico con cinco campeonatos, fue clave. Su enfoque táctico y motivacional transformó un equipo con altibajos en una máquina aceitada. “El béisbol es corazón y cabeza; Charros tiene ambos”, escribiría un cronista apasionado.
Este 2025, los Charros rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey, su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025). Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro sin precedentes que los consagra como élite del béisbol mexicano.
Guadalajara no juega solo por un título; juega por su gente, por los que llenan el Estadio Panamericano con banderas y cánticos, respondiendo al llamado de “El Matador” Gil, quien pidió a la afición convertir el estadio en un volcán de apoyo.
Enfrentan a los Diablos Rojos del México, bicampeones de la Zona Sur y campeones vigentes, que buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años. Con una ofensiva explosiva liderada por Robinson Canó, Río Ruiz (autor de un jonrón clave contra Campeche), José Marmolejos y el tijuanense Julián Ornelas, los Diablos salen como favoritos.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, de ser necesario), los respalda. La serie continuará en Zapopan (13 y 14 de septiembre de 2025, el 5 el 15) y, si es necesario, regresará a la capital (17 y 18 de septiembre).
Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un equipo que desafía las probabilidades con garra y corazón. Los Diablos, dirigidos por Lorenzo Bundy, representan la solidez de un equipo que no admite derrotas. “El béisbol, como la vida, no perdona a quien confía solo en su grandeza”, reflexionaría un observador.
El Matador, con su ímpetu, choca contra la experiencia de Bundy. La clave para los Charros será la consistencia en el pitcheo y el bateo oportuno; para los Diablos, evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
La afición es el alma de esta serie. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, con una afición que ha respondido al llamado de Gil, convirtiendo cada juego en una celebración de la identidad jalisciense.
En la capital, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. “El béisbol no es solo un juego; es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento”, diría un cronista.
Esta Serie del Rey es una metáfora de México: la lucha entre lo regional y lo centralista, entre la ilusión de un equipo que resurge y la tradición de un gigante.
Los Charros, con su hazaña, han reavivado la pasión beisbolera en Jalisco. Su camino, lleno de remontadas y momentos épicos, los convierte en un símbolo de resiliencia. Los Diablos, con su historial, cargan el peso de la expectativa.
Los Charros vienen a hacer historia, ya lo dijo José Luis González Iñigo, el objetivo es convertir a Guadalajara en la capital del beisbol nacional.
La Serie del Rey 2025 no es solo béisbol; es el latir de un país que vibra con cada jugada. Charros y Diablos nos ofrecen un espectáculo donde el orgullo, la estrategia y la pasión decidirán al rey.
La afición de Charros de Jalisco, con su enjundia y espíritu indomable, impulsa al equipo en la LMB, creando una base leal que llena el Estadio Panamericano, según Íñigo González Covarrubias. A diferencia de la LMP, donde muchos apoyan a Naranjeros, Tomateros o Venados, los Charros han forjado una afición firme que vibra con el equipo local, llevando a Jalisco hacia adelante en la Serie del Rey 2025.
A disfrutar de una serie de platillos exquisitos de beisbol y nuestro deseo es que ganen los Charros y hagan historia, con dos campeonatos en un mismo año en las dos ligas mexicanas de beisbol.
Prepárense, porque esta batalla será leyenda.
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