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MUNDO

Ciclos de odio y esperanza: Reflexiones entre la ficción y la realidad

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A título personal, por Armando Morquecho Camacho //

Uno de mis pasatiempos más recientes, además de leer y ver fútbol, es sumergirme en animes. Recientemente terminé Attack on Titan, animé que me atrapó por completo y que me llevó a reflexionar profundamente sobre temas como el radicalismo y los ciclos de violencia en nuestra sociedad. La historia de Attack on Titan es fascinante, no solo por su trama, sino por cómo toca cuestiones humanas complejas que siguen siendo relevantes en el mundo real.

La premisa inicial de la serie parece sencilla: los humanos están confinados dentro de enormes murallas para protegerse de los titanes, criaturas gigantescas que devoran personas. Sin embargo, a medida que avanza la historia, descubrimos que los verdaderos enemigos no son los titanes, sino los propios seres humanos. El conflicto central es una lucha ideológica y geopolítica entre los habitantes de la isla Paradis y el imperio de Marley, cuyas tensiones se van desvelando con el tiempo.

Eren Jaeger comienza su viaje con un objetivo claro: exterminar a los titanes para proteger a su gente. Pero al descubrir la verdad sobre su mundo, su perspectiva cambia al darse cuenta de que los titanes resultan ser herramientas creadas por Marley para someter y exterminar a los eldianos de Paradis, convirtiendo el odio sistemático en el verdadero enemigo. Este giro de la trama ilustra cómo el adoctrinamiento y la deshumanización pueden justificar atrocidades en nombre de la seguridad.

En el clímax de la serie, surge una pregunta crucial: ¿es realmente posible romper este ciclo de odio y violencia, o estamos condenados a perpetuarlo por siempre? Esta cuestión no se limita al mundo ficticio de Attack on Titan, sino que resuena profundamente en nuestra realidad actual y tres eventos recientes ilustran cómo el radicalismo y la violencia ideológica siguen siendo parte de nuestra narrativa global.

En Magdeburgo, Alemania, un ataque estremeció a la comunidad local. Un hombre atropelló a varias personas en un mercado navideño, dejando múltiples víctimas y generando un miedo palpable entre los residentes. El acto, atribuido a un individuo con posibles motivaciones extremistas, buscó sembrar el caos y el terror en un ambiente festivo. Este ataque nos recordó que, a pesar de décadas de avances en integración y seguridad, la amenaza de la violencia sigue presente en las calles.

Mientras tanto, en Nueva Orleans, Estados Unidos, un evento igualmente devastador sacudió a la nación. Un ataque coordinado durante una festividad local, conocida por su alegría y diversidad cultural, dejó decenas de heridos y varios muertos. Este atentado no solo buscó desestabilizar la ciudad, sino también atacar los valores de inclusión y comunidad que representan. La reacción inmediata fue un clamor por unidad, pero también quedó claro que las grietas ideológicas en la sociedad estadounidense son un terreno fértil para el extremismo.

Estos eventos, aunque distintos en su contexto y motivación, comparten un elemento crucial: el uso del terror como herramienta para imponer ideologías y perpetuar la violencia. Ya sea en un mercado navideño o durante una festividad cultural, el terror se convierte en el vehículo para desestabilizar, infundir miedo y propagar un mensaje radical.

En Attack on Titan, Eren Jaeger se enfrenta a una amenaza existencial que lo lleva a tomar decisiones extremas. En su lucha contra Marley, opta por la destrucción masiva, convencido de que esta es la única forma de proteger a su pueblo. Su elección, aunque aparentemente motivada por una causa noble, plantea una importante cuestión moral: ¿es justificable cometer atrocidades para prevenir otras mayores?

En la serie, el protagonista se enfrenta a este dilema en un contexto de supervivencia, pero esta misma pregunta se refleja en la lucha global contra el terrorismo, donde las decisiones políticas y militares a menudo implican acciones violentas con la esperanza de evitar peores consecuencias. Sin embargo, la paradoja persiste: en muchos casos, estas respuestas violentas pueden perpetuar el ciclo de odio y violencia, en lugar de ponerle fin.

Así, tanto en la ficción como en la realidad, nos encontramos atrapados en una constante disyuntiva moral: ¿cómo equilibrar la necesidad de defensa y seguridad con el respeto por los derechos humanos y la paz duradera? Al final de la serie, incluso después de la destrucción de los titanes y la aparente salvación del mundo, el radicalismo persiste. La semilla del odio sigue viva, lista para germinar en cualquier momento. Este desenlace presenta una visión pesimista pero realista: mientras existan divisiones ideológicas y desigualdades, el ciclo de violencia será difícil de romper.

Es así que esta historia nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana y nuestra capacidad para superar el odio. En un mundo donde los eventos como los de Magdeburgo y Nueva Orleans son cada vez más comunes, la pregunta es inevitable: ¿podremos algún día poner fin al terrorismo, o estamos destinados a repetir este ciclo de destrucción?

Quizás la clave esté en la educación y en la promoción de la empatía. En la serie, se nos muestra cómo el adoctrinamiento de los jóvenes en Marley los convierte en soldados dispuestos a matar a quienes consideran «demonios». Del mismo modo, en nuestra realidad, muchos actos de terrorismo son perpetrados por individuos radicalizados desde temprana edad.

Otro aspecto crucial es la reconciliación. En este animé, algunos personajes intentan construir puentes entre Paradis y Marley, demostrando que la paz es posible si ambas partes están dispuestas a dialogar. En nuestra realidad, los esfuerzos de reconciliación han demostrado ser efectivos en algunos contextos, pero requieren un compromiso sostenido y la voluntad de enfrentar las raíces del conflicto.

El terrorismo no puede combatirse solo con fuerza militar o represión. Estas tácticas, aunque necesarias en algunos casos, a menudo alimentan el resentimiento y refuerzan las narrativas de odio. La lucha contra estos fenómenos debe ser integral, abordando no solo los síntomas, sino también las causas subyacentes, como la pobreza, la exclusión social y las desigualdades económicas.

Attack on Titan nos enseña una lección fundamental: el odio genera más odio y la violencia perpetúa la violencia. Si realmente queremos cambiar el rumbo, debemos aprender a construir puentes, no muros. Solo mediante el diálogo, la educación y la reconciliación podremos romper este ciclo destructivo.

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MUNDO

La Reserva Federal de Estados Unidos baja la tasa de interés: impacto directo en México

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– Por Redacción Conciencia Pública

La Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) decidió este martes bajar su tasa de interés en un cuarto de punto, dejándola en 4.00 a 4.25%. En palabras simples: el dinero en Estados Unidos será más barato para bancos, empresas y consumidores. Y cuando eso pasa en la mayor economía del mundo, el efecto se siente en todo el planeta.

¿Por qué lo hicieron? Porque la economía estadounidense se está enfriando: se generan menos empleos y el consumo pierde fuerza. Con tasas más bajas, la Fed quiere darle un empujón al crecimiento, hacer que pedir prestado sea más barato y que la gente gaste e invierta más.

¿Y a México cómo le pega? Directo. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, así que si su economía respira, la mexicana también. Una recuperación allá significa más compras de autos, electrónicos y alimentos de México, lo que da oxígeno a nuestras exportaciones.

En el terreno financiero también hay movimiento. Cuando las tasas bajan en Estados Unidos, muchos inversionistas voltean a ver a países como México para buscar mejores rendimientos. Eso puede traer más dólares al país y fortalecer al peso, aunque un peso demasiado fuerte también complica a los exportadores.

Otro punto clave: la deuda en dólares. Tanto el gobierno como varias empresas mexicanas tienen compromisos en esa moneda. Si las tasas en Estados Unidos bajan, el costo de pagar esa deuda también se reduce, lo que significa un respiro en sus finanzas.

Claro que no todo es miel sobre hojuelas. Si llegan capitales especulativos en exceso, el tipo de cambio puede volverse inestable. Y si el dólar se debilita demasiado, algunos insumos importados podrían encarecerse, lo que se traduciría en presión inflacionaria aquí en México.

En resumen: la decisión de la Fed es una buena noticia para México solo en el corto plazo. Habrá más aire para exportaciones, para las finanzas y para el peso. Pero el Banco de México (Banxico) tendrá que jugar con cuidado sus cartas para que este respiro no se convierta después en un dolor de cabeza.

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MUNDO

Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

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Por Francisco Junco

Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.

Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.

Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.

En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.

“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.

Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.

En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.

Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.

Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.

En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.

Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.

Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.

De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.

En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

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Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

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Fallo ambiental que resuena: «No estoy para ser querida, sino para cumplir con diligencia», magistrada Fanny Jiménez

Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU

Mensaje del gobernador en el Informe de Quirino: «Tlajomulco es un ejemplo de coordinación y visión de futuro»

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Carlos Urrea rescata a un héroe olvidado, presenta el libro «General Urrea: La Independencia de México»

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MUNDO

Tolerancia en tiempos de algoritmos

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– Opinión, por Miguel Anaya

¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.

En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.

¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.

El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.

He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).

La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.

Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.

La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.

El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.

Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.

Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.

En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.

El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.

Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.

Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.

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