OPINIÓN
Construcción, uso y enajenamiento de redes sociales

Opinión, por Javier X. Hurtado //
El pasado lunes 24 de abril de 2022, Elon Musk, el hombre más rico del mundo (Forbes lo sitúa este año en primer lugar con una fortuna de 219 mil millones de dólares), compró Twitter por 44 mil millones de dólares (el 20.09% de su capital), con la principal ideología de “apoyar la expresión sin restricciones y reducir el veto a usuarios o la eliminación de tuits individuales”, esa fue la más difundida.
Sin embargo, lo más interesante -y que debe de preocupar a los “nini-políticos”- es que en el comunicado en el que anunció su adquisición, Musk destacaba “la necesidad de derrotar a los ‘spambots’, que se hacen pasar por usuarios reales”.
Dicho lo anterior, podemos intuir, sin lugar a dudas, que el lunes pasado quedará registrado en la historia como una de las fechas más importantes para la dignificación y merecido fortalecimiento de la sociedad de la información. Será una cadenita que por obviedad deberá de seguir Zuckerberg en Facebook e Instagram; Google en Youtube; y, ByteDance, en Tiktok.
Debemos de recalcar, subrayar y poner en negritas que la compra de Musk no fue capricho, ni “chiripada”. Obviamente fue un movimiento totalmente inteligente, lleno de responsabilidad, ética y moral con visión de futuro por el hecho de que tiene planeado poner en órbita 42 mil satélites starlink para proveer de Internet Satelital a todo el mundo (actualmente tiene casi dos mil); y, mal hubiera hecho si no mejoraba y dignificaba el principal medio de comunicación global que ha hecho a influencers gobernadores o tumbado gobiernos, a merced de las empresas de comunicación que se aprovechan de los bots e incrementan la desinformación. Musk construye y dignifica redes. Los “nini-políticos” y sus empresas de comunicación las destruyen.
La esencia por la que se creó la World Wide Web, fue en su primer concepción durante 1968 con el ARPAnet, en la que sus ingenieros mencionaron “no enviarás una carta o un telegrama, simplemente identificarás a las personas cuyos archivos deberían estar conectados a los tuyos”. Después, resumiendo, vino el “boom” millones de páginas, todos querían tener una, luego los buscadores para hacer lo propio entre toda la faramalla; y, luego, volvemos a lo mismo; “la necesidad de tener conexión con personas afines”, de crear “redes sociales” y viene Geocities (la primer página Web que hizo Zuckerber fue ahí), luego Friendster (no fue idea de Mark lo que es Facebook), Hi5, MySpace, Telnet, Messenger, etc.
En resumen, siempre buscamos por naturaleza crear grupos e interactuar con personas afines a nuestras ideologías o necesidades. Por ello, Joan Donovan, quien investiga sobre la desinformación en la Universidad de Harvard comentó: “Se trata del poder y la influencia del propio Twitter y su importancia en nuestra cultura”. Musk decidió usar Twitter para dignificar la sociedad de la información en el mundo.
“La reacción extrema de los que temen la libertad de expresión lo dice todo”, tuiteó Musk el martes 26 de abril de 2022. Yo digo que basta ya de seguir permitiendo que enajenen las redes sociales las empresas de comunicación contratadas por los “nini-políticos”; ya que, como lo define la Real Academia Española, enajenar significa “hacer que una persona pierda la razón o los sentidos, especialmente a causa de un sentimiento intenso de miedo, enfado o dolor.”
¡Ya basta!, construyamos, informemos y no enajenemos las redes sociales. Como Musk.