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OPINIÓN

Cuando no les llueve, les llovizna

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Tercera Instancia, por Modesto Barros González //

El personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) está mal y de malas, cuando no les salen las cosas les chiflan o los regañan, con todo y que los últimos gobiernos federales han provocado una competencia no muy pareja con los elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR).

Lo ocurrido el pasado jueves 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, cuando uniformados de la SEDENA y elementos en la Guardia Nacional (GN), presuntamente acataron la orden de capturar a dos de los hijos de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, y lograron el aseguramiento de Ovidio Guzmán López, hijo de Guzmán Loera.

Hasta donde se ha informado la “brillante estrategia” la instrumentó el Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, quien parece que buscaba llevarse todos los reconocimientos y estrellitas con su máximo jefe, el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero se quedaron con las ganas de recibir aplausos.

Las instrucciones de dejar en libertad a Ovidio Guzmán López, y al parecer a los sujetos que estaban con él en el momento del arresto, ha provocado un sinfín de dudas y señalamientos contra las fuerzas armadas de México.

Ha trascendido que hace unos días se llevó a cabo un desayuno entre militares de alto rango, entre ellos el titular de la SEDENA, General de División Luis Crescencio Sandoval González, quien dio a conocer su malestar y preocupación de lo ocurrido en la capital de Sinaloa.

Por cierto hace algunas semanas se informó que por instrucciones superiores el personal de la Armada de México, o sea la Marina, sería concentrado para la vigilancia y custodia de puertos y lugares de las costas del país, por lo que dejarían de operar en el interior del país, pero con lo ocurrido en Sinaloa, parece que dieron marcha a atrás y se volvió a comisionar elementos de la SEMAR en ese territorio y posiblemente en otros más.

Por lo pronto en la SEDENA, se dice que hay desilusión y preocupación por lo ordenado y ocurrido en la liberación de Ovidio Guzmán López, además de la preocupación que tienen acerca de la integridad y seguridad de la familia de la población castrense que por lo menos en Culiacán, fueron advertidas de posibles ataques, lo que nunca se había señalado abiertamente por la delincuencia organizada.

Ahora queda esperar las repercusiones que todavía faltan que ocurran en la actual administración y que tal parece que no todos están alegres y contentos como ha dicho el mandatario de México.

¿Y SE VALDRÁ ACUSAR SIN PRUEBAS?

Tanto en la administración federal como en la local de Jalisco, los responsables de ellas han estado haciendo todo para presuntamente tener el control de otro órgano de gobierno, o sea el Poder Judicial.

En coincidencia los mandatarios AMLO y Enrique Alfaro Ramírez, en repetidas ocasiones han señalado la falta de probidad de jueces, magistrados y ministros, sin que hasta ahora se hayan abierto procesos contra presuntos responsables, pero eso sí señalan la corrupción supuestamente existente sin ordenar a las respectivas fiscalías que inicien el proceso penal contra malos funcionarios del poder judicial.

En el caso del intento de control del poder judicial local, ya que le complicó al Gobernador, al haberse emitido un fallo a favor de magistrados inconformes con las nuevas medidas que les pretende imponer el poder legislativo, que es obediente a las intensiones del mandatario estatal.

Si bien es cierto que se han emitido cuestionados fallos en tribunales locales, también es cierto que pudiera recaer responsabilidad entre los diputados que en el caso de magistrados proponen a las personas para ocupar el cargo, pero nada más designan y se lavan las manos como “Poncio Pilatos”, pero eso sí, discuten para lograr colocar al magistrado de su simpatía o intereses, aunque no lo reconocen abiertamente.

Así no puede haber autonomía en los tres órganos de gobierno en Jalisco, ya que el Poder Ejecutivo tiene el gran poder de “administrar” a su antojo los recursos que se asignan a los otros dos poderes, el Judicial y el Legislativo y como dicen “el que paga, manda”, así ha sido por años y parece que así seguirá por mucho tiempo más.

Por cierto ya hay jueces y magistrados que se están amparando por la llamada Reforma Judicial que abiertamente les pone de rodillas en el importante desempeño de sus funciones.

Ya veremos quién tiene la razón.

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