OPINIÓN
Debate entre antivacunas y provacunas: Nuevas medidas anti COVID-19, Jalisco responde
A título personal, por Armando Morquecho Camacho //
Uno de los temas más controvertidos en el mundo desde que inicio la pandemia ha sido el referente a las medidas sanitarias que han establecido los gobiernos del mundo para hacer frente a esta enfermedad que definitivamente nos tiene desgastados a todos psicológicamente.
El debate alrededor de las medidas ha sido recurrente y se ha ido adaptando a cada etapa de la pandemia.
Si bien recuerdan, al principio de este capítulo de emergencia sanitaria, ciudadanos de casi todos los países del mundo, especialmente en Estados Unidos, salían a marchar para manifestarse en contra del uso obligatorio de cubrebocas, algunos aseguraban que era una medida opresora y discriminatoria, esto último, refiriéndose a los establecimientos que prohibían el ingreso a quienes no portaban su cubrebocas.
Posteriormente el debate cambió y se adaptó a las nuevas medidas: a favor o en contra de la reactivación económica. En esta etapa se confrontaron aquellas personas que aseguraban que la economía del mundo debía cambiar y debía adaptarse a la vida en pandemia y otros, aseguraban que el cierre económico ya no era una opción porque los estragos generados por esta medida podrían ser irreversibles y además señalaban que debíamos iniciar un sano proceso de adaptación a la nueva normalidad.
Además, esta etapa de debate enfrentó la postura de aquellas personas que aseguraban que con un disciplinado encierro de 40 días era suficiente para acabar con el virus y de aquellas que aseguraban que los contagios jamás se iban a terminar y que por ende, el mundo no podía seguir paralizado.
Ya centrados un poco más en la actualidad, el debate volvió a mutar junto con el virus, y con Omicrón causando estragos en la salud de las personas, hoy la controversia se centra en la decisión de muchos gobiernos del mundo (incluyendo el de Jalisco) de volver la vacuna un requisito indispensable tanto para asistir a eventos deportivos y culturales, como para poder asistir al trabajo de manera presencial o bien, para poder ingresar a un país.
Siguiendo la línea que se ha trazado desde que salió el primer contagio en occidente, esta medida también ha confrontado al mundo en una pelea estelarizada por «los antivacunas y los provacunas» y al mismo tiempo, esta decisión ha llevado a las personas a cuestionar muchos conceptos relacionados con garantías individuales y con principios tan básicos como la igualdad ante la ley.
De hecho, este debate se ha intensificado sobre todo en redes sociales debido al caso en el que se vio involucrado el famoso tenista serbio Novak Djokovic a quien le fue revocada su visa ya que no contaba con un esquema de vacunación que se volvió un requisito para poder ingresar a Australia, lugar donde se celebraría uno de los torneos de tenis más importantes del mundo,
Definitivamente este es un caso que se presta para un análisis bastante interesante, no debemos olvidar que si bien es cierto que Djokovic está en todo su derecho a decidir no vacunarse, también Australia, como un país constitucionalmente soberano, tiene el derecho de establecer los requisitos que los extranjeros deben de cumplir para poder ingresar al país, pero no solo eso, también, su gobierno tiene la responsabilidad de salvaguardar la salud de todos los ciudadanos.
En ese contexto, y no muy alejados de las medidas tomadas por algunos países, las autoridades de nuestro estado presentaron hace unos días un nuevo paquete de medidas preventivas que se comenzarán a aplicar a partir del 14 de enero, mismas que indican que para poder ingresar a casinos, bares, antros, estadios, conciertos, o cualquier otro evento masivo los asistentes deberán presentar certificado de vacunación o bien, una prueba negativa tipo PCR impresa o digital.
Pero como es costumbre, estas medidas han generado mucha polémica ya que algunas personas aseguran que pedir certificados de vacunación para poder ingresas a eventos masivos es una medida discriminatoria que atenta contra la libertad de decidir vacunarse o no, mientras que otros aseguran que es una medida inútil ya que estar vacunado no es prueba de no estar contagiado.
Sin embargo, hablar de discriminación debido a este requisito carece de sentido, ya que las nuevas medidas, tal y como lo señalé anteriormente, dan la opción de presentar una prueba PCR a quienes no cuentan con un certificado de vacunación, pero esta medida también ha sido polémica debido al alto precio de las pruebas PCR.
Ciertamente las medidas son polémicas, pero realmente, toda medida impulsada por un gobierno en tiempo de crisis es polémica, es algo que no puede evitarse de ninguna manera, por ello, lo que debemos entender como ciudadanos y/o gobernados, es que no podemos cambiar el hecho de que estamos frente a un grave problema de salud que va más allá del dilema que exponen los anti vacunas.
Independientemente del debate sobre si la vacuna es o no efectiva, nuestras autoridades están obligadas a tomar las medidas que consideren pertinentes para evitar primero que nada, una saturación de los servicios hospitalarios que representa un problema en cadena, ya que en la medida en la que los hospitales se llenen de pacientes con COVID-19, el rezago en la atención de otras patologías aumentará exponencialmente y se dejará a un importante sector de la población desprotegida, en este tenor, nuestras autoridades están obligadas a buscar caminos que permitan garantizar un derecho fundamental como lo es el de acceso a la salud.
Por otro lado, es necesario entender que nuestras autoridades también están obligadas a tomar medidas para evitar la muerte de más ciudadanos y por ende, salvaguardar la integridad y la vida de la ciudadanía, y hoy por hoy, la única manera de hacerlo es estableciendo un sistema de monitoreo público que permita a nuestras autoridades, brindar la certeza de que aquellas personas que gozan de la necesaria reactivación económica no están propagando el virus, o bien, que aquellas personas que circulan por las calles, cuentan con una vacuna que disminuirá las probabilidades de enfermar gravemente.
De igual manera, volver obligatorio presentar pruebas PCR evidentemente aumenta el número de pruebas realizadas que al mismo tiempo aumenta la capacidad de detección, lo cual brinda a nuestras autoridades un mayor margen de maniobra de aislar pacientes o bien, de canalizarlos a los hospitales en el momento oportuno para evitar complicaciones.
Las medidas sanitarias han hecho que muchas personas cuestionen derechos fundamentales que son el pilar de la narrativa humanitaria y de dignidad de occidente, pero ciertamente, ese debate en medio de un crisis de salud pública carece de sentido, ya que debemos recordar que las decisiones sobre la tutela de derechos fundamentales deben estar debidamente justificadas mediante un ejercicio de ponderación de derechos, y en este caso, las medidas está más que justificadas.
Hoy la prioridad es garantizar la salud pública, no satisfacer caprichos individuales fundados en creencias meramente subjetivas, que aunque son respetables, no están por encima de la salud pública.
NACIONALES
La presidenta Sheinbaum: ¿Acatará tratados internacionales?
De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //
EL CLAROSCURO de la reforma judicial. Por un lado, los opositores a esta reforma promovida por López Obrador y consumada por Claudia Sheinbaum, tienen en el Artículo Primero de la Constitución y en la actuación de los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos para la defensa de los derechos humanos, un argumento más de lucha.
Por el lado oficial, dueña de los tres poderes del Estado Mexicano y seguidora de la “cuarta transformación” -que ha hecho a un lado los criterios de organizaciones internacionales que exponen sus opiniones con respecto al gobierno de México-, la presidenta Sheinbaum podría promover de una vez por todas las reformas constitucionales que harían a un lado el actual ordenamiento contemplado en la Carta Magna para dejar de considerar todo tratado internacional como Ley Suprema.
No podemos olvidar que en el paquete de reformas constitucionales para establecer la “Ley Suprema” del Congreso de la Unión por encima del Poder Judicial Federal, se contemplaba una reforma para hacer a un lado del texto lo relativo a los “tratados internacionales”, pero al final del día no se contempló.
Hasta ahora, el Artículo 1 de la Constitución se contempla así:
“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.
Por parte de los organismos internacionales dedicados a la defensa de los derechos humanos, hay un tema neurálgico en relación a México, luego de la reforma judicial y la expectativa de una posible violación a los derechos humanos ante la selección de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal a través del voto popular, porque los nuevos juzgadores podrían sujetarse a las consignas políticas y no a la Ley.
Una abogada experta en el sistema interamericano de derechos humanos –Tamara Taraciuk-, dijo a “Proceso” lo siguiente:
“Si el Estado Mexicano ignora las eventuales recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este organismo se transforma en una suerte de Fiscalía y lleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica y este tribunal inicia un proceso que podría culminar en una sentencia condenatoria vinculante que el Estado Mexicano tendría la obligación de cumplir como firmante de la Convención Interamericana de Derechos Humanos”
Aparte, de forma paralela, en la Organización de las Naciones Unidas se desarrolla un proceso en el que el Estado mexicano tiene que responder. La reforma también está en la mira de la relatora especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y de la Comisión de Venecia, un organismo de la Unión Europea que vela por el constitucionalismo y el Estado de derecho y del cual México forma parte. De parte de estas organizaciones no hay sentencias vinculantes pero sí pronunciamientos políticos.
Aparte, el artículo 133 de la Constitución establece que los tratados internacionales son parte de la Ley Suprema de la Unión, junto con la Constitución y las leyes del Congreso.
Palabras más, palabras menos, ante el inminente riesgo de violaciones a los derechos humanos por la puesta en práctica de una reforma judicial cuyos jueces electos por el voto popular atenderían las recomendaciones de quienes los colocaron para “administrar la justicia” y no a la interpretación de la Constitución en sus primeros 29 artículos relativos a las garantías individuales o derechos del hombre y la mujer, el gobierno de México podría recibir una condena internacional y verse obligado a modificar parte de su reforma al Poder Judicial de la Federación.
Eso por un lado, pero por otro, podría ser una oportunidad para que el régimen impuesto por López Obrador y perfeccionado por Claudia Sheinbaum, quite los candados constitucionales que le oprimen aún, el propósito de establecer de una vez por todas un régimen en manos de una sola persona, es decir, una autocracia en la que las libertades y derechos humanos de sus ciudadanas y ciudadanos se sujetarían a la voluntad del Estado, el mismo que sería capaz de declarar de utilidad pública, toda propiedad privada.
NO HABRÁ DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN
SI LA presidenta Sheinbaum hizo de manera personal una crítica pública al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, es porque está enviando un mensaje de que no habrá diálogo alguno con la oposición… Decir que Romero es “el jefe del cartel inmobiliario” en la ciudad de México, podría haber corrido a cargo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez o de la presidenta de MORENA, Luisa María Alcalde, pero no fue así… Un asunto de bajo perfil fue tomado como un pretexto para decir a todos los mexicanos que esta “construcción del segundo piso de la cuarta transformación”, solo gobernará para los simpatizantes, haciendo a un lado a todo aquel o aquella que piense diferente… Adiós entonces a la aspiración de un llamado desde palacio nacional a la unidad de las y los mexicanos…
JALISCO
Madruguete legislativo: El pacto silencioso que define la política jalisciense
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
El reloj marcaba las 2:33 de la madrugada cuando la 64 Legislatura del Congreso de Jalisco, bajo el tenue resplandor de la noche, decidió consumar lo que muchos en el recinto describieron como un “madruguete”. En una sesión cargada de tensión, se aprobó la integración de las 20 comisiones legislativas, un acto que, más que ser un simple trámite administrativo, reveló la maquinaria oculta que mueve los hilos del poder en el estado.
Mientras la mayoría de los legisladores dieron su voto favorable, los cinco integrantes del Partido Acción Nacional (PAN) se opusieron con firmeza. Claudia Murguía Torres, coordinadora de la bancada panista, alzó la voz contra lo que calificó como un “acuerdo vergonzoso” entre Movimiento Ciudadano (MC) y Morena. Con un tono severo, señaló la falta de transparencia y la premura innecesaria de una sesión que, según ella, podría haberse realizado con luz de día y mayor deliberación.
La crítica de Murguía resonaba más allá del recinto: “No hay urgente necesidad”, afirmó, cuestionando la prisa por votar cuando aún quedaban días para cumplir el plazo legal. Y, sin embargo, su voz parecía ahogarse en un entorno donde las alianzas veladas y los intereses partidistas ya habían definido el resultado.
El coordinador de MC, José Luis Tostado, respondió con la habilidad retórica que caracteriza a los políticos experimentados. Negó cualquier pacto exclusivo con Morena y afirmó que los acuerdos fueron alcanzados con siete de los ocho grupos parlamentarios. Pero los hechos hablan más alto que las palabras, y el reparto de las presidencias de las comisiones legislativas parece contar una historia distinta.
EL REPARTO DEL PODER
Movimiento Ciudadano, como era de esperarse, se quedó con las comisiones clave: Hacienda y Presupuestos, Seguridad y Justicia, Movilidad y Transporte, entre otras. Con estas posiciones, MC asegura su dominio sobre los recursos financieros, la agenda de seguridad y los proyectos de movilidad, consolidando así su narrativa de partido hegemónico en Jalisco.
Morena, por su parte, tomó el control de comisiones que, aunque importantes, carecen del impacto presupuestal que caracteriza a las de MC. Igualdad Sustantiva y de Género, Vigilancia y Sistema Anticorrupción, y Participación Ciudadana son comisiones que encajan con la retórica progresista del partido, pero cuyo alcance real en términos de poder legislativo es limitado.
El PAN, relegado a un papel testimonial, mantuvo las comisiones de Asistencia Social, Familia y Niñez, así como Gobernación. Estas presidencias son más un consuelo simbólico que una herramienta de influencia real. Mientras tanto, el PRI y los partidos minoritarios —Hagamos, PVEM, PT y Futuro— obtuvieron presidencias que parecen más un intento de mantenerlos en la mesa de negociación que una concesión de poder auténtico.
LA SOMBRA DE UN PACTO NO TAN SILENCIOSO
El PAN, con razón o sin ella, parece haber sido el único partido dispuesto a denunciar públicamente lo que otros solo murmuran en los pasillos: la existencia de un acuerdo entre MC y Morena. Aunque ambos partidos lo niegan, su coordinación para sacar adelante esta votación en una sesión de madrugada sugiere que hay más en juego que el cumplimiento de un plazo legal.
En este contexto, la declaración de Julio Hurtado, diputado panista, resulta especialmente elocuente: “El que hoy estemos debatiendo este tema a las 2 de la mañana habla por supuesto de lo vergonzante que es para Movimiento Ciudadano arrancar esta Legislatura entregándole el control de lo que hoy es la gran coyuntura nacional”.
EL PESO DE LOS NOMBRAMIENTOS
La sesión no solo fue polémica por la distribución de las comisiones. También se tomó protesta a Eduardo Fabián Martínez Lomelí como secretario general del Poder Legislativo. Martínez Lomelí, cercano al gobernador Enrique Alfaro, es una figura clave en la operación legislativa y su continuidad refuerza la influencia de MC dentro del Congreso.
Su permanencia no es un detalle menor; representa el control administrativo y técnico del Legislativo, un poder que muchas veces opera lejos de los reflectores, pero que es crucial para la agenda de cualquier partido en el gobierno.
LA GLOSA 2024: OBRA DE TEATRO EN PUERTA
Otro de los puntos aprobados fue la realización de la Glosa 2024 los días 20, 21 y 22 de noviembre. Este ejercicio de rendición de cuentas, en teoría, debería ser una oportunidad para que los legisladores cuestionen a los titulares de las dependencias gubernamentales sobre su gestión. Sin embargo, los antecedentes nos enseñan que estas sesiones suelen ser más un espectáculo político que un verdadero ejercicio de fiscalización.
LA COREOGRAFÍA DEL PODER
Lo ocurrido en esta primera sesión de madrugada de la 64 Legislatura no es un hecho aislado; es una muestra del entramado político que define a Jalisco. Movimiento Ciudadano, Morena y los demás partidos están inmersos en un juego donde la prioridad no es el bien común, sino la consolidación de poder. Las críticas del PAN, aunque legítimas, también deben ser vistas con escepticismo; ningún partido está libre de pecados en esta danza de intereses y no podemos olvidar que, la legislatura pasada el PAN tenía en Claudia Murguía a la diputada más naranja de los azules.
Si algo dejó claro esta sesión inaugural, es que el Congreso de Jalisco no será el espacio para el debate plural. Los acuerdos entre MC y Morena marcarán la pauta, mientras el resto de las fuerzas políticas se adaptan o perecen. En la penumbra de la madrugada, las decisiones se tomaron con una urgencia cuestionable y una opacidad indignante. Para los ciudadanos, queda la amarga certeza de que, en este juego de poder, su voz sigue siendo un eco perdido en el vacío legislativo.
En X @DEPACHECOS
NACIONALES
El costo de la transparencia
Opinión, por Salvador Romero Espinoza //
La propuesta de reforma al artículo 116 de la Constitución para desaparecer a los 32 institutos de transparencia locales del país, nos costará casi 20 veces más de lo que actualmente nos cuestan dichos institutos, de acuerdo a la distribución de funciones y obligaciones que establece para las contralorías de cada una de las casi 7,000 autoridades estatales y municipales del país.
En primer lugar, hay que señalar que el presupuesto aproximado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es de 1,000 millones de pesos anuales, mientras que el presupuesto aproximado de los 32 institutos de transparencia locales del país, ronda los 1,300 millones de pesos al año; el Instituto de Transparencia Jalisciense (ITEI), por ejemplo, tiene un presupuesto aproximado de 60 millones de pesos anuales, básicamente el mismo desde hace 12 años; es decir, la totalidad de los 33 institutos de transparencia cuestan a cada mexicana y mexicano alrededor de $17 pesos al año, menos de lo que cuesta un refresco.
De esos presupuestos, alrededor del 70% de los recursos se destina a lo que se conoce como “Capítulo 1000”, es decir, al pago de sueldos, salarios, prestaciones y honorarios de las personas que apoyan a dichos institutos de transparencia a cumplir con sus funciones, que en el INAI son alrededor de 800 personas y en el resto de los institutos de transparencia del país alrededor de 1,200 personas; el ITEI, por ejemplo, tiene una plantilla de personal de 94 personas.
Por su parte, la propuesta de reforma constitucional, denominada de “simplificación administrativa”, cuya finalidad es la destrucción de 39 organismos constitucionales autónomos (creados como contrapesos al poder público), establece también una propuesta de modificación al artículo 116 (relativo a las atribuciones de las entidades federativas), que violenta completamente el esquema federalista mexicano y el principio de soberanía de los estados que forman nuestra República, pues prohíbe a las entidades el que puedan preservar a sus institutos de transparencia, a pesar que dicho artículo fue concebido para reconocerles atribuciones a las entidades federativas, no para imponerles prohibiciones.
En dicha propuesta de reforma se establece la desaparición obligatoria de los 32 institutos de transparencia del país para que cada contraloría o equivalente de cada autoridad, realice las atribuciones que actualmente realizan dichos institutos, entre otras, conocer de las quejas, impugnaciones, recursos e inconformidades que presente la sociedad en contra de la opacidad de las instituciones públicas, así como las verificaciones a sus portales de transparencia y la capacitación a su personal y a la sociedad civil.
Este esquema conllevaría un enorme gasto presupuestal, dado que -haciendo a un lado a la Federación- actualmente existen casi 7,000 sujetos obligados (o autoridades) estatales y municipales (en Jalisco rondan los 600), por lo que una debida tutela de los derechos fundamentales a la información y a la protección de datos personales, que actualmente está encomendada a los institutos de transparencia, implicaría que en cada contraloría de cada autoridad se contrataran, al menos, 3 tres nuevas personas: una responsable de la resolución de recursos en materia de acceso a la información y de las denuncias por incumplimiento de obligaciones de transparencia; otra responsable de las verificaciones a los portales de transparencia y de la capacitación; y otra especializada en resolver controversias relacionadas con la protección de datos personales.
En otras palabras, en el discurso oficial para justificar la destrucción de los institutos de transparencia, se ha señalado que son costosos para el presupuesto y que su desaparición implicaría un ahorro para el erario público, sin embargo, con el esquema propuesto, si en verdad se quieren proteger adecuadamente estos derechos humanos, se tendrían que contratar a alrededor de 21,000 personas nuevas para tutelarlos de manera eficiente por los sujetos obligados estatales y municipales (en contraste con las alrededor de 1,200 personas que actualmente laboran en los 32 institutos locales), por lo que, en realidad, este esquema propuesto, además de todas las implicaciones negativas que tiene, también nos costaría a las y a los mexicanos, cuando menos 17 veces más de lo que actualmente nos cuestan los institutos de transparencia locales del país.
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