OPINIÓN
Diversas formas de vivir el balompié: La sociología de los mundiales en el futbol y su entorno
Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles
La máxima justa deportiva cada 4 años acapara la atención del mayor número de espectadores en nuestro planeta, que con sus aficionados también acuden presencialmente en buen número cada país a las diferentes sedes existentes, que refleja la cultura de los pueblos dentro y fuera de la cancha, independientemente de la calidad o carencias de las selecciones.
Sabedores de las grandes potencias existentes que destacan sobremanera solo América y Europa como lo establece los anales de la historia.
Brasil, Argentina y Uruguay en contrapartida Alemania, Italia, Francia, España, Inglaterra, Países Bajos con el resto de los demás continentes, que cada uno busca la Copa Mundial.
Europa tiene más países de calidad en una competitividad de más disputa y de cierta manera más reñida, donde nadie regala nada y la especulación no existe, así como las medianías tampoco.
Analizando precisamente países, es muy clara su idiosincrasia y formas de vida así como de usos y costumbres que lo reflejan a simple vista:
Brasil y el “jogo bonito”, es la magia, habilidad, destreza, fantasía y espectacularidad con una población minoritaria de raza negra que destacan en el futbol y otras disciplinas olímpicas.
Su pasión desbordada por el futbol es manifiesta con la alegría y el regocijo de su gente, con sus bailes de samba, con hermosas mujeres de bailes cadenciosos que el futbol lo toman como religión idolatrando a sus futbolistas al tener al mejor de todos los tiempos en la figura de Edson Arantes Do Nacimiento “Pelé”, actualmente Neymar destaca.
Su “torcida” brasileira fanática quien es comparsa del equipo carioca y lo siguen en todos los torneos oficiales, máxime en las justas mundialistas.
Argentina con la arrogancia de sus “barristas” apasionados y fanáticos con cánticos ofensivos hacia sus adversarios, con grupos juveniles desenfrenados, que tenían en Diego Maradona al “Dios” mismo de una blasfemia teológica fuera de lugar, de un personaje farmacodependiente desde siempre, con una vida lisonjera llena de escándalos sin demeritar en ningún momento su talento y habilidades innatas de genio y figura, que junto con “Pelé”, fueron los mejores en épocas y circunstancias distintas, dejando la estafeta de “crack” actualmente en Leonel Messi.
Uruguay con sus esporádicos campeonatos de 1930 y 1950, este último en el propio Estadio Maracaná que le dio fama y prestigio con un letargo de décadas sin campeonar mundialmente, que en Copa América es quien más títulos poseé, su hinchada no es tan acelerada, con el “mate” tradicional vespertino de gente tranquila y trabajadora, de un país pequeño de tres y medio millones de habitantes, que el futbol es su pasion.
Nuestros connacionales dejan mucho que desear en cuanto a comportamiento se refiere de aficionados “porristas” que en los mundiales se muestran inhibidos, que hacen desorden con el influjo de bebidas embriagantes (En Qatar prohibido en los estadios), que en los últimos años contagiaron a sus mujeres, “reventándose” y haciendo desmanes, que muchos terminan tras las rejas por el mal uso de una libertad convertida en libertinaje como su sociedad misma lo es en su propio país, con el estúpido grito homofóbico que le costó a su representativo nacional multas y advertencias por parte de la FIFA en vetos y decalcificarlos en los últimos mundiales, que se dio este fenómeno de conductas antideportivas y antirreglamentarias.
En la era Nacho Trelles al frente de la selección también existieron contratiempos naciendo la frase “te anda buscando el pifas”, en alusión a un aficionado de “hueso colorado” que en los mundiales de Chile 62 e Inglaterra 66, no figuraron los nuestros y por ello el enojo de este aficionado que lo buscaba para liquidarlo, que se volvió una leyenda urbana.
Inglaterra tenían a los terribles “holligans”, grupos de choque que acompañaban a su selección en mundiales, que tuvo que intervenir la monarquía con la difunta Reina Isabel II desterrándolos por siempre y vetados por FIFA, que futbolísticamente no son potencia con un solo campeonato en su haber (1966) efectuado en su propio país, que a pesar de presumir su Liga Premier, en el contexto globalizado son comparsa siempre.
Colombia que al igual que nuestro país con los cárteles de la droga y sus guerrillas de paramilitares internas FARC (Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia) que Andrés Escobar de apellido ilustre del famoso narcotraficante Pablo Escobar defensa central de su selección colombiana en USA – 94 , por un autogol que costó la eliminación del equipo fue suficiente para que un fanático desquiciado de su país lo asesinara arteramente, olvidándose que el futbol es un simple juego que no debe cegar la mente y el falso nacionalismo.
Japón con su cultura milenaria oriental, místicos y respetuosos que ponen ejemplo al mundo antes y después con una filosofía de respeto, meditación y conocimientos de primer mundo en todos los ámbitos, con un equipo súper disciplinado dentro y fuera de la cancha lo mismo que su afición, que su cultura de limpieza la demuestran en los mundiales que asisten, recogiendo la basura en las tribunas de los estadios (Rusia y Qatar), después de los encuentros de futbol, como un acto espontáneo de aseo y pulcritud arraigados a su idiosincrasia particular.
USA como potencia mundial en todos los ámbitos el soccer como lo llaman ellos (futbol americano), que se dedican a encumbrar exponencialmente los juegos de conjunto con las manos principalmente el beisbol, futbol americano, básquetbol, el Hockey sobre hielo y los acuáticos wáter polo, prácticamente todas las disciplinas que son potencia olímpica individual y colectiva.
El futbol empieza a mostrar interés en los estadounidenses que con esa mentalidad ganadora, empiezan a crecer en el soccer, superando a nuestro país con ese empoderamiento empresarial que tienen con grandes capacidades que muy pronto disputarán las justas mundialistas por la planificación y desarrollo de sus actividades deportivas, que el próximo mundial es tripartita en el Continente Norteamericano, literal geográficamente (Canadá, USA y México).
Finalmente México debe entender a diferenciar actividades diversas con criterio y sapiencia en que el mundo del futbol es a final de cuentas un juego común y corriente que no va la vida en ello, la bandera, el escudo, el patriotismo, el himno nacional son valores de los mexicanos que no tiene la menor importancia mezclar sentimientos y pasiones.
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