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OPINIÓN

Educar en la verguenza y el arrojo

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Educación, por Isabel Alejandra Venegas //

Cuando Victoria Camps decía que al escribir su libro El Gobierno de las emociones, el capítulo que más le había costado trabajo redactar había sido el de “la vergüenza”, tal vez hasta se quedaba corta, ciertamente es algo muy complicado de abordar.  En lo personal me llamó la atención cuando menciona: Es que todos sabemos que para que una sociedad viva de manera sana, necesita tener vergüenza, pero también es cierto que ese ha sido el mecanismo de muchos para humillar, hacer vejaciones y producir mucho sufrimiento 

Mi mente se quedó en la primer premisa ¿Es verdaderamente importante para la sociedad educar cuidando que haya pudor, recato o vergüenza? ¿Cómo es que en ello va parte de la supervivencia de una sociedad sana y en equilibrio emocional? Porque para la segunda parte no queda ninguna duda de que cuando se le ha utilizado para humillar a otros y como mecanismo de control social, el empobrecimiento cultural ha sido contundente. 

Te propongo un ejercicio de razonamiento; supongamos la siguiente tesis: Es falso que se debe educar en la vergüenza a la sociedad moderna.  Para hacer el análisis habrá que identificar las características principales de la sociedad actual en este sentido: 

Las implicaciones de estrategias de una mercadotecnia voraz, han acentuado la cosificación del ser humano y ese concepto ha provocado un serio impacto en la conceptualización de la persona, lo que conlleva a la erotización de casi todo el ecosistema mediático. La hipersexualización en los contenidos de difusión masiva ha marcado una gran diferencia con los esquemas que se tenían anteriormente al verse liberados de la censura.  

Por otro lado, la democratización de los medios de comunicación, ha hecho que los consumidores se conviertan también en productores de contenido; ahora los jóvenes no solo consumen materiales altamente erotizados sino que con el ánimo de que su impacto fuera mayor, comenzaron  a subir a las redes cualquier cantidad de imágenes, videos, mensajes, charlas, que llevaban implícito o explícito la expresión de la exacerbada nueva virtud. Se volvieron entonces prosumidores (productores y consumidores a la vez). 

Un fenómeno que nace con la nueva forma de comunicación es la pornificación y se refiere a la manera en que se transforma algo al estar en contacto con la pornografía, porque según Pamela Paul, es más fácil conseguir pornografía que ignorarla; así cualquier cosa que toca la empata y la imita. Todo se ve reflejado en ese espejo de placer inmediato que resulta sumamente atractivo y que pone ahora en el extremo contrario a quien no se atreve a exhibirse.  Ahora pretender parecer recatado resulta bochornoso, y quienes verbalizan ideas de abstinencia o auto-control sexual son reos de burlas y críticas. 

Dichas características tienen un elemento en común: La auto-promoción, que el otro me vea; así es como cada quien juega un papel crucial en una carrera descomunal por la aprobación; se sube una foto esperando una cantidad determinada de “likes”, pero esa consideración está sujeta al juicio de valor del otro, y no siempre coincide con nuestras expectativas.  

Se va concediendo un peso desmedido a la mirada de los otros, mientras que esa mirada solo contempla el exterior, cosa que no es imputable al otro, sino a la sociedad entera que ha venido diluyendo el valor de la interioridad.  La hipersexualización y el prosumo  no propician vínculos fuertes, sino a meras relaciones sensacionales que tienen todo su valor, no en las personas sino en las sensaciones que generan; el sujeto se vincula con lo otro, da igual que sea sujeto u objeto, para la pornificación todo lo otro es cosa que tiene valor en cuanto que resulta excitante y sensual. 

Esta materialización en la apreciación del ser humano vulnera a la sociedad de tal forma que va dejando evidencias a través de las redes sociales, y en el devenir de las relaciones cotidianas; será por eso que las características de la violencia escolar, no corresponden con lo que nosotros conocimos como parte del mismo ejercicio de aprender a relacionarnos. Las nuevas generaciones están viviendo en un dinamismo mucho más cruel y devastador, esa es la respuesta para quienes creen que el Bullying siempre ha existido y que los niños  simplemente tienen que aprender a ser tan fuertes como nosotros lo fuimos en nuestro paso por la escuela.  

Es cierto que para muchos, la pérdida de la vergüenza ha supuesto (en un entendido a priori) la liberación a muchos tabúes, y que grupos significativamente agraviados como el de las mujeres por ejemplo, debieron ser principales beneficiarios de tales procesos de inculturación, sin embargo  sabemos que el progreso, la liberación y el empoderamiento de la mujer no se ha dado como tal, dado que un daño especialmente a ese género se produce con la pérdida del valor intrínseco de la persona, cuando se moldean expectativas reducidas a estándares erotizados y mercantilistas; lo mismo que con los niños, porque no cuentan con herramientas suficientes para hacer un juicio crítico y procesar así las situaciones artificiosas que se le presentan.  

Si bien es cierto que la liberación no se ha logrado a cabalidad, habrá que considerar que su principal detonante fue el atrevimiento.  Atreverse a hablar, a exponer la necesidad de expresar con toda libertad la vida en su más amplia gama de sensaciones y emociones, parece que es una causa justa y correcta, sin embargo el antónimo de el “atrevimiento” es justamente “la vergüenza” y la descripción de la evaluación del momento cultural por el que atraviesa nuestra sociedad, hace más que evidente la necesidad de mantener el equilibrio.  

Tres propiedades de la vergüenza: 

  • La vergüenza dependiente: Es aquella que está en función de la moda o cánones que imponen un esquema de varol; elementos que no solemos percatarnos de que están ahí, pero que si no se cumplen nos hacen sentir feos, desaprobados, con pena de no ser tan bellos o plenos como se está estipulado. 

  • La vergüenza independiente: Considera a los otros como un grupo ajeno a él, y se encuentra más bello o bueno en relación a ellos. En este tipo de situaciones la mayoría emprende una competencia desmedida en la que la infelicidad es casi un resultado seguro; la capacidad estará en juego de otros, y aunque se trate de ayudar o de generar bondad, será finalmente para lucir como la mejor persona del entorno. seguramente te habrás dado cuenta que también en esta forma hay una suerte de dependencia cuando se habla de “estar en función de”. 

  • La vergüenza interdependiente: Cuando es la calidad humana de sus vínculos lo que le genera la bondad y belleza, esto es que se preocupa por cuidar la relación con los que lo rodean, y solo sufre cuando se da cuenta que está fallando en cultivar y edificar cosas buenas para que esa relación no se dañe ni se corrompa. 

La descripción de la situación actual, pone de manifiesto un proceso evolutivo en el que se magnificó el interés por el atrevimiento pero que descuidó el valor de la interioridad, equilibrio que se protege con una cultura de la vergüenza considerada con madurez, esto es, que identifica plenamente aquella que está en función de la interdependencia, con lo cual se fortalecen los lazos comunitarios y se protege la visión de la persona per se,  reduce con tendencia a anular lo que implica la dependiente e independiente, características que a pesar de haber desarrollado una cultura de arrojo social son manifestaciones de sojuzgamiento permanente y cada vez más cruel.

Identificar las circunstancias que estamos viviendo; transitar entre el atrevimiento y la vergüenza, entre el cinismo y la modestia, implica administrar ambas entidades, conociendo sus implicaciones y reflexionando sobre el proceso histórico que ya hemos atravesado y las aspiraciones que tenemos para mejorar, con lo cual se está definiendo a la educación y se contradice la tesis que se había propuesto. Dado que esa tesis estaba en negativo, al momento de contradecirla se tiene una doble negación, lo que la convierte en una afirmación y eso es, Lo Que Queríamos Demostrar (LQQD), ¡Lógica hijo! 

Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar

isa venegas@hotmail.com

Julio, 2019

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NACIONALES

De gusanos y otros atentados a la verdad

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Desde los Campos del Poder, por Benjamín Mora Gómez //

Estados Unidos ha sido nuestro mejor vecino posible, pues ha servido de chivo expiatorio cuando nuestros gobernantes no han podido cumplir, por incapacidad o falta de voluntad, con su mandato constitucional de proteger al vulnerado o garantizar el mejor futuro posible para todos.

Muy al estilo de la 4T, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural federal, hoy culpa al gobierno de EEUU de no advertirle de la presencia del gusano barrenador en Centroamérica… ¡Pamplinas! Hay una verdad profunda y evidente; los gobiernos federales habidos de Morena no quisieron proteger la frontera sur ni ante las hordas de los migrantes irregulares, ni menos frente ganado enfermo de gusano barrenador.

Los frutos de la 4T son depauperantes. En san Lucas (6:43), se nos dice que “al árbol se le conoce por sus frutos” y en san Mateo (3:10) se nos advierte que “todo árbol que no dé buenos frutos deberá ser arrancado y llevado al fuego”. Ojalá lo entendamos y actuemos.

Hay historias que explican lo que contienen las almas. Aprendí que el mal tiene su origen en la voluntad humana, de manera que es perder el tiempo el buscar culpables entre los demás, cuando sabemos que todo eso que nos duele, nosotros lo empezamos y hemos permitido continuar. Aprendí que no debo creerme todo lo que se dice en los medios impresos e internet, que tampoco es cierto que las grandes empresas trabajan para mi bien por encima de sus intereses económicos, ni que los partidos políticos y los gobernantes dan siempre lo mejor de sí mismos.

Diez mil millones de pesos en pérdidas para la ganadería mexicana es lo que podría representar la entrada del gusano barrenador a territorio nacional desde Guatemala, y de ello hay un culpable principal: Andrés Manuel López Obrador, y una responsable: Claudia Sheinbaum Pardo.

Quien haya visto cómo el gusano barrenador devora en carne viva a una vaca, comprenderá dos cosas, de un lado, su peligrosidad en el ganado y, del otro, a manera de ejemplo, cómo un mal gobernante devora la dignidad del pueblo.

La invasión del gusano barrenador en territorio nacional es la prueba magistral y contundente de lo que ya no es posible ignorar: Todo el pasado nacional de negligencias que nos avergüenza (priistas, panistas y perredistas) encontró refugio y protección en Morena, y absolución plena en Andrés Manuel López Obrador a sus excesos y robos, tal cual fueron las cartas de corso que otorgó a sus piratas la corona británica.

Confucio dijo: “No son las malas hierbas las que ahogan a la semilla, sino la negligencia del campesino”. El culpable y la responsable de los daños del gusano barrenador en nuestro ganado son la misma dupla: López-Sheinbaum.

Los relatos que nos podemos dar sobre los sueños de Andrés Manuel López Obrador contenidos en su 4T siempre terminan en pesadillas compartidas que se alimentan de la propia desesperación humana, profunda y oscura. El gran espejo de la sociedad mexicana actual nos muestra perdidos y sin rumbo.

No hay excusas para la epidemia totalitaria que recorre México. La elección de jueces y magistrados, al que ha convocado Claudia Sheinbaum en contra del Poder Judicial, deberá juzgarse como crimen de lesa humanidad, pues conlleva violaciones gravísimas del derecho internacional que lesionan la libertad del pueblo mexicano, sujetándolo a los caprichos y abusos del gobernante en turno.

A partir de la elección referida, el 1 de junio próximo, el poder público y de gobierno nunca más dimanarán del pueblo. El manipuleo y abuso de la salud emocional comunitaria permite que la democracia mexicana agonice y pronto termine en manos de la primera mujer presidente.

Hay maldad en Claudia Sheinbaum cuando atenta contra nuestra libertad de conciencia, pensamiento y actuación, las mismas que nos permiten crecer y madurar en la verdad y la bondad. Como seres humanos, el libre albedrío es el don más grande recibido de Dios, pues nos permite disponer de nosotros mismos según nuestra conciencia y pensamiento.

La reforma que Claudia Sheinbaum pretende imponernos, desde un Poder Judicial a su servicio, destruirá nuestra libertad de albedrío. La supuesta laicidad de Sheinbaum busca desordenar nuestra búsqueda del bien, al instaurar el abuso sin cortapisas constitucionales.

Entendamos, no somos libres para elegir entre el bien y el mal, sino en hacer el bien atraídos libremente hacia él. La libertad democrática que Sheinbaum pretende destruir es aquella que crea y anima instituciones ciudadanas que nos protegen ante las tentaciones de abuso del gobernante. López Obrador fue claro: “No me vengan con eso de la ley, es la ley” y “Al diablo con las instituciones”. Así es, ha sido y será el expresidente.

Ahí, en donde está un pueblo libre y protegido por su constitución nacional está la democracia. Pero eso se acabará en México. Sheinbaum tendrá una constitución a su modo y servicio, y todos perderemos, incluidos quienes voten a favor de su propia esclavitud.

Con la nueva Ley en Comunicaciones, Claudia Sheinbaum busca acabar con la libertad de expresión, derecho humano fundamental, esencial para la dignidad humana, la democracia, el bien común y la justicia social. Este es el otro crimen de lesa humanidad de la presidente, con E.

Que nadie se diga engañado. Desde la oficina de Claudia Sheinbaum se trama la destrucción de nuestra democracia y nuestra libertad.

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Deportes

Casos de la vida real en la Liga MX: Los ricos también lloran, el dinero no significa éxito en el futbol

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Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //

Apreciados lectores no se equivocaron de sección, en este caso de nuestra crónica deportiva, pues el título de nuestra columna no es novelesco, es la triste realidad de un futbol mexicano mal estructurado y planificado que no todos se compra con el poder de la plata.

Pero si adquiere voluntades y conciencias en una burbuja fantasiosa de espejitos venidos del extranjero que nos acostumbramos al yugo opresor y de conquista de los españoles, que ahora los son futbolísticamente con los argentinos y brasileños principalmente.

Los directivos dueños se dejan pisotear por los argentinos de una retórica y lenguaje diferente, “apantalla-bobos”, con su acento, pretendiendo imitar a los grandes poetas cantautores, Facundo Cabral y Alberto Cortez, como grandes conversadores. Es un deleite escucharlos (en videos), con esa profundidad de ver la vida en un enfoque filosófico de nuestra realidad existente como parte fundamental de la creación humana.

La industria futbolera, como toda empresa, requiere de grandes inversiones con la materia prima que son los jugadores y el cuerpo técnico, en un apoyo que se enfoca desde siempre del mercado extranjero, para bien o para mal el equipo América es el que mejor invierte.

Los futbolistas mexicanos muchos de ellos los “resucita” y rescata de la medianía brindándose al máximo, la filosofía y el ADN son en este equipo de máximas exigencias que difícilmente fracasan tanto jugadores como su cuerpo técnico, que sus necesidades económicas están cubiertas, que aunado a lo mediático de sus incondicionales comentaristas televisivos, los “apapachan y cobijan” de buena manera, que como siempre exageran la nota resaltando los éxitos en demasía y minimizando lo negativo, como un equipo inmaculado.

Este es el modelo de equipo americanista y los de la Sultana del Norte se contagiaron como “las carteras más rápidas del oeste”, rodeándose de vivales como directivos (director deportivo). Gastan en serio millonadas que no son propiamente sinónimo de éxito, cuando no se invierte adecuadamente en su cuerpo técnico y jugadores nacionales y extranjeros, que lamentablemente para ellos no dan nunca “el do de pecho”.

Sí bien los Tigres de la UANL representan una universidad es una empresa que los maneja (CEMEX) y para nada son universitarios, son quienes en la última década fueron exitosos bajo el mando del brasileño Ricardo “Tuca” Ferretti, que se distingue por su carácter iracundo, que incluso a la prensa deportiva local (de Monterrey) en las ruedas de prensa, los ofendía y ninguneaba burlándose de ellos, que todo le festejaban.

Por lo visto el mexicano le gusta la mala vida, el otro pedante “cantinflesco” de retórica barata y dormilona que dice mucho y no dice nada, ahora son comentaristas deportivos con un Ricardo La Volpe, vividor, que lo tienen encumbrado soportándole no solo sus caprichos, sino que incluso dejaron que le hiciera la vida imposible a Cuauhtémoc Blanco y Hugo Sánchez, ídolo indiscutible el primero y el segundo el mejor jugador de todos los tiempos (gracias a “Joserra” en ESPN), que ahora lo tiene Televisa.

Lo del Monterrey es patético, estos equipos invierten más que nadie y aquí sí cabe la palabra mediocridad que los resultados así lo demuestran, Duilio Davino y ahora “Tato” Noriega gastaron en “refuerzos” millonadas, que insistimos en los argentinos como Martin Demichelis que culpaba cobardemente a sus jugadores y jamás realizó una autocrítica justificando lo indefendible.

Independientemente de los desaciertos, las formas cuentan y las declaraciones del técnico más, con la eliminación en la Concacaf. Lo absurdo de jugar un encuentro con ventaja numérica en Liguilla (expulsión de jugador Toluca) no tiene justificación alguna; que te eliminen con esa ventaja con más de 70 minutos que bajo ningún concepto puedes perder.

Esta situación desnuda al técnico argentino como un fraude y es un fracaso rotundo no solo de él sino del “Tato” Noriega que fue el responsable directo de su contratación, que debieron despedirlo en su eliminación por Vancouver en Concacaf, junto Noriega como director deportivo.

Ahora bien, el pandillero de la cancha que “descuenta” sin balón, que seguramente sus tatuajes dignos de un “mara salvatrucha”, que ojalá Bukele no lo descubra que sin baranda lo alojaría en las mazmorras de su país como huésped distinguido, que seguramente amedrenta a sus contrincantes aparte de “la leña” y artimañas que tiene, que al propio “Chicharito” lo “levantó” sin necesidad “atropellándolo” que antes del encuentro los besos y abrazos eran su postura.

Sergio Ramos campeón mundial y con el Real Madrid un baluarte, en México es un fraude mayúsculo que solo vino a cobrar para no escribir robar, los cuatro millones de dólares anuales no los vale y mucho menos los desquita, seguimos siendo tierra de conquista con jugadores y técnicos que son petardos auténticos, a pesar de su palmarés que en el caso del español es un veterano que poco o nada puede dejar escuela entre los mexicanos.

Esteban Andrada es malísimo, un guardameta con más de 1.90 de estatura jamás en un centro de esquina, le rematan en el área chica e incluso agacharse para hacerlo el delantero es imperdonable, cobra como estrella, German Berterame, goleador argentino nacionalizado por México no es mejor que los goleadores mexicanos, que seguramente “El Vasco” pensó en él en una de sus borracheras pues no le vemos un lugar para el próximo mundial tripartita México, USA y Canadá 2026.

La defensa regia es verdaderamente una coladera, parecen “hostess” de eventos dejando pasar a todos los delanteros, un equipo sin ángel, que todos cobran en serio como si fueran de verdad en una de las nóminas más costosas del fútbol mexicano.

Regresando con los “Tigres” de la UANL es un equipo que se estancó en esa transición de veteranos, con los jóvenes que no dan el estirón, y al abuelito Gignac no le quedó ni “el rebuznido”, pero toda la prensa lo cataloga como un fuera de serie.

Incomparable con el mejor jugador de todos los tiempos Evanibaldo Castro “Cabinho”, el paraguayo Saturnino Cardozo, Humberto Suazo, Salvador Cabañas entre paréntesis olvidado y abandonado por el América dejándolo a su suerte víctima de la violencia en México tras recibir un disparo en la cabeza en un antro acompañado de su esposa, que su millonario equipo nunca lo indemnizó y mucho menos apoyó en su recuperación siendo jugador activo en ese momento.

En síntesis, los equipos regios están sobrevalorados con un estatus de equipos grandes que no lo son a pesar de que Tigres es el mejor en los últimos tiempos con varios campeonatos.

En esta Liguilla el tormentoso y vendido del “Gato” Ortiz el árbitro de la polémica, al no marcar faltas en la jugada del gol fuera de tiempo, dejando en la orilla al Necaxa, que demostró tener hombres y no nombres que le robaron por el cobarde árbitro en cuestión que los perjudico y le pesó la localía del Volcán.

Finalmente, los grandes Guadalajara y UNAM se quedaron con esa etiqueta ganada a pulso que poco o nada hacen para mantenerse en esa jetatura, vegetando como equipos del montón perdiéndose y navegando en la mediocridad, dejando el cariño y la ilusión de sus fanáticos.

Principalmente “El Rebaño Sagrado” con millones de seguidores en el mundo con un legado que jamás nunca supera los 7 títulos de Liga de 9 disputados de manera consecutiva de un año de competición con cuatro seguidos y el quinto se lo arrebató el Oro de Guadalajara (subcampeón) y seguidamente 3 más que nadie igualará y mucho menos superará con solo jugadores mexicanos.

América, con los campeonatos semestrales, le faltan otros 4 si es que llega al tetracampeonato, si Pitágoras no miente, serían 8 consecutivos. En estos tiempos actuales, de manera globalizada, ningún equipo puede lograrlo, ni siquiera en el reino de Burundanga en África y eso que en su liga compiten con dos equipos solamente. Así que mis cremosos fanáticos, bájenle a su egocentrismo y dejen de autopromocionarse con todo el ejército mediático de la prensa deportiva por decreto.

Por otro lado, es una pena que Necaxa lo dejen fuera porque le tiemblan las piernas a un pusilánime del sistema corrupto arbitral, el engreído y soberbio “Gato” Ortiz, que le queda bien el mote “Gato”, pero de los poderosos. Los árbitros de Concacaf son superiores a los nuestros. César Ramos que dicen es el mejor, no tiene la “pinta”, como dicen, de árbitro, carece de personalidad, debería implementarse arbitraje extranjero (neutral) en Liguilla y que gane el mejor.

E-mail: etrememodelos@hotmail.com

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MUNDO

La sorpresa de León XIV: El espíritu santo y las bolas de cristal

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

Mi primo Gabriel Ibarra Félix me escribió tras la elección del Papa León XIV, con su típico humor: “¿Qué tal los vaticanólogos y sus bolas de cristal? ¡Está más difícil adivinarle al Espíritu Santo que a una elección mexicana!” Y no le falta razón. La elección del cardenal Robert Francis Prevost, estadounidense y peruano, como nuevo pontífice el 8 de mayo de 2025, dejó a todos con la boca abierta. Ni los expertos más sesudos ni las casas de apuestas, que ya hacen negocio con los cónclaves, tuvieron al nuevo Papa en sus quinielas.

La elección sorprendió porque los pronósticos subestimaron la opacidad del cónclave, se centraron en candidatos de alto perfil, ignoraron la viabilidad de un candidato de consenso como Prevost y no anticiparon cómo los cardenales priorizarían estabilidad y continuidad sobre narrativas regionales o mediáticas

Los vaticanólogos, con sus listas de “papabili”, apostaban por nombres como Parolin, Tagle, Erdő o Schönborn, figuras de alto perfil que encajaban en narrativas previsibles: un Papa asiático, un europeo moderado o un progresista carismático. Pero Prevost, un agustino de 69 años con trayectoria misionera en Perú y un perfil discreto como prefecto del Dicasterio para los Obispos, no estaba en el radar. ¿Por qué? Porque el cónclave, con sus 129 cardenales electores, es un enigma sellado por el secreto y guiado por dinámicas internas que escapan a las especulaciones externas.

La elección de León XIV demuestra que el Espíritu Santo no sigue guiones mediáticos. Los cardenales, moldeados por el legado de Francisco, buscaron un candidato de consenso: alguien que uniera al Norte y al Sur global, que continuara las reformas sinodales y que ofreciera estabilidad en una Iglesia herida por escándalos. Prevost, con su doble identidad y su experiencia en periferias, emergió como esa figura inesperada, recordándonos que los cónclaves no son elecciones políticas, sino actos de fe y discernimiento.

La elección de un nuevo Papa, tras la muerte de Francisco, ha dejado en evidencia, una vez más, que el poder —incluso en su dimensión espiritual— no se somete fácilmente a las quinielas de los expertos. Los autodenominados «vaticanólogos» y analistas, con sus elaboradas proyecciones basadas en tendencias geopolíticas, perfiles ideológicos y supuestas señales del cónclave, han fallado estrepitosamente en predecir al sucesor de Jorge Mario Bergoglio.

¿Por qué se equivocaron? La respuesta no está en la falta de información, sino en la incapacidad de comprender la complejidad de una institución milenaria que opera en un terreno donde lo humano y lo divino se entrelazan de formas impredecibles.

Primero, los vaticanólogos cayeron en la trampa de proyectar sus propios prejuicios y agendas. Muchos apostaron por un Papa que reflejara las prioridades de la modernidad: un líder progresista para continuar el legado de Francisco, un conservador para «corregir el rumbo» o incluso un outsider de África o Asia para simbolizar una Iglesia global.

Sin embargo, olvidaron que el Colegio Cardenalicio no es un parlamento ni una junta corporativa. Sus decisiones no se rigen por encuestas o corrientes mediáticas, sino por un delicado equilibrio de poder, fe y, en muchos casos, inspiración impredecible. La elección de un Papa no es solo política; es un acto que los cardenales creen guiado por el Espíritu Santo, un factor que ningún algoritmo o análisis puede prever.

Segundo, los analistas subestimaron la opacidad del cónclave. A pesar de los avances en la era de la información, el Vaticano sigue siendo un bastión de secretismo. Las filtraciones son mínimas, y las verdaderas negociaciones entre cardenales —si es que las hay— ocurren en susurros, no en titulares.

Los vaticanólogos, confiados en sus fuentes y en la lógica de las facciones, construyeron castillos en el aire. Creyeron que los cardenales votarían como bloques predecibles: los europeos contra los latinoamericanos, los progresistas contra los tradicionalistas. Pero la historia del cónclave nos enseña que las alianzas son fluidas y las sorpresas, frecuentes. Recordemos que el propio Bergoglio, en 2013, no estaba en las listas de los favoritos.

Tercero, muchos se dejaron llevar por profecías sensacionalistas, como las de Nostradamus, que hablaban de un «Papa Negro» o el fin del catolicismo. Estas narrativas, amplificadas por medios en busca de clics, distorsionaron el análisis serio. En lugar de estudiar la composición del Colegio Cardenalicio o las prioridades teológicas de la Iglesia, algunos analistas se perdieron en especulaciones esotéricas, alimentando un circo mediático que poco tenía que ver con la realidad. Como escribí alguna vez sobre la política mexicana, «las sorpresas de la vida son más dinámicas e impredecibles de lo que los expertos quieren admitir» (Conciencia Pública, 2022). Lo mismo aplica al Vaticano.

Finalmente, los vaticanólogos olvidaron que la Iglesia no opera con la lógica del mundo secular. Mientras los analistas buscaban un Papa que respondiera a las demandas de la opinión pública —diversidad, inclusión, cambio climático—, los cardenales priorizaron la misión espiritual y la estabilidad institucional. La elección del nuevo Papa, cuya identidad ha desafiado las expectativas, refleja una decisión que trasciende las categorías de izquierda o derecha, Norte o Sur. Es un recordatorio de que la Iglesia, con sus contradicciones y misterios, no se deja encasillar.

En conclusión, los vaticanólogos erraron porque confiaron demasiado en sus herramientas terrenales: contactos, tendencias y narrativas prefabricadas. Subestimaron la profundidad de una institución que, aunque anclada en el mundo, se rige por reglas propias.

LO QUE ESPERA EL MUNDO DE LEÓN XIV

León XIV hereda las reformas sinodales de Francisco y el reto de los escándalos de abusos. Los fieles esperan que impulse la sinodalidad, incluya a los laicos y restaure la credibilidad eclesial, con claridad en la inclusión femenina y la respuesta a víctimas. Su pragmatismo como prefecto del Dicasterio para los Obispos es un activo, pero su pasado en Perú será escrutado.

Globalmente, se anticipa un liderazgo en cambio climático, siguiendo Laudato Si’, y en derechos humanos, por su experiencia en Perú durante la represión. Líderes como Petro lo ven como defensor de migrantes y pobres, aunque deberá sortear tensiones geopolíticas entre EE.UU. y otras potencias para mantener la neutralidad vaticana.

León XIV es esperado como un unificador en un mundo dividido. Su humildad y formación agustina le permiten dialogar con diversas culturas y religiones. Con gestos proféticos y misericordiosos, tiene la oportunidad de guiar a la humanidad hacia la reconciliación, consolidándose como pastor global.

 

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Tendencias

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