OPINIÓN
El alfarismo en su laberinto

Los Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El poder es cada vez más débil, más efímero y más limitado, concepto que ha acuñado el politólogo venezolano Moisés Naim. El poder político tiene fecha de caducidad, añadiría. Basta dar una revisada rápida de cómo esa transformación se ha vivido en Jalisco, desde el ex gobernador Guillermo Cosío, pasando por los tres gobernadores panistas, al regreso del PRI y a la era Alfaro. ¿Cuánto durará este grupo en el poder que destronó a los partidos tradicionales? ¿Su era podrá superar las urnas en 2021? ¿Podrá trascender su sexenio o será flor de un día?
Hoy el bono democrático dura meses. La gente quiere resultados ya. Quiere que lo que le prometieron en campaña los que hoy gobiernan le cumplan.
En la elección de 1995 el PRI en Jalisco perdió la gubernatura ante el Partido Acción Nacional que postuló al ingeniero Alberto Cárdenas Jiménez, quien desde la alcaldía de Ciudad Guzmán logró dar el campanazo para convertirse en un parteaguas político en la historia de la tierra de Mariano Otero e Ignacio L. Vallarta.
Acción Nacional logró mantenerse 18 años al frente del gobierno de Jalisco, con el mismo Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez. El ejercicio del poder desgasta y Acción Nacional no fue inmune a ello. La soberbia, la frivolidad y la corrupción dieron al traste con el gobierno del cambio que prometía desterrar prácticas nocivas que habían distinguido a los gobiernos revolucionarios que se sentían dueños del poder. No fue así. La devaluación del peso ante el dólar con sucesos extraordinarios (explosiones del 22 de abril donde los responsables, Pemex, fueron protegidos y convirtieron en chivos expiatorios a la clase política local, así como el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo), llevaron a que los jaliscienses le dieran valor a su voto y castigaran los errores y todos los excesos en que incurrió la clase política que los había gobernador durante cerca de siete décadas en forma ininterrumpida.
Tuvieron que pasar 15 años para que los ciudadanos jaliscienses se desencantaran del gobierno de Acción Nacional y le volvieron a dar una segunda oportunidad al PRI al apoyar a Aristóteles Sandoval para que se convirtiera en su gobernador, quien no logró trascender ya que limitó su capacidad al quedar encerrado en una burbuja de amigos, sin poder resolver temas torales que arrastra Jalisco desde décadas, el principal de ellos la violencia e inseguridad, ligado este problema con el crimen organizado, que si bien ya venía, como herencia del gobierno de Emilio González Márquez, el carismático político fracasó en su compromiso de regresarle la paz y tranquilidad al Estado, tampoco logró cumplir con su compromiso de mejorar la problemática del transporte, ni resolver el abastecimiento del agua a la ZMG y la región de Los Altos.
LA OPORTUNIDAD DE ALFARO
En las elecciones de julio del pasado año los jaliscienses decidieron brindarle la oportunidad a un grupo de jóvenes políticos que crearon el movimiento alfarista en torno a una figura carismática con un discurso crítico anti sistema, como es y ha sido la personalidad del ingeniero civil Enrique Alfaro Ramírez.
Son ya más de ocho meses que tiene al frente del gobierno de Jalisco Enrique Alfaro y en este primer año la administración ha sido de pesadilla. Lo efímero que puede ser el ejercicio del poder lo sufre Alfaro.
Enrique Alfaro como líder opositor mostró mucho carácter para asumir dicho rol y granjearse la simpatía de los ciudadanos, cuando lo veían como una opción fresca, con un discurso atractivo que se ha perdido en el ejercicio de gobierno. Lo sorprendente es la rapidez de esta caída. ¿Cómo fue que Alfaro perdió esa magia que lo conectaba con el ciudadano? ¿Qué pasó con su empatía?
Aquel enorme capital político que acumuló en diez años lo ha ido quemando devorado por los problemas y conflictos que vive la sociedad de hoy en una entidad que se ha vuelto altamente compleja y que exige mucha madurez, sensibilidad, inteligencia y mano izquierda para enfrentar los problemas y desactivar conflictos.
Sin embargo, esa pérdida de click con la gente tiene explicación. Una de ellas puede ser el estilo de gobernar a través del manotazo, el grito y la amenaza, que parece ser el sino de este grupo. Así es muy difícil trascender en la política.
Es cierto que cada quien tiene su estilo de gobernar, pero en el gabinete estatal tenemos a un excelente político, inteligente y con gran sensibilidad, como es el maestro Enrique Ibarra, con muy buena mano izquierda y a quien deberían de darle más espacio para que juegue en la cancha. Sin embargo, son los rudos los que han impuesto su estilo, frente al del estilista, como distingue al de Tototlán.
El estilo de dialogar, de construir acuerdos que distingue a Enrique Ibarra choca con la política del manotazo y de la amenaza. Y allí es donde puede estar la diferencia y que podría explicar el por qué los niveles tan altos de rechazo que registra este aun joven gobierno.
En el 2021 Jalisco acudirá a elecciones, se renovará el Congreso del Estado y los 125 ayuntamientos de Jalisco. Será la oportunidad de evaluar si los ciudadanos avalan al gobierno de la refundación, si son los resultados que estos esperaban. Los ciudadanos juzgan por los hechos, más que por el discurso de los políticos.
¿Podrá este gobierno revertir esa percepción negativa que hoy se tiene? ¿Le quedará tiempo para voltear la tortilla? ¿Hay voluntad de corregir? ¿Habrá espacio para la autocrítica o esperarán a que la realidad, tan terca siempre, los ubique?
Hoy el bono democrático dura muy poco tiempo. Como bien escribe Moisés Naim en su libro “El fin del poder”: “el poder se está volviendo cada vez más débil, más transitorio, más limitado, más efímero”.
MUNDO
Musk, el gran perdedor en su choque con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El enfrentamiento entre Elon Musk y Donald Trump, dos titanes que pasaron de aliados a fieros adversarios, revela una lucha de poder con profundas implicaciones. Musk emerge como el principal perdedor, con daños a su reputación, empresas y capital político, mientras Trump consolida su autoridad y avanza su agenda.
Este choque, más allá de una disputa personal, refleja tensiones entre nacionalismo y globalismo, errores estratégicos de Musk y desafíos para países como México en un contexto de políticas proteccionistas.
Musk cometió un error al integrarse al gobierno de Trump, asumiendo que su riqueza, influencia mediática y popularidad en redes le otorgarían un rol protagónico en Washington. Subestimó la dinámica política estadounidense, donde el poder reside en cargos electos, no en asesores externos. Su visión globalista y tecnocrática chocó con el nacionalismo de Trump, especialmente en temas como aranceles y gasto público, generando fricciones con figuras clave de la administración, como Peter Navarro y Howard Lutnick.
La incursión política de Musk tuvo un costo elevado para sus empresas, particularmente Tesla. Las acciones de la compañía se desplomaron, con pérdidas estimadas en 9,000 millones de dólares en valor de mercado, tras la controversia con Trump. Esta caída, junto con las críticas a su gestión, refleja una pérdida de confianza de los inversores, quienes percibieron que Musk priorizó ambiciones políticas sobre la innovación tecnológica. La estabilidad de Tesla y su futuro están ahora en entredicho, evidenciando el impacto desastroso de esta aventura.
El choque entre Musk y Trump también fue una batalla de egos. Musk, acostumbrado a liderar, no estaba preparado para un rol subordinado en una administración que exige lealtad absoluta a Trump. La ruptura era previsible: dos personalidades dominantes compitiendo por controlar la narrativa política en un momento de reacomodo del orden global. Musk buscó influir en políticas que beneficiarían a Tesla y SpaceX, como desregulación y contratos federales, pero subestimó el costo reputacional y financiero de alinearse con Trump.
En un contexto geopolítico, la agenda proteccionista de Trump, que prioriza la economía estadounidense frente a competidores como China, chocó con la visión globalista de Musk, defensor del libre comercio.
Este desacuerdo refleja tensiones más amplias entre nacionalismo económico y globalización, con implicaciones para México. Los aranceles propuestos por Trump podrían imponer nuevas barreras comerciales, afectando la economía mexicana, que depende de su relación con Estados Unidos. México debe prepararse para negociar con una administración fortalecida tras neutralizar a Musk.
Musk podría argumentar que su incursión política buscaba beneficiar a sus empresas a largo plazo, consolidando su imagen entre los círculos conservadores que apoyan su discurso de libre mercado. Sin embargo, los resultados inmediatos muestran un fracaso: no logró influir en las políticas clave y sacrificó la estabilidad de sus compañías. Su falta de experiencia en el ámbito público lo hizo vulnerable a los juegos de poder de Washington, una lección que otros empresarios han aprendido a un costo similar.
Para recuperar su posición, Musk debe enfocarse en restaurar la confianza en Tesla y sus otras empresas, evitando futuras incursiones políticas mal calculadas. Su reputación como innovador está en riesgo, y la percepción de oportunismo político podría alejar a inversores y consumidores. Mientras tanto, Trump sale fortalecido, manteniendo el control de su administración y demostrando que, en la política estadounidense, el poder electoral supera a la influencia mediática o económica.
El caso de Musk es un recordatorio de que el poder económico no siempre se traduce en poder político. Su intento de influir en Washington, sin comprender las dinámicas de poder, resultó en un revés significativo.
México y América Latina, por su parte, enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno de políticas proteccionistas, donde la fortaleza de Trump podría complicar las relaciones comerciales. La lección es clara: en los juegos del poder, la estrategia y la preparación son tan cruciales como la ambición.
P.D. Tras su ruptura el 5 de junio de 2025, Musk acusó a Trump en X de aparecer en los archivos de Epstein, sin pruebas. Trump lo llamó “loco” en Truth Social, amenazando con cancelar contratos del gobierno estadounidense con Musk. Tesla perdió 150 mil millones de dólares. Musk reclamó la victoria electoral de Trump en 2024; Trump lo acusó de ingratitud, marcando un quiebre definitivo.
Beisbol
Julio Urías y el sueño guinda: ¿Un regreso triunfal a Tomateros?

Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac //
¿Es posible que en octubre veamos a Julio Urías, el talentoso pitcher mexicano, lanzar con los Tomateros de Culiacán en la Liga Arco Mexicana del Pacífico? ¿O es solo un anhelo de los aficionados que soñamos con ver al monticulista sinaloense retomar su carrera tras la sanción impuesta por la MLB, que concluirá el 17 de julio de 2025, después del Juego de Estrellas?
La afición guinda, reconocida como una de las más apasionadas de México, vibraría con el regreso de su hijo pródigo al montículo. Urías podría encabezar un roster estelar junto a ex grandes ligas como el relevista Víctor González y el poderoso Joey Meneses, formando un equipo competitivo que elevaría el espectáculo de la Liga Arco y atraería a más aficionados al estadio.
A sus 28 años, Julio Urías sigue siendo un talento excepcional. Su recta, que supera las 97 millas por hora, y su variado repertorio de pitcheos lo consolidaron como una pieza clave en la Serie Mundial de 2020 con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargo, su carrera se vio opacada por un caso de violencia doméstica que derivó en cinco cargos menores en Los Ángeles. Aunque la Fiscalía del Condado no presentó cargos graves, Urías se declaró no culpable a uno de los delitos, mientras que los otros cuatro fueron desestimados tras aceptar un programa de tratamiento de un año.
La MLB, tras su investigación, determinó que Urías violó la Política Conjunta de Violencia Doméstica, Agresión Sexual y Abuso Infantil, imponiéndole una suspensión que finalizará a mitad de la temporada 2025. Aunque esto le permitirá recuperar su elegibilidad, el estigma y el «pacto no escrito» entre los dueños de equipos de Grandes Ligas podrían complicar su retorno al béisbol estadounidense.
Aquí es donde surge la posibilidad de verlo en la Liga Arco con los Tomateros, el equipo de sus amores desde niño. Vestir el uniforme guinda en Culiacán, su ciudad natal, sería más que un regreso al béisbol: sería una oportunidad para reconectar con sus raíces, donde brilló en categorías infantiles y juveniles antes de ser firmado por los Dodgers a los 16 años.
La afición culichi, conocida por su lealtad, recibiría a Urías con los brazos abiertos, ofreciéndole el apoyo que necesita tras los momentos difíciles. Este retorno cumpliría un sueño que el propio pitcher expresó en 2021: jugar con el equipo de su tierra. Más allá de lo deportivo, sería un capítulo de redención personal, un mensaje de que los errores no definen el futuro de un talento generacional.
Si Urías demuestra un cambio genuino y compromiso, su incorporación a los Tomateros no solo revitalizaría su carrera, sino que también inspiraría a peloteros y aficionados, mostrando que la perseverancia puede superar los tropiezos. Su llegada sería un hito para la Liga Arco, un impulso para el béisbol mexicano y una narrativa de superación que combina datos, pasión y emoción.
Aunque no hay certeza de que Urías juegue con los Tomateros, la posibilidad existe. Todo dependerá de si un equipo de MLB lo contrata tras el fin de su sanción o si decide regresar a casa para escribir un nuevo capítulo en su historia. La pelota está en el aire, y los aficionados guindas ya sueñan con verla cruzar el plato.
MUNDO
El rompimiento de Musk con Trump

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El quiebre se anticipaba, lo que muchos preveían ocurrió antes de lo esperado: la ruptura entre el magnate Elon Musk y el presidente Donald Trump. Musk, quien había apoyado fervientemente a Trump durante su reelección en 2024 y fue nombrado jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), anunció su separación del gobierno trumpista, frustrado por políticas que calificó de “absurdas” y decepcionantes.
Críticas contundentes a la política fiscal
El 3 de junio de 2025, Musk arremetió en la plataforma X contra la ley “One Big Beautiful Bill Act”, aprobada por la Cámara de Representantes, que incluye recortes de impuestos por billones de dólares y un aumento en el gasto de defensa. La describió como una “abominación repugnante”, advirtiendo que incrementará el déficit presupuestario en $600 mil millones para el próximo año fiscal, según señaló en CBS News.
Musk, quien logró ahorros estimados en $175 mil millones a través de DOGE, criticó que el proyecto contradice sus esfuerzos de austeridad, alertando que “este nivel de gasto excesivo llevará a Estados Unidos a la esclavitud de la deuda”, con un déficit proyectado de más de $2 billones anuales y un 25% de los ingresos gubernamentales destinados a intereses.
Tensiones económicas y políticas
Análisis independientes de la Oficina Presupuestaria del Congreso respaldan las preocupaciones de Musk, estimando que la ley podría elevar el déficit entre $2.3 y $3.8 billones en una década, aunque cuestionan la efectividad de las cifras de DOGE por inconsistencias. Además, la eliminación de incentivos para vehículos eléctricos en el proyecto afecta directamente a Tesla, lo que podría influir en la postura de Musk, cuya empresa ya enfrenta protestas y caídas en ventas por su asociación con Trump.
Mientras tanto, Trump defiende los recortes fiscales, aunque reconoce aspectos mejorables, y su administración, a través de Stephen Miller, niega que la ley agrave el déficit, contradiciendo los análisis.
Un rompimiento con repercusiones
La ruptura no solo refleja diferencias ideológicas sobre el gasto público, sino también tensiones comerciales, como los aranceles que Musk ya había criticado por su impacto en Tesla. Aunque Trump no ha confrontado directamente a Musk, la influencia del magnate podría complicar el avance de la ley en el Senado, donde enfrenta resistencia de republicanos fiscalmente conservadores.
Este quiebre evidencia las complejidades de una relación marcada por intereses económicos y políticos en conflicto, dejando un escenario incierto para ambos.
Un futuro incierto en el tablero del poder
El rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump no solo sacude la política fiscal estadounidense, sino que también podría redefinir alianzas en el escenario global. La salida de Musk del gobierno trumpista, junto con su capacidad para influir en la opinión pública y en el Senado, amenaza con frenar la ambiciosa «One Big Beautiful Bill Act», mientras las tensiones comerciales y los intereses de Tesla agravan el distanciamiento.
Este quiebre podría debilitar la cohesión del bloque republicano, afectar la credibilidad de Trump en temas económicos y abrir un nuevo capítulo de incertidumbre, donde la voz de Musk, aún poderosa, podría moldear el rumbo de Estados Unidos en un momento crítico.
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