MUNDO
El siervo de la nación: La primera guerra en la era de las redes sociales
Política Global por Jorge López Portillo Basave //
Hace siete años el actor ucraniano de Volodymyr Zelensky protagonizó una telenovela llamada “El Siervo de la Nación”. En ella se presentaba a un profesor apasionado harto de la corrupción que se lanzó por la presidencia de su país y claro ganó. Zelensky también había participado en la serie “bailando por un sueño”. Creó una gran popularidad y fundando un partido con el mismo nombre de la serie de TV, logró ganar las elecciones, convirtiéndose en Presidente de Ucrania desde mayo del 2019.
Desde su llegada inició una persecución contra funcionarios y empresarios corruptos, entre ellos varios de los que en el 2014 simplemente bajaron los brazos en la invasión rusa de Crimea, entre los que estaban Petro Porochenko entonces Presidente de dicho país, quien de “casualidad” se había visto involucrado en cuestionables operaciones de dinero con empresarios del petróleo.
El propio Joe Biden durante su tiempo como vicepresidente de los Estados Unidos visitó seis veces ese país, una frecuencia poco común para cualquier alto funcionario, la última visita fue el 17 de enero del 2017, tres días antes de dejar el cargo. El propio Biden presumió haber amenazado a Porochenko con no entregar mil millones de dólares en apoyo económico de EEUU a Ucrania, si no se despedía en menos de una hora a un fiscal que estaba investigando actos de presunta corrupción de empresas energéticas, la coincidencia es que una de las empresas investigadas era en la que su hijo Hunter trabajaba de asesor con un sueldo multimillonario. Obvio, el ex presidente despidió al fiscal y se acabó la investigación.
NECESITO ARMAS NO UN AVENTÓN
Hace poco más de 10 días el mundo conoció a un líder. Zelensky que durante semanas desestimó la invasión rusa y que parecía ser poca cosa para enfrentar al poderoso ejército ruso y a su líder Vladimir Putin. La historia está llena de líderes en el exilio. De personas que a pesar de ser valientes prefieren vivir y salvar el pellejo para pelear otro día. Qué decir de los cobardes que a la primera nube huyen de sus países cuando fuerzas extranjeras los amenazan. Pero el panteón está lleno de otro tipo de valientes, de los que sin importar el precio defienden sus convicciones. Esto lo sabe Zelensky y cuando inició la invasión rusa acuñó una frase que será utilizada por miles después que él.
El Presidente de EEUU le llamó y le ofreció ayuda para escapar ofreciéndole asilo a él y a su familia a lo que Volodymyr Zelensky respondió públicamente “…Necesito armas no un raite…” y con eso inició una cadena de videos y de mensajes que le han ganado la simpatía de propios y de extraños. Hace más de seis meses vimos como el presidente de Afganistán salió corriendo cuando los talibanes llegaban a las puertas de su ciudad capital, se le vio salir en un helicóptero cargado con millones de dólares y abandonando a sus colegas y a sus paisanos.
Claramente, como dijo Zelenzky, Ucrania no es Afganistán ni este es el año 2014 en el que se dejó perder la península de Crimea ante una comunidad internacional que como hoy estaba paralizada ante el avance de Putin.
Además de ser un actor que utiliza muy bien su comunicación personal, es un hombre de raza y religión judía cuyo abuelo peleó en uniforme del Ejército Rojo, es decir de la URSS en contra de Hitler. Los hermanos de sus abuelos fueron asesinados durante el Holocausto y sus padres fueron profesionistas que le enseñaron el amor a la educación y a la cultura.
Cuando ganó se le calificó como populista y de inmediato hizo una relación con los líderes de EEUU –Trump- y de Unión Bretaña –Boris Johnson también populistas. Nativo de la lengua ucraniana, desde niño habla ruso y desde los 16 años, inglés, es abogado pero nunca ejerció, se declaró como un candidato anti sistema y hoy en día ha dado una clase de comunicación social y política al mundo y a sus líderes de izquierda y de derecha.
SANCIONES PARTICULARES
Hace 10 días cuando los expertos predecían una caída rápida, el valor y la estrategia de redes sociales de Zelensky llenaron de emoción y valor a miles de ucranianos quienes decidieron salir a las calles a enfrentar a los invasores. Es importante recordar que no todo Ucrania está en contra de Rusia, de hecho la zona este y la zona sur son muy pro Rusia, Putin ya ha logrado controlar parte de ellas, tomando el mando de la planta nuclear más grande de Europa, pero el centro, el norte y el occidente del país son otra cosa.
Con sus mensajes y ya con el pueblo a sus espaldas, Zelensky logró lo que no logró nadie en años que fue unir a la población europea y con ello obligó a sus gobiernos empezando con Alemania a tomar algunas medidas que ahora sí aumentaron la presión en contra de Putin. Hace ocho días se decía que no se sacaría a Rusia del SWIFT pero después de las manifestaciones de ciudadanos por todo el mundo, los gobiernos tuvieron que ceder y quitar a muchos de los bancos rusos de dicho sistema. De todos modos EEUU, Francia y Alemania no se animan a suspender sus compras de gas o de petróleo desde Rusia mismas que le dan a Putin ganancias extras por dos mil millones de dólares por día.
El pueblo de toda Europa occidental y una parte importante del pueblo ruso se manifiestan en contra de la guerra y sus gobernantes reaccionan con lentitud pero reaccionan.
El rublo, la moneda rusa está por los suelos, la inflación empieza a pegar a Rusia por los embargos de occidente pero en particular por las presiones de empresas privadas que de manera voluntaria hacen bloqueos a las mercancías rusas, desde partes para maquinaria hasta las compra-venta de alimentos o la transportación de mercancías por mar por parte de empresas navieras que se suman al bloqueo contra Rusia. Los organismos del deporte y de las artes también se suman al bloqueo, todo esto de manera particular.
EL EFECTIVO APOYO DE ELON MUSK
Mientras que los países tardaron meses en enviar apoyo a Ucrania, el hombre más rico del mundo logró mantener la comunicación de Ucrania con el mundo y del mundo con Ucrania. En un ejemplo de humanidad, el dueño de Tesla y de Starlink abrió la señal de toda su flota de satélites para que los ucranianos pudiesen seguir comunicados a pesar de los ataques de Rusia a la infraestructura de comunicaciones. Sin Musk tal vez Zelensky no habría tenido el foro que ahora tiene y que le ha ganado tanto. Las comunicaciones son parte básica en cualquier guerra y con Musk al menos occidente y el pueblo de los países más desarrollados han visto el drama y ahora presionan a sus gobiernos.
EL OSO PERDIÓ LA PRIMERA BATALLA
Como ahora saben Biden, Putin, Xi, Olaf –nuevo canciller de Alemania-, Macron y el Mundo, Zelensky no es un político sino un patriota difícil de roer. Por lo pronto él logró ganar la primera batalla en el campo de la psicología y del honor. Ha sido duro en sus críticas a occidente acusándolos de lentos en su reacción y de poco solidarios e incluso tímidos ante Rusia. Putin parece estar perdiendo la batalla mediática pero sus ejércitos están ya por todo Ucrania, veremos si puede lograr ganar la guerra. Pase lo que pase Zelensky es ya un personaje que pasará a la historia por su valor en tiempos de guerra y astucia en redes sociales lo que le ha dado una ventaja en la guerra de información.
Por lo pronto China acude en apoyo a Rusia comprando millones de toneladas de carne y granos –trigo, maíz, aceite de girasol, soya Etc.-, que Rusia y Ucrania dejarán de vender a occidente en donde todo esto subirá de precio y ofreciendo plataformas bancarias para saltar el sistema SWIFT e Irán otro amigo de Rusia esta siendo cortejado por EEUU para venderles petróleo y poder sustituir el de Rusia, pero al mismo tiempo EEUU le pide a Rusia que le ayude con Irán en temas nucleares. ¡Que ridículo!
¿Cederá primero Putin u Occidente? ¿Logrará Ucrania vencer a Rusia o será que fueron en vano sus esfuerzos? Hasta este día domingo que escribo esta columna EUA, Alemania y Francia siguen siendo clientes del gas y del petróleo de Rusia.
GUERRA EN ERA DE LAS REDES SOCIALES
Rusia pasa ley para evitar la “desinformación” y bloquea Facebook y otras plataformas occidentales. Gracias a las Apps podemos ver los efectos de una guerra en tiempo real, el horror, la tragedia y hasta los momentos chuscos como los de los soldados rusos sin gasolina o de compras en los superes ucranianos. Pero son las redes sociales y su correcto uso lo que ha salvado a Zelensky y lo que le ha comprado su pase a la inmortalidad incluso si es asesinado o si es expulsado. Putin no quiere que esto continúe al menos en su territorio.
Los mensajes de los ucranianos encabezados por su presidente pidiendo al mundo armas para que ellos, sin necesidad de tropas extranjeras puedan defenderse, nos recuerdan que el espíritu humano es una de las armas más eficaces. Ha sido tan eficaz que en menos de ocho días ha recibido solicitud de más de 16 mil extranjeros de muchas partes del mundo quienes desean ir a pelear con su ejército en contra de la invasión rusa. Incluso logró que Alemania que durante años dejó de invertir en armas, anunciara que aumentará su gasto en defensa para cumplir con sus compromisos con la OTAN.
Las redes sociales muestran lo que no vimos en Hong Kong hace dos años o en Siria hace cuatro o en Iraq hace 20. La guerra es terrible, pero santo que no es visto, santo que no es venerado y ojos que no ven corazón que no siente.
MUY PRONTO PARA CANTAR VICTORIA
En marzo del 2003 EUA decidió ir por Sadam Hussein a Iraq en la Guerra del Golfo, la toma de Bagdad tardó tres semanas. A menos de que Putin sea derrotado desde Moscú por presiones locales o internacionales o de que Ucrania tenga armas modernas y equivalentes, la invasión de Ucrania continuará y como lo comunicó el Presidente de Francia el jueves pasado después de su llamada con el Presidente de Rusia…“Lo peor está aún por venir”.
China está muy atenta a esta invasión, coincidentemente Taiwán sufrió apagón general durante la semana pasada. Xi verá si el precio que pague Putin por Ucrania le justifica el riesgo de tomar Taiwán. Si Ucrania cae, muchos otros caerán. Algo raro está pasando en esta guerra en la que los poderosos parecían haber aceptado que Rusia debía quedarse con Ucrania pero ahora todos parecen querer ir a su auxilio. Rusia está en una situación apretada pero no insalvable y ya controla la franja este y sur de Ucrania.
MUNDO
El nacionalismo de Donald Trump: ¿Una solución o un riesgo?
Opinión, por Samantha Contreras Guerrero //
La victoria de Donald Trump, basada en un mensaje de fuerte nacionalismo, marca un cambio que impactará tanto a Estados Unidos como al resto del mundo. Sus promesas de traer empleos de vuelta y proteger la economía estadounidense responden al descontento de muchos de sus votantes.
Su idea de “América Primero” busca hacer que Estados Unidos sea más independiente y fuerte, pero en un mundo tan conectado, esta visión enfrenta muchos retos y posibles problemas.
Para los estadounidenses, en un mercado donde casi todo se produce a través de cadenas internacionales, enfocarse en lo nacional podría hacer que los precios aumenten y haya menos opciones para los consumidores. Este tipo de enfoque proteccionista no solo implica costos altos para las empresas, sino que podría dar una falsa idea de seguridad económica, ya que el crecimiento estaría limitado solo al mercado interno, dejando de lado oportunidades con otros países.
En el ámbito internacional, el enfoque nacionalista de Estados Unidos genera preocupación entre sus aliados. Países como México, que dependen en gran medida del comercio y la inversión estadounidense, ven en riesgo la posibilidad de mantener relaciones estables e igualitarias.
El decremento en sectores como el nearshoring —donde América Latina ha visto una oportunidad de crecimiento— podrían ser afectados con este tipo de políticas. Además, al alejarse de acuerdos internacionales, Estados Unidos podría debilitar el sistema de cooperación global, necesario para enfrentar problemas complejos como el conflicto en Oriente Medio o la crisis climática.
La gran pregunta es si este regreso al proteccionismo es una solución real a los problemas económicos actuales. La inflación y la desigualdad están en aumento en todo el mundo, y Estados Unidos no es la excepción. En lugar de cerrarse, podría beneficiarse de una política que tome en cuenta las necesidades de todos sus sectores, buscando reducir las diferencias internas como la acumulación de riquezas, sin renunciar a los beneficios del comercio global.
El nacionalismo de Trump es una reacción a los problemas de un sistema económico que ha dejado atrás a muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, en un mundo hiperconectado, el aislamiento no puede evitar generar preocupación. Aunque la intención de proteger a los ciudadanos es válida, esta ideología corre el riesgo de afectar a largo plazo a aquellos mismos sectores que busca ayudar, reduciendo la capacidad de Estados Unidos para influir y crecer en la economía global.
E-mail: samcg2002@gmail.com
MUNDO
Querámoslo o no, Donald Trump ha vuelto
Desde los campos del poder, por Benjamín Mora Gómez //
Lo recuerdo, era mi cumpleaños 20 y también domingo, y corría el año de 1973, y mi padre me regalaba “El Gran Gatsby”, la muy apasionante novela de F. Scott Fitzgerald, dos de sus ejes contenidos me cautivaron: La alienación y el impulso de Jay Gatsby por sentirse aceptado por una alta sociedad segregante, aun y a pesar de ser inmensamente rico, realidad que quizá se expresa más claramente en una frase de la obra: “La vida es una lucha de apariencias, una lucha de lograr y de tener más de lo que uno merece”.
Donald Trump es un claro ejemplo, muy actual y presente en el mundo, de la fuerza del impulso de tenerlo todo: Poder económico y poder político. Donal Trump está entre los hombres más ricos de Estados Unidos, y fue el 45º y será el 47º presidente de aquella nación.
Donald, quien perdió en 2020 ante Joe Biden al buscar reelegirse como presidente de Estados Unidos, cuatro años después descarriló a Biden en su también anhelada reelección, obligándolo a abandonar la carrera presidencial, y derrotó ampliamente a Kamala Harris, la relevo en el Partido Demócrata.
Donald Trump ha vuelto al poder más fuerte de lo jamás imaginado para cumplir con sus planes de preeminencia y grandeza norteamericana e imponer su visión conservadora de Estados Unidos ante sí mismo y ante el mundo. Trump es un hombre transparente; jamás deja nada a la imaginación y dudas de sus seguidores y detractores. Así, por ejemplo, para él, la Teoría de Género tiene los días contados en EEUU y sus promotores sabrán que tienen ante sí a su peor pesadilla.
El presidente Donald Trump, a partir del 20 de enero próximo, actuará con todo el poder para poner orden en su frontera con México en dos temas fundamentales, las acciones de los cárteles de la droga, declarándolos terroristas, y el tráfico humano, ambos vistos como gravísimas omisiones del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Marco Rubio, próximo secretario de Estado norteamericano, lo ha acusado públicamente, y nos lo recordará todos los días. Rubio es de palabra dura y mano aún más dura. Para Trump y Rubio los narcotraficantes son terroristas y los perseguirá con toda la fuerza del Estado norteamericano.
La esperanza nunca debería sustentarse en la venganza. No entiendo a quiénes cifran la satisfacción de su venganza hacia López Obrador en Marco Rubio. Sea cual fuere el resultado de la dureza del nuevo secretario de Estado norteamericano, es mi deseo que México vuelva, de mutuo propio, al orden y la paz, y que el gobierno y el congreso mexicanos no nos convoquen a rasgarnos las vestiduras ante las exigencias norteamericanas. Son justas.
En México, muchos de quienes estaban a favor de Kamala Harris, hoy se muestran muy a favor de Donald Trump. Su nacionalismo se mantiene muy firme; sin embargo, aceptan que ya es tiempo de poner en orden las cosas en México pues el estado mexicano, sin duda, está doblegado y resquebrajado ante los cárteles de la droga. Claudia Sheinbaum no ha demostrado estar dispuesta a cumplir a cabalidad con su mandato presidencial en materia de seguridad a pesar de los buenos oficios de Omar García Harfuch pues, peor, no desea tomar el mando que aun detenta López Obrador.
Sheinbaum deberá entender que solo tiene de dos sopas, o se arma de valor ante los cárteles y los traficantes de gente y los combate con toda la fuerza del Estado mexicano, o los gringos cumplirán con esa su obligación constitucional, interviniendo aun en nuestro territorio. Que de nada le valdrán las bravatas de Marcelo Ebrard en materia económica ante los gobiernos norteamericano y canadiense.
Que esto nos es pleito entre escolapios en donde uno echará al otro a su padre que es bombero y lo mojará con su manguera, y el otro a su padre que es policía y lo llevará a la cárcel. Que en cosas de gobierno se actúa conforme a la ley y se cumple con los tratados internacionales. Que Naciones Unidas tiene un centro en contra del terrorismo que a México obliga.
Un adelanto de la presión internacional que el gobierno de México enfrentará en los años próximos ya lo recibimos en esta semana. La calificadora Moody’s cambió de estable a negativa la perspectiva económica de México por el debilitamiento de nuestro Estado de derecho por la reforma judicial y el deteriorado entorno institucional gubernamental, el esperado aumento en el costo de la deuda internacional de México y la mayor rigidez del gasto público, que podrían socavar nuestros resultados fiscales y económicos.
Tanto Moody’s, como los principales analistas de los futuros económicos en el mundo, coinciden en calificar como de muy alto riesgo la reciente reforma aprobada por Morena, PT y Verde al Poder Judicial. Sheinbaum, obedeciendo a López Obrador, ha decidido alterar los controles y equilibrios del poder político y económico en México, y eso se le, se nos, cobrará muy caro.
Quiero invitarte a pensar en que Trump no está para salvarnos, ni Rubio para vengarnos. Ellos tienen sus tareas más allá del Rio Bravo. De este lado, todo depende de nosotros. Vamos, ni Sheinbaum hará nada para salvarnos; a ella solo le interesa obedecer a López.
MUNDO
En riesgo la hegemonía estadounidense: El retorno de Donald Trump; retos económicos y sociales
Actualidad, por Alberto Gómez R. //
En los últimos cuatro años, la economía y la cohesión social de Estados Unidos han enfrentado un deterioro significativo, marcando uno de los periodos más complicados en su historia reciente.
La administración de Joe Biden, aunque intentó implementar políticas para estimular la recuperación tras la pandemia de COVID-19, dejó profundas brechas económicas y sociales que ahora desafían al presidente electo Donald Trump. Con un escenario global en transformación y un entorno interno polarizado, Estados Unidos se encuentra en un momento crítico de redefinición de su papel como potencia mundial.
LA ECONOMÍA BAJO LA ADMINISTRACIÓN DE BIDEN
La inflación se convirtió en uno de los mayores retos durante la administración Biden. La epidemia de Covid-19 dejó tras de sí trastornos económicos; en junio de 2022, la inflación alcanzó un pico histórico del 9.1%, las tasas más altas que los estadounidenses han experimentado en 40 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) lo que, por supuesto, en la práctica suponía un recorte salarial. La explosión del gasto militar para apoyar las guerras en Ucrania y Gaza también ha alimentado la inflación.
Como resultado, el nivel de vida de las y los trabajadores estadounidenses ha disminuido bajo la administración Biden, mientras que el auge del mercado de valores ha ayudado a las y los estadounidenses más ricos a hacerlo bastante bien. Este fenómeno, impulsado por interrupciones en las cadenas de suministro globales, estímulos fiscales masivos y el aumento de los precios de la energía, erosionó el poder adquisitivo de las familias estadounidenses. Aunque las medidas de la Reserva Federal lograron reducir la inflación a un 3.7% al cierre de 2024, esta cifra seguía por encima del objetivo del 2%, lo que refleja un entorno económico aún frágil.
El aumento del costo de vida se manifestó en productos esenciales. Según la Administración de Información Energética (EIA), el precio promedio de la gasolina aumentó un 40% entre 2020 y 2024. Asimismo, los alimentos básicos experimentaron un incremento promedio del 25%, afectando especialmente a las familias de ingresos medios y bajos. Esta situación exacerbó la desigualdad, ya que los salarios reales apenas crecieron un 3% durante el mismo periodo, según el Economic Policy Institute.
DÉFICIT FISCAL Y DEUDA PÚBLICA
El déficit fiscal alcanzó los $1.7 billones en 2024, mientras que la deuda pública superó los $36 billones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), un incremento alarmante respecto a los $27 billones reportados al inicio de la administración Biden. Este nivel de endeudamiento, alimentado por programas de estímulo económico y políticas de infraestructura, limita la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas. Además, el creciente costo del servicio de la deuda, derivado del aumento de las tasas de interés, se ha convertido en una carga significativa para el presupuesto federal.
La brecha económica continuó ampliándose durante la administración Biden. El 1% más rico de la población concentró el 38% de la riqueza total en 2023, mientras que los sectores más vulnerables enfrentaron mayores dificultades para acceder a empleos estables, y apenas aumentaron un 4% en términos reales, según un informe de la Oficina del Censo. Según el Departamento de Trabajo, el empleo precario representó el 30% de los nuevos puestos creados entre 2020 y 2024, con un aumento notable en los contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Esto ha exacerbado la pobreza en comunidades vulnerables, con un índice de pobreza que aumentó del 11.4% en 2020 al 14.7% en 2024.
En 2016, Hillary Clinton demostró su desprecio por los partidarios de Trump, entonces abrumadoramente blancos, etiquetándolos como “los deplorables”, en lugar de tratar de reconocer la fuente de su ira: la gran desigualdad en el statu quo económico. Ocho años después, con un apoyo a Trump mayor en prácticamente todos los grupos demográficos, es imposible ignorar la desesperación económica que alejó del Partido Demócrata a las y los electores, cuando Biden seguía presumiendo de que la economía estadounidense durante su mandato es “la más fuerte del mundo”.
FACTORES SOCIALES: POLARIZACIÓN Y RADICALIZACIÓN
La polarización política se ha intensificado, dando lugar a movimientos separatistas que, aunque minoritarios, representan una amenaza para la unidad del país. Uno de los fenómenos más alarmantes es el resurgimiento de movimientos secesionistas en estados como Texas y California.
Líderes locales y organizaciones políticas han planteado referendos para separarse de la unión federal, alegando incompatibilidades políticas y económicas. Aunque estos movimientos no tienen un apoyo mayoritario, su existencia refleja una fragmentación preocupante en la unidad nacional. Grupos como «Texit», que abogan por la independencia de Texas, han ganado tracción en sectores conservadores descontentos con las políticas federales. Estas iniciativas reflejan el creciente desencanto con el sistema político.
La radicalización ideológica también se ha intensificado. Los crímenes de odio aumentaron un 18% entre 2020 y 2024, según el FBI, afectando principalmente a comunidades afroamericanas, asiáticas, judías y musulmanas. Este aumento está vinculado al resurgimiento de grupos extremistas y al uso de las redes sociales como plataformas para propagar discursos de odio.
RETOS ECONÓMICOS Y SOCIALES
Con la reelección de Donald Trump, Estados Unidos se adentra en un periodo de grandes desafíos. Su promesa de «recuperar la grandeza estadounidense» enfrenta múltiples obstáculos, tanto internos como externos.
Trump ha anunciado un ambicioso plan para reindustrializar Estados Unidos y reducir la dependencia de las cadenas de suministro globales. Sin embargo, implementar esta estrategia requerirá superar barreras como la resistencia de aliados comerciales y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura. También deberá manejar las tensiones con China, el principal socio comercial de Estados Unidos, en un momento en que las relaciones bilaterales están en su punto más bajo en décadas.
El presidente electo ha prometido recortes de impuestos para estimular el crecimiento económico, pero esta medida podría agravar el déficit fiscal si no se acompaña de reducciones en el gasto público. Además, la capacidad de implementar estas políticas dependerá de su habilidad para negociar con un Congreso dividido, donde los demócratas probablemente resistirán cualquier iniciativa que reduzca programas sociales.
El enfoque de Trump en políticas ultraderechistas, incluida la restricción de la inmigración y la eliminación de regulaciones ambientales, podría generar más divisiones. Aunque estas medidas cuentan con el apoyo de su base electoral, enfrentan la oposición de sectores progresistas y moderados, lo que podría derivar en mayores tensiones sociales.
EL FIN DE LA HEGEMONÍA ESTADOUNIDENSE
El bloque BRICS+ ha emergido como un desafío significativo para la hegemonía estadounidense. Con la inclusión de nuevos miembros como Arabia Saudita, este grupo busca crear un sistema financiero alternativo que reduzca la dependencia del dólar. Según el Banco Mundial, el comercio intrabloque creció un 15% anual durante los últimos cuatro años, fortaleciendo su influencia económica y política.
El dólar, pilar del sistema financiero internacional, está perdiendo su posición dominante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas globales en dólares cayó del 61% en 2020 al 55% en 2024. Este descenso refleja una creciente diversificación hacia monedas como el yuan chino y el euro, impulsada por iniciativas del BRICS+ y otros bloques emergentes.
En el ámbito militar y geopolítico, Estados Unidos enfrenta el ascenso de China como potencia dominante en el Pacífico y la reactivación de Rusia en Europa del Este. Además, la influencia de potencias regionales como Irán y Arabia Saudita en el Medio Oriente limita la capacidad de Estados Unidos para mantener su dominio en esta región estratégica.
El futuro socioeconómico de Estados Unidos dependerá en gran medida de la capacidad de la administración Trump para manejar una economía debilitada, una deuda insostenible y una sociedad fracturada. La reconciliación política y la creación de un camino inclusivo para el desarrollo serán cruciales para evitar una crisis prolongada.
Aunque Trump tiene un historial de promover el crecimiento económico, los riesgos asociados con su estilo confrontacional y sus políticas divisivas no pueden ser ignorados. El equilibrio entre reformar el status quo y evitar una mayor radicalización será la prueba definitiva para su liderazgo.
Estados Unidos enfrenta uno de los periodos más complejos de su historia contemporánea. La administración Biden dejó un legado de desafíos económicos y sociales que el presidente electo Donald Trump deberá abordar en un contexto de polarización interna y competencia internacional.
El éxito o fracaso de las políticas de Trump determinará no solo el rumbo de Estados Unidos, sino también el equilibrio de poder en el mundo. Sin embargo, para superar estos retos, será necesario un liderazgo que trascienda la retórica divisiva y busque soluciones inclusivas y sostenibles. En un mundo cada vez más multipolar, el destino de Estados Unidos dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas realidades globales sin perder de vista los principios democráticos y la cohesión interna que alguna vez lo definieron como nación.
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