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MUNDO

El siervo de la nación: La primera guerra en la era de las redes sociales

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Política Global por Jorge López Portillo Basave //

Hace siete años el actor ucraniano de Volodymyr Zelensky protagonizó una telenovela llamada “El Siervo de la Nación”. En ella se presentaba a un profesor apasionado harto de la corrupción que se lanzó por la presidencia de su país y claro ganó. Zelensky también había participado en la serie “bailando por un sueño”. Creó una gran popularidad y fundando un partido con el mismo nombre de la serie de TV, logró ganar las elecciones, convirtiéndose en Presidente de Ucrania desde mayo del 2019. 

Desde su llegada inició una persecución contra funcionarios y empresarios corruptos, entre ellos varios de los que en el 2014 simplemente bajaron los brazos en la invasión rusa de Crimea, entre los que estaban Petro Porochenko entonces Presidente de dicho país, quien de “casualidad” se había visto involucrado en cuestionables operaciones de dinero con empresarios del petróleo.

El propio Joe Biden durante su tiempo como vicepresidente de los Estados Unidos visitó seis veces ese país, una frecuencia poco común para cualquier alto funcionario, la última visita fue el 17 de enero del 2017, tres días antes de dejar el cargo. El propio Biden presumió haber amenazado a Porochenko con no entregar mil millones de dólares en apoyo económico de EEUU a Ucrania, si no se despedía en menos de una hora a un fiscal que estaba investigando actos de presunta corrupción de empresas energéticas, la coincidencia es que una de las empresas investigadas era en la que su hijo Hunter trabajaba de asesor con un sueldo multimillonario. Obvio, el ex presidente despidió al fiscal y se acabó la investigación. 

NECESITO ARMAS NO UN AVENTÓN 

Hace poco más de 10 días el mundo conoció a un líder. Zelensky que durante semanas desestimó la invasión rusa y que parecía ser poca cosa para enfrentar al poderoso ejército ruso y a su líder Vladimir Putin. La historia está llena de líderes en el exilio. De personas que a pesar de ser valientes prefieren vivir y salvar el pellejo para pelear otro día. Qué decir de los cobardes que a la primera nube huyen de sus países cuando fuerzas extranjeras los amenazan. Pero el panteón está lleno de otro tipo de valientes, de los que sin importar el precio defienden sus convicciones. Esto lo sabe Zelensky y cuando inició la invasión rusa acuñó una frase que será utilizada por miles después que él.

El Presidente de EEUU le llamó y le ofreció ayuda para escapar ofreciéndole asilo a él y a su familia a lo que Volodymyr Zelensky respondió públicamente “…Necesito armas no un raite…” y con eso inició una cadena de videos y de mensajes que le han ganado la simpatía de propios y de extraños. Hace más de seis meses vimos como el presidente de Afganistán salió corriendo cuando los talibanes llegaban a las puertas de su ciudad capital, se le vio salir en un helicóptero cargado con millones de dólares y abandonando a sus colegas y a sus paisanos. 

Claramente, como dijo Zelenzky, Ucrania no es Afganistán ni este es el año 2014 en el que se dejó perder la península de Crimea ante una comunidad internacional que como hoy estaba paralizada ante el avance de Putin. 

Además de ser un actor que utiliza muy bien su comunicación personal, es un hombre de raza y religión judía cuyo abuelo peleó en uniforme del Ejército Rojo, es decir de la URSS en contra de Hitler. Los hermanos de sus abuelos fueron asesinados durante el Holocausto y sus padres fueron profesionistas que le enseñaron el amor a la educación y a la cultura. 

Cuando ganó se le calificó como populista y de inmediato hizo una relación con los líderes de EEUU –Trump- y de Unión Bretaña –Boris Johnson también populistas. Nativo de la lengua ucraniana, desde niño habla ruso y desde los 16 años, inglés, es abogado pero nunca ejerció, se declaró como un candidato anti sistema y hoy en día ha dado una clase de comunicación social y política al mundo y a sus líderes de izquierda y de derecha. 

SANCIONES PARTICULARES 

Hace 10 días cuando los expertos predecían una caída rápida, el valor y la estrategia de redes sociales de Zelensky llenaron de emoción y valor a miles de ucranianos quienes decidieron salir a las calles a enfrentar a los invasores. Es importante recordar que no todo Ucrania está en contra de Rusia, de hecho la zona este y la zona sur son muy pro Rusia, Putin ya ha logrado controlar parte de ellas, tomando el mando de la planta nuclear más grande de Europa, pero el centro, el norte y el occidente del país son otra cosa. 

Con sus mensajes y ya con el pueblo a sus espaldas, Zelensky logró lo que no logró nadie en años que fue unir a la población europea y con ello obligó a sus gobiernos empezando con Alemania a tomar algunas medidas que ahora sí aumentaron la presión en contra de Putin. Hace ocho días se decía que no se sacaría a Rusia del SWIFT pero después de las manifestaciones de ciudadanos por todo el mundo, los gobiernos tuvieron que ceder y quitar a muchos de los bancos rusos de dicho sistema. De todos modos EEUU, Francia y Alemania no se animan a suspender sus compras de gas o de petróleo desde Rusia mismas que le dan a Putin ganancias extras por dos mil millones de dólares por día. 

El pueblo de toda Europa occidental y una parte importante del pueblo ruso se manifiestan en contra de la guerra y sus gobernantes reaccionan con lentitud pero reaccionan. 

El rublo, la moneda rusa está por los suelos, la inflación empieza a pegar a Rusia por los embargos de occidente pero en particular por las presiones de empresas privadas que de manera voluntaria hacen bloqueos a las mercancías rusas, desde partes para maquinaria hasta las compra-venta de alimentos o la transportación de mercancías por mar por parte de empresas navieras que se suman al bloqueo contra Rusia. Los organismos del deporte y de las artes también se suman al bloqueo, todo esto de manera particular. 

EL EFECTIVO APOYO DE ELON MUSK 

Mientras que los países tardaron meses en enviar apoyo a Ucrania, el hombre más rico del mundo logró mantener la comunicación de Ucrania con el mundo y del mundo con Ucrania. En un ejemplo de humanidad, el dueño de Tesla y de Starlink abrió la señal de toda su flota de satélites para que los ucranianos pudiesen seguir comunicados a pesar de los ataques de Rusia a la infraestructura de comunicaciones. Sin Musk tal vez Zelensky no habría tenido el foro que ahora tiene y que le ha ganado tanto. Las comunicaciones son parte básica en cualquier guerra y con Musk al menos occidente y el pueblo de los países más desarrollados han visto el drama y ahora presionan a sus gobiernos. 

EL OSO PERDIÓ LA PRIMERA BATALLA 

Como ahora saben Biden, Putin, Xi, Olaf –nuevo canciller de Alemania-, Macron y el Mundo, Zelensky no es un político sino un patriota difícil de roer. Por lo pronto él logró ganar la primera batalla en el campo de la psicología y del honor. Ha sido duro en sus críticas a occidente acusándolos de lentos en su reacción y de poco solidarios e incluso tímidos ante Rusia. Putin parece estar perdiendo la batalla mediática pero sus ejércitos están ya por todo Ucrania, veremos si puede lograr ganar la guerra. Pase lo que pase Zelensky es ya un personaje que pasará a la historia por su valor en tiempos de guerra y astucia en redes sociales lo que le ha dado una ventaja en la guerra de información.

Por lo pronto China acude en apoyo a Rusia comprando millones de toneladas de carne y granos –trigo, maíz, aceite de girasol, soya Etc.-, que Rusia y Ucrania dejarán de vender a occidente en donde todo esto subirá de precio y ofreciendo plataformas bancarias para saltar el sistema SWIFT e Irán otro amigo de Rusia esta siendo cortejado por EEUU para venderles petróleo y poder sustituir el de Rusia, pero al mismo tiempo EEUU le pide a Rusia que le ayude con Irán en temas nucleares. ¡Que ridículo!

¿Cederá primero Putin u Occidente? ¿Logrará Ucrania vencer a Rusia o será que fueron en vano sus esfuerzos? Hasta este día domingo que escribo esta columna EUA, Alemania y Francia siguen siendo clientes del gas y del petróleo de Rusia. 

GUERRA EN ERA DE LAS REDES SOCIALES 

Rusia pasa ley para evitar la “desinformación” y bloquea Facebook y otras plataformas occidentales. Gracias a las Apps podemos ver los efectos de una guerra en tiempo real, el horror, la tragedia y hasta los momentos chuscos como los de los soldados rusos sin gasolina o de compras en los superes ucranianos. Pero son las redes sociales y su correcto uso lo que ha salvado a Zelensky y lo que le ha comprado su pase a la inmortalidad incluso si es asesinado o si es expulsado. Putin no quiere que esto continúe al menos en su territorio. 

Los mensajes de los ucranianos encabezados por su presidente pidiendo al mundo armas para que ellos, sin necesidad de tropas extranjeras puedan defenderse, nos recuerdan que el espíritu humano es una de las armas más eficaces. Ha sido tan eficaz que en menos de ocho días ha recibido solicitud de más de 16 mil extranjeros de muchas partes del mundo quienes desean ir a pelear con su ejército en contra de la invasión rusa. Incluso logró que Alemania que durante años dejó de invertir en armas, anunciara que aumentará su gasto en defensa para cumplir con sus compromisos con la OTAN. 

 Las redes sociales muestran lo que no vimos en Hong Kong hace dos años o en Siria hace cuatro o en Iraq hace 20. La guerra es terrible, pero santo que no es visto, santo que no es venerado y ojos que no ven corazón que no siente.

MUY PRONTO PARA CANTAR VICTORIA 

En marzo del 2003 EUA decidió ir por Sadam Hussein a Iraq en la Guerra del Golfo, la toma de Bagdad tardó tres semanas. A menos de que Putin sea derrotado desde Moscú por presiones locales o internacionales o de que Ucrania tenga armas modernas y equivalentes, la invasión de Ucrania continuará y como lo comunicó el Presidente de Francia el jueves pasado después de su llamada con el Presidente de Rusia…“Lo peor está aún por venir”. 

China está muy atenta a esta invasión, coincidentemente Taiwán sufrió apagón general durante la semana pasada. Xi verá si el precio que pague Putin por Ucrania le justifica el riesgo de tomar Taiwán. Si Ucrania cae, muchos otros caerán. Algo raro está pasando en esta guerra en la que los poderosos parecían haber aceptado que Rusia debía quedarse con Ucrania pero ahora todos parecen querer ir a su auxilio. Rusia está en una situación apretada pero no insalvable y ya controla la franja este y sur de Ucrania.

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MUNDO

Nominar a Trump, la devaluación del Premio Nobel de la Paz

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

¿Hay similitudes entre Donald Trump, la Madre Teresa y Nelson Mandela?

La pregunta, lanzada con sarcasmo por un colega, apuntaba a la reciente nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz. La respuesta: Trump podría unirse a este selecto grupo.

La idea me dejó atónito. ¿Ha caído tan bajo la credibilidad de este galardón como para premiar a un líder cuya retórica se nutre de confrontación, cuya política persigue a migrantes y carece de un ápice de humanismo?

Hoy martes este debate resuena mientras el mundo observa el conflicto Israel-Irán, donde la autoproclamación de Trump como nominado expone las tensiones geopolíticas y mediáticas.

La nominación, promovida por congresistas republicanos como Buddy Carter y respaldada por Pakistán, parece más un ejercicio de autopromoción que un reconocimiento genuino.

En redes sociales, como X, las reacciones son polarizadas: partidarios de Trump celebran el “logro” con hashtags como #TrumpForPeace, mientras críticos lo tildan de “cínico” y “absurdo”, citando su historial belicista.

Trump prometió evitar “guerras eternas” tras su victoria en 2024, pero autorizó ataques a instalaciones nucleares iraníes el pasado sábado, usando B-2 y misiles Tomahawk. Este acto contradice su discurso, y el supuesto “acuerdo de alto el fuego” con Irán, presentado como mérito, ya muestra fisuras, según posts en X que reportan nuevos enfrentamientos.

La nominación parece un intento de blanquear su imagen tras decisiones controvertidas.

El Nobel de la Paz, históricamente un bastión de humanitarismo, ha perdido brillo. La entrega a Barack Obama en 2009, sin resultados concretos en paz, marcó un precedente de devaluación. Nominar a Trump, conocido por su retórica agresiva y políticas antiinmigrantes, refuerza la idea de que el premio se ha convertido en una herramienta de legitimación política. En X, usuarios ironizan: “¿El Nobel para Trump? ¡Solo falta nominar a Kim Jong-un por sus sonrisas!”.

Esta percepción se agrava por el contexto: el ataque a Irán, justificado por la supuesta inminencia de una bomba nuclear, evoca el engaño de Irak en 2003 bajo Bush, cuestionando la transparencia de EEUU.

Los méritos alegados incluyen el “acuerdo de alto el fuego” y su giro diplomático con Corea del Norte en 2018-2019, aunque este último colapsó. Sin embargo, su intervención en Irán, alineada con Israel, sugiere una agenda de poder más que de paz. En redes, analistas como

@GeoPoliticaMX destaca que la nominación coincide con la presión de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense ante China y Rusia, aliados cautelosos de Irán.

La posibilidad de que Donald Trump reciba el Premio Nobel de la Paz, pese a su retórica de combate y confrontación, plantea un dilema ético y simbólico que erosiona la esencia del galardón. Este escenario no solo reflejaría una devaluación histórica del premio, sino que legitimaría una narrativa donde el poder y la autopromoción prevalecen sobre los principios humanitarios que han definido a figuras como Mandela o la Madre Teresa.

Si el Nobel cae en manos de un líder cuya trayectoria contradice la paz, el desafío será redescubrir su propósito original, promoviendo un diálogo global que priorice la humanidad sobre la hegemonía. Solo así se podrá contrarrestar la ironía de un mundo al revés, donde la confrontación se corona como virtud.

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Sensacionalismo mediático: Alimentando el miedo a una Tercera Guerra Mundial

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

El sábado pasado, el mundo despertó con la noticia de que Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares cerca de Teherán, utilizando bombarderos furtivos B-2, bombas antibúnker GBU-57 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos y destructores.

Este ataque a tres puntos estratégicos intensificó la tensión global en un contexto ya marcado por la incertidumbre del gobierno de Donald Trump. Sus políticas, desde aranceles arbitrarios hasta conflictos comerciales con aliados como México y Canadá, han generado inestabilidad, amplificada por medios sensacionalistas que, a través de redes sociales, alimentan el miedo a una tercera guerra mundial entre audiencias influenciables.

El conflicto comenzó con ataques israelíes contra Irán, basados en la supuesta inminencia de una bomba nuclear iraní. Irán respondió impactando misiles en el complejo militar Kirya en Tel Aviv, exponiendo la vulnerabilidad del sistema defensivo israelí, incluida su Cúpula de Hierro.

Trump, alineándose con Israel, decidió intervenir sin pruebas claras que justifiquen la acción, evocando el precedente de George W. Bush, quien en 2003 invadió Irak con falsas acusaciones sobre armas de destrucción masiva. Esta repetición de tácticas imperiales para preservar la hegemonía estadounidense genera escepticismo global. ¿Quién confía en Trump, cuya facilidad para distorsionar la verdad es bien conocida?

Tras ganar las elecciones en noviembre de 2024, Trump prometió evitar “guerras eternas”, pero su retórica belicosa, incluyendo amenazas contra el líder supremo iraní Ali Khamenei, contradice esa postura. Su decisión arriesga un conflicto de consecuencias impredecibles, especialmente si Irán contraataca bases estadounidenses en la región.

Los medios sensacionalistas, amplificados por plataformas digitales, convierten esta crisis en un espectáculo de paranoia, presentando el conflicto como el preludio de una guerra global. Sin embargo, un análisis racional sugiere que las condiciones para una escalada de esa magnitud son limitadas, particularmente por la postura de China y Rusia, aliados históricos de Irán.

CHINA: CAUTELA ESTRATÉGICA
China ha optado por posicionarse como mediador, proyectando una imagen de actor responsable en la escena global. Los aviones chinos detectados rumbo a Irán probablemente buscaban evacuar personal, no brindar apoyo militar. Una guerra prolongada elevaría los precios del petróleo, afectando la economía china, que depende de la estabilidad energética.

Pekín podría recurrir a presión diplomática o sanciones económicas contra Estados Unidos, pero una intervención militar es improbable, dado el riesgo de desestabilizar sus relaciones con Occidente. Los medios sensacionalistas, sin embargo, exageran el rol de China, generando temor infundado entre quienes consumen titulares alarmistas sin cuestionarlos.

RUSIA: OPORTUNISMO LIMITADO
Rusia, enfrascada en su conflicto con Ucrania, ve en la crisis una oportunidad para distraer a EEUU y debilitar su apoyo a Kiev. Sin embargo, su respaldo a Irán ha sido mínimo, sin evidencia de asistencia militar directa. Moscú podría negociar beneficios, como alivio en sanciones por Ucrania, a cambio de mantenerse al margen. Aunque podría ofrecer inteligencia o logística a Irán si el conflicto escala, una intervención activa es poco probable.

Los titulares que predicen una coalición Rusia-Irán son exageraciones mediáticas que alimentan la paranoia de una guerra global, ignorando los cálculos estratégicos de Moscú.

FACTORES QUE LIMITAN LA ESCALADA
Irán ha advertido que la intervención de EE. UU. podría desencadenar una “guerra total”, pero su capacidad militar está mermada tras los ataques israelíes a sus defensas aéreas y sitios nucleares. China y Rusia priorizan su estabilidad interna y económica, evitando un enfrentamiento directo con EE. UU. e Israel. Ambos países podrían buscar influencia mediante soluciones diplomáticas, no militares. Los medios sensacionalistas, sin embargo, capitalizan el miedo, magnificando la amenaza y omitiendo el contexto geopolítico que desinfla la narrativa de una guerra mundial inminente.

IMPLICACIONES PARA MÉXICO
Para México, el conflicto tiene repercusiones económicas y políticas significativas. Un aumento en los precios del petróleo por la guerra beneficiaría temporalmente a Pemex, pero elevaría los costos de combustibles, impactando la inflación y el bienestar de los mexicanos. Además, la presión de EEUU para alinear a México en su agenda podría complicar la política de no intervención del país, un principio histórico de su diplomacia.

La intervención de Estados Unidos en Irán es un movimiento arriesgado de Trump para reafirmar la hegemonía estadounidense, sin evidencia sólida que lo respalde. Los medios sensacionalistas, amplificados por redes sociales, convierten esta crisis en un espectáculo de miedo, exagerando las probabilidades de una tercera guerra mundial y generando paranoia entre audiencias poco críticas.

China y Rusia, con posturas cautelosas, difícilmente escalarán militarmente, optando por maniobras diplomáticas para proteger sus intereses. En México, el conflicto amenaza con impactos económicos y diplomáticos, lo que exige un periodismo responsable que desmantele el alarmismo y fomente un análisis racional.

La ciudadanía merece información veraz, no narrativas que lucren con el temor.

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CARTÓN POLÍTICO

El verdadero significado de «MAGA»

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