OPINIÓN
General Cienfuegos
 
																								
												
												
											Opinión, por Héctor Romero Fierro //
Tal y como se han dado las cosas en relación a la detención en los Estados Unidos, a solicitud de la DEA, del General Salvador Cienfuegos Zepeda, ex secretario de la Defensa Nacional, y las notorias discrepancias de los diversos funcionarios del gabinete de Manuel Ándres López Obrador (MALO), es claro que estos ya conocían que en el país vecino existía mucho tiempo antes una investigación en contra del general, y no movieron un dedo para evitarlo.
Cienfuegos ya había molestado al señor López el pasado 9 de agosto con un discurso y una impecable, sobria y firme carta donde señaló que el Presidente intentaba dividir y perjudicar la integridad del ejército mexicano. La carta la realizó Cienfuegos haciendo del conocimiento del Presidente, en su calidad de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas (Presidente de la República) el riesgo y grave error correspondiente a disminuir los salarios a los servidores públicos, incluidos, a los mandos militares.
En ella, además de reclamar la disminución de sueldos, le recrimina haberse referido a los miembros del ejército como “asesinos y violadores de los derechos humanos”, así como el que haya llamado a los jefes y generales equivocadamente “los de arriba”, a lo que el general señalo que: “…no son los de arriba, son los que la nación les ha otorgado un grado para ejercer el mando, para conducir a las tropas, para enseñarles, para orientarles, para cuidarlas, y sobre todo para conducirlas en las operaciones. (…) Los oficiales y jefes son la columna vertebral sobre la que se sostiene el instituto armado (…) Sepa usted que todos y cada uno de los generales, el que usted quiera, incluso el Secretario de la Defensa Nacional, a quien también pretenden reducirle el sueldo fue oficial y caminó hombro con hombro con la tropa. Él también ha estado en la lÍnea de fuego.”
Con ese discurso se convirtió en oficioso vocero de un ejército, Marina y Fuerza Aérea donde se encuentran molestos tanto los jefes y generales como las tropas, del inmerecido trato que les ha dado el Presidente MALO, quien en lugar de entender el mensaje y actuar en consecuencia, ahora se descarga su ira contra el general prestándose a este manejo electoral donde pasando por encima de un general de división con una destacada carrera dentro del ejército mexicano, que lo llevó a ser inclusive Director del Heroico Colegio Militar y a la postre Secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Peña Nieto de 2012 a 2018. A raíz de la detención exploré la opinión de varios miembros del ejército tanto en activo como en retiro, y todos coinciden en sentir una gran molestia con el Presidente a quien acusan de una grave agresión contra las fuerzas armadas.
Tengo grandes dudas de que en lo personal, un general con esa experiencia, hubiere cometido algún delito y más que hubiere dejado tal evidencia para ser fácilmente involucrado en delitos de tal magnitud, usted apreciado lector, cree que Cienfuegos hubiera tenido comunicación directa con narcos de tercer o cuarto nivel en el mejor de los casos, teniendo todo un ejército a su disposición.
Es tan fácil sembrar mensajes en un celular. Más bien pareciera una gran jugada electoral que le da un gran respiro a un Presidente Trump a punto de perder la elección y un Presidente mexicano que difícilmente conservará la mayoría a partir del 2021 en la Cámara de Diputados, por lo que necesitaban un golpe espectacular ante sus electores. Ahora para efectos electorales dirán que ya hay pruebas para demostrar la penosa y dolorosa desaparición de los 43 de Ayotzinapa. Al fin de cuentas todo sea por ganar los dos aliados la elección, al fin de cuentas algo tenían que acordar en la pasada reunión MALO-TRUMP en Washington.
Lo más curioso es que las grandes investigaciones de la DEA, cómo está, se basan en declaraciones de “testigos protegidos”, que al no poderlos carear es difícil desvirtuar su individual dicho.
Ahora bien, si de verdad el General es culpable, esto quiere decir que nuestras autoridades están, como ya lo habíamos comentado, totalmente permeadas y relacionadas al más alto nivel, y que según todos esos testigos, todos trabajan para el Cártel de Sinaloa, al grado de que nuestro Presidente ordena la liberación del hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán el 17 de octubre de 2019, por un lado privilegia en forma extrema al ejército, tratando de comprar su lealtad y les entrega la operación del Aeropuerto Felipe Ángeles, la operación de los Puertos y las Aduanas y la construcción de las sucursales del Banco del Bienestar entre muchos otros y por otro lado aplaude que un gobierno extranjero le pegue muy fuerte con acciones cómo estás.
Esperemos, por parte de los tribunales americanos, un juicio justo, de preferencia instruido después de la elección presidencial de ese país, si él y Garcia Luna son culpables que se les procese, de lo contrario que las fuerzas armadas le cobren la factura al culpable que haya armado todo esto.

