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OPINIÓN

Gobiernos de AMLO y Alfaro: Los adultos mayores y los programas demagógicos

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Opinión, por Remberto Hernández Padilla //

A las personas que tienen 60 años y más de edad la sociedad les denomina con el término despectivo de “viejos”. Ante ese vocablo, nos ilustra el infaltable compañero del escritor, que lo es el diccionario: “Dícese de la persona de mucha edad. Antiguo, o del tiempo pasado”. ¡Claro! que son varios los eufemismos con los que la sociedad sustituye esa expresión: “mayores”, “tercera edad” o, adulto en plenitud.

Bien sabemos que nuestro país experimenta un proceso de creciente envejecimiento de su población, y por cifras difundidas recientemente por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y con las prospectivas del Consejo Nacional de Población

(CONAPO) sabemos que en la República Mexicana existen en estos tiempos más de trece millones de adultos mayores, y en el Estado de Jalisco un poco más de un millón.

En las disposiciones legales referentes a las personas de edad se dan las categorías definidas de la siguiente manera: pre vejez, de los 60 a los 65 años de edad; la vejez funcional o adulto mayor, luego de haber cumplido los 65 años de vida hasta los 75; la plena vejez de los 75 hasta los 84 años, y la vejez avanzada o “cuarta edad”, a partir de los 85 años.

Las personas que viven la séptima etapa de la vida, a la cual en forma eufónica se le llama “tercera edad”, tuvieron el privilegio de vivir el tiempo prenatal, luego la infancia, la niñez, la adolescencia y la juventud, vino pronto la adultez, y en una realidad social: ¡la vejez!

De acuerdo con la información difundida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hemos de conocer que en la República Mexicana la esperanza de vida en 1930 era de sólo 35 años para las personas del sexo femenino y de 33 para para el sexo masculino; 40 años más tarde, éste indicador se ubicó en 63 y de 61 años respectivamente; para el año 2020 la esperanza de vida promedio había aumentado en 78.2 años para las mujeres y de 74 para los hombres; estas frías pero elocuentes cifras nos permiten concluir que: año con año aumenta el promedio de vida de las personas, como consecuencia de los logros innegables en materia de salud, educación y el cuidado del medio ambiente así como de los progresos sociales y económicos.

DÍA DEL ADULTO MAYOR”: 28 DE AGOSTO

La sociedad determina, de vez en vez, el otorgar un reconocimiento a alguna figura característica, o a un sobresaliente ente social, es así que instituyó el ahora denominado “Día del Adulto Mayor” que se festeja cada 28 de agosto. Esa efeméride hace posible que, en México, se le pueda otorgar al anciano el lugar que merece.

EXCLUYEN A LOS VIEJOS

En el tiempo actual estamos viviendo una sociedad que envejece cada día; sin embargo, priva la política del desplazamiento de los viejos; muchos de ellos viven la trágica y dolorosa condición de que, habiendo dado esfuerzo y generoso servicio, se ve olvidado y echado a un lado por la propia sociedad.

Es claro que los viejos requieren, más que nada, comprensión, apoyo y calor humano, pues la gran mayoría de ellos quedan marginados de su núcleo familiar por diversas y amargas circunstancias. Es por eso que en todas partes encontramos cientos de viejitos que atienden “changarros” y que se desempeñan en actividades inverosímiles, porque el trabajo no sólo les permite tener ingresos, sino que, en ese desempeño encuentran un testimonio de su propia dignidad.

ADULTOS MAYORES SIN NINGÚN APOYO

La sociedad tiene que reconocer que las condiciones de vida para la mayoría de las personas de edad son verdaderamente difíciles; es por ello que muchos adultos, utilizando diferentes medios, hacen del conocimiento de las autoridades una serie de demandas que requieren soluciones inmediatas, como son el insuficiente acceso a la salud, la educación y los sistemas de solvencia. Y, bien se sabe que muchas personas que tienen más de 60 años de edad no disfrutan de jubilación ni de pensión, y por consiguiente, ni de la cobertura de la seguridad social. Algunos ancianos viven el tiempo del empleo informal, otros, sobreviven su situación de vulnerabilidad socioeconómica; ésta es una triste y grave realidad, en la que viven algunas personas de la “tercera” o, “cuarta edad”. Se hace notar que solo el 30 por ciento de los adultos mayores disfrutan de jubilación.

LAS DEMAGÓGICAS “DÁDIVAS”

En Jalisco, solo una pequeña parte de sus adultos mayores reciben la pensión que otorga el gobierno federal por conducto de la Secretaría del Bienestar. Esa “dádiva” denominada eufemísticamente “política asistencial” no se distribuye equitativamente, como sí se entrega a los adultos mayores en las entidades federativas que votaron por el señor López Obrador.

La ciudadanía de Jalisco no ha sido, ni es “morenista”, por lo que el gobierno de la “4T” solo entrega apoyo económico a menos de la mitad de los Adultos Mayores.

ALFARO DESAPARICIÓ EL IJAM

Desde el inicio del gobierno de Enrique Alfaro Ramírez, se hizo desaparecer el Instituto Jalisciense del Adulto Mayor que tenía como objetivo “Impulsar el pleno cumplimiento de la ley para el desarrollo integral del adulto mayor en el Estado de Jalisco, a través de la evaluación, diseño e implementación de políticas públicas en salud, empleo, promoción económica, vida y recreación, así como promover el respeto e inclusión de los adultos mayores”. Con su desaparición se esgrimió el argumento de que ese “Organismo Público Descentralizado” representaba costos elevados y modestos resultados; sin embargo, las personas bien informadas constataron que ese cierre, así como el de otros seis “Opds” se debió a venganzas políticas, dado que en ellas se les había dado cabida a personas que respondían a compromisos de exgobernadores y de destacados políticos antagónicos.

EL “PROGRAMA JALISCO TE RECONOCE”

Tal parecía que con el gobierno de Enrique Alfaro se acababa todo tipo de apoyo para los adultos mayores…La sociedad hablaba de su “importamadrismo gubernamental”. Pronto se comenzó a saber de algunas “pequeñas ayuditas” dadas por conducto de la Secretaría del Sistema de Asistencia Social que implementó el “Programa Jalisco Te Reconoce” enfocado a la población de 65 años o más. Esas “ayudas” que el gobierno machaconamente difunde se entregan por conducto de los 125 Sistemas DIF municipales; que consisten en especie, como sillas de ruedas, andaderas, calzado y varios.

Adenda para el buen entendedor:

1.- La administración de López Obrador no está cumpliendo con la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores; sin embargo, su gobierno, pretendiendo justificarse, ha venido entregando “pequeñas ayudas económicas” que de algo les sirven a los ancianos, pero…

2.- El gobierno de Enrique Alfaro con su mal estructurado programa “Refundación de Jalisco” no está cumpliendo con Ley para el Desarrollo Integral del Adulto Mayor del Estado de Jalisco. Hizo desaparecer el IJAM; y no se vislumbra la creación de un área semejante. Hace un año, con la pretendida idea de justificarse, Alfaro comenzó a entregar algunas “ayudas en especie” pero…ni aun así.

3.- Por lo pronto, los actuales gobernantes: AMLO y Alfaro, en sus dos primeros años de mandato no salen bien librados…

* El autor es Adulto Mayor Distinguido / Periodista y Escritor /

Premio Nacional de Periodismo” y “Premio México de Periodismo”.

Presidente H.V. del Colegio de Periodistas de Jalisco.

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Jalisco tiene una población de más de un millón de personas adultos mayores.

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Hemos de reflexionar que, antaño, a las personas de edad se les daba lugar y respeto, pero ahora se les relega social y políticamente en forma increíble.

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JALISCO

Un comienzo con luces y sombras de Lemus en tragedia de desaparecidos

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Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //

La crisis de desapariciones en México, y particularmente en Jalisco, es una herida abierta que refleja la descomposición del tejido social y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia con gobernantes que han evadido su responsabilidad, minimizando el grave problema.

La llegada de Pablo Lemus al Gobierno de Jalisco despierta una mezcla de esperanza y escepticismo en un estado que carga con la vergüenza de ser líder nacional en desapariciones, con más de 15,000 personas perdidas en las sombras.

Lemus ha dado pasos iniciales que, al menos en el discurso, reconocen la gravedad del problema, algo que su predecesor, Enrique Alfaro, evitó con frases desafortunadas que culpaban a las víctimas, culpando a los medios de magnificar el problema.

La creación de la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas Desaparecidas, aprobada en octubre de 2024 y jefaturada por Edna Montoya Sánchez, es una señal de intenciones. Promete centralizar esfuerzos, integrar tecnología forense y coordinarse con colectivos de buscadores, como Guerreros Buscadores de Jalisco. Reuniones con líderes como Indira Navarro, quien ha encontrado más fosas que muchas fiscalías, muestran una apertura que contrasta con el cerco de la administración anterior.

Sin embargo, las promesas no son nuevas. En 2018, Alfaro también anunció una “estrategia integral” que nunca llegó a puerto. La secretaría de Lemus, aunque bien intencionada, nace con dudas: el presupuesto de 65 millones 200 mil pesos se ve muy bajo si se trata de enfrentar y buscar solución al principal problema de Jalisco.

¿Evitará la burocracia que asfixia a la Comisión de Búsqueda? El anuncio de mesas de trabajo con la Universidad de Guadalajara y la FEU es positivo, pero suena a eco de iniciativas pasadas que se diluyeron en foros sin impacto.

Más preocupante es la falta de claridad sobre cómo enfrentará a la criminalidad tan poderosa en la entidad. Su respaldo a la investigación federal sobre el campo de entrenamiento y supuesto crematorio en el Izaguirre Ranch de Teuchitlán en marzo de 2025 sugiere disposición a colaborar con la Federación, pero delegar responsabilidades no basta en un estado donde la complicidad local es un secreto a voces.

Recursos, pero con condiciones

Jalisco no es cualquier estado. Con un presupuesto de 174 mil millones de pesos en 2024 y una economía pujante, Lemus tiene los medios para marcar una diferencia, pero solo si los usa con audacia. Puede transformar la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas, hoy un elefante blanco, con investigadores capacitados y libres de nexos con el crimen.

Puede invertir en un Centro Regional de Identificación Humana, como el de Coahuila, para procesar los restos de las más de 1,000 fosas clandestinas halladas en el estado desde 2018. Puede, también, liderar un esfuerzo legislativo que garantice derechos a las familias de los desaparecidos, desde permisos laborales hasta fondos de reparación, algo que estados como Chihuahua han implementado con éxito.

Un plan sin excusas

Si Pablo quiere ser recordado como el gobernador que enfrentó la crisis de desaparecidos, debe actuar con medidas concretas y medibles, no con discursos. Primero, dotar a la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de al menos 500 millones de pesos anuales, suficientes para contratar forenses, analistas de inteligencia y equipo de geolocalización. Esta secretaría debe rendir cuentas trimestrales, con metas claras: localizar 1,000 personas vivas o restos identificados en dos años. Los colectivos, que han hecho el trabajo del Estado, deben tener un asiento permanente en su consejo asesor, no solo reuniones protocolarias.

Auditar la Fiscalía Estatal y la Comisión de Búsqueda. Casos como el de Teuchitlán, donde colectivos hallaron restos ignorados por las autoridades, son una bofetada a la confianza ciudadana. Depurar a funcionarios corruptos o negligentes es impostergable.

Crear un fondo estatal de 100 millones de pesos para las familias de los desaparecidos, cubriendo asistencia psicológica, legal y económica, como lo pidió Blanca Yolanda, cuyo caso sigue sin respuesta desde 2024.

Las buscadoras, como Indira Navarro, necesitan escoltas en zonas de riesgo, tras episodios como la emboscada de Tlajomulco en 2023 que dejó seis policías muertos. Quinto, impulsar una campaña estatal que use estadios, escuelas y medios para educar y movilizar. Los Charros de Jalisco podrían dedicar juegos a las víctimas, y los artistas locales, como Alejandro Fernández, podrían sumarse a un mensaje de unidad.

El papel de la sociedad

La sociedad también tiene un rol. He visto cómo la indiferencia ciudadana perpetúa estas tragedias. Lemus debe convocar a los jaliscienses a romper el silencio, denunciando anónimamente fosas o apoyando a colectivos. Pero no puede cargar solo con la responsabilidad: la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que dirige Luz del Carmen Godínez, designada en los tiempos del gobernador Enrique Alfaro, que ha sido tibia en el tema de los desaparecidos, debe asumir una actitud responsable y comprometida con las víctimas y un rol más protagónico, ya que se requiere su voz a favor de la justicia y poner un alto a esta tragedia que tanto dolor ha ocasionado entre las familias jaliscienses.

Pablo tiene mucho por hacer y sin duda este tema de los desaparecidos es su principal desafío: si logra resolverlo pasará a la historia como el mejor gobernador de los nuevos tiempos, un gobernador comprometido y responsable. Eso es lo que anhelan los jaliscienses, que hable menos y actúe con más determinación, con metas y resultados tangibles y medibles.

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JALISCO

Simulación vestida de protocolo: Los balcones del poder y la tragedia de los desaparecidos

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Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

Nada más ridículo, nada más infame, que la simulación vestida de protocolo. El jueves 10 de abril, mientras 20 rostros de estudiantes desaparecidos clamaban justicia desde las fichas pegadas en los muros del centro de Guadalajara, el equipo de comunicación del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, montó su propio espectáculo desde el balcón del Palacio de Gobierno. No fue un acto de Estado. Fue un montaje. Un burdo teatro de crisis con telón de fondo, luces naturales y actores de reparto con cargo académico.

Allí estaban: la rectora general de la Universidad de Guadalajara, Karla Planter Pérez; la presidenta de la Federación de Estudiantes Universitarios, Zoé García Romero; y el secretario general universitario, César Barba Delgadillo. Todos ellos en fila, al sol, como si el guion les exigiera mostrar compromiso a base de insolación y sonrisa. Abajo, el dolor; arriba, la pose.

La escena no fue casual, fue deliberada. Y como suele ocurrir con las puestas en escena del poder, el tiempo fue el mejor cómplice. La cita originalmente pactada entre la rectora y el gobernador se iba a realizar en Casa Jalisco a las 11:30. Pero –¡oh divina coincidencia! – el encuentro se trasladó a Palacio de Gobierno a las 13:00 horas: justo cuando los estudiantes y familiares, con lágrimas y pancartas, tenían planeada su concentración frente al mismo edificio… ¡pura coincidencia!

¿Quién cree en coincidencias en política? Nadie con tres neuronas activas. Lo que vimos no fue la interrupción de una reunión para atender una protesta, sino la escenificación planeada de una falsa atención.

Lemus salió al balcón solo después de que los gritos desde la plaza lo obligaran. “¡gobernador, escúchanos, por favor!”, “¡somos estudiantes, no somos delincuentes!”, clamaban. Pero Lemus no se bajó a la plaza. En cambio, montó una mesa de trabajo a cielo abierto, en pleno balcón, como si los rayos del sol purificaran la hipocresía. ¿A quién carajos se le ocurrió ese patético espectáculo?

¿Y qué resultó de ese bochornoso espectáculo? La promesa de que habrá mesas de trabajo. Que habrá información. Que habrá coordinación con los tres niveles de gobierno. Palabrería hueca, reciclada de las promesas que no han impedido que Jalisco sea epicentro nacional de desapariciones. Que lo diga Teuchitlán. Que lo griten las familias que ya no duermen, que buscan en fosas y hospitales, en redes sociales y servicios forenses sobrepasados de cuerpos.

Lo más triste no fue Lemus. Fue ver a la rectora Karla Planter, a la dirigente estudiantil Zoé García y al secretario César Barba prestarse para semejante pantomima. ¿Qué hace una rectora sentada en un balcón mientras sus estudiantes exigen respuestas desde la calle? ¿A quién representa una líder estudiantil que se deja retratar como ornamento de la simulación institucional? ¿Dónde está la autonomía universitaria si el rectorado y su representación estudiantil se convierten en comparsa del Ejecutivo?

Planter, en un tuit posterior, habló de “coincidencias”. García Romero no cuestionó el cambio de sede ni de hora. Barba, en silencio. Y mientras tanto, la FEU difundía en sus redes: “¡Nos faltan estudiantes!”. ¿Nos faltan? Sí. Pero también nos sobran funcionarios indiferentes y dirigentes estudiantiles obedientes.

Los manifestantes pedían justicia, no una sesión de fotos. Exigían presencia del Estado, no una escena grotesca de conciliación ficticia. Lemus, experto en manejar el escaparate político, hizo lo que mejor sabe: montarse en una crisis para aprovechar una oportunidad. Nada nuevo. Así gobernó Zapopan. Así deslumbró en Guadalajara. Así inaugura su sexenio en Jalisco: entre cortinas, cámaras y balcones.

El mensaje no fue para las familias. Fue para los likes, para los reels, para los medios. Lo que logró el equipo de comunicación del gobierno de Jalisco fue una producción de redes sociales disfrazada de política pública. Una respuesta oportunista a una crisis estructural.

Pero lo más ofensivo fue que todo ocurrió unos días antes de Semana Santa, cuando los estudiantes están de vacaciones, cuando las escuelas están cerradas, cuando los pasillos universitarios están vacíos.

Este es el fondo del problema: mientras el dolor se expresa con marchas, el poder responde con puestas en escena. Mientras los familiares pegan fichas de búsqueda, el equipo de comunicación del gobernador pega frases hechas. Mientras se juega con el sufrimiento ajeno, se manipula a los medios con imágenes producidas desde Casa Jalisco.

Y no se engañen. Esto no es un error de cálculo, ni una falla de protocolo. Es estrategia. Es una narrativa de control que busca normalizar el horror con mesas, actas, sillas al sol y comunicados institucionales.

Pero hay cosas que no se maquillan. La ausencia de 20 estudiantes no se borra con videos. La responsabilidad del Estado no se elude con balconazos. La dignidad de una universidad pública no se entrega por un lugar en la escenografía oficial, olvidando que el líder moral del Grupo Universidad prefirió morir antes que claudicar… precisamente aprovechando las vísperas de una Semana Santa.

La gran pregunta que queda es: ¿hasta dónde están dispuestos los actores universitarios a prestarse al juego del Ejecutivo? Porque hoy, frente a todo Jalisco, su papel no fue el de contrapeso, sino el de patiños. Y si ese será el tono de los próximos seis años, entonces el guion está claro: los balcones seguirán llenos de sonrisas vacías, mientras las calles se llenan de nombres, rostros y ausencias.

Y ahí sí, ni con todos los reflectores del mundo podrán ocultar el vacío.

En X @DEPACHECOS

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NACIONALES

Daniel Cosío Villegas y el dominio presidencial

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Conciencia con Texto, por José Carlos Legaspi Íñiguez //

Muy certero el dicho aquel de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”.

Daniel Cosío Villegas, historiador, economista, catedrático, intelectual reconocido por tirios y troyanos, escribió varios libros que dieron luz para comprender cómo se hizo y cómo funcionó el Sistema Político Mexicano, confeccionado por revolucionarios, entre los que sobresalen, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y otros.

Don Daniel Cosío Villegas, quien tuvo que aclarar la mentirijilla que propagó de haber nacido en Colima, en 1900, cuando en verdad nació en la Ciudad de México en 1898, estableció en varios de sus libros, ensayos y textos, que México vivió alrededor de 70 años un sistema autoritario, presidencial y con un partido dominante.

Habrá que estar muy atentos a lo escrito por este sociólogo y diplomático que desnudó y encabritó a no pocos miembros de la élite que gobernó nuestro país desde que la Revolución se bajó del caballo hasta que llegó Fox con sus botas piteadas.

Don Daniel consideró que los poderes metaconstitucionales, de por sí concesionados en la Magna Carta de 1917, motivaron la Centralización del Poder en los rubros de política, economía y geografía. Esta concentración fue perversa, centralista y castrante para el resto de las entidades de la República. Tiempos hubo que en política “no se movía una hoja del árbol” sin la aprobación del Presidente de la República (así con mayúsculas) porque su poder era inmenso, total y arbitrario.

La subordinación de las autoridades municipales, estatales, así como de los poderes Legislativo y Judicial, al omnímodo poder presidencial se tornó, incluso, patético, absurdo y kafkiano.

El presidente priista en turno era un dios sexenal, que hacía y deshacía según su voluntad, su ánimo y sus intereses personales y de grupo. ¡Ay de aquél o aquellos que osaran ir en contra de la voluntad del todopoderoso presidente! Le esperaba cárcel, muerte política o… de veras.

Con esas condicionantes se canceló así la actividad política como factor de movilidad social; brilló la ausencia de un programa político claro y se apoderó del poder el oportunismo descarado y descarnado de las huestes “hienas” que pululan siempre buscando la carroña que dejan los “leones” de la grilla.

Un factor más fue el partido único, mediante el cual se legitimaron los cambios sexenales para aparentar la democracia hacia afuera, hacia los observadores mundiales. Mientras se mostraba esa falsa careta democrática al interior del partidazo y de otros partidos paleros, se practicaba la sumisión total al detentador del poder político.

Don Daniel Cosío Villegas publicó en 1972, bajo el auspicio de la Universidad de Texas, su ensayo “El sistema político mexicano, las posibilidades de cambio”.

Estableció que la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado en 1920, pero nacido hasta 1929, fue creado para eliminar el caudillismo de los neopolíticos postrevolucionarios, la mayoría hombres de armas, y así disminuir la violencia. Esto generó la “pax post revolución”, con el beneficio de sentar bases sólidas de la economía y algunos programas con objetivos sociales.

Octavio Paz, premio Nóbel de Literatura, solía decir que Cosío Villegas, “nos hizo conscientes de la dignidad humana”. Cosío Villegas fue director de la Escuela de Economía de la UNAM en 1933. Fue el primer director del Fondo de Cultura Económica, de 1934 a 1948 y presidente del Colegio de México de 1957 a 1963. Justamente don Daniel, siendo diplomático en Portugal, sugirió al entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, traer a México a los intelectuales españoles perseguidos por Francisco Franco por su afán republicano.

Ellos, los refugiados españoles fundaron la Casa de España, a la postre convertida en el Colegio de México. En 1943 el presidente Manuel Ávila Camacho aprueba y se crea el Colegio Nacional. Entre sus iniciadores está don Daniel Cosío Villegas y los jaliscienses, José Clemente Orozco, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, acompañados por Manuel Sandoval Vallarta, Carlos Chávez, Alfonso Reyes, Alfonso y Antonio Caso, Ignacio Ochoterena, Diego Rivera, José Vasconcelos e Ignacio Chávez.

Cosío Villegas estableció que “el dominio presidencial mata todo espíritu cívico y convierte la vida política del país en una farsa profundamente aburrida”.

A este gran pensador mexicano se le consideró un liberal constitucionalista. Sus palabras parecieran resonar en estos tiempos de regresión al tiempo en que el sistema político mexicano se regía por el autoritarismo, la descalificación de los adversarios, la sumisión de los poderes, la compra de voluntades, el absolutismo y totalitarismo encarnado en un partido único al servicio del presidente en turno.

 

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