OPINIÓN
Gobiernos que están en otro mundo
Luchas Sociales, por Mónica Ortiz //
Vivimos en un país y en un estado donde la violencia y la inseguridad están resultando temas del día a día, los cuales además parecen normalizarse al grado de ver hechos atroces, asesinatos diarios, secuestros, desapariciones de personas todos los días, sin que nos preguntemos sinceramente ¿por qué debemos tolerar tanta violencia e inseguridad?
Se presume tenemos gobiernos, autoridades y justicia, pero sin resultados en estos asuntos de alto impacto, mantienen fallas sistemáticas de los planes de seguridad, con total y absoluta ausencia de responsabilidad de los gobiernos y de las autoridades en turno, justifican de forma simple e incongruente su falta de capacidad y hoy que inician con la promoción política rumbo al 2024, nos tocará tolerar toda la incongruencia con la que se promocionarán, cambiarán sus prioridades a mostrar una imagen positiva, pero realmente imaginaria a favor de la sociedad, no concordarán con la realidad de las calles, las ciudades, las comunidades y las entidades federativas todas.
En el país, el crimen organizado se ha posicionado con más fuerza en la última década, por encima de la sociedad y de los gobiernos, es un cáncer muy avanzado y con terribles daños al tejido social, la muerte de los padres jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, quienes fueron asesinados dentro de una iglesia de la comunidad de Cerocahui (Chihuahua) mientras resguardaban al guía turístico Pedro Palma, arroja una realidad abrumante, exhibe como la ley de una gran cantidad de comunidades en el país, es la que dicta el crimen organizado, por lo que la forma de vivir es bajo alta violencia y muerte, mientras nuestros gobiernos los cuales llegaron a esos espacios gubernamentales, vendiéndonos la esperanza de mantener un estado de derecho generalizado, utilizarían el recurso público para procurar bienestar, seguridad y justicia, no lo consiguen porque estamos rebasados por la delincuencia organizada, la corrupción y la omisión de quienes deben responder a sus encargos públicos de representación, sobrevivimos en un estado de constante alerta y peligro.
En ese contexto, Jalisco no es la excepción a la regla, vivimos con cifras altísimas de violencia en inseguridad, asesinados en las calles de los municipios conurbados todos los días en cantidades alarmantes, delitos de alto impacto y múltiples desapariciones de personas también todos los días, las calles son inseguras, sucias y poco vigiladas; la realidad de Jalisco no es la misma que publicitan sus gobiernos municipales ni el gobierno estatal de Enrique Alfaro Ramírez, en sus redes sociales o en sus discursos en los que expresan realidades alternas o nos aplican un constante gaslighting (luz de gas) que sin duda nos confunde y hace dudar de nuestra percepción de la realidad, puede ser la contraria a la de nuestros gobernantes, sin embargo es manipulación de la percepción social.
La ausencia de gobiernos entregados y capaces, emerge tarde o temprano, la incapacidad y la manipulación directa de la clase política son situaciones de hecho que terminan por causar caos y daños completamente perceptibles, al no comprometerse con las causas y las luchas sociales de manera genuina y cierta con el tiempo originan enfado, resentimiento y hartazgo, los ciudadanos somos nobles para creer y hostiles cuando se nos engaña, quizás las próximas elecciones deben versar menos en el hartazgo del abuso de poder o el enriquecimiento, tenemos que enfatizar puntualmente en la necesidad de la seguridad, la vida libre de violencia, así como en el respeto de todos los derechos humanos y la cultura de la transparencia, para acercarnos más a la democracia efectiva y menos al sometimiento de los grupos de poder.
Inician las actividades de los partidos políticos rumbo a las elecciones 2024, buscan exponer lo mejor del trabajo político en las entidades federativas que gobiernan e incluso que gobernaron hace décadas, sacarán a la luz también lo peor de los gobiernos en turno o los pasados, y lo infame de sus oponentes, sin importar la temporalidad; en realidad preparan terreno mostrando unión en el trabajo en equipo, se dicen lo mejor que tenemos y la única opción para supuestos cambios, mejoras y situaciones de bienestar que solo pasan en sus discursos publicitarios, es nuestra responsabilidad social y civil ser extremamente responsables y objetivos bajo nuestro papel de sociedad, para detenernos a razonar que la política también debe cambiar y evolucionar; juzgar lo que vemos y lo que realmente pasa en nuestro entorno, para lograr evaluar lo que necesitamos en un gobierno y que no queremos perpetuar, sin falsas segundas esperanzas, lo que no cumplieron en seis o tres años de trabajo gubernamental, no lo consumarán nunca.
