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OPINIÓN

Gran escritor, pésimo político: El controversial Vargas Llosa ingresaría a la Academia Francesa

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Opinión, por Pedro Vargas Avalos //

En ciertos grupos de intelectuales mexicanos, Mario Vargas Llosa es admirado y casi idolatrado. En Guadalajara ya van dos “Bienal de Novela” con su nombre que se celebran, dentro de la universidad oficial. Además, en la feria del libro que se organiza anualmente, suele ser un invitado excepcional (consentido, dicen sus examinadores) que, de acuerdo a su estilo de ser, hace gala de protagonismo, el cual le festejan sus seguidores, y desde luego los parciales de la dirigencia de la casa de estudios tapatía y el presidente de la ya célebre Feria Internacional del Libro (FIL).

Dos hechos recientes llaman poderosamente la atención sobre la personalidad de Vargas Llosa: a la FIL de este año, cuyo invitado especial fue Perú, vinieron como sesenta escritores andinos escogidos con los siguientes criterios técnicos: diversidad regional, diversidad multilingüística, diversidad de géneros literarios, diversidad temática, equidad de género, trayectoria y equidad generacional, y actualidad (publicaciones recientes). Asimismo, entre sus integrantes destacan siete ganadores del Premio Nacional de Literatura: Sheila Alvarado, María Ruiz Rosas, Lizardo Cruzado, Washington Córdova, Antonio Cillóniz, Selenco Vega y Victoria Guerrero (Perú 21, 24 nov.2021).

Pero a esa embajada inca, Vargas Llosa la calificó “lamentable” y que “no había escritores de verdad”. Estos por su parte, afirmaron que son mas simpatizadores de su paisano el escritor y etnólogo, José Ma. Arguedas (1911-1969), enaltecedor del indigenismo y la esencia de los peruanos, en tanto que Vargas Llosa es un exponente del eurocentrismo que segmenta a su país. Incluso, muchos peruanos dicen que quien más influye en ellos dentro de la narrativa y el cuento, es su paisano Julio Ramón Ribeyro, premio Juan Rulfo 1994 de la FIL.

El segundo caso que aludimos, es el referente al ingreso del ibero-peruano (pues es ciudadano español desde 1993) a la Academia Francesa de la Lengua, lo cual se aprobó el 25 de noviembre. El ya pertenecía a la similar peruana y a la Real Academia Española de la Lengua y por consiguiente, ahora será la tercera organización académico-lingüística a que ingrese. Y conste, que es contra el Reglamento que señala como requisito tener un máximo de 75 años de edad y haber escrito obras en el idioma galo, lo cual no cumple el nuevo académico. Pero para las leyes las muelles, decimos en México.

Varios escritores francos se han opuesto al ingreso del español-peruano. Dicen que eso es como abrir la caja de Pandora. Los firmantes son el profesor universitario César Itier, la directora de investigaciones del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo (IRD) Evelyne Mesclier, la profesora de la Universidad de París, Valérie Robin Azevedo, la investigadora Sylvie Taussig y el antropólogo Pablo del Valle. Ellos finalmente, consideran que incluir al peruano en la Academia “mancilla la imagen de Francia en América Latina, donde sus posturas extremistas son bien conocidas y suscitan un fuerte rechazo”. Además, fungir entre los defensores de la lengua “amenaza con legitimar posturas que pisotean los valores de la democracia a los que Francia quiere asociarse, como la libertad de expresión, la aceptación de resultados de sufragios y el derecho a defender causas sin arriesgarse a perder la vida”, agregan. Veamos, para entender esta postura, una especie de biografía de Vargas Llosa.

Este personaje de las letras, es oriundo de Perú (Arequipa), donde nació en 1936, en razón de lo que es casi nonagenario. Una de sus pasiones es pasear por todo el mundo, donde su obra es estudiada (Cátedra Vargas Llosa, del Instituto Cervantes), pero al mismo tiempo derrocha apoyos a los políticos de la derecha. Esto después de que en su juventud asumió el izquierdismo y entre sus admirados intelectuales, quizás el número uno fue el gran filósofo Jean Paul Sartre (1905-1980), filósofo francés representante del existencialismo, quien sostenía que los pensadores deben realizar un papel vigoroso en la humanidad: él mismo fue un activo militante, respaldando invariablemente las causas representativas de izquierda.

Vargas Llosa, lo admiraba tanto que en su patria se le conocía como el “sartrecillo valiente” en alusión al leído cuento (El Sastrecillo Valiente) de los hermanos alemanes Jacob y Guillermo Grimm. Pero por los años sesenta, cuando Sartre dio muestras de que sus ideas eran catalogadas como marxistas, el inca-hispano, desertó de tales filas: Sartre decía que en África la revolución venía primero, y después la literatura; y proclamaba que “ante un niño que muere, la náusea no es suficiente”; ante esas ideas, dijo Vargas Llosa: “Me sentí traicionado”. Y emigró al otro lado de los ideales de su defenestrado mentor, es decir, se afilió a la derecha.

A la par le salieron ansias de dirigente: Perú atravesaba a fines de la década de los ochenta por aprietos socioeconómicos y de gobernanza, lo cual motivó la fundación de un Frente Democrático (Fredemo); el escritor que nos ocupa, ya tenía notoriedad y criticaba acerbamente al mandatario Alan García, tachándolo de populista. En 1987 forjó un organismo llamado “movimiento Libertad” que, fundido en el Fredemo, logró le apoyaran como candidato presidencial. De esa forma, concurrió a las urnas el año de 1990 en contra del “chino” Alberto Fujimori, quien lo derrotó. Su partido se disolvió tras ese traspié; él viajó (como ya lo había hecho antes) y confiesa: en Francia «Allí descubrí Perú”. Desde entonces cada día se exacerbó en sus principios derechistas.

Vargas Llosa consiguió muchos lauros como escritor, destacando ‘La ciudad y los perros’ (1962), «Conversación en la Catedral» (1969), ‘La tía Julia y el escribidor’ (1977), ‘La guerra del fin del mundo’ (1981), ‘La fiesta del Chivo’ (2000), ‘Travesuras de la niña mala’ (2006) o ‘El pez en el agua’ (1993). Esa trayectoria lo convirtió en el undécimo autor en lengua española y el sexto latinoamericano en obtener el prestigioso premio Nobel de literatura el año de 2010. En este año de 2021, entre otros reconocimientos está el que le hicieran en su tierra (Perú) los enemigos del nuevo presidente Pedro Castillo. A éste lo descalifica peyorativamente: “Es un profesor de segundo de primaria, no tiene ideas, no sabe dónde está parado” y por tanto, es enemigo de la democracia, “un desastre para mi país”.(Infobae, 29 sept.2021).

Un grupo de intelectuales franceses mostró en días pasados, su rechazo al ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa de la Lengua, a causa de sus tomas de posición ideológica cercanas a la extrema derecha. En una tribuna publicada en el diario Libération, los firmantes expresan su “estupefacción” por la inclusión del Nobel de Literatura de 2010 en el selecto grupo de “los inmortales”, que deben velar por el lenguaje francés.

Esta decisión presenta graves problemas éticos”, indican los cinco intelectuales, que recuerdan el reciente apoyo de Vargas Llosa al candidato de extrema derecha a la presidencia de Chile, José Antonio Kast, a quien definen como “nostálgico defensor de la dictadura militar de Pinochet”. Señalan también su apoyo al actual presidente de Colombia, Iván Duque, que “acabó con los acuerdos de paz firmados en 2016″ con la guerrilla de las FARC y que disuelve manifestaciones “a disparo limpio”.

Los firmantes rememoraron su apoyo a la candidata a la presidencia Keiko Fujimori, quien niega la legitimidad del ganador, Pedro Castillo. Se asegura que Fujimori “hace campaña por la destitución del nuevo presidente, sembrando turbulencias: Grupos de ultraderecha agreden a figuras emblemáticas de centro izquierda, sugiriendo un golpe de Estado. Vargas Llosa colabora activamente haciendo campaña sin reservas en favor de Keiko, a la que presenta como “último obstáculo contra el comunismo”.

Otro estigma que hacen notar los antagonistas de Vargas Llosa, es sobre Argentina, ya que pidió en 1995 “enterrar el pasado”, con el fin de que la impunidad cubra a los autores de crímenes cometidos por la dictadura en ese país. Asimismo, apuntan la implicación del peruano en los llamados “Pandora papers”, donde se reveló que tenía sociedades en paraísos fiscales para evadir impuestos, al típico estilo de los gobernantes corruptos. Por todo eso, es que los susodichos pensadores galos consideran que incluir a Vargas Llosa en la Academia “mancilla la imagen de Francia en América Latina, donde sus posturas extremistas son bien conocidas y suscitan un fuerte rechazo”. (El Debate – María Serrano, Madrid /10/12/2021; La Tercera. REUTERS/Sergio Pérez).

Vargas Llosa, elegido por mayoría de miembros de la Academia Francesa, debe tomar posesión de su asiento en una ceremonia que tendrá lugar en los próximos meses: Emmanuel Macron, mandatario franco, en una audiencia dará formalmente el recibimiento al nuevo académico, tras lo cual, este tomará posesión del asiento 18, que fuera de su antecesor en el escaño, el filósofo Michel Serres, fallecido en 2019.

En México, gracias a su agudeza (que nadie le niega) había alcanzado fama, más que con sus obras, con la frase que acuñó cuando bautizó al régimen priísta mexicano como “la dictadura perfecta”. Actualmente, Vargas Llosa ha criticado numerosas veces al presidente López Obrador.

Para ello el novelista aduce su ideario, donde invita a defender la «democracia liberal», que significa «el pluralismo, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres y la alternancia en el poder». (discurso al recibir el premio nobel, 2010). Este creador literario instó a «combatir» las dictaduras «sin contemplaciones» y «por todos los medios» al alcance, incluidas (como buen neoliberal) las sanciones económicas.

Por lo tanto, decía en 2018, antes de los comicios presidenciales: AMLO es “un retroceso tremendo para la democracia en México”. Porque, según el escritor peruano, López Obrador, “representa una “democracia populista y demagógica, con recetas que están absolutamente fracasadas en el mundo entero”, en razón de lo que tenía esperanza en “que haya suficiente lucidez para ver a dónde conduce este suicidio de votar por el populismo”, por lo que los votantes mexicanos “no van a ser tan insensatos teniendo enfrente el ejemplo trágico de Venezuela.” Pareciera que Vargas Llosa es un eco del PRIAN o Va por México.

El entonces candidato de MORENA, hoy primer mandatario nacional, solamente le contestó: Amor y paz. Vargas Llosa “es un buen escritor, pero un mal político.” (ForoTV/Nicolás Ruiz/28 feb.2018). Esto coincide con lo que afirma el peruano, de su prima y esposa Patricia Llosa, quien le aclaraba: «Mario, para lo único que tú sirves es para escribir».

Al ofrecer una panorámica de Latinoamérica, lamentó que los gobiernos democráticos, en vez de dar ejemplo, solidarizándose con quienes, -como las Damas de Blanco en Cuba o los resistentes venezolanos-, se enfrentan a las dictaduras, se muestran «complacientes no con ellos sino con sus verdugos».

En una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, el escritor multilaureado dijo que la entonces Presidenta argentina, (ahora vicepresidenta), Cristina Fernández de Kirchner «es un desastre total”. “Argentina está conociendo la peor forma de peronismo: populismo y anarquía. Me temo que es un país incurable”. En Bolivia cortejó a los adversarios de Evo Morales y de este y su democracia dijo era “payasa”, por lo que Álvaro García Linera (vicepresidente), le tildó de «dinosaurio» del neoliberalismo. (Noroeste, 15-11-2015).

Controversial es don Mario Vargas Llosa, peruano, español y casi francés. El premio Nobel avala su calidad de literato. Pero como activista político, los jóvenes escritores incas no lo prefieren y la apuesta que ha hecho en elecciones de México, Perú y ahora Chile, acreditan lo que le dijeron su esposa Patricia y AMLO: es notable como escritor, pero pésimo como político. Los hechos lo prueban: Cada vez que Vargas Llosa apoya a un candidato presidencial, este es derrotado.

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

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Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos

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Fallo ambiental que resuena: «No estoy para ser querida, sino para cumplir con diligencia», magistrada Fanny Jiménez

Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU

Mensaje del gobernador en el Informe de Quirino: «Tlajomulco es un ejemplo de coordinación y visión de futuro»

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Charros se quedó sin gas: Diablos, digno campeón

Carlos Urrea rescata a un héroe olvidado, presenta el libro «General Urrea: La Independencia de México»

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NACIONALES

Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

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– De Primera Mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín

UNA DE LAS evidencias de que el sistema político del México de nuestros días es parecido al PRI hegemónico de hace 50 años es el combate a la corrupción de acuerdo a intereses políticos del grupo en el poder, con una gran diferencia ahora: Los funcionarios de primer nivel son intocables.

No hubo un solo presidente de la república de aquel viejo PRI, que no impusiera su voluntad y enviara un mensaje a la clase política de que había un nuevo líder en Los Pinos. Las demostraciones incluían cárcel para figuras de alto nivel. Así, estuvieron tras las rejas el senador Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX, con el presidente José López Portillo, varios gobernadores y hasta un hermano del presidente Carlos Salinas, Raúl.

A partir del año 2018, el hombre que tuvo como lema de campaña presidencial el ataque a la corrupción, Andrés Manuel López Obrador, en los hechos cubrió a los corruptos de primerísimo nivel.

Solo dos botones de muestra: Ignacio Ovalle Fernández, director de SEGALMEX, y Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad. Aplicó la máxima de Benito Juárez: “A los amigos, perdón y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.

Entre los enemigos actuó contra Emilio Lozoya, director de PEMEX con el presidente Peña Nieto, acusado de haber recibido sobornos de una empresa petrolera del Brasil, pero al final del día su gobierno acordó y el acusado está en casa.

El cinismo de AMLO incluyó su admisión de la existencia de corrupción en Segalmex, cuyo desfalco rebasó los 15 mil millones de pesos, pero justificó a Ovalle diciendo que este último “había sido engañado por sus subalternos”.

Increíble lo anterior, sobre todo para quien, durante una “mañanera” del año 2019, aseguraba que no hay persona mejor informada que el presidente de la república y que si había corrupción entre los funcionarios, “era porque el jefe, el presidente, estaba enterado”.

En los días que vivimos, el caso del “huachicol fiscal” operado por altos mandos de la Marina Armada de México nos pone sobre la mesa la enorme probabilidad de que no solo el general secretario del ramo con López Obrador, sino también este último, pudieran haber sido enterados y haber permitido el enorme peculado.

Imposible no reparar en las declaraciones del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien el pasado domingo declaró que Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina en el sexenio obradorista, había denunciado “problemas” y que por ese motivo la Fiscalía General de la República se había adentrado en la investigación que hoy tiene por resultado la persecución de cuando menos 200 personas, entre militares, servidores públicos y empresarios.

Los hechos sobre tal ilícito empezaron a trascender a los altos mandos militares cuando Rubén Guerrero Alcántar, vicealmirante y exdirectivo de una aduana en Tamaulipas, redactó una carta que llegó a manos del general secretario Ojeda Durán, en la que señalaba directamente a Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, de encabezar una red de “huachicoleo fiscal”.

Los hermanos Farías, originarios de Guaymas, Sonora, son sobrinos de Ojeda Durán. Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre del 2024 en Manzanillo, Colima. El volcán de corrupción denunciado hizo erupción al descubrirse un buque con diez millones de litros de combustible introducido sin pagar impuestos en Tampico, Tamaulipas, el pasado mes de mayo, seguido de otros descubrimientos similares en Ensenada, Baja California, y el trascendido de que ese combustible había tocado la bahía de Guaymas en Sonora.

En sus declaraciones sobre el tema, Gertz Manero subrayó que cuando el general secretario Ojeda denunció “problemas en la Marina”, lo hizo en términos generales sin hacer referencia a sus sobrinos. A su lado, en esa conferencia de prensa del pasado domingo, el titular de seguridad pública, Omar García Harfuch, dijo que no se podía condenar a toda una institución por los errores cometidos por algunos de sus integrantes.

Horas después, en su “mañanera”, la presidenta Claudia Sheinbaum refrendó la defensa. Para el general exsecretario, recordando que lo importante era la investigación y, sobre todo, las pruebas para demostrar los dichos.

La lógica indica una posibilidad de involucrar a Rafael Ojeda Durán en el escándalo mayúsculo de los hermanos Farías Laguna y otros implicados; golpearía directamente la humanidad de López Obrador.

Es mucho más conveniente enviar el mensaje de ataque a la corrupción, aprehendiendo y enjuiciando a “peces menores”. Ahí se registra una diferencia con el pasado reciente.

Durante el sexenio 2018-2024 se cubrió la corrupción en vez de combatirla. En este sexenio de la presidenta Sheinbaum sí se está combatiendo la corrupción pero cuidando la imagen de quien ahora vive en Palenque.

Lo anterior significa la imposibilidad de señalar y encarcelar a un exsecretario en cualquiera de sus ramos.

Para el lado oficial, resultan muy lejanas y “casi en el olvido” aquellas palabras de AMLO en una de sus “mañaneras” del año 2019: “El presidente de México está enterado de todo lo que sucede y de las tranzas grandes que se llevan a cabo”.

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JALISCO

¿Legalidad? pero sin integridad

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– Opinión, por Gabriel Torres Espinoza

¿Por qué se critica tanto al Tribunal de Justicia Administrativa (TJA)? Porque se ha transformado en fábrica de sentencias “ajustadas a derecho”, ¡pero profundamente injustas! Asisten al ‘indebido proceso’ y ceden al “daño patrimonial” causado por los ‘desarrolladores’.

Los derechos colectivos —aire limpio, agua, movilidad, biodiversidad— se reducen a bienes menores, sacrificables en nombre de una supuesta certeza jurídica para el ‘inversionista’.

Lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó es que tienen la obligación jurídica de prevenir, mitigar y remediar daños ambientales por su impacto directo en los derechos humanos.

Bajo esa luz, cada fallo del TJA que antepone la rentabilidad de un fraccionamiento sobre la preservación de un bosque o de un área natural protegida, no es solo un despropósito local, sino una violación a compromisos internacionales y a los derechos fundamentales de la ciudadanía.

La prensa ha documentado el incremento de litigios contra la planeación urbana, hasta el punto de que este Tribunal se tornó en el espacio donde los corruptores desfilan a desmontar planes de desarrollo, debilitando la ordenación del territorio con fachada de legalidad. Se trata de un tribunal que privilegia la letra procesal, sobre el sentido integral de la planeación. Lo que se produce es una ciudad fragmentada, desigual, en la que cada vez es más difícil trasladarse y vivir.

La responsabilidad social de este Tribunal es mayor, pues el TJA es la última instancia. Las decisiones que dicta son definitivas y obligatorias. Sus resoluciones no pueden recurrirse, y sus magistrados no rinden cuentas a nadie. Allí donde se concentra el poder de decidir el futuro urbano, se concentra también la tentación de la corrupción.

Por eso el TJA no solo refleja, sino que encarna hoy el mayor riesgo estructural para el derecho a la ciudad y al medio ambiente, porque cada vez que dicta una sentencia que habilita lo prohibido, que desprotege los recursos naturales, destruye algo más que territorio; destruye la confianza en la idea misma de justicia. Su propia legitimidad social.

Los jueces no deben limitarse a aplicar reglas, sino decidir con base en principios que aseguren el bien superior a la ciudad. La legalidad, sin integridad, degrada la justicia. Básicamente, porque transforma el tribunal en una coraza de impunidad.

En este órgano jurisdiccional, hemos visto cómo se ha vuelto norma la confusión entre legalidad procedimental y justicia, con resoluciones fundadas y motivadas en lo formal, pero que producen resultados injustos y muy lesivos para la sociedad.

Sentencias “apegadas a derecho” que, sin embargo, devastan áreas naturales, desmantelan planes urbanos, causan más colapso vial y profundizan la desigualdad. No perdamos de vista que esa sociedad, la que sufre las consecuencias, es justamente la que dotó a estos magistrados de su investidura, y a la que debieran rendir cuentas, a través de los poderes constituidos de Jalisco.

La diferencia entre un tribunal de justicia y uno de derecho se vuelve aquí fundamental. El primero busca armonizar la norma con el desarrollo sustentable de la ciudad; el segundo la aplica sin importar que destruya bosques, colapse vialidades o afecte a comunidades enteras.

El primero protege a la ciudad; el segundo protege contratos y escrituras privadas. El primero es garante de ciudadanía; el segundo, como en Jalisco, es agente de plusvalía y el principal agente corruptor contra el ordenamiento territorial.

A la luz de las actuaciones del TJA, surge hoy una pregunta colectiva, inevitable y perturbadora: ¿Cuál es la utilidad social de un tribunal del que debemos defendernos todos para poder preservar la ciudad? Si el órgano llamado a garantizar justicia es el principal mecanismo de despojo legalizado; si en lugar de proteger a la colectividad protege a los desarrolladores; si en vez de equilibrar el interés privado con el bien común se ha dedicado a corroerlo, entonces su existencia no responde al poder público, sino a los negocios que lo corrompen.

Un tribunal así no es garante de derechos, ni de justicia administrativa; sino una auténtica amenaza permanente contra ellos, misma que estaríamos obligados a enfrentar como sociedad, y desde el gobierno.

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JALISCO

UdeG, los golpes que sustituyen el diálogo: ¡Qué falta hace Raúl!

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– Crónica de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco

La Universidad de Guadalajara, esa institución que presume de ser la “casa de la cultura” y el “espacio del pensamiento crítico”, se ha convertido principalmente los últimos días en escenario de lo que mejor ilustra su contradicción: los golpes sustituyendo a la palabra, la represión disfrazada de orden académico y la violencia encubierta tras comunicados oficiales firmados por nadie que se haga responsable… llenos de buenas intenciones sin nada de autocrítica.

Lo ocurrido en el CUCSH y en el CUCEI en estos días no es un accidente ni un exabrupto aislado: es la expresión de una estructura política enquistada que se resiste a morir.

Los funcionarios que deberían administrar aulas y presupuestos han terminado con las manos metidas en la gresca. No es metáfora: ahí están los videos donde José Antonio González Orozco, alias “Pepino”, antiguo operador de la FEU que ahora cobra como jefe del complejo deportivo, aparece repartiendo manotazos contra los estudiantes que exigían elecciones limpias. No fue diálogo, fue puño.

Y mientras tanto, la Rectoría General guarda silencio. Una omisión que grita más fuerte que cualquier consigna. Porque si los estudiantes pintan un muro, la indignación institucional es inmediata; pero si un funcionario golpea a los alumnos, la sanción se pierde en el laberinto del archivo muerto, asegurando las protecciones para quienes, en nombre de la “institución”, repartan golpes a los alumnos inconformes.

Encapuchados que lanzan mobiliario, vacían extintores y rodean a estudiantes en paro. Los testimonios y las imágenes difundidas no dejan lugar a dudas: la violencia tiene rostro, y varios de esos rostros se identifican con la vieja militancia de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), ese brazo corporativo que durante décadas ha operado como correa de control a favor del grupo universitario en el poder.

Pero también aparecen los rostros de grupos políticos externos que han participado en movimientos políticos universitarios sin llegar a ser de los “ungidos”, pero que, ahora apoyados por un personaje de la estructura universitaria, vuelven a buscar un lugar en el feudo.

Se habla de “diálogo” en los comunicados, pero en los pasillos los que dialogan son los puños. La contradicción es evidente: las autoridades centrales rechazan la violencia en boletines, pero sus hombres de confianza y familiares aparecen entre los agresores.

Lo que demandan los estudiantes no es menor: baños dignos, comedor subsidiado, protocolos contra acoso, contratación estable de docentes, transporte seguro, participación real en las decisiones universitarias. No son exigencias revolucionarias, son derechos elementales que cualquier institución pública debería garantizar sin necesidad de paros ni barricadas.

¡Ojo! La petición de tener un área para fumar mariguana es simplemente una charlotada que en ninguna circunstancia puede proceder; sean serios si quieren ser tomados en serio como disidencia.

Pero el punto neurálgico, el que prende las alarmas en los pasillos del poder, es la exigencia de cancelar las elecciones del Consejo General Universitario y limitar la intervención de la FEU. En otras palabras: quitarles el monopolio de la representación. Y eso, para los jefes y jefas universitarios, es inadmisible.

Mientras las pedradas y los empujones manchan el nombre de la UdeG, la rectora general Karla Planter ha optado por la estrategia del silencio. No se presenta a dialogar, no encabeza el proceso, no frena la violencia. Desde su llegada, “La Planter” solo ha servido como la imagen que asiste a reuniones y eventos sociales, pero, en todo este tiempo, usted no va a encontrar UNA situación en la que la primera mujer rectora de la UdeG hubiera destacado por su capacidad de decisión y liderazgo; lo peor, NINGUNO de su equipo ha ocupado el lugar de liderazgo y decisión que la UdeG requiere.

En esta ocasión, parece que la rectora espera que el tiempo, las fiestas patrias o el desgaste natural diluyan la protesta, si es por recomendación estratégica, queda claro que, ¡Su asesor le odia!

Lo extraño es que los choques más fuertes ocurrieron justo en los días en que Planter se ausentó, ¿casualidad o decisión de quien sabia no estaría disponible la rectora? Coincidencia que huele a cálculo: dejar que otros enciendan el fuego para luego presentarse como bombera institucional o la aparición de un “líder” que rescate la situación.

Mientras, el equipo de comunicación externo que apoya a los disidentes a manejado bien las notas en los principales medios de comunicación alertando a la ciudadanía de lo que pasa al interior de la Universidad a la que asisten sus hijos, generando buenas piezas de comunicación visual en redes con mensajes claros y específicos que pueden digerir e indignar los consumidores de TikTok, X, Facebook e Instagram. Logrando en días lo que el viejo sistema de comunicación universitario no ha podido lograr, UN mensaje que permee a nivel social, porque desde sus oficinas, los dirigentes universitarios repantigados creen que la gente común está esperando leer el más reciente comunicado pagado por los “abajo firmantes”, que servirá de indicación de lo que se debe creer y entender.

El saldo es claro: estudiantes golpeados, aulas cerradas, comunidades académicas divididas, puertas de ingreso soldadas y una autoridad que administra comunicados -Muy malitos, por cierto- mientras sus operadores administran golpes y porras —siempre los mismos rostros en escena desde hace años, por cierto—.

La Universidad de Guadalajara enfrenta un espejo incómodo: aquel en el que se refleja como un aparato político que prefiere la represión a la reforma, la simulación a la democracia y la obediencia ciega a la crítica estudiantil… Oiga, ¿ya se dio cuenta de que en toda esta rebatinga la FEU tampoco ha aparecido? Y no me refiero a otro comunicado anodino firmado por la “primera mujer presidenta de la FEU”, yo hablo de esa estructura política de estudiantes que defiendan sus procesos por democráticos y transparentes, y den la cara por sus líderes que saben que los representan.

¡Bueno! Hasta los centros universitarios tienen que ser defendidos por grupos externos porque los flamantes “rectores” carecen de equipo que les respalde. Lo bueno es que la disidencia avisa con tiempo sus manifestaciones; si atacaran al mismo tiempo, se quedarían con varios centros universitarios, pues los rectores no alcanzan a defender ni su oficina. ¿O será que las manifestaciones están muy bien ordenadas en tiempo y lugar desde dentro de la misma UdeG para propiciar la aparición de un “líder” solucionador?

Las siguientes semanas serán importantes en esta historia, porque lo que está en juego no es solo un proceso electoral universitario, sino la credibilidad de una institución que presume autonomía, pero se comporta como un feudo… Donde cada vez es más recurrente escuchar: ¡Qué falta nos hace Raúl!

En X @DEPACHECOS

 

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