OPINIÓN
La estrategia fallida de seguridad en Jalisco
																								
												
												
											Los Hombres del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
La violencia y la inseguridad golpean sin misericordia a Jalisco ante un gobierno que parece un saco de boxeo que sólo recibe golpes sin tener capacidad de respuesta.
Durante la semana pasada dos sucesos se registraron que tuvieron impacto nacional e internacional. El secuestro masivo el pasado 18 de julio a la luz del día en Puerto Vallarta de un grupo de veinte turistas proveniente de la ciudad de León, Guanajuato, falleciendo un empresario ante las balas de los criminales, hecho que se convirtió en noticia internacional. El Diario Reforma el pasado sábado la destacó como nota principal en su portada.
Y ayer domingo, a través de redes sociales nos enteramos que el regidor de Morena en el Ayuntamiento de Tlaquepaque, Alberto Alfaro García, fue atacado a balazos en uno de los restaurantes más aclientados y prestigiados de la capital jalisciense ubicado por la Avenida Niños Héroes. Por fortuna el joven edil salvó la vida al recibir dos proyectiles en una pierna y en un brazo.
EL VALLARTAZO
Sobre el llamado “Vallartazo”, la Fiscalía de Jalisco había guardado absoluto silencio y hasta que el secuestro alcanzó a la opinión pública con la circulación de audios y videos, salió el Fiscal Gerardo Octavio Solís a presentar su posición sobre el particular, aclarando que como no existe denuncia sobre estas desapariciones ni en Jalisco, ni en Guanajuato, no podían intervenir, a excepción de la persona que fue asesinada y que formaba parte de este grupo, lo que sí están atendiendo.
El secuestro masivo perpetrado en Puerto Vallarta al parecer es autoría del cártel más poderoso del Occidente del país, trascendió que la mayoría de los levantados fueron dejados en libertad días después, aunque cuatro seguían retenidos.
JALISCO, LÍDER EN FOSAS Y DESAPARECIDOS
Estos hechos delictivos se registran en el contexto de la alta violencia que vive Jalisco, con más de 400 cuerpos que se han descubierto en el último año y medio en fosas clandestinas, lapso en el cual está al frente del gobierno Jalisco el ingeniero Enrique Alfaro Ramírez.
Sin embargo, para nuestras autoridades estatales, Jalisco va bien en seguridad, conforme Alfaro lo viene presumiendo en los videos de redes sociales con número y estadísticas que pretenden convencernos que sus acciones y estrategias están dando resultados, destacando que los delitos patrimoniales se han reducido hasta en un 25%, que bien puede ser real, pero no por producto de las estrategias y acciones de su gobierno, sino derivado del confinamiento y disminución a la movilidad en el Estado como medida para acotar la epidemia del COVID19.
Afirma el Gobierno de Jalisco que los secuestros han bajado, que en 2015 fueron 37 y que entre enero y febrero van 3, sin embargo hay 445 casos denunciados de la privación ilegal de la libertad, o sea los llamados levantones, por lo que tendríamos cientos de casos más. Puede ser un asunto de terminología, pero lo real es que 445 personas han sido levantados al margen de la ley. ¿O cómo debemos llamarles?
Jalisco, lamentablemente, está en los primeros lugares nacionales de desapariciones, de cadáveres encontrados en fosas clandestinas. ¿Cómo se puede hablar así de paz y tranquilidad?
LA REESTRUCTURACIÓN OBLIGADA
Dicen que en el círculo cercano el Gobernador Alfaro acepta que la seguridad de Jalisco está en crisis, lo que lo trae muy estresado por lo que requiere el apoyo del Gobierno Federal, porque lo cierto es que los grupos criminales lo aplastan cuando se lo proponen, como es el caso de este accionar en Puerto Vallarta, donde ni las manos metieron los de seguridad del Ayuntamiento.
Alfaro el Gobernador ha dejado en claro que los cambios no los hará en atención a los periodicazos y lo que comenten los opinólogos y que entre más lo critiquen, más se sentará en su macho. Su ego y autoestima debe ser muy grande.
Si Alfaro es terco, más terca es la realidad y tarde o temprano tendrá que aceptar el desastre que existe en Jalisco en el campo de seguridad y que esta área requiere un cambio de fondo, por un lado requiere el apoyo del Presidente y del Gobierno Federal, y por otro, el tener un equipo de colaboradores eficaz, que le de resultados.
La salida del doctor Macedonio Tamez, fue una aceptación tácita que la Coordinación del Gabinete de Seguridad fue un fracaso, aunque por un tema de egocentrismo difícilmente el titular del Poder Ejecutivo públicamente lo aceptará.
La señal del inicio de la reestructuración y la señal de que está dispuesto a rectificar será cuando anuncie la salida del Fiscal Gerardo Octavio Solís. Todo mundo dice que este funcionario debe de irse. Tendrá que repetirse hechos tan sonados como los levantones en Puerto Vallarta o de otras regiones del Estado o que todos los días se presenten manifestaciones de familiares de desaparecidos en Casa Jalisco para que este señor abra los ojos y acepte la triste y dolorosa realidad que hay una estrategia fallida del Estado para ofrecer seguridad a los jaliscienses.
