MUNDO
La importancia de construir consensos: Milei después de las huelgas

Opinión, por Violeta Moreno //
El Gobierno de Argentina está llegando a una fase crucial donde la presentación de resultados concretos es una necesidad imperiosa. De cara a los desafíos actuales, es fundamental mostrar avances claros y tangibles que generen confianza en la ciudadanía y en los diversos actores del país.
Es momento de enfocar los esfuerzos en acciones efectivas que demuestren un resultado real para el progreso y el bienestar de Argentina. Y también es necesario que se logren superar los desafíos y se comience a construir un futuro sólido y próspero que prometió el presidente Milei.
El tiempo siempre ha sido un factor crítico en la política, especialmente para líderes con proyectos disruptivos como el presidente Javier Milei. A medida que avanza su mandato, los desafíos aumentan, especialmente dada su debilidad parlamentaria y territorial. Es crucial ver cómo gestiona estos desafíos en los próximos meses.
Es comprensible que el gobierno busque capitalizar su respaldo popular y narrativa antiestablishment para enfrentar la etapa actual. La necesidad de mostrar resultados concretos se vuelve crucial, especialmente ante una oposición fragmentada y una base de apoyo que espera acciones tangibles. La capacidad de cumplir con las expectativas será determinante para el futuro de la administración.
Es cierto que el momento demanda acciones concretas sobre el relato. La estrategia de revelación puede haber sido efectiva para desafiar a la «casta» política, pero ahora se necesitan resultados tangibles para mantener la gobernabilidad y la confianza, tanto a nivel político como económico. Es crucial que el gobierno demuestre su capacidad para traducir sus palabras en acciones que generen un impacto positivo y sostenible en el tiempo.
Los eventos recientes, tanto el paro liderado por la CGT como los obstáculos en el Senado, subrayan la necesidad de resultados concretos por parte del gobierno de Milei. Estos desafíos muestran las dificultades que enfrenta el oficialismo para avanzar en su agenda, lo que destaca la importancia de acciones efectivas y políticas que puedan superar las resistencias y generar consenso.
Es cierto que la huelga general mostró una adhesión dispar y una disputa por su sentido entre los referentes sindicales. Aunque el gobierno pudo aprovechar esta situación para reforzar su narrativa anti-establishment, sería un error subestimar el impacto real de la protesta más allá del discurso. Es importante que el gobierno evalúe de manera objetiva las implicaciones y preocupaciones detrás de la huelga para abordarlas adecuadamente.
Es comprensible que los mercados valoren la disciplina fiscal y las políticas librecambistas del gobierno de Milei, pero también son sensibles a la complejidad social y las incertidumbres políticas. Cualquier señal de inestabilidad puede generar preocupación entre los inversores. Por lo tanto, el gobierno debe encontrar un equilibrio entre sus políticas económicas y la gestión de las tensiones sociales para mantener la confianza de los mercados.
Es interesante observar que, a pesar del paro y los desafíos económicos, el apoyo al gobierno no parece haber disminuido significativamente según las encuestas. Esto plantea la pregunta de si el paro fue un punto de inflexión en una posible escalada en la conflictividad social o si, como sugiere el oficialismo, fue más una reacción de los representantes del antiguo orden frente a los cambios y ajustes propuestos por el gobierno. Es crucial seguir evaluando cómo evoluciona esta dinámica y cómo afecta la percepción pública del gobierno en el futuro.
La estrategia de Javier Milei de apostar a un éxito rotundo en su política macroeconómica como medio para asegurarse el control del Congreso en las elecciones de 2025 es ambiciosa. Si lograra bajar la inflación, recuperar la actividad económica y aumentar el salario real de manera significativa, podría ganar un fuerte respaldo popular que le permitiera avanzar en las reformas estructurales e institucionales que propone. Sin embargo, lograr ese nivel de éxito en política macroeconómica y traducirlo en apoyo electoral y legislativo es un desafío considerable y dependerá de múltiples factores, incluidas las condiciones económicas globales y la percepción pública de su gestión.
La discusión parlamentaria sobre la reforma laboral es significativa en este contexto. Aunque algunos bloques aliados presionaron por cambios más profundos, la versión final parece ser más moderada y no aborda ciertos puntos sensibles para los sindicatos. Esto muestra la complejidad de lograr consensos en temas laborales y cómo se equilibran las demandas de diferentes actores en el escenario político.
Es cierto que el debate en el Senado ha revelado tensiones y objeciones incluso dentro de bloques «dialoguistas», lo que ha obligado al oficialismo a reconsiderar su estrategia. Esto muestra que la negociación con los gobernadores no es suficiente para garantizar el apoyo en una cámara con representación federal. Además, el protagonismo de Martín Lousteau en este debate sugiere una reconfiguración de liderazgos dentro del espacio opositor. Es importante seguir de cerca cómo estos cambios afectan el panorama político y legislativo en los próximos meses.
La cautela de grandes inversores, actores del establishment y el FMI no es sorprendente dado el escenario político y legislativo actual. Aunque el gobierno tiene una profesión de fe liberal y el mercado financiero parece estar eufórico, persisten dudas sobre la evolución de la economía real y la capacidad del gobierno para implementar cambios sustanciales y dar sostenibilidad a su proyecto. Situaciones como las ocurridas en el Senado esta semana aumentan la incertidumbre y refuerzan la necesidad de observar de cerca cómo evoluciona la situación económica y política.
Es interesante ver las diferentes perspectivas sobre la situación económica. Mientras algunos economistas ven signos de recuperación basados en la baja de la inflación, el crecimiento de los salarios reales y otros indicadores, otros advierten que la recuperación no será tan simple y que la política jugará un papel crucial en el proceso. Para muchos observadores, tanto en los mercados como en la política y la economía, es la política la que determinará en última instancia el éxito o el fracaso de los esfuerzos para sacar al país adelante. Es un recordatorio importante de que los aspectos económicos y políticos están estrechamente interconectados en la realidad argentina.
Es cierto que los consensos políticos son fundamentales para la sustentabilidad de los gobiernos a largo plazo, más allá de los respaldos coyunturales o los éxitos electorales. La experiencia histórica argentina lo demuestra claramente. Ignorar esta realidad y reducir la política a meros contubernios o intereses espurios puede ser contraproducente para la gobernabilidad y el éxito de cualquier proyecto político. Es importante que el presidente y su gobierno reconozcan la importancia de construir consensos políticos para avanzar de manera sostenible.
Un claro ejemplo de cómo poder abordar temas que tiene Milei en el tintero son las reformas estructurales, especialmente en materia de gasto público y sistema de pensiones, que deben ir más allá de soluciones de corto plazo. Es fundamental abordar estos temas con una visión a largo plazo y adoptar medidas que garanticen la sostenibilidad del sistema en el tiempo.
Esto puede implicar no solo ajustes en la fórmula de ajuste de las jubilaciones y la edad jubilatoria, sino también reformas más profundas que aborden la magnitud del desafío de prevención social y aseguren que los derechos adquiridos sean viables y sostenibles a largo plazo.
MUNDO
La Reserva Federal de Estados Unidos baja la tasa de interés: impacto directo en México

– Por Redacción Conciencia Pública
La Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) decidió este martes bajar su tasa de interés en un cuarto de punto, dejándola en 4.00 a 4.25%. En palabras simples: el dinero en Estados Unidos será más barato para bancos, empresas y consumidores. Y cuando eso pasa en la mayor economía del mundo, el efecto se siente en todo el planeta.
¿Por qué lo hicieron? Porque la economía estadounidense se está enfriando: se generan menos empleos y el consumo pierde fuerza. Con tasas más bajas, la Fed quiere darle un empujón al crecimiento, hacer que pedir prestado sea más barato y que la gente gaste e invierta más.
¿Y a México cómo le pega? Directo. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, así que si su economía respira, la mexicana también. Una recuperación allá significa más compras de autos, electrónicos y alimentos de México, lo que da oxígeno a nuestras exportaciones.
En el terreno financiero también hay movimiento. Cuando las tasas bajan en Estados Unidos, muchos inversionistas voltean a ver a países como México para buscar mejores rendimientos. Eso puede traer más dólares al país y fortalecer al peso, aunque un peso demasiado fuerte también complica a los exportadores.
Otro punto clave: la deuda en dólares. Tanto el gobierno como varias empresas mexicanas tienen compromisos en esa moneda. Si las tasas en Estados Unidos bajan, el costo de pagar esa deuda también se reduce, lo que significa un respiro en sus finanzas.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas. Si llegan capitales especulativos en exceso, el tipo de cambio puede volverse inestable. Y si el dólar se debilita demasiado, algunos insumos importados podrían encarecerse, lo que se traduciría en presión inflacionaria aquí en México.
En resumen: la decisión de la Fed es una buena noticia para México solo en el corto plazo. Habrá más aire para exportaciones, para las finanzas y para el peso. Pero el Banco de México (Banxico) tendrá que jugar con cuidado sus cartas para que este respiro no se convierta después en un dolor de cabeza.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.