Connect with us

OPINIÓN

La justicia en las regiones del Estado: Necesaria reingeniería de los partidos judiciales en Jalisco

Publicado

el

Análisis del magistrado Luis Enrique Villanueva //

El fenómeno ampliamente estudiado y documentado de la concentración poblacional en zonas metropolitanas ha provocado en todo el mundo la búsqueda de alternativas para equilibrar la distribución conveniente de sus habitantes, en ese sentido, nuestra entidad diseñó en 1998 un esquema de Regionalización Administrativa que fue modificado en el año 2014 en una acertada estrategia para fomentar la promoción del desarrollo de polos regionales y al mismo tiempo provocar que su progreso inhiba la migración de la ciudadanía a los municipios circundantes a la capital.

Así, tenemos la región Norte que concentra diez municipios encabezados por Colotlán; la región Altos Norte agrupando 8 municipios en torno a Lagos de Moreno; la región Altos Sur que abarca 12 alrededor de Tepatitlán de Morelos; la Ciénega con 10 municipios con cabecera en Ocotlán; la región Sureste también con 10 municipios colindantes a Chapala; la región Sur con doce municipios y cabeza en Zapotlán el Grande; región Sierra de Amula con 14 municipios y sede en Autlán de Navarro; la región Costa Sur localizada alrededor de Cihuatlán y compuesta por 6 municipios; la región Costa Sierra Occidental con sede en Puerto Vallarta agrupada por 8 municipalidades; la región Valles con 12 municipios en torno a Ameca; la región Lagunas encabezada por Sayula y conformada por 12 municipios; y por último la región Centro ubicada en la zona metropolitana de Guadalajara e integrada por 12 municipios.

El crecimiento y distribución de la población jalisciense así como las mecánicas socioeconómicas, productivas y las costumbres y características propias de cada una de las 12 regiones que integran nuestra entidad, hacen necesaria la descentralización estratégica de los servicios del estado para acercarlos a sus zonas de interacción.

Acercar a las regiones todas las herramientas como educación, salud, infraestructura y servicios que usualmente se encuentran centralizados, favorece indudablemente el arraigo de las familias, permite un mejor aprovechamiento de sus recursos naturales y motiva el ejercicio del gasto económico en su propio beneficio.

Una relación armónica de los poderes del Estado así como con las instituciones sociales y los distintos niveles de gobierno, propicia las mejores condiciones para el desarrollo y progreso de las regiones en beneficio de toda la entidad, porque al final de cuentas, una adecuada distribución de condiciones y oportunidades de crecimiento favorece directa o indirectamente a todos los jaliscienses.

La administración de justicia como servicio público del estado, no puede ni debe permanecer ajena a este tipo de proyectos de regionalización porque además forma parte de su marco normativo que establece como premisas fundamentales la equidad, la congruencia y la oportunidad.

Las características y la situación de la justicia en Jalisco hacen necesaria una nueva redistritación y territorialidad de sus capacidades instaladas para que la administración de justicia sea pronta, expedita y completa, requisitos a que está obligado el Poder Judicial no sólo para satisfacer las actuales necesidades sociales sino también para prevenir su atención conforme a las proyecciones de crecimiento poblacional y demanda creciente del servicio público de justicia.

DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN JALISCIENSE

De acuerdo con los datos aportados por el Censo Poblacional de 2015, Jalisco constituye la cuarta entidad con mayor índice de población en el país con un total de 7’844,830 habitantes, distribuidos en una superficie de 78,583 kilómetros cuadrados y una densidad demográfica de 99.8 habitantes por kilómetro cuadrado, solo superado por Veracruz, la Ciudad de México y el Estado de México.

El 40% de los habitantes jaliscienses se encuentran en el Área Metropolitana de Guadalajara que comprende para esos efectos a los municipios de Zapopan, Guadalajara, Tonalá, Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga.

Cuenta con 29 municipios que tienen una población menor a 6,000 habitantes; 43 con más de 6,000 y menos de 20,000 habitantes; 40 con más de 20,000 y menos de 70,000 habitantes; once con más de 70,000 y menos de un millón de habitantes (Arandas, El Salto, Lagos de Moreno, Ocotlán, Puerto Vallarta, Tala, Tepatitlán de Morelos, Tlajomulco de Zúñiga, Tlaquepaque y Tonalá) y dos más que superan esta cifra: Zapopan con 1,332,272 y Guadalajara con 1,470,148.

Del simple análisis de la distribución poblacional del estado, se aprecia la dificultad que representa acercar los servicios públicos de justicia, a lo que se suma la escases de recursos y la imposibilidad presupuestal para instalar un Juzgado en cada uno de los 125 municipios que componen la entidad y salas regionales de segunda instancia.

LOS PRIMEROS PARTIDOS JUDICIALES

Con la vigencia de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1936, se actualizó la figura de los denominados Partidos Judiciales para organizar territorialmente la administración de la justicia en Jalisco, prevista en la Constitución del Estado y en la anterior Ley Orgánica de 1917.

Inicialmente fueron 24 Partidos Judiciales, en la actualidad totalizan 32 regionalizando la competencia de los Jueces de Primera Instancia, Especializados, los Menores y los de Paz.

Con la implementación en Jalisco de la reforma constitucional de 2008, que puso en marcha el Sistema de Justicia Penal Acusatorio y Adversarial, se creó en consecuencia una nueva forma de división territorial a partir de la figura de los Distritos Judiciales, por lo cual, entre los meses de octubre de 2014 y febrero de 2016, se llevó a cabo, gradualmente, la regionalización de los doce Distritos que reagruparon la competencia de las autoridades que integraban el sistema de justicia penal en el nuevo sistema, quedando comprendidos los 32 Partidos Judiciales en alguno de esos doce Distritos para lo que se consideró la densidad demográfica, las averiguaciones previas, los procesos penales vigentes, así como la infraestructura carretera y el acceso rápido de las cabeceras municipales de cada partido, resultando en consecuencia la actual división territorial para la puesta en marcha del sistema penal acusatorio.

Paralelamente, la división territorial de nuestra entidad para definir la competencia espacial de los juzgados distintos a los de materia penal, conservó el sistema de partidos Judiciales que, tras sucesivas reformas, existen actualmente en número de treinta y dos, provocando no solo una enorme confusión y gastos por traslado entre los usuarios y litigantes, sino una inadecuada distribución de las cargas de trabajo en los juzgados.

Distribución la actual que requiere además prepararse para otra obligada redistritación ahora con motivo de la implementación del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares y la puesta en marcha de los juzgados laborales, así como los diferentes factores migratorios, turísticos y conexiones carreteras que desde luego han cambiado sustancialmente.

En ese mismo sentido, debe tomarse en cuenta que las facultades de los jueces menores, así como los de paz no son suficientes para dirimir controversias, por lo que en las condiciones legales en que se encuentran se equiparan apenas a figuras decorativas dentro del organigrama del poder Judicial, es decir, debido a las limitadas atribuciones que tienen estos funcionarios y a las deficientes condiciones en las que trabajan, los procesos de impartición de justicia a su cargo, propician el uso de un mayor tiempo del estipulado en los códigos en perjuicio de los justiciables.

No debe pasar desapercibida que la inequitativa distribución territorial de juzgados foráneos de primera instancia y la total inexistencia de salas de apelación en el interior del Estado, generan mayor inversión de tiempo para la resolución de los asuntos judiciales, puesto que la carga laboral de unos es mayor a la de otros, propiciando cargas excesivas de trabajo a ciertos juzgados, siendo ese uno de los motivos por los cuales los jueces del fuero común en Jalisco, se encuentran por arriba de la media nacional en el conocimiento y resolución de expedientes.

Es por lo anterior que para el Modelo de Gobernanza Judicial se hace necesaria una reingeniería en los partidos judiciales que concilie su distribución con la de los Distritos Judiciales penales, que considere también la ubicación física, la extensión territorial, la población por municipio, su densidad demográfica, la importancia estratégica y la carga laboral que cada juzgado debe atender, además de la distribución por regiones elaborada y puesta en marcha por el poder Ejecutivo.

RETOS Y OPORTUNIDADES

Sin embargo, como elemento esencial de la gobernanza, se estima que debe promoverse el rediseño de la distribución de Juzgados y Tribunales propuesto, mediante foros abiertos a la participación de usuarios, barras y colegios de abogados, universidades públicas y privadas, autoridades municipales y estatales y desde luego a los propios Juzgadores, a fin de coincidir en un gran plan estratégico para la nueva distritación de los partidos judiciales del Estado de Jalisco para hacerlos más eficientes atendiendo las necesidades de los jaliscienses.

Un plan estratégico que incorpore los procesos emergentes venideros de muy diversa índole, que sea capaz de identificar, diseñar e implementar cambios profundos en la estructura judicial de la entidad, enmarcado en los procesos de globalización económica, la nueva división internacional del trabajo, la sociedad del conocimiento y la cuarta revolución tecnocientífica. Un plan con rigurosos indicadores de desempeño, que permita potenciar las ventajas y aminorar las desventajas de la nueva división territorial, administrativa y jurisdiccional, que pueda ser analizada, evaluada y replanteada en su caso, en razón de las demandas emergentes de carácter económico, político, social y cultural, generando con todo ello un círculo virtuoso en un eficiente modelo de Gobernanza Judicial.

Una consecuencia directa e inmediata de la implementación del plan tendrá que ver con la existencia de un sistema de recursos humanos, financieros y materiales suficientes, oportunos, transparentes, de alta calidad y amplia cobertura, por lo que se deberá contar con una adecuada planeación del presupuesto para aprovechar los recursos y dirigirlos a la mejora de la distritación, infraestructura mobiliaria y tecnológica y a la capacitación en beneficio de la mejora del sistema judicial en general.

Por vía de ejemplo, deberá revisarse la pertinencia de crear salas regionales unitarias, cuando menos en los distritos cuya población excede los setenta mil habitantes, entre otros criterios que en forma similar deberán normarse para la creación de nuevos Juzgados de primera instancia.

Otro asunto crucial tendrá que ver con la armonización legislativa que incluya fortalecer las figuras de los jueces perfeccionando los perfiles de elegibilidad, procedimientos de ingreso y promoción, así como las reglas de competencia para que los jueces de menores y de paz puedan dirimir un mayor número de controversias.

Deberá conformarse un Comité Interinstitucional como autoridad competente para definir las políticas y criterios de la redistritación de partidos judiciales, en el cual participen cuando menos el Presidente del Poder Judicial, un Magistrado y un Consejero electos por los respectivos plenos, además de tres representantes de los colegios y barras de abogados formalmente constituidos en el Estado, tres representantes de Instituciones de Educación Superior en la Entidad, tres representantes de organismos empresariales, tres representantes de la sociedad civil organizada y un Presidente municipal designado por cada uno de los Distritos Judiciales. El trabajo de todos será honorífico.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA

No se desconoce que existen problemas importantes que enfrentar para lograr los cambios profundos en la distribución de la estructura judicial, por un lado, el acelerado incremento de sectores de la población en condiciones de pobreza alimentaria, patrimonial y de capacidades; la crisis de inseguridad y la presencia del crimen organizado en importantes regiones que impide incluso la definición y ejecución de políticas públicas; la incapacidad institucional para combatir la corrupción y la impunidad; así como la insuficiencia de recursos humanos, materiales y financieros para asegurar una impartición de justicia expedita, imparcial y gratuita, sin embargo, como ya se ha demostrado en otras ocasiones, la participación solidaria de la sociedad organizada en los asuntos de gobierno y la coordinación entre poderes e instituciones públicas ha permitido remontar dificultades mayores, de ahí que la activa, real y efectiva incorporación de la ciudadanía en las tareas judiciales, sea columna central del modelo de Gobernanza Judicial que se propone.

Continuar Leyendo
Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NACIONALES

La presidenta Sheinbaum: ¿Acatará tratados internacionales?

Publicado

el

De primera mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín //

EL CLAROSCURO de la reforma judicial. Por un lado, los opositores a esta reforma promovida por López Obrador y consumada por Claudia Sheinbaum, tienen en el Artículo Primero de la Constitución y en la actuación de los organismos internacionales que vigilan el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos para la defensa de los derechos humanos, un argumento más de lucha.

Por el lado oficial, dueña de los tres poderes del Estado Mexicano y seguidora de la “cuarta transformación” -que ha hecho a un lado los criterios de organizaciones internacionales que exponen sus opiniones con respecto al gobierno de México-, la presidenta Sheinbaum podría promover de una vez por todas las reformas constitucionales que harían a un lado el actual ordenamiento contemplado en la Carta Magna para dejar de considerar todo tratado internacional como Ley Suprema.

No podemos olvidar que en el paquete de reformas constitucionales para establecer la “Ley Suprema” del Congreso de la Unión por encima del Poder Judicial Federal, se contemplaba una reforma para hacer a un lado del texto lo relativo a los “tratados internacionales”, pero al final del día no se contempló.

Hasta ahora, el Artículo 1 de la Constitución se contempla así:

“En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece”.

Por parte de los organismos internacionales dedicados a la defensa de los derechos humanos, hay un tema neurálgico en relación a México, luego de la reforma judicial y la expectativa de una posible violación a los derechos humanos ante la selección de los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal a través del voto popular, porque los nuevos juzgadores podrían sujetarse a las consignas políticas y no a la Ley.

Una abogada experta en el sistema interamericano de derechos humanos –Tamara Taraciuk-, dijo a “Proceso” lo siguiente:

“Si el Estado Mexicano ignora las eventuales recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, este organismo se transforma en una suerte de Fiscalía y lleva el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en San José, Costa Rica y este tribunal inicia un proceso que podría culminar en una sentencia condenatoria vinculante que el Estado Mexicano tendría la obligación de cumplir como firmante de la Convención Interamericana de Derechos Humanos”

Aparte, de forma paralela, en la Organización de las Naciones Unidas se desarrolla un proceso en el que el Estado mexicano tiene que responder. La reforma también está en la mira de la relatora especial de la ONU para la Independencia de Jueces y Abogados y de la Comisión de Venecia, un organismo de la Unión Europea que vela por el constitucionalismo y el Estado de derecho y del cual México forma parte. De parte de estas organizaciones no hay sentencias vinculantes pero sí pronunciamientos políticos.

Aparte, el artículo 133 de la Constitución establece que los tratados internacionales son parte de la Ley Suprema de la Unión, junto con la Constitución y las leyes del Congreso.

Palabras más, palabras menos, ante el inminente riesgo de violaciones a los derechos humanos por la puesta en práctica de una reforma judicial cuyos jueces electos por el voto popular atenderían las recomendaciones de quienes los colocaron para “administrar la justicia” y no a la interpretación de la Constitución en sus primeros 29 artículos relativos a las garantías individuales o derechos del hombre y la mujer, el gobierno de México podría recibir una condena internacional y verse obligado a modificar parte de su reforma al Poder Judicial de la Federación.

Eso por un lado, pero por otro, podría ser una oportunidad para que el régimen impuesto por López Obrador y perfeccionado por Claudia Sheinbaum, quite los candados constitucionales que le oprimen aún, el propósito de establecer de una vez por todas un régimen en manos de una sola persona, es decir, una autocracia en la que las libertades y derechos humanos de sus ciudadanas y ciudadanos se sujetarían a la voluntad del Estado, el mismo que sería capaz de declarar de utilidad pública, toda propiedad privada.

NO HABRÁ DIÁLOGO CON LA OPOSICIÓN

SI LA presidenta Sheinbaum hizo de manera personal una crítica pública al nuevo dirigente nacional del PAN, Jorge Romero, es porque está enviando un mensaje de que no habrá diálogo alguno con la oposición… Decir que Romero es “el jefe del cartel inmobiliario” en la ciudad de México, podría haber corrido a cargo de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez o de la presidenta de MORENA, Luisa María Alcalde, pero no fue así… Un asunto de bajo perfil fue tomado como un pretexto para decir a todos los mexicanos que esta “construcción del segundo piso de la cuarta transformación”, solo gobernará para los simpatizantes, haciendo a un lado a todo aquel o aquella que piense diferente… Adiós entonces a la aspiración de un llamado desde palacio nacional a la unidad de las y los mexicanos…

Continuar Leyendo

JALISCO

Madruguete legislativo: El pacto silencioso que define la política jalisciense

Publicado

el

Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //

El reloj marcaba las 2:33 de la madrugada cuando la 64 Legislatura del Congreso de Jalisco, bajo el tenue resplandor de la noche, decidió consumar lo que muchos en el recinto describieron como un “madruguete”. En una sesión cargada de tensión, se aprobó la integración de las 20 comisiones legislativas, un acto que, más que ser un simple trámite administrativo, reveló la maquinaria oculta que mueve los hilos del poder en el estado.

Mientras la mayoría de los legisladores dieron su voto favorable, los cinco integrantes del Partido Acción Nacional (PAN) se opusieron con firmeza. Claudia Murguía Torres, coordinadora de la bancada panista, alzó la voz contra lo que calificó como un “acuerdo vergonzoso” entre Movimiento Ciudadano (MC) y Morena. Con un tono severo, señaló la falta de transparencia y la premura innecesaria de una sesión que, según ella, podría haberse realizado con luz de día y mayor deliberación.

La crítica de Murguía resonaba más allá del recinto: “No hay urgente necesidad”, afirmó, cuestionando la prisa por votar cuando aún quedaban días para cumplir el plazo legal. Y, sin embargo, su voz parecía ahogarse en un entorno donde las alianzas veladas y los intereses partidistas ya habían definido el resultado.

El coordinador de MC, José Luis Tostado, respondió con la habilidad retórica que caracteriza a los políticos experimentados. Negó cualquier pacto exclusivo con Morena y afirmó que los acuerdos fueron alcanzados con siete de los ocho grupos parlamentarios. Pero los hechos hablan más alto que las palabras, y el reparto de las presidencias de las comisiones legislativas parece contar una historia distinta.

EL REPARTO DEL PODER

Movimiento Ciudadano, como era de esperarse, se quedó con las comisiones clave: Hacienda y Presupuestos, Seguridad y Justicia, Movilidad y Transporte, entre otras. Con estas posiciones, MC asegura su dominio sobre los recursos financieros, la agenda de seguridad y los proyectos de movilidad, consolidando así su narrativa de partido hegemónico en Jalisco.

Morena, por su parte, tomó el control de comisiones que, aunque importantes, carecen del impacto presupuestal que caracteriza a las de MC. Igualdad Sustantiva y de Género, Vigilancia y Sistema Anticorrupción, y Participación Ciudadana son comisiones que encajan con la retórica progresista del partido, pero cuyo alcance real en términos de poder legislativo es limitado.

El PAN, relegado a un papel testimonial, mantuvo las comisiones de Asistencia Social, Familia y Niñez, así como Gobernación. Estas presidencias son más un consuelo simbólico que una herramienta de influencia real. Mientras tanto, el PRI y los partidos minoritarios —Hagamos, PVEM, PT y Futuro— obtuvieron presidencias que parecen más un intento de mantenerlos en la mesa de negociación que una concesión de poder auténtico.

LA SOMBRA DE UN PACTO NO TAN SILENCIOSO

El PAN, con razón o sin ella, parece haber sido el único partido dispuesto a denunciar públicamente lo que otros solo murmuran en los pasillos: la existencia de un acuerdo entre MC y Morena. Aunque ambos partidos lo niegan, su coordinación para sacar adelante esta votación en una sesión de madrugada sugiere que hay más en juego que el cumplimiento de un plazo legal.

En este contexto, la declaración de Julio Hurtado, diputado panista, resulta especialmente elocuente: “El que hoy estemos debatiendo este tema a las 2 de la mañana habla por supuesto de lo vergonzante que es para Movimiento Ciudadano arrancar esta Legislatura entregándole el control de lo que hoy es la gran coyuntura nacional”.

EL PESO DE LOS NOMBRAMIENTOS

La sesión no solo fue polémica por la distribución de las comisiones. También se tomó protesta a Eduardo Fabián Martínez Lomelí como secretario general del Poder Legislativo. Martínez Lomelí, cercano al gobernador Enrique Alfaro, es una figura clave en la operación legislativa y su continuidad refuerza la influencia de MC dentro del Congreso.

Su permanencia no es un detalle menor; representa el control administrativo y técnico del Legislativo, un poder que muchas veces opera lejos de los reflectores, pero que es crucial para la agenda de cualquier partido en el gobierno.

LA GLOSA 2024: OBRA DE TEATRO EN PUERTA

Otro de los puntos aprobados fue la realización de la Glosa 2024 los días 20, 21 y 22 de noviembre. Este ejercicio de rendición de cuentas, en teoría, debería ser una oportunidad para que los legisladores cuestionen a los titulares de las dependencias gubernamentales sobre su gestión. Sin embargo, los antecedentes nos enseñan que estas sesiones suelen ser más un espectáculo político que un verdadero ejercicio de fiscalización.

LA COREOGRAFÍA DEL PODER

Lo ocurrido en esta primera sesión de madrugada de la 64 Legislatura no es un hecho aislado; es una muestra del entramado político que define a Jalisco. Movimiento Ciudadano, Morena y los demás partidos están inmersos en un juego donde la prioridad no es el bien común, sino la consolidación de poder. Las críticas del PAN, aunque legítimas, también deben ser vistas con escepticismo; ningún partido está libre de pecados en esta danza de intereses y no podemos olvidar que, la legislatura pasada el PAN tenía en Claudia Murguía a la diputada más naranja de los azules.

Si algo dejó claro esta sesión inaugural, es que el Congreso de Jalisco no será el espacio para el debate plural. Los acuerdos entre MC y Morena marcarán la pauta, mientras el resto de las fuerzas políticas se adaptan o perecen. En la penumbra de la madrugada, las decisiones se tomaron con una urgencia cuestionable y una opacidad indignante. Para los ciudadanos, queda la amarga certeza de que, en este juego de poder, su voz sigue siendo un eco perdido en el vacío legislativo.

En X @DEPACHECOS

 

Continuar Leyendo

NACIONALES

El costo de la transparencia

Publicado

el

Opinión, por Salvador Romero Espinoza //

La propuesta de reforma al artículo 116 de la Constitución para desaparecer a los 32 institutos de transparencia locales del país, nos costará casi 20 veces más de lo que actualmente nos cuestan dichos institutos, de acuerdo a la distribución de funciones y obligaciones que establece para las contralorías de cada una de las casi 7,000 autoridades estatales y municipales del país.

En primer lugar, hay que señalar que el presupuesto aproximado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) es de 1,000 millones de pesos anuales, mientras que el presupuesto aproximado de los 32 institutos de transparencia locales del país, ronda los 1,300 millones de pesos al año; el Instituto de Transparencia Jalisciense (ITEI), por ejemplo, tiene un presupuesto aproximado de 60 millones de pesos anuales, básicamente el mismo desde hace 12 años; es decir, la totalidad de los 33 institutos de transparencia cuestan a cada mexicana y mexicano alrededor de $17 pesos al año, menos de lo que cuesta un refresco.

De esos presupuestos, alrededor del 70% de los recursos se destina a lo que se conoce como “Capítulo 1000”, es decir, al pago de sueldos, salarios, prestaciones y honorarios de las personas que apoyan a dichos institutos de transparencia a cumplir con sus funciones, que en el INAI son alrededor de 800 personas y en el resto de los institutos de transparencia del país alrededor de 1,200 personas; el ITEI, por ejemplo, tiene una plantilla de personal de 94 personas.

Por su parte, la propuesta de reforma constitucional, denominada de “simplificación administrativa”, cuya finalidad es la destrucción de 39 organismos constitucionales autónomos (creados como contrapesos al poder público), establece también una propuesta de modificación al artículo 116 (relativo a las atribuciones de las entidades federativas), que violenta completamente el esquema federalista mexicano y el principio de soberanía de los estados que forman nuestra República, pues prohíbe a las entidades el que puedan preservar a sus institutos de transparencia, a pesar que dicho artículo fue concebido para reconocerles atribuciones a las entidades federativas, no para imponerles prohibiciones.

En dicha propuesta de reforma se establece la desaparición obligatoria de los 32 institutos de transparencia del país para que cada contraloría o equivalente de cada autoridad, realice las atribuciones que actualmente realizan dichos institutos, entre otras, conocer de las quejas, impugnaciones, recursos e inconformidades que presente la sociedad en contra de la opacidad de las instituciones públicas, así como las verificaciones a sus portales de transparencia y la capacitación a su personal y a la sociedad civil.

Este esquema conllevaría un enorme gasto presupuestal, dado que -haciendo a un lado a la Federación- actualmente existen casi 7,000 sujetos obligados (o autoridades) estatales y municipales (en Jalisco rondan los 600), por lo que una debida tutela de los derechos fundamentales a la información y a la protección de datos personales, que actualmente está encomendada a los institutos de transparencia, implicaría que en cada contraloría de cada autoridad se contrataran, al menos, 3 tres nuevas personas: una responsable de la resolución de recursos en materia de acceso a la información y de las denuncias por incumplimiento de obligaciones de transparencia; otra responsable de las verificaciones a los portales de transparencia y de la capacitación; y otra especializada en resolver controversias relacionadas con la protección de datos personales.

En otras palabras, en el discurso oficial para justificar la destrucción de los institutos de transparencia, se ha señalado que son costosos para el presupuesto y que su desaparición implicaría un ahorro para el erario público, sin embargo, con el esquema propuesto, si en verdad se quieren proteger adecuadamente estos derechos humanos, se tendrían que contratar a alrededor de 21,000 personas nuevas para tutelarlos de manera eficiente por los sujetos obligados estatales y municipales (en contraste con las alrededor de 1,200 personas que actualmente laboran en los 32 institutos locales), por lo que, en realidad, este esquema propuesto, además de todas las implicaciones negativas que tiene, también nos costaría a las y a los mexicanos, cuando menos 17 veces más de lo que actualmente nos cuestan los institutos de transparencia locales del país.

Continuar Leyendo

Tendencias

Copyright © 2020 Conciencia Pública // Este sitio web utiliza cookies para personalizar el contenido y los anuncios, para proporcionar funciones de redes sociales y para analizar nuestro tráfico. También compartimos información sobre el uso que usted hace de nuestro sitio con nuestros socios de redes sociales, publicidad y análisis, que pueden combinarla con otra información que usted les haya proporcionado o que hayan recopilado de su uso de sus servicios. Usted acepta nuestras cookies si continúa utilizando nuestro sitio web.