CULTURA
La mediocridad de los nazarenos de hoy: El arbitraje y comentaristas, el mal del futbol mexicano
Miscelánea Deportiva, por Esteban Trelles Meza //
Definitivamente el arbitraje mexicano es no solo mediocre, sino lo más preocupante, carece de profesionalismo y capacidad de juicio de manera imparcial.
Recordamos antaño grande árbitros que tenía el futbol mexicano con enorme personalidad, que hacían valer el reglamento de juego de la mejor manera, impartiendo la justicia deportiva imparcialmente.
Criticamos a nuestros hermanos del área de la CONCACAF, que sus árbitros son verdaderamente mediocres igual que los nuestros, que no tienen criterio y llevan en su libre albedrío la reglamentación de FIFA en torneos internacionales, que es increíble que tengan acreditación internacional, que el sentido común sería lo ideal en sus marcaciones, que son erróneas por falta de capacidad.
Personajes como el Mayor Mario Rubio, Antonio R. Márquez, jalisciense por cierto, Arturo Yamasaki, peruano-mexicano, Edgardo Codesal, uruguayo-mexicano, Jesús Mercado, hermano del mundialista Magdaleno Mercado, ex atlista orgullo de la antigua Experiencia Jalisco, ahora colonia de Zapopan, Mendoza Guillén, entre paréntesis, corría rápidamente y señalaba la falta en el sitio, que después copió su estilo el polémico Bonifacio Núñez, que se peleaba con los jugadores en cancha y fuera de ella era todo un caballero,
En otra generación, los Arturo Bricio, Armando Archundia, Felipe Ramos Rizo, Gilberto Alcalá, Roberto García, todos con gafete internacional que sobresalían, algunos se convirtieron en especialistas asesores de arbitraje en empresas televisoras, con pleno conocimiento de causa.
Actualmente el que se siente el mejor es César Arturo Ramos, mundialista venido a menos, con una arrogancia y prepotencia inusual que desdeña las indicaciones del VAR y pocas ocasiones acude a la pantalla en cancha a pesar de las indicaciones a través de la diadema para sus decisiones controversiales.
Afortunadamente los árbitros perciben actualmente cuarenta mil pesos por encuentro, veinticinco mil los jueces de línea y el cuarto árbitro que comúnmente recibe los reclamos de los técnicos y auxiliares con diez mil pesos, aparte los de gafete internacional que perciben mil novecientos dólares, treinta y tres mil pesos mensuales mexicanos.
Con todo respeto, personajes como Enrique Santander, que su “fama” creció al dejar de marcar un claro penal a favor de UANL contra “Chivas”, que la lógica igualaría el marcador en la final de los dirigidos por Matías Almeyda que ganaron los tapatíos 2 – 1, lo peor que la constante de Santander fue después de ese suceso sus malas actuaciones polémicas todas ellas por no decir ineficientes, que de verdad este arbitro es muy limitado por decirlo elegantemente.
Curiosamente los árbitros actuales se ocupan más en la cuestión físico-atlética que los vemos algunos con los bíceps, dorso y las abdominales marcadas dejando de lado el reglamento de juego y la falta de conciencia y criterio en jugadas controversiales.
Para nadie es un secreto la influencia del equipo América de TELEVISA que desde todos los siglos los árbitros los favorecen, que en las últimas temporadas es menos marcada esa situación e incluso se revierte a cuenta gotas, pero como se diría “sigue la mata dando”, y lo seguirá por siempre.
En el tema de los comentaristas es evidente la parcialidad de sus empresas (TUDN), con los Vaca, Peláez y compañía, que se desviven en elogios magnificando las casos a favor no solo del América sino de la localía de sus transmisiones, así como minimizan las gravedades en contra de los americanistas y el programa de Francisco Javier González “La Jugada”.
Un ejemplo marcado entre América contra UNAM la seña obscena con la mano del “cabecita” Rodríguez mofándose del guardameta contrario que es una falta de conducta antideportiva y merece expulsión, el árbitro solo amonestó, que Vaca y Peláez poco comentaron, no así la chica comentarista que sí se percató del incidente en el que Vaca minimizo la actitud levemente.
Recordamos a Cuauhtémoc Blanco en el Estadio Azteca al festejar un gol levantando la pierna como perro para orinar, en el que el árbitro ni se inmutó, que Henry Martin en el clásico contra Guadalajara (Septiembre 2023), lo imitó, que solamente lo amonestaron, ese precedente marca la falta de aplicación al reglamento por los árbitros, que los comentaristas cobijan esas actitudes al no criticar ese tipo de situaciones, que debió ser expulsión.
El capricho y ego del equipo América aparte de la rebeldía en el reglamento de juego en el caso Pablo Aguilar, paraguayo quien propinó un cabezazo a un árbitro que en automático es expulsión y castigo de un año, que por supuesto TELEVISA se reveló llámese Emilio Azcárraga, que los árbitros por primera vez en la historia se fueron a huelga y los americanistas empecinados en su prepotencia se fueron al TAS en Suiza quedando el “castigo” en solo seis encuentros para el infractor.
Para quien dude de la “honestidad”, del poderoso América que hace lo que quiere en el futbol mexicano, que es por ello que muchos lo odian por las arbitrariedades que realizan y seguirán a lo largo de su historia.
Es por ello que un arbitraje mal realizado repercute no solo en el campeonato de liga sino en la afición misma, teniendo el conocimiento de causa, que por lo menos la ciudad de Guadalajara su afición es la más conocedora y exigente.
Lo que sería una ventaja con el VAR se convierte en BAR, puesto que los árbitros designados al parecer se dedican a otras cosas menos analizar jugadas controversiales, que según convenga le señalan al árbitro contundentemente y otras ocasiones checando la cámara en cancha le dejan la decisión al nazareno.
Estos dos factores del arbitraje y VAR junto con los comentaristas deportivos tendenciosos y manipuladores hacen del futbol una enajenación que les permite influir no solo en el ánimo de la afición sino en los villamelones directivos federativos.
No olvidarnos el tema de los extranjeros con la incorporación de Julián Quiñones, colombiano al seleccionado nacional, que ahora se auto promocionan personajes como Unai Bilbao, español con tan solo cinco años en México, él argumenta la intensión de nacionalizarse mexicano por tener una esposa mexicana y una hija nacida en este país son suficientes para promocionarse para la selección mexicana como gratitud, que todo lo que tiene se debe al trato recibido y para corresponder pretende jugar por México.
El guardameta Tiago Volpi brasileño, hace lo propio demostrando “voluntad”, para ser tomado en cuenta, gracias también a los promotores comentaristas televisivos malinchistas, que también tienen en la mira al loco Nahuel Guzmán argentino, que mejor hagamos un equipo de la legión extranjera y en el papel tendríamos un equipo “poderoso”, para representarnos ante el mundo.
Jimmy Lozano es novato pero no tonto, que hábilmente acepta todas las sugerencias como director técnico nacional, que tiene que lidiar no solo con los federativos que lo eligieron, sino con los comentaristas deportivos que se creen expertos, principalmente aquellos que ni a las canicas jugaron, que como siempre son los más exigentes que descalifican todo sin dar crédito a nadie.
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