JALISCO
La no reelección de Vero Delgadillo
– De Frente al Poder, por Óscar Ábrego
Estoy en condiciones de asegurar que algunos integrantes del primer perímetro del gobernador, ya se dieron a la tarea de analizar y prever escenarios en los que Verónica Delgadillo no aparezca en la contienda electoral para buscar repetir en el cargo como presidenta municipal.
Es preciso apuntar que fue en este espacio —hace más de seis meses– que por primera vez se consignó el hecho de que en Casa Jalisco miran con recelo el comportamiento distante y en extremo protagónico (casi heroico) de la exsenadora.
Luego de aquella publicación, tomé un par de llamadas de altos burócratas naranjas en las que se me dijo que estaba equivocado; sin embargo, el tiempo comienza a darme la razón, pues mis fuentes —que ahora no son las mismas de antes— son tremendamente confiables.
Por cierto, vale decir que Pablo Lemus no ha girado ninguna instrucción específica al respecto; se trata de una iniciativa de personajes cercanísimos al poder y que, en breve, deslizarán un plan alternativo, a fin de plantear otras propuestas que son de la entera confianza del otrora alcalde tapatío.
Al margen de la tormenta que se desató como consecuencia de su primer informe, que en el fondo, Verónica prácticamente afirmó que la gestión de Lemus fue un desastre, en especial en el tema de la basura, hay otros factores que provocan la cautela del mandatario.
A continuación, presento unos cuantos:
La primer edil de Guadalajara insiste en pintar raya con el lemusismo; es tan notoria su compatibilidad con el ADN del alfarismo, que para el equipo que obedece a Pablo resulta bastante incómodo compartir agenda política y operativa con ella.
En Palacio de Gobierno se preguntan de modo constante quién toma o define las asignaturas clave en el ayuntamiento.
¿Mario Silva, Jefe de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia?, ¿Bernardo Fernández, Jefe de Gabinete? ¿Quién?
Entre los que constituyen el cerco más íntimo de Lemus Navarro, hay quien opina que el actuar público de la alcaldesa es como si continuara en campaña; esto es, como si los graves pendientes de la ciudad fueran más un recurso publicitario, que un catálogo de pendientes de la más elevada prioridad.
En lo que se refiere a la comunicación institucional, es evidente que Vero Delgadillo transita en solitario, por una ruta que no se conecta con la estrategia estatal; esto ha despertado todo tipo de suspicacias, pues algunos suponen que ciertas líneas propagandísticas –para fortalecer su posicionamiento- provienen de Monterrey o de las oficinas emecistas de la CDMX.
Su añeja y fuerte amistad con la dirigente local de Movimiento Ciudadano, Mirza Flores, la coloca bajo el microscopio de la cúpula gubernamental, ya que la notan muy alineada a Enrique Alfaro, por lo que no estaría dispuesta a redirigir su lealtad hacia el nuevo líder, que de acuerdo al manual básico de la política, debe ser Pablo Lemus.
En fin, lo cierto es que su legítima aspiración para ser de nuevo la abanderada de emecé está en un riesgo absoluto porque al gobernador no le agrada la eventual idea de entregar la estafeta a una alfarista.
Ante dicha posibilidad, ¿qué nombres se escuchan en las oficinas de gobierno y en los restaurantes a los que acuden los fans de la grilla?
Salvador Zamora, secretario general de Gobierno; Priscilla Franco, secretaria de Asistencia Social; y Gerardo Quirino Velázquez, alcalde de Tlajomulco.
Así pues, atestiguamos lo que podría ser el preludio de la no reelección de Verónica Delgadillo.
En X: @DeFrentealPoder
*Óscar Ábrego es empresario, consultor en los sectores público y privado, activista, escritor y analista político.
