JALISCO
La sucesión de Enrique Alfaro: ¿Habrá candidatos a la altura de la historia estatal de Jalisco?

Opinión, por Pedro Vargas Ávalos //
La sucesión presidencial, ha hecho que pase a segundo término la referente a las de los Estados de la República que habrán de renovar su poder ejecutivo en el venidero año de 2024. Para los jaliscienses, desde luego que nos importa más que nada, lo relativo a quien será nuestro próximo gobernador, es decir, el político que sustituirá al controvertido Enrique Alfaron Ramírez.
Hace seis años, los personajes que sonaban para relevar al priista Aristóteles Sandoval eran Enrique Alfaro, Martha Rosa Araiza, Miguel Castro, Salvador Cosío, Carlos Lomelí, Miguel Ángel Martínez y Carlos Manuel Orozco: algunos de ellos sin mayor opción para realmente llegar a titular del ejecutivo local, pero siendo muy activistas, se movían para cuando menos estar presentes en el ánimo de la ciudadanía.
Ahora, en este año de 2023, los que aspiran a tan singular cargo, ya iniciaron sus labores para que por un lado los partidos políticos, (específicamente sus dirigentes) y por otro, los ciudadanos, los tengan presente. La pregunta final que nos hacemos, es si alguno de esos anhelantes individuos, tienen los tamaños para no específicamente llegar al puesto máximo en la entidad, -muchos mediocres lo han hecho- sino que puedan calificarse como reales continuadores de las actividades de los jaliscienses y al nivel de la trayectoria histórica estatal.
Jalisco es México, dice una frase muy publicitada sobre todo turísticamente. Esa es una patente realidad, pues quien busque conocer a la nación, no podrá asegurar que la valoriza cabalmente si no visita, estudia y comprende el devenir del Estado y la enorme tarea que desplegaron sus forjadores y guías.
Nuestra región occidental mexicana, fue un mosaico étnico desde hace milenios de años. Siglos antes de nuestra era, y hasta la centuria séptima después de Cristo, floreció una cultura que tiene como prototipo los restos conocidos como “Huachimontones”, ubicados en la población de Teuchitlán, a unos kilómetros de la Perla Tapatía, entre Tala y Ahualulco de Mercado. Las pirámides circulares y los grandes juegos de pelota, además de sus cultivos en chinampas, son su distintivo. Fue, no cabe duda, una cultura madre.
Alrededor de los siglos VI y VII, irrumpieron los toltecas, quienes bautizaron al territorio como “Xalixco”, o sea, lugar de tierra arenosa. Tiempo después pasaron las tribus nahuatlacas y la presencia trascendente de los aztecas dejó huellas profundas: la mayoría de nuestros lugares y poblados tienen nombres de etimología náhuatl.
Es de hacer notar que en esos lejanos tiempos, ya la mujer tenía una presencia prominente. Sirva como ejemplo el caso de Tonalá (Tonallan), que era gobernada por una dama noble (cihuapilli) en tiempos de la conquista, así como Tamazula, donde regía una cacique (los mandamases de esos pequeños gobiernos autónomos, eran llamados “tlatoani” (el que habla).
Los principales conquistadores de nuestras comarcas jaliscienses, fueron Alonso de Avalos, Francisco Cortés de San Buenaventura y Nuño Beltrán de Guzmán: los dos primeros por mandato de su pariente Hernán Cortés; el tercero, un abogado que fue tremendo adversario del conquistador de la Nueva España (Cortés). Tal parece que esta enemistad fue el preludio del sentido de competencia que siempre ha existido entre Guadalajara y la ciudad de México.
El dominio hispano duró tres siglos en números redondos: de 1521 a 1821. Durante ese largo espacio de tiempo, el gobierno en el Reino de la Nueva Galicia (como se llamó lo que ahora es Jalisco y las entidades que lo circundan) lo ejerció un gobernador, que se desempeñaba regularmente como presidente de la Audiencia de Guadalajara, organismo que además de judicial, tenia atribuciones administrativas y era consiguientemente la máxima autoridad local. En la ciudad azteca (México) también residía una Audiencia. Precisamente, el primer presidente de esta institución, fue Nuño Beltrán, quien desde allí quitó muchos terrenos a su rival Cortés, entre ellos, los actuales pueblos de Tamazula, Tuxpan y Zapotlán, con sus jurisdicciones. Ambas instituciones tenían a menudo sus controversias.
En las postreras decenas de años de la colonia, la antigua Nueva Galicia se dividió en Intendencias, siendo dos las importantes: la de Guadalajara y la de Zacatecas. Estas fueron divisiones político administrativas que sirvieron como antecedente para crear los Estados de Jalisco y Zacatecas, respectivamente, el año de 1823. En lo que respecta a nuestra entidad, lo fue el 16 de junio de ese año, aun cuando desde meses atrás ya se hacía llamar “Estado” a la antigua Intendencia (denominada Provincia durante un breve tiempo antes de la creación de Jalisco) de Guadalajara.
A partir de ese año de 1823, se creó la gubernatura del Estado. El primer ocupante de ese cargo, (Luis Quintanar) fue con carácter provisional y muy circunstancial, en tanto se expedía la Constitución Política, lo cual sucedió el 18 de noviembre de 1824, siendo vicegobernador (porque el referido gobernante provisional en junio de ese año, fue llevado preso a la ciudad de México, por iturbidista) el talentoso tapatío Juan Nepomuceno Cumplido.
Realizadas las elecciones para gobernador, resultó electo el visionario Prisciliano Sánchez, forjador del federalismo mexicano (escribió un libro fundamental para tal objeto: El Pacto Federal de Anáhuac) y redactor principal de la primer Carta Política estatal; su cargo lo ejerció desde enero de 1825 hasta diciembre del año siguiente, en que falleció, para desgracia de la nación.
Desde entonces, a Jalisco lo enaltecieron grandes políticos, destacando además de los mencionados (Sánchez y Cumplido), el doctor Pedro Tamez, ilustrado federalista; José Ignacio Cañedo, de grandes virtudes cívicas; Antonio Escovedo, probo y progresista moderado; Gregorio Dávila, radical republicano; Joaquín Ángulo, conciliador y muy hábil.
Con la Reforma (1857-60) luego del fracasado imperio, brillaron Ignacio Herrera y Cairo, médico y maestro; Santos Degollado, el impar luchador juarista; Pedro Ogazón, general y abogado ministro de la Corte; Ignacio Luis Vallarta, el consolidador del juicio de amparo; el héroe contra la intervención francesa, Ramón Corona, y el científico Mariano Bárcenas (oficialmente era De la Bárcena). El surgimiento del porfiriato eclipsó el liderazgo nacional de Jalisco.
Al llegar la Revolución Mexicana, la entidad volvió a ocupar su rango estelar, siendo prototipo de tal calificativo, Don Manuel M.(Macario) Diéguez Lara, líder de la huelga de Cananea y gobernador constitucionalista de Jalisco, a partir de 1914, y luego electo ejecutivo constitucional: con tal carácter publicó la Constitución Política del Estado, de 8 de julio de 1918, ordenamiento que aún rige, con las reformas que a través del tiempo se le han hecho.
Tras ese ilustre mexicano que fue Diéguez, podemos apuntar a distinguidos políticos como gobernadores de la entidad: J. Guadalupe Zuno, federalista y creador de instituciones, entre ellas la Universidad de Guadalajara y su lema “Piensa y Trabaja”. Sebastián Allende, revolucionario, abogado, constituyente de Querétaro y general. Silvano Barba González, alteño que ocupó los mas diversos cargos del Estado y la Nación, desde rector de la UdeG., hasta Secretario de Gobernación, presidente nacional del PRM (antecedente del PRI) y gobernador de la ciudad de México.
Otros distinguidos jaliscienses que han desempeñado el elevado puesto de primer magistrado de la entidad, fueron Jesús González Gallo, quien impulsó notablemente a Jalisco y embelleció a Guadalajara, siendo honrado por su pueblo natal de Yahualica, el cual se denomina “de González Gallo”. No podemos pasar por alto, al escritor non del Jalisco tradicional, Agustín Yáñez Delgadillo; al dinámico Juan Gil Preciado, y al inmenso humanista Francisco Medina Ascencio, y cerramos con broche áureo, con Flavio Romero de Velasco, el hombre que impuso el orden en la entidad y dio impulso trascendente a la obra pública.
Visto lo anterior, nos preguntamos: ¿habrá entre los suspirantes actuales, alguno (a) o algunos, que tengan las cualidades y rasgos indispensables para dirigir los destinos de Jalisco? Esa interrogante, nos proponemos comentar en ulterior ocasión, cuando estén mas definidos los aspirantes a gobernar nuestro Estado.
JALISCO
Bárbara se degrada a tormenta tropical, pero seguirá provocando lluvias en la costa del Pacífico

Por Redacción Conciencia Pública con información del SMN y NHC //
La tormenta Bárbara, que inicialmente se había convertido en el primer huracán de la temporada en el Pacífico mexicano, se degradó a tormenta tropical la noche del lunes, según reportó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
La noche de ayer el fenómeno se localizaba a 370 kilómetros al oeste de Manzanillo, con vientos sostenidos de 110 km/h, y se espera que se debilite aún más en los próximos días hasta convertirse en un remanente bajo para el miércoles.
La mañana del lunes, Bárbara había alcanzado la categoría 1 en la escala de huracanes, con vientos cercanos a los 120 km/h. El NHC también informó que la tormenta tropical Cosme avanza a unos 1.000 kilómetros de la península de Baja California con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y con probabilidades de convertirse en huracán este lunes.
Se espera que ambos meteoros se mantengan lejos de la costa de México en su trayectoria por el Pacífico para empezar a perder fuerza a partir del martes.
El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que las bandas nubosas de Bárbara están provocando lluvias intensas en las costas de Jalisco, Colima y Michoacán. Esta situación es parte del patrón anual de ciclones que afectan al país entre mayo y noviembre, tanto en el litoral del Pacífico como en el Atlántico, debido a su ubicación geográfica.
En años recientes, México ha sido severamente impactado por huracanes. En octubre de 2023, Otis devastó el puerto de Acapulco como huracán categoría 5, dejando decenas de muertos y desaparecidos.
En septiembre de 2024, el huracán John golpeó dos veces la costa sur del Pacífico, con un saldo de al menos 15 fallecidos. Según expertos, el calentamiento global ha contribuido a que estas tormentas sean cada vez más impredecibles y violentas.
JALISCO
Los retos de Verónica Delgadillo y el futuro de Guadalajara

Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac //
El pasado viernes, en un encuentro sin precedentes con directivos de medios y líderes de opinión, la alcaldesa de Guadalajara, Verónica Delgadillo, ofreció un vistazo crudo a los desafíos que enfrenta su administración, particularmente la crisis hídrica y la precariedad financiera municipal.
Este tercer diálogo abierto en ocho meses de gestión—un ejercicio de transparencia ausente en otros alcaldes tapatíos—permitió abordar temas clave con franqueza. En mi intervención le recordé su compromiso de campaña, destacado en el primer debate de Quiero TV en mayo del 2024, de renovar el 20% de los 2,500 kilómetros de tuberías de Guadalajara de manera gradual, minimizando afectaciones, ante la grave escasez de agua en la Zona Metropolitana. Su respuesta, aunque esperanzadora, revela las limitaciones estructurales que obstaculizan su cumplimiento.
Delgadillo reconoció la urgencia de reemplazar redes de agua de 80 a 100 años, algunas con asbesto y otras reducidas a canaletas obsoletas, un desafío que exige 76,000 millones de pesos para una renovación integral o 13,000 millones para un mantenimiento básico.
Con un presupuesto de 12,500 millones, la alcaldesa recurrió a la metáfora de Oye Bartola de Chava Flores—“ahí te dejo esos dos pesos para la renta, el teléfono y la luz”—para ilustrar cómo los recursos apenas cubren servicios básicos, salarios de 12,000 empleados y emergencias, dejando poco para infraestructura crítica. “No hay lana para todo”, admitió, apostando por una colaboración multidecenal con el Gobierno del Estado, que prometió 8,000 millones, y citando los 12,500 millones invertidos por la administración anterior, cuya efectividad se cuestiona al no percibir resultados visibles.
Esta dependencia externa pone en duda la viabilidad de su plan. La promesa de renovación hídrica, aunque ambiciosa, choca con la realidad fiscal heredada y la falta de autonomía municipal. Delgadillo denunció una injusticia redistributiva: Guadalajara atiende a tres millones de personas—1.385 millones registrados y una población flotante—con solo 48,000 hogares pagando impuestos, logrando un 95% de recaudación, superior a Zapopan (78%) y Tlaquepaque (45%).
Sin embargo, la eliminación del Ramo 33 y Fortaseg por el gobierno federal de López Obrador ha agravado la situación, forzándola a buscar apoyo vía la Asociación de Ciudades Capitales. Su llamado a “lana extra” para recibir visitantes nacionales e internacionales (Como los que generará el Mundial de Futbol) resalta la necesidad de un cambio sistémico, pero su estrategia depende excesivamente de voluntades externas.
El símil de Bartola no es solo humor; es una crítica implícita a un modelo donde Guadalajara, motor económico de occidente, queda desprotegida. La alcaldesa puede impulsar alianzas público-privadas con incentivos fiscales y cabildeo con el Estado y la Federación, pero sin una reforma fiscal local que amplíe la base tributaria o modernice el catastro, estas medidas podrían quedar en promesas. La inversión previa en redes hidráulicas de 12,500 millones de pesos, parece haber “pasado de noche”, sugiriendo ineficiencias o mala planeación que Delgadillo debe aclarar.
Su enfoque en transparencia ofrece esperanza. Anunció un plan anticorrupción para meses próximos, con digitalización de licencias, controles y la destitución de un funcionario por irregularidades, además de multas de 2,200 pesos desde agosto para la basura, con opción a servicio comunitario. “No es recaudatorio, queremos una ciudad limpia”, enfatizó, alineando sanciones con educación cívica.
Sin embargo, estas iniciativas, aunque valiosas, palidecen ante la magnitud del reto financiero. Sin recursos frescos, el riesgo es que proyectos como la red hídrica sigan “durmiendo el sueño de los justos”.
Comparativamente, la gestión de Delgadillo enfrenta un dilema clásico: gobernar requiere más que promesas de campaña. Mientras candidatos como ella pintan escenarios optimistas, la realidad administrativa revela un rompecabezas de prioridades y limitaciones. La canción de Bartola refleja esta tensión: con “dos pesos” simbólicos, ¿cómo equilibrar nómina, servicios y obra pública?
Su apuesta por el Estado y la Federación es lógica, pero insuficiente sin presión sostenida. La Asociación de Ciudades Capitales podría ser un aliado clave, exigiendo un esquema redistributivo justo, mientras la atracción de inversión privada—por ejemplo, para redes hidráulicas—podría aliviar la carga, aunque requiere incentivos claros.
El diagnóstico de Delgadillo es acertado: Guadalajara merece más recursos por su rol nodal. Sin embargo, su justificación depende demasiado de apoyos externos, dejando en segundo plano la necesidad de autonomía fiscal. Una modernización tributaria, combinada con auditorías rigurosas y proyectos autofinanciables como el “webping Guadalajara” para recargos, podría empoderar al municipio. De lo contrario, la ciudad quedará atrapada en un ciclo de insuficiencia, donde la visión de Delgadillo—honesta pero limitada—se diluirá ante la falta de “lana”. Este análisis invita a reflexionar: ¿es suficiente culpar al sistema, o debe la alcaldesa liderar una transformación interna para desbloquear el potencial de Guadalajara?
En conclusión, la alcaldesa enfrenta un desafío monumental que trasciende su gestión. Su compromiso con la transparencia y la colaboración estatal es un paso adelante, pero la solución exige un replanteamiento nacional. Sin autonomía financiera y recursos adecuados, los rezagos hídricos y urbanos persistirán, y la metáfora de Bartola seguirá resonando como un eco de promesas incumplidas. La pelota está en su cancha y en la de los gobiernos superiores: o se actúa con estrategia, o Guadalajara seguirá siendo un gigante económico con pies de barro.
ENTREVISTAS
Juan Pablo Colín: El PAN en Jalisco no hará alianzas con el gobierno de Pablo Lemus

Por Gabriel Ibarra Bourjac //
Para los próximos tres años, la visión de Juan Pablo Colín es transformar y convertir al Partido Acción Nacional en Jalisco en una opción rentable para el 2027, capaz de competir frente a un escenario dominado por Movimiento Ciudadano y Morena en un contexto político marcado por la polarización y los retos estructurales.
Algo tiene claro el nuevo presidente estatal del PAN: “No seremos aliados del gobierno, como lo fueron otros en el pasado. Nuestra responsabilidad es con los ciudadanos que nos votaron y con la historia del PAN en Jalisco, siendo una oposición dura, responsable y con propuestas”.
Con siete meses al frente, Colín ha enfocado su gestión en reconectar con la militancia y fortalecer la vinculación con la ciudadanía, apostando por un PAN que recupere su esencia como defensor de valores tradicionales y opción viable para el futuro político del estado. Su visión, centrada en la congruencia y la oposición responsable, busca posicionar al PAN como un contrapeso sólido frente a las dinámicas de poder actuales.
Desde su llegada al liderazgo en febrero de 2024, primero como interino y luego como presidente electo en noviembre, Colín ha trabajado en la reconstrucción interna del PAN, un partido que encontró con desafíos estructurales y de percepción ciudadana.
A pesar de estos obstáculos, destaca el ánimo renovado de la militancia, reflejado en los resultados electorales de 2024, donde el PAN recuperó distritos clave como el 8, el 10 y el 15 a nivel federal. Este impulso, según Colín, responde a una estrategia que combina la reestructuración de las bases, la modernización del partido y un discurso coherente que resuena con las demandas de los jaliscienses.
Para los próximos tres años, la visión de Colín es clara: transformar al PAN en una opción «rentable» para 2027, capaz de competir frente a un escenario dominado por Movimiento Ciudadano y Morena. Con un enfoque en la unidad interna, el fortalecimiento de estructuras y la defensa de valores como la familia, la vida y la seguridad, el PAN busca diferenciarse como una oposición firme pero propositiva.
En esta entrevista con Conciencia Pública, Colín detalla los ejes de su plan, los problemas que enfrenta Jalisco y su compromiso por recuperar la confianza de los ciudadanos, especialmente de los jóvenes, en un partido con 85 años de historia que se renueva para enfrentar los retos del presente.
HACIA LA RECONSTRUCCIÓN DEL PAN
Pregunta. ¿Cuántos meses llevas como presidente del PAN en Jalisco?
Respuesta. Desde febrero de 2024, primero como interino, y electo en noviembre. Son siete meses de trabajo intenso, reencontrándonos con la militancia tras un proceso electoral complejo en la Alianza y con candidaturas federales. Hemos procurado una reconstrucción cercana con los militantes, logrando buena sintonía, sin descuidar la vinculación con la ciudadanía, la sociedad civil organizada, el empresariado y otras organizaciones que han enriquecido nuestro trabajo.
Pregunta. ¿Cuál es tu visión como dirigente para el PAN en los próximos tres años?
Respuesta. La visión es clara: un PAN con enfoque ciudadano, despojado de las «cobijas» que lo han limitado, para ser una opción rentable para Jalisco y el país en 2027. Esto implica fortalecer la cercanía con la militancia, renovar estructuras, consolidar un discurso congruente y defender valores como la vida, la familia, la seguridad y una economía sólida. Queremos que los jaliscienses vean al PAN como el partido que cumple lo que promete, con una oposición responsable y propositiva.
Pregunta. ¿Cómo encontraste al PAN al asumir la presidencia?
Respuesta. Con dificultades estructurales y de percepción. Hay una generación que no conoce al PAN ni como oposición ni como gobierno, pero encontré un partido con mucho ánimo para la elección de 2024. Esto se reflejó en la recuperación de distritos clave como el 8, el 10 y el 15, y en la competitividad en otros como el 2. El PAN demostró ser la única oposición real frente a la 4T, lo que nos dio un impulso anímico y numérico.
FIN DE LAS ALIANZAS CON EL GOBIERNO DE MC
Pregunta. ¿Es el PAN oposición en Jalisco hoy?
Respuesta. Sí, y lo seguirá siendo. Antes, las alianzas con el gobierno y en el legislativo diluyeron esa postura, pero ahora, con Movimiento Ciudadano y Morena tejiendo acuerdos que benefician al Ejecutivo, el PAN se consolida como oposición. No seremos aliados del gobierno, como lo fueron otros en el pasado. Nuestra responsabilidad es con los ciudadanos que nos votaron y con la historia del PAN en Jalisco, siendo una oposición dura, responsable y con propuestas.
Pregunta. ¿Habrá alianzas legislativas en esta legislatura?
Respuesta. No las hay ni las habrá. Movimiento Ciudadano y Morena mantienen una dinámica de acuerdos en el Congreso que no compartimos. El PAN trabajará por Jalisco, pero siempre respetando nuestros valores y la dignidad de los jaliscienses. No hay espacio para alianzas legislativas ni electorales con un gobierno que se alía con Morena.
SER UNA OPOSICIÓN RESPONSABLE
Pregunta. ¿Cuáles son los principales ejes de tu plan para fortalecer el PAN de cara a 2024-2027?
Respuesta. Primero, renovar las estructuras con perfiles nuevos. Segundo, fortalecer la vinculación con la sociedad civil organizada. Tercero, ser una oposición responsable con propuestas. Estas tres líneas nos permiten llevar a las calles un PAN que se reconoce como buen opositor y como un partido humanista que sabe gobernar en beneficio de los ciudadanos. Queremos ser la única oposición real frente a la 4T, con una estrategia clara de reconexión ciudadana.
Pregunta. Hablas de un PAN renovado sin renunciar a sus valores humanistas. ¿Qué cambios propones para modernizarlo?
Respuesta. Además de adoptar herramientas tecnológicas, debemos entender que Jalisco ha cambiado social, cultural y tecnológicamente. No es el mismo estado que gobernamos antes. Hay una descomposición social y una normalización del crimen organizado que no podemos permitir. El PAN debe ser un bastión contra el autoritarismo de la 4T y un ejemplo de buen gobierno, defendiendo a las familias y combatiendo el estigma de la inseguridad.
REMARCA EL FIN DE LA ALIANZA CON MC
Pregunta. ¿No habrá alianza con el gobierno de Pablo Lemus?
Respuesta. No, debido a su cercanía con Morena, evidente en el Congreso. Las alianzas electorales y legislativas con Movimiento Ciudadano se acabaron. El PAN tiene un compromiso con los ciudadanos, no con el poder. Queremos ser una opción rentable para 2027, siendo congruentes y sin ceder ante el gobierno.
Pregunta. ¿Cuáles son los principales problemas de Jalisco y cómo los enfrenta el gobierno de Pablo Lemus?
Respuesta. Los problemas principales son la inseguridad, que genera un estigma y ahuyenta inversión, y la descomposición social. Económicamente, Jalisco no tiene el auge de antes por la falta de estado de derecho. Movimiento Ciudadano carece de identidad, adoptando posturas según la moda, sin una agenda sólida. Otros problemas son el transporte público, con más de mil camiones faltantes, y el abastecimiento de agua, con un SIAPA ineficiente y propuestas de aumentos de tarifas del 12% que castigan a los ciudadanos.
Pregunta. ¿Qué hacer con el SIAPA?
Respuesta. Reestructurarlo económicamente, auditarlo para identificar fugas financieras y de agua, y transparentar su gestión. El SIAPA no puede seguir siendo un bastión político. La deuda de más de 15 mil millones de pesos y la falta de calidad en el agua son problemas graves. El gobierno debe asumir su ineficiencia y no trasladar el costo a los ciudadanos.
DIÁLOGO CON EX GOBERNADORES
Pregunta. ¿Cómo está la unidad dentro del PAN, considerando el divisionismo del pasado?
Respuesta. Hoy tengo diálogo con los exgobernadores Alberto Cárdenas, Francisco Ramírez Acuña y Emilio González. La campaña de Ramírez Acuña al Senado fue un éxito. La unidad es fundamental para sobrevivir como opción ciudadana. Esta dirigencia ha reactivado a los panistas, poniendo al partido al servicio de los ciudadanos y en contra de un gobierno con el que no coincidimos. No segregamos a nadie; buscamos a todo el panismo para trabajar juntos.
Pregunta. ¿Qué estrategias impulsan para recuperar la confianza de los jóvenes?
Respuesta. Involucrar a los jóvenes en la acción política, llevándolos a las calles a escuchar a los ciudadanos, y renovar estructuras con perfiles jóvenes de 22 y 23 años. El PAN debe ser un partido moderno, sin estigmas, que promueva libertades y sea atractivo para las juventudes. Los jóvenes y las mujeres son clave para recuperar la esfera de gobierno.
Pregunta. Representas una nueva generación política. ¿Cuántos como tú han llegado al PAN?
Respuesta. Empecé en el PAN a los 21 años; hoy, a los 43, represento una generación que aprendió de ser gobierno y oposición. No disfrutamos las bondades del poder, pero enfrentamos gobiernos que buscan aplastarnos. Esta generación tiene la capacidad de llegar al gobierno con aprendizaje y responsabilidad histórica. Estamos captando a nuevas generaciones, yendo a universidades y espacios públicos, hablando su idioma y promoviendo una política humanista.
Pregunta. ¿Cómo se verá el PAN en año y medio, de cara al proceso electoral intermedio?
Respuesta. Sólido, con una estructura fuerte y candidaturas sólidas. Estamos trabajando desde ahora en acuerdos políticos y buscando líderes sociales congruentes con las necesidades de Jalisco. Seremos una oposición potente que se opone a decisiones contrarias a los ciudadanos y propone soluciones humanistas, consolidándonos como la opción real para 2027 y 2030.

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