JALISCO
La traición de los principios: La metamorfosis de Pedro Kumamoto
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Pedro Kumamoto irrumpió en la escena política mexicana como un viento fresco, un joven idealista con una visión clara de transparencia y participación ciudadana. En 2015, se convirtió en el primer candidato independiente en ganar un escaño en el Congreso de Jalisco, una hazaña que lo catapultó al estrellato político.
Su campaña se centró en la honestidad, la rendición de cuentas y la inclusión, valores que resonaron con una ciudadanía hastiada de la corrupción y el clientelismo que habían plagado la política mexicana durante décadas.
EL NACIMIENTO DE FUTURO
En 2020, Kumamoto dio el siguiente paso lógico en su carrera política fundando el partido Futuro. Con esta nueva plataforma, buscaba institucionalizar sus principios y expandir su influencia. Futuro se presentaba como un partido diferente, comprometido con la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana. Era una promesa de renovación, una luz de esperanza en un paisaje político oscurecido por la desconfianza y la desilusión.
Para la elección de 2021, Pedro Kumamoto compitió para la Presidencia Municipal de Zapopan logrando el 15.143 por ciento, su trabajo como regidor de oposición fue intrascendente. El joven que tanto criticó a los viejos políticos vividores del sistema… Se convirtió en uno de ellos.
LA ALIANZA CON MORENA: UN GIRO INESPERADO
Sin embargo, la trayectoria de Kumamoto y su partido Futuro tomó un giro inesperado durante las elecciones de 2023-2024. En una decisión que sorprendió a muchos de sus seguidores, Futuro se unió a la «mega alianza» con Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Esta alianza fue vista por muchos como una traición a los principios fundacionales de Futuro.
Bajo el cobijo de la “mega alianza”, lleno de soberbia Pedro Kumamoto se soñó presidente municipal… Los resultados electorales le mostrarían su realidad.
Morena, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, había consolidado su poder a nivel nacional, pero también había sido objeto de críticas por prácticas autoritarias y un manejo cuestionable de la transparencia y la rendición de cuentas. La alianza con Morena fue percibida por muchos como un movimiento pragmático, pero contradictorio, que iba en contra de los valores que Kumamoto había defendido tan vehementemente cuando se decía independiente.
LA REACCIÓN DE LA CIUDADANÍA
La reacción no se hizo esperar. Muchos de los seguidores de Kumamoto se sintieron traicionados. La alianza fue interpretada como una concesión a la política tradicional que Kumamoto había prometido combatir. Este sentimiento de traición se reflejó en las urnas. Futuro solo consiguió el 2.1 por ciento de los votos, muy por debajo del umbral del 3 por ciento necesario para mantener su registro como partido. La decisión de unirse a Morena no solo no logró el objetivo de asegurar la supervivencia de Futuro, sino que también alienó a una parte significativa de su base de apoyo, ya de por si disminuida, primero por la decisión de organizar un partido político como los que tanto criticó; segundo por los escándalos de abuso sexual al interior de Futuro que Pedro Kumamoto no supo enfrentar y, tercero porque siempre fueron sus incondicionales los que recibían las mejores candidaturas.
EL IMPACTO EN LOS PRINCIPIOS DE KUMAMOTO
La alianza con Morena representó un cambio radical en los principios de Kumamoto. Su discurso inicial de independencia y lucha contra la corrupción se vio socavado por su asociación con un partido que, aunque popular, no estaba alineado con los ideales de transparencia y rendición de cuentas que Pedro Kumamoto había defendido. Este giro estratégico reveló una faceta pragmática de Kumamoto, dispuesta a sacrificar principios por la supervivencia política.
Hoy incluso, se puede ver a Pedro Kumamoto amenizando reuniones de la excandidata morenista a la gubernatura de Jalisco, Claudia Delgadillo, con la esperanza de ser tomado en cuenta por la administración federal y se le dé una delegación de lo que sea… mientras se le dé.
La pérdida del registro de Futuro no es solo un fracaso electoral, sino un reflejo de las consecuencias de abandonar principios fundamentales por estrategias a corto plazo. Pedro Kumamoto, una vez visto como un faro de esperanza y cambio, ahora enfrenta la realidad de una base de seguidores desilusionados y una reputación manchada por decisiones cuestionables.
La historia de Pedro Kumamoto y Futuro es una advertencia sobre los peligros de la política pragmática que sacrifica principios en nombre de la supervivencia. Es un recordatorio de que los ideales no deben ser negociables, y que la confianza de la ciudadanía es un recurso invaluable que, una vez perdido, es difícil de recuperar.
Kumamoto y Futuro se enfrentan ahora a un futuro incierto. La política mexicana necesita voces frescas y comprometidas, pero también requiere de una integridad inquebrantable. La lección para Kumamoto y otros políticos emergentes es clara: los principios no deben ser sacrificados en el altar de la conveniencia política.
Esta crónica no solo cuenta la historia de un político que perdió su camino, sino también la de una ciudadanía que, una vez más, se encuentra desilusionada y traicionada por aquellos que prometieron un futuro mejor. Porque al final del día, la política no debería ser solo sobre ganar o perder, sino sobre construir un futuro mejor para todos.
En X @DEPACHECOS
