MUNDO
La única economía que creció en 2020: 2021, el año de China

Economía Global, por Alberto Gómez R. //
Inició 2021, un año que el mundo espera recuperar algo de lo perdido en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, en el que el crecimiento económico global cayó dramáticamente a niveles sin precedentes. 2021 será un año de grandes cambios en la economía mundial, que tendrán que ser implementados por países e individuos para estar en la misma frecuencia de estos cambios, para detectar y aprovechar las grandes oportunidades que se presentarán en el nuevo gran escenario con el principal protagonista a la cabeza: China.
La gran potencia asiática (China), es la única que tuvo crecimiento en 2020 en medio de la pandemia, mientras que su gran rival, los Estados Unidos, tuvo un decrecimiento real de cuando menos 8-10 puntos porcentuales del PIB. Las cifras oficiales de crecimiento de la nación estadounidense muestran una recuperación casi milagrosa en el tercero y cuarto trimestre, lo que podría suponer su rápida recuperación luego de la estrepitosa caída de su economía.
Hay varios factores que obligan a analizar con detenimiento las cifras alegres de aquel país, siendo aún la economía más grande del mundo: la sólo inercia de su enorme maquinaria es suficiente para mantenerse a flote durante un par de años; con la globalización, creada y exportada e impuesta al mundo desde EE.UU., logró afianzar fuertes lazos comerciales con una gran cantidad de naciones, llegando incluso al sometimiento de estas mediante sus prácticas imperialistas basadas en su gran poderío militar, por lo que la subyugación y codependencia de las economías globalizadas, le ha servido de paracaídas; sin embargo, el principal factor directo que ha permitido tal optimismo de la economía estadounidense, está siendo su política de flexibilización cuantitativa, mediante la cual su banco central (Fed) ha impreso billones de dólares en sólo unos meses, inyectando estas ingentes cantidades de dinero en su economía, a través de estímulos que han ido a los bolsillos de su población, pero principalmente a las acciones de bolsa de las empresas emblemáticas del poderío económico de Estados Unidos. Un alto costo que más temprano que tarde se tendrá que pagar, ya que esos billones han sido creados de la nada. La implementación de la flexibilización cuantitativa tiene consecuencias a mediano y largo plazo, como pueden ser altos niveles de inflación.
Así, mientras Estados Unidos continÚa una indiscriminada emisión de dólares sin valor, provocando con ello la acelerada devaluación de su moneda, China se erige como el gran triunfador de la guerra contra el coronavirus, con una proyección de crecimiento para 2021 de un 8 a 8.5 por ciento de su PIB, según informes del Fondo Monetario Internacional (FMI). La fortaleza en el crecimiento sostenido desde hace años de la nación asiática, permitió que The Great Lockdown hiciera mella sólo como una contracción de la que ya se han recuperado totalmente y de la que han salido fortalecidos, entre otras cosas, por la masiva producción y exportación de enseres para la salud durante prácticamente todo 2020, además de las recientes vacunas producidas en laboratorios chinos que han comenzado a llegar a varios países.
Además de lo anterior, hay 4 claves que esclarecen el sorprendente crecimiento económico chino durante la pandemia:
1. Inyecciones de efectivo. A inicios del 2020 el gobierno chino intensificó el apoyo al crecimiento y al empleo, luego de la implementación de las restricciones para contener la pandemia; 2. Comercio exterior. Aun cuando se detuvieron durante algunas semanas las exportaciones chinas, el mundo no puede funcionar sin los bienes que la nación asiática produce; 3. Sector Servicios. El sector terciario vio un crecimiento de 4.3%, según los datos oficiales, apoyados principalmente por las compañías de software e información, telecomunicaciones, transporte, así como los servicios financieros (estos últimos con un alza de 7%). (bbc.com); 4. Industria Turística. Al haberse restringido la entrada y salida de China, millones de sus ciudadanos han viajado y gastado en su propio territorio, lo que ha significado un gran impulso para su recuperación. Según datos de su Ministerio de Cultura y Turismo, hubo un movimiento de 637 millones de viajeros en China durante las vacaciones de ocho días en su “Semana Dorada” –un feriado anual en octubre- que generaron ingresos por un equivalente a $69,600 millones de dólares estadounidenses. (xinhuanet.com)
Antes de la pandemia del coronavirus, las predicciones eran que la economía de China superaría a la estadounidense para 2033; ahora en el escenario post-covid19, esta se recortó cinco años, lo que significa que para 2028 China superará el poderío económico de los Estados Unidos, emergiendo como la primera potencia económica mundial –y probablemente militar.
China continuará siendo el centro de las noticias en muchos aspectos, incluidos el económico y financiero, ya que su apuesta al futuro tecnológico, y sus importantes alianzas comerciales, aceleran cada día su paso para convertirse en lo que Estados Unidos fue durante los últimos 60 años.
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MUNDO
La Reserva Federal de Estados Unidos baja la tasa de interés: impacto directo en México

– Por Redacción Conciencia Pública
La Reserva Federal de Estados Unidos (la Fed) decidió este martes bajar su tasa de interés en un cuarto de punto, dejándola en 4.00 a 4.25%. En palabras simples: el dinero en Estados Unidos será más barato para bancos, empresas y consumidores. Y cuando eso pasa en la mayor economía del mundo, el efecto se siente en todo el planeta.
¿Por qué lo hicieron? Porque la economía estadounidense se está enfriando: se generan menos empleos y el consumo pierde fuerza. Con tasas más bajas, la Fed quiere darle un empujón al crecimiento, hacer que pedir prestado sea más barato y que la gente gaste e invierta más.
¿Y a México cómo le pega? Directo. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, así que si su economía respira, la mexicana también. Una recuperación allá significa más compras de autos, electrónicos y alimentos de México, lo que da oxígeno a nuestras exportaciones.
En el terreno financiero también hay movimiento. Cuando las tasas bajan en Estados Unidos, muchos inversionistas voltean a ver a países como México para buscar mejores rendimientos. Eso puede traer más dólares al país y fortalecer al peso, aunque un peso demasiado fuerte también complica a los exportadores.
Otro punto clave: la deuda en dólares. Tanto el gobierno como varias empresas mexicanas tienen compromisos en esa moneda. Si las tasas en Estados Unidos bajan, el costo de pagar esa deuda también se reduce, lo que significa un respiro en sus finanzas.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas. Si llegan capitales especulativos en exceso, el tipo de cambio puede volverse inestable. Y si el dólar se debilita demasiado, algunos insumos importados podrían encarecerse, lo que se traduciría en presión inflacionaria aquí en México.
En resumen: la decisión de la Fed es una buena noticia para México solo en el corto plazo. Habrá más aire para exportaciones, para las finanzas y para el peso. Pero el Banco de México (Banxico) tendrá que jugar con cuidado sus cartas para que este respiro no se convierta después en un dolor de cabeza.
MUNDO
Rechaza ser deportado Hernán Bermúdez Requena de Paraguay

– Por Francisco Junco
Hernán Bermúdez Requena, el ex secretario de Seguridad Pública, nombrado por el entonces Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, ahora senador de la República, rechazó ser extraditado a México.
Durante la audiencia inicial, donde un juez dictó prisión preventiva, se le ofreció la extradición voluntaria, pero Bermúdez Requena, presunto líder del cartel de “La Barredora”, no aceptó.
Ahora se iniciará un proceso ordinario, que podría tardar hasta 60 días, en tanto, Bermúdez Requena, continuará bajo la custodia de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay.
En tanto, en México se informó que la Fiscalía General de la República ya presentó la solicitud de extradición contra Hernán Bermúdez Requena al gobierno guaraní.
“El Abuelo” o “El Comandante H”, como se le conoce al exfuncionario del gobierno del morenista Adán Augusto López en Tabasco, e identificado como el presunto líder del Cártel de “La Barredora”, fue detenido la madrugada del sábado, en Paraguay, en una residencia ubicada en la zona exclusiva de Marino Roque Alonso, donde permanecía escondido.
Este fin de semana, el presidente Santiago Peña, dio a conocer, en un pequeño video de 45 segundos, cómo fue el arresto de Bermúdez Requena.
En las imágenes, primero se ven aspectos de la residencia, se ve cómo las fuerzas especiales, revisaron la finca y derribaron la puerta, suben una escalera y someten a ex secretario de seguridad, lo encañonaron y lo tiraron al suelo, donde lo tenían sometido, bocabajo y un elemento le pone un pie en la espalda.
Después, el presunto líder de La Barredora, quien cuenta con una ficha roja activa de la Interpol, aparece sentado en un sillón con ropa deportiva, pelo más largo y canoso, barba larga.
Cuenta con una orden de captura en México por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés.
En el video, se muestra que en la residencia, donde permanecía escondido, había fajos de dólares y guaraníes, moneda uruguaya, así como joyas, tarjetas bancarias, identificaciones y una camioneta de alta gama.
Manuel Doltane, titular de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Paraguay, reveló que Bermúdez, entró de manera ilegal al país.
Y es que en febrero de este año, después de hacer pública la orden de aprehensión en su contra, el ex funcionario estatal huyó del país.
De acuerdo con las autoridades, viajó primero a Panamá, después a España, más tarde a Brasil, para terminar en Paraguay.
En medios locales del país sudamericano, como el diario ABC, informaron que la detención del ex funcionario de Adán Augusto López, se logró, gracias a que en el mes de julio se detuvo a Gerardo Bermúdez Arreola, sobrino del presunto líder de “La Barredora”.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
MUNDO
Tolerancia en tiempos de algoritmos

– Opinión, por Miguel Anaya
¿Qué significa ser conservador en 2025? La etiqueta, lejos de significar a una persona o grupo de ellas, aglutinadas en torno a la Biblia o valores cristianos, se ha vuelto un acto de rebeldía. El conservadurismo pareciera significar a una nueva minoría (o una mayoría silenciosa) que enfrenta un prejuicio constante en redes sociales.
En sociedades donde la corrección política dicta el guion, ser conservador implica defender valores tradicionales —para algunos valores anacrónicos— en medio de un mar de redefiniciones. La sociedad dio un giro de 180 grados en tan solo 20 años y aquellos que señalaban hace dos décadas, hoy son señalados.
¿Y ser liberal? El liberalismo que alguna vez defendió la libertad frente al Estado hoy se ha transformado en progresismo militante: proclamar diversidad, reivindicar minorías, expandir derechos. Noble causa, sin duda.
El problema comienza cuando esa nobleza se convierte en absolutismo y se traduce en expulsar, callar o cancelar a quien no repite las consignas del día. El liberal de hoy se proclama abierto, pero con frecuencia cierra la puerta al que discrepa. Preocupante.
He aquí la contradicción más notable de nuestro tiempo: vivimos en sociedades que presumen de “abiertas”, pero que a menudo resultan cerradas a todo lo que incomoda. Lo que antes era normal hoy puede costar reputación, trabajo o, en casos extremos, la vida. Hemos reemplazado la pluralidad por trincheras y el desacuerdo por el linchamiento mediático (“funar” para la generación Z).
La polarización actual funciona como un espejo roto: cada bando mira su fragmento y cree que posee toda la verdad. Los conservadores se refugian en la nostalgia de un mundo que quizá nunca existió, mientras que los liberales se instalan en la fantasía de que el futuro puede aceptar todo, sin limitantes.
Ambos lados olvidan lo esencial: que quien piensa distinto no es un enemigo para destruir, sino un ciudadano con derecho a opinar, a discernir y, por qué no, a equivocarse humanamente.
La violencia y la polarización que vivimos, no son fenómenos espontáneos. Son herramientas. Benefician a ciertas cúpulas que viven de dividir, a las plataformas digitales que lucran con cada insulto convertido en tema del momento.
El odio es rentable; la empatía, en cambio, apenas genera clics. Por eso, mientras unos gritan que Occidente se derrumba por culpa de la “ideología woke”, otros insisten en que el verdadero peligro son los “fascistas del siglo XXI”. Y en el ruido de esas etiquetas, el diálogo desaparece.
Lo más preocupante es que ambos discursos se han vuelto autorreferenciales, encerrados en su propia lógica. El conservador que clama por libertad de expresión se indigna si un artista satiriza sus valores; el liberal que defiende la diversidad se escandaliza si alguien cuestiona sus banderas.
Todos piden tolerancia, pero solo para lo propio. Lo vemos en el Senado, en el país vecino, tras el triste homicidio de Charlie Kirk y hasta en los hechos recientes en la Universidad de Guadalajara.
En buena medida, este mal viene precedido de la herramienta tecnológica que elimina todo el contenido que no nos gusta para darnos a consumir, solo aquello con lo que coincidimos: EL ALGORITMO.
El algoritmo nos muestra un mundo que coincide totalmente con nuestra manera de pensar, de vivir, de vestir, nos lleva a encontrarnos únicamente con el que se nos parece, creando micromundos de verdades absolutas, haciendo parecer al que piensa un poco distinto como ajeno, loco e incluso peligroso. Algo que debe ser callado o eliminado.
Occidente, en 2025, parece olvidar que lo que lo hizo fuerte no fue la homogeneidad, sino la tensión creativa y los equilibrios entre sus diferencias. Quizá el desafío es rescatar el principio básico de que la idea del otro no merece la bala como respuesta.
Solo la palabra, incluso aquella que incomoda, puede mantener vivo un debate que, aunque imperfecto, sigue siendo el único antídoto contra el silencio y la complicidad impuestos por el miedo o la ignorancia.