OPINIÓN
Las carencias de estudiantes: Diagnósticos del ciclo escolar
Educación, por Isabel Venegas //
Año con año, las rutinas escolares contemplan un examen diagnóstico para identificar las carencias de los estudiantes, o por lo menos las que son más significativas a fin de poder enfocar los trabajos de recuperación de conocimientos, de tal manera que la construcción estructurada del aprendizaje pueda tener continuidad.
El diseño de este tipo de instrumentos suele emanar de la creatividad propia de cada docente, y aunque hay bastantes baterías en la red y en la literatura académica, es parte de la labor; la cosa es que al ser gaje del oficio cotidiano se empiezan a dar dos fenómenos, uno no más relevante que el otro.
Por un lado, los profesores que van acumulando años de experiencia también lo hacen con sus recursos didácticos; la mayoría ya tiene listo el examen diagnóstico del grado que va a atender y con él también va el “pre-supuesto” de lo que va a salir en el resultado. Por ejemplo, si voy a ser la maestra de matemáticas del segundo grado de secundaria, casi te puedo asegurar que mis alumnos van a estar reprobados en el dominio del manejo de signos, de sustitución y despeje de variables, y desde luego en la operación con fracciones. No tengo miedo a apostar un paquete de cacahuates, a que el promedio de alumnos que tendrá calificación aprobatoria (no necesariamente excelente) será tan solo entre el 10 y el 20% de la totalidad del grupo.
Por otro lado está la naturaleza de los alumnos. Personas que empezaron a lidiar con los recursos de evaluación (exámenes) desde muy corta edad, y que han sabido enfrentarlos, dominarlos o en su defecto, darse por vencidos ante una lucha que dan por perdida. Para la mayoría de los estudiantes queda claro que a diferencia del resto de los exámenes, en el caso del «diagnóstico” no hay calificación; esta ventana de oportunidad a la libertad, genera una comodidad que puede ser interpretada como ayuda en la recuperación del conocimiento.
Trataré de explicarme de otra manera: cuando leo los resultados de los alumnos que ingresan al segundo grado de secundaria y observo que el 90% está reprobado en temas elementales, ¿Debo asumir que verdaderamente no lo saben? ¿Sus maestros no hicieron nada en los grados anteriores? ¿Se les olvidó todo lo que vieron, en un mes de vacaciones? Desgraciadamente hay muchos profesores que al contestar estas preguntas de manera afirmativa, deciden hacer adecuaciones a sus planeaciones escolares con la intención de “recuperar” conceptos como el de fracciones, tema que data del tercer grado de primaria, por decir algo.
La consecuencia está en que los alumnos terminan gravemente aburridos, casi siempre con el mismo resultado, igual llegarán a la facultad de ingeniería sin poder manejar las fracciones de manera correcta, asumiendo que es un problema generacional, y hablando de impactos a nivel social, a la mayoría le afectará tanto que terminarán siendo abogados, psicólogos o administradores, no por la pasión a la carrera, sino por tratar de evadir las matemáticas.
“El mapa no es el territorio” decía Alfred Korzybski, como el primero en utilizar el concepto de neurolingüística y que tiene origen en su propia experiencia durante la Primera Guerra Mundial, cuando él y su pelotón cayeron en una fosa que no aparecía en los mapas; esta analogía es buenísima porque deja claro como no podría ir un pelotón en plena guerra mundial sin un mapa, pero da valor a la significación de la experiencia y al reconocimiento del asombro, así como las previsiones para las situaciones que podremos encontrar.
Volviendo al aula de matemáticas en secundaria, estoy segura que ellos saben los temas básicos, que es imposible que pudieran haber transitado desde el prescolar hasta ese nivel sin haber visto esos temas una y otra vez, por lo tanto, prefiero apostar al reto y al asombro. En el camino sé que voy a tener que ayudarlos a “conectar” con sus recuerdos, que deberán hacer un trabajo de orden mental; es como cuando tienen sus recámaras de adolescentes llenas de tiliches, pero están seguros que su celular está ahí. Deberán organizar, buscar y recuperar las cosas que vamos a necesitar para trabajar, con lo cual parece que se rescata más allá de un recuerdo, se enfoca a la construcción que han hecho a lo largo de sus vidas.
Los diagnósticos son prejuicios, y la paradoja es que el prejuicio es necesario en casi todos los ámbitos de nuestra vida; existen y tienen algo de valor, no así la agresión, la descalificación, eso es otra cosa, y da muestra de la misma carencia de preparación.
¿Es correcto que yo asuma como juicio previo que después de la pandemia los niños llegarán con serias carencias? ¿Será que aprendieron menos estando a distancia que en el modo presencial?
Hoy debemos estar preparados para asumir un reto, por la novedad de las circunstancias tal vez muchas cosas nos sigan sorprendiendo y como Korzybski, caigamos en un hoyo que el mapa no marcaba, pero también habrá cuevas donde guarecernos de la tempestad y que ninguna cartografía tenía registradas.
Vayamos pues a este ciclo 2020-2021 con la emoción de que nos hemos recuperado de muchas batallas, de que hemos aprendido cosas que no estaban en el programa formal, que la mayoría aceptamos el reto de ser más autogestivos, desde lo individual o en la consolidación de academias locales. Hago votos porque la comunidad educativa vaya a este reencuentro de manera mucho más solidaria y comprensiva, en todos los sentidos, eso no resta nuestra mirada crítica, de tal forma que la evaluación y el mapeo sean comprendidos como mapa, y no como territorio.
Hoy 05 de septiembre del 2020, escribo con la incertidumbre de escuchar al gobernador junto con las mesas de análisis de salud hablar de la reapertura de las escuelas, espero que esta sea una oportunidad en sentido positivo, un aliciente para volver a vivir en armonía tanto el conocimiento como la cercanía y la fraternidad de las comunidades escolares, pero eso solo se dará si los padres de familia, profesores y alumnos se entienden como esa familia copartícipe, en tanto que la estructura burocrática y administrativa, asume el compromiso de actuar de manera estratégica y efectiva para optimizar recursos y proteger la salud de todos.
Mat. y M. en C. Isabel Alejandra María Venegas Salazar
E-mail: isa venegas@hotmail.com
