JALISCO
Las grietas de Morena en Jalisco: El desafío de Sheinmbaum
Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco //
Guadalajara, Jalisco se convirtió en el escenario de una luna de miel política atípica para Claudia Sheinbaum. En este juego de ajedrez, el Palenque de Guadalajara no fue solo un lugar de festejo, sino un tablero donde cada movimiento revelaba las complejidades y divisiones dentro de Morena.
El día después de su boda, Sheinbaum se encontró en una gira acompañada por su esposo Jesús María Tarriba y un coro de nuevos adeptos. Entre ellos, Pedro Kumamoto, líder de Futuro, quien oficializó su unión con la 4T con un abrazo que parecía sellar una lealtad que trascendía su pasado independiente. Este gesto, en la vieja política, bien podría simbolizar un trueque de lealtades por promesas aún en el aire.
Los militantes de Hagamos, encabezados por Mara Robles y Enrique Velázquez, se unieron a la celebración, mostrando una dualidad en su apoyo: ayer coqueteo, hoy compromiso. El Partido Verde, por su parte, no solo se sumó, sino que pareció dominar la escena, con Claudia Delgadillo, su candidata, ocupando un lugar prominente.
Si bien es cierto que, los aliados del PVEM, PT, Hagamos y Futuro hicieron acto de presencia y pusieron de su parte, su apoyo podría no ser suficiente para llevar a Sheinbaum al triunfo en una elección. Los focos guindas, aparentemente brillantes, en realidad parpadean con señales de advertencia.
Sin embargo, no todo fue armonía. La ausencia de Carlos Lomelí y sus seguidores habla más fuerte que cualquier discurso. Lomelí, quien había ganado la encuesta y se esperaba fuera el candidato, parece ahora un jugador marginado en este entramado político.
Ni Carlos Lomelí ni su gente pusieron un pie en el Palenque, a excepción de la regidora Candelaria Ochoa, los demás cercanos a Carlos Lomelí no se aparecieron ni hicieron menciones de apoyo al acto que protagonizó Claudia Delgadillo, los regidores Mariana Fernández, Salvador Hernández Navarro, la diputada local María Padilla simplemente dejaron pasar el evento. Aunque la aspirante presidencial vio al doctor por separado y en privado. Los tres cercanos a Lomelí buscan la candidatura a la presidencia de Guadalajara, por tanto, deberían estar en este tipo de eventos.
La fractura dentro de Morena, evidenciada por el exabrupto de Antonio Pérez y las acusaciones de imposiciones y acuerdos bajo la mesa, planteaban un panorama complejo para Sheinbaum. La resistencia interna para apoyar a Claudia Delgadillo entre los aspirantes perdedores es palpable, y este desdén podía ser un obstáculo casi insuperable para las aspiraciones de la 4T en Jalisco. El sábado por la tarde, tras llevar un pequeño grupo de seguidores al aeropuerto, Toño Pérez no fue requerido como chofer de Sheinbaum, en el trayecto se fue quedando rezagado en la ruta hasta que se quedó solo, lejos de la aspirante presidencial, sin darle una silla al borde del estrado en el evento principal.
Pérez Garibay no tuvo cabida ni en las fotos que difundió el equipo de prensa de Sheinbaum. “Papá Checo” se dedicó a tomarse fotos con Claudia Sheinbaum y Mario Delgado… No más.
José María “El Chema”, Martínez, quien quedó en segundo lugar entre los aspirantes varones y quien es el coordinador de Morena en el Congreso local, asistió al evento y desde su lugar, con Clara Cárdenas a su izquierda grabó un video de unidad, mientras a su lado derecho Cecilia Márquez lo ignoraba y volteaba la cara fingiendo ver al infinito.
Los aparecidos fueron Alberto Uribe y Favio Castellanos, gente plenamente identificada con Marcelo Ebrard, esta es la primera ocasión que aparecen en público en un evento de Claudia Sheinbaum.
En este contexto, Sheinbaum enfrenta un reto monumental en Jalisco. No solo debe lidiar con las divisiones internas de Morena, sino también con la necesidad de consolidar alianzas con partidos como el PVEM, PT, Hagamos y Futuro. Esta tarea se vuelve crítica al considerar la presencia de figuras fuertes como Enrique Alfaro y Pablo Lemus de Movimiento Ciudadano.
Lo que inicialmente parecía una celebración se transformó en una clara muestra de las complicaciones y desafíos que enfrenta Sheinbaum. Su habilidad para navegar estas aguas turbulentas y unificar a un partido fracturado determinará no solo el futuro de Morena en Jalisco, sino también su propio camino hacia la presidencia. La política, siempre cambiante y desafiante, le exige a Sheinbaum no solo ser una jugadora hábil, sino también una estratega capaz de reconstruir puentes en un terreno cada vez más fragmentado.
En X @DEPACHECOS
