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OPINIÓN

Notables en política, derechos humanos y arquitectura: Reconocimientos reveladores a Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, Miguel Concha y Gabriel Chávez

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Opinión, por Pedro Vargas Avalos //

Recientemente se otorgaron varios reconocimientos a personajes mexicanos destacados en distintas áreas. Ellos son la economista Ifigenia Martínez Hernández, el arquitecto Fr. Gabriel Chávez de la Mora, el humanista Miguel Concha y el político Porfirio Muñoz Ledo.

A la primera, actualmente senadora de la república por el partido MORENA, pero en cuya hoja de servicios destaca que fue fundadora del PRD, importante política y economista, es egresada de la UNAM. Primera economista mexicana que obtuvo una maestría en la Universidad de Harvard. En 1950 fue cofundadora de la CEPAL. Asesora del Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet. Además, ha sido varias veces diputada federal. Por tan relevantes merecimientos, se le concedió por el Senado la medalla “Belisario Domínguez”, galardón que se otorga a hombres y mujeres que, guiados por los valores de libertad, solidaridad, justicia, democracia y respeto a las libertades humanas, han actuado para contribuir en grado eminente al mejoramiento de nuestra Patria o de la humanidad.

LA MAESTRA IFIGENIA

La maestra Ifigenia (así llamada con gran afecto en todo México) ganadora de la medalla que lleva el nombre del ilustre chiapaneco que murió por luchar contra la tiranía de Huerta, recibió ese honor (correspondiente al año 2019) apenas hace unas semanas, debido a la pandemia; pero lo obtuvo porque se consideró que “representa con su persona y su trayectoria, los valores necesarios que la hacen acreedora a esta medalla, por su férrea defensa de los derechos humanos y su lucha por la igualdad de derechos, además que con su ejemplo nos convoca para que las mexicanas y mexicanos sigamos construyendo un México mejor para todos”. Ella tiene ya 91 años de edad y sigue colaborando para el bien de los mexicanos.

En su mensaje, doña Ifigenia, entre otras cosas dijo que “La democratización de la vida pública del país debe significar el respeto pleno a la democracia representativa y a sus instituciones”; manifestó su apoyo a la reforma en materia eléctrica y calificó al presidente de la república como cabeza de un gobierno “democrático de izquierda transformadora”.

ARQUITECTO GABRIEL CHÁVEZ

Por lo que ve al arquitecto Gabriel Chávez de la Mora, a quien se le entregó el premio nacional de arquitectura 2020, es tapatío, hijo del notable historiador sobre temas de Guadalajara, Dr. Arturo Chávez Hayhoe. Tiene en la actualidad 92 años de edad, y al leerse el 9 de diciembre reciente, en Palacio Nacional, parte de sus méritos, se expresó que “La selección del premio proviene de un ejercicio democrático e impecable, donde únicamente pueden ser propuestos y seleccionados profesionistas ampliamente destacados y reconocidos con una trayectoria de excepción”, conforme el estatuto de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, organización gremial que data de 1868, por lo que es la primera en América Latina; era presidente de nuestro país el Benemérito Benito Juárez.

Según el notable Octavio Paz, la arquitectura es el testigo insobornable de la historia. Bajo ese concepto, el gobierno de la República honró a través de la más antigua organización profesional del gremio de los Ingenieros y Arquitectos de México, propuesto por la Academia Nacional de Arquitectura, “a un hombre heredero de la mística tradicional medieval y del espíritu renacentista y comprometido con sus raíces prehispánicas y profundamente mexicanas: Gabriel Chávez de la Mora”. A él, se deben “grandes aportaciones artísticas, culturales y sociales, no sólo en edificaciones religiosas, pues ha construido escuelas y recintos culturales para la educación, atendiendo comunidades de niños y jóvenes de escasos recursos y en donde además se ha desempeñado como un reconocido artista en el campo de la pintura, la escultura y el grabado. Su conocimiento de las disciplinas técnicas y humanísticas trasciende su profesión, pues también es un filósofo que en su creatividad intelectual y material entiende a las mujeres y a los hombres para satisfacer sus necesidades de espacio para habitar poniendo su capacidad al servicio integral de la sociedad”. No cabe duda de que este jalisciense es un excepcional ejemplo de conocimiento, entrega y mística al servicio de sus connacionales.

Cuando agradeció el homenaje, pidió al presidente López Obrador que “robustezca, los presupuestos destinados a las entidades que velan por la protección, restauro, reconstrucción o mantenimiento de tantos edificios del amplio patrimonio cultural de nuestra historia, edificios que han sufrido afectaciones por el tiempo, los años, el clima, la naturaleza y hasta por los sismos”.

PORFIRIO MUÑOZ LEDO

El tercer personaje de que nos ocupamos en este desfile de laureados, es el licenciado Porfirio Muñoz Ledo (PML), nacido en la Ciudad de México en 1933. En su currícula se puede ver que es político, diplomático, columnista de periódicos y organizador de agrupaciones con carga ideológico-política. En cuanto a su militancia de partidos, a partir de 1954 fue priísta, hasta llegar a presidir dicho instituto de 1975 a 1976. Luego jefaturó la SEP (1976-1977) con López Portillo, pero con Luis Echeverría se había desempeñado como Secretario del Trabajo (1972-1975). En el ritual del tricolor, fue considerado precandidato presidencial en 1976, cuando él mismo confiesa que Echeverría le dijo que su casa era muy pequeña, y Porfirio dice: “En ese instante creí que el dedo me había iluminado. Y compré el terreno de atrás”; pero el afortunado del dedo fue José López Portillo. En la sucesión de éste (1982), también fue visto como serio aspirante a presidente, pero finalmente salió avante Miguel de la Madrid. Fungió como representante de México en la ONU, presidió el Consejo de Seguridad y fue integrante de la UNESCO.

En 1986 fue uno de los intelectuales que dirigió la Corriente Democrática, misma que se escindió del PRI, colaborador en el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas, y finalmente es cofundador del PRD, con Cuauhtémoc y la maestra Ifigenia Martínez. Senador en 1988 por el perredismo, en 1991 fue candidato a la gubernatura de Guanajuato invocando la gran falacia de los “derechos de sangre”, pues no reunía los requisitos para abanderar a la oposición y aspirar a gobernador; se dice que entonces acordó algunos aspectos con Vicente Fox. De 1993 a 1996 fue líder (presidente) del PRD, entregando la dirigencia a Andrés Manuel López Obrador.

En 1999, siempre queriendo ser el número uno donde militara, sostuvo gran contienda interna en el PRD para ser candidato a la presidencia, frente a Cuauhtémoc Cárdenas (CC), a quien acusó de caudillismo (en mayo 24 del año siguiente lo llamó cobarde histórico). Habiendo salido avante el michoacano Cárdenas, el 25 de agosto aceptó Muñoz Ledo, ser candidato presidencial del PARM (Partido Auténtico de la Revolución Mexicana). Encabezaba un grupo llamado Nueva República, con el cual Muñoz Ledo buscaba una alianza nacional opositora, que desde luego pretendía liderar.

Empero, en vez de competir internamente, siguió atacando a CC: este es “candidato más auditable que debatible”. Y lo acusó de tener más fortuna que todos los candidatos presidenciales juntos. (El Informador. 20 dic.1999) Entonces renunció al PRD (9 de diciembre) y se declaró diputado “Independiente”. El comentarista local Francisco Baruqui Michel, escribió: PML, tiene experiencia y saber, pero “No tiene credibilidad”, antes del debate de candidatos del 25 de abril de 2000, y luego afirma, “quedó como simple acompañante”, pues decepcionó. Otro periodista (Ricardo Medina) anotó que, “fue la decepción: Grandilocuente, no elocuente, casi leyó todo lo que expresó”.

El sábado 13 de mayo de 2000, el PARM realizó una asamblea que acordó sustituir a PML como candidato. Este acusó de malos manejos a la dirigencia, y Carlos Guzmán Pérez (presidente del Partido) señalo que pedirían cuentas a Muñoz sobre los 13.5 millones que le entregaron para su campaña. La causa de denunciarlo fue por agravio al partido, daño a su imagen y búsqueda de apoyo de autoridades para ir contra el partido. Presentada la denuncia ante la PGR, la ratificó el 22 de mayo. Sin importarle a Muñoz Ledo eso, el 23 de mayo anunció que creó con Fox un bloque “para actuar juntos ¡tope donde tope!” y después firmó un acuerdo “Convergencia” y dijo que estudiaba como hacer que sus votos contaran por Fox.

Unos versos de Anflopo, en El Informador del 26 de mayo dicen: “La postura de Porfirio/me recuerda al camaleón,/que se cambia de color/de acuerdo a la situación.” El lunes 12 de junio, en Guadalajara, el líder del PARM (Guzmán Pérez) dijo que PML “es un traidor: traicionó a sus propios principios y a los de nuestro partido…pasará a la historia bajo la figura del gran traidor.” El 13 de junio en la UAM Xochimilco, en conferencia que dictó sobre el gobierno de Zedillo, los estudiantes lo acusaron de traidor por aliarse a Fox. El miércoles 14 de junio anunció su renuncia de candidato del PARM, a favor de Fox, a quien elogió, y este le dio un nombramiento de Coordinador para la Transición, dentro de su campaña.

Para el analista Ángel Trejo (22 mayo 2000) PML: “proyecta una imagen de truculencia, mentira y traición”, pues decía, que ya lleva tres militancias en sus 40 años de político. Y eso que todavía se afiliaría al PT años después, para pasar enseguida a Morena, donde asegura que aún milita.

En marzo de 2000 se le preguntó si se sumaría PML a FOX, y contestó Muñoz: “primero hablamos de un proyecto y luego vemos”. Sin embargo, el 11 de junio en un mitin panista en ciudad de México, dijo: “Esta transición ya se coció, pero hay que sazonarla y que servirla.” Marcos Arana, respetable periodista y escritor jalisciense, escribió el 20 de junio: PML como presidente del PRI “manejo la elección de Nayarit en la que hizo ganar a Flores Curiel y perder a Gascón Mercado”, dando como premio una senaduría a Jorge Cruickshank, del PPS. Y agrega Marcos: PML “olvidó su papel preponderante en el echeverrismo y en los cargos de gobierno dentro y fuera del país, que le otorgaron los presidentes priístas Echeverría, López Portillo y De la Madrid.” (Ni más ni menos, 20 jun. 2000). Y remató nuestro tonalteca recientemente fallecido: Muñoz Ledo “Tiene proclividad a cambiar de partido como cambiar de corbata”.

Pasadas las elecciones del 2 de julio, formó parte del equipo de transición de Fox; con ese motivo Ángel Trejo lo denominó “demócrata o burócrata de nómina”. En este gobierno fue Representante de México ante la Unión Europea.

Y así continuó el señor Muñoz Ledo, en busca de puestos y siempre criticando hasta a sus amigos o compañeros, sino se pliegan a sus ambiciones. Como diputado de MORENA, fue premiado con la presidencia de la Cámara de Diputados, y al término de su período intentó ser reelecto de manera irregular, por lo que dimitió al final de cuentas a tal aspiración. Pero poco a poco se convirtió en el más acervo impugnador del gobierno de la Cuarta T, y aún más cuando no pudo ser nominado de nuevo como diputado plurinominal. Asimismo, se enfrascó con Mario Delgado en una contienda por dirigir a MORENA, y por todos los medios buscó obstruir el triunfo de su adversario, lo cual no lo pudo evitar. Con ese motivo intensificó sus críticas a los morenistas y al gobierno, incluyendo a veces al propio presidente AMLO.

Por lo anterior es que no sorprendió que el hábil Dante Delgado, dueño-dirigente de Movimiento Ciudadano (MC), lo reconociera “en un acto en el que, además, le entregaron la medalla Benito Juárez por su contribución a la democratización de México y por ser un referente de la socialdemocracia. Nada habría de extraño si no fuera porque Muñoz Ledo milita en las filas de Morena, todavía”. (Carmen Morán Breña, El País, 6-dic.2021). Y allí mismo, llamó “zocalazo” al gran mitin que convocó el presidente de la república el uno de este mes, organizado porque según Muñoz, AMLO “siente el vacío del abandono del poder”; además pronosticó que, en dos años, el “Gobierno actual se desgajará”. Ahora, PML aceptó ser flamante colaborador de MC. Quizás sea su siguiente partido, conforme su habilidad de cambio.

PADRE MIGUEL CONCHA

Finalmente, diremos que los Periodistas de México, reconocieron al jalisciense Miguel Concha, por su gran labor en pro de los derechos humanos, como baluarte de la libertad de expresión y del derecho a la información. Este dominico colaborador de La Jornada, es cofundador y presidente del Centro de Derechos Humanos “Fray Francisco de Vitoria, O.P.”, y ha encabezado distintos consejos y asociaciones de ese rubro en México como el Consejo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos.

Generoso, sapiente, amable y a la par entusiasta ciudadano, Don Miguel Concha contribuye a diario y sin descanso, para enaltecer a la libertad y consolidar la democracia mexicana. Es un enorme ciudadano que honra a sus compatriotas.

Usted amable lector, saque conclusiones sobre el reconocimiento a estos cuatro compatriotas, sus merecimientos y lo revelador de cada galardón que han recibido.

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CARTÓN POLÍTICO

Edición 804: Lo piden los expertos: Una nueva Corte de Justicia sin extremos ideológicos

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JALISCO

La transparencia del fiscalizador

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– Los Juegos del Poder, por Gabriel Ibarra Bourjac

En Jalisco, la transparencia y la rendición de cuentas deberían ser principios innegociables. Sin embargo, la resistencia del auditor superior del Estado, Jorge Alejandro Ortiz Ramírez, a ser auditado por la Unidad de Vigilancia del Congreso revela una paradoja alarmante: el encargado de fiscalizar el gasto público evade la supervisión.

Esta actitud, denunciada por David Rubén Ocampo Uribe, titular de la Unidad, y el diputado Alberto Alfaro García, presidente de la Comisión de Vigilancia, no solo cuestiona la integridad de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ), sino que amenaza la confianza en el sistema democrático.

Desde el 10 de julio de 2025, cuando Ocampo asumió su cargo, Ortiz Ramírez ha bloqueado cualquier intento de revisión. Solicitudes de expedientes laborales, nóminas y contratos han sido ignoradas, y un encuentro institucional propuesto para el 19 de agosto quedó en el vacío. “Quería saber si todo está en regla. La respuesta fue negativa. Pedí una reunión pública con agenda común, y tampoco hubo respuesta”, relató Ocampo a Conciencia Pública.

Incluso se le prohibió a personal de la ASEJ pasarle llamadas, limitando el diálogo al secretario técnico, un subordinado que no puede sustituir al titular.

El diputado Alfaro, de Morena, califica esta resistencia como un desafío al Congreso y a la sociedad. “El auditor se siente intocable, como si fuera gobernador. Durante ocho años operó sin contralor, pero ahora que lo hay, se niega a colaborar”, afirmó.

Con el respaldo de 29 de 32 deputados al nombramiento de Ocampo, su legitimidad es incuestionable. “Sabe que abriremos la Caja de Pandora”, añadió, sugiriendo que Ortiz Ramírez teme revelar irregularidades.

La Constitución de Jalisco y la Ley de Rendición de Cuentas otorgan a la Unidad de Vigilancia facultades plenas para revisar la ASEJ sin necesidad de acuerdos previos de la Comisión de Vigilancia, como argumenta Ortiz Ramírez.

Esta interpretación “tecnicista” es, para Ocampo, un escudo para evadir la fiscalización. La pregunta es inevitable: ¿qué oculta el auditor? Denuncias internas apuntan a aviadores, nóminas infladas, “moches” por laudos laborales y tolerancia a incapacidades falsas avaladas por el IMSS.

Una figura clave en estas acusaciones es Sandra Verónica Márquez González, de la Dirección Jurídica, señalada por mantener personal inexistente en nómina y exigir pagos ilegales, prácticas que arrastra desde su paso por el Tribunal de Arbitraje y la Fiscalía, donde se le vinculó al “Clan Trevi” por cobros indebidos.

La ASEJ es un pilar estratégico del gobierno de Jalisco, con autonomía técnica y de gestión para garantizar imparcialidad en la fiscalización de un presupuesto cercano a los 200 mil millones de pesos. Su rol como contrapeso es crucial para generar confianza ciudadana.

Sin embargo, la resistencia de Ortiz Ramírez recuerda épocas oscuras de la Contaduría Mayor de Hacienda, antecesora de la ASEJ, donde se rumoraba que las cuentas públicas se “lavaban” mediante acuerdos entre bancadas legislativas. Funcionarios corruptos encontraban en estos arreglos una vía para encubrir irregularidades, otorgando un poder desmedido al titular del organismo.

Hoy, la ASEJ debería ser un modelo de integridad. El Plan Estatal de Desarrollo y Gobernanza 2024-2030, liderado por Cynthia Cantero Pacheco, establece la transparencia y la participación ciudadana como ejes rectores de la gestión pública. Este plan, construido con la voz de más de 675,000 jaliscienses, vincula el presupuesto a resultados medibles, exigiendo apertura y rendición de cuentas.

La opacidad de Ortiz Ramírez contradice este espíritu, debilitando la credibilidad de una institución que debería ser ejemplo.

La pasividad de otros actores institucionales agrava el problema. El silencio del Congreso en pleno y la inacción de la Fiscalía Anticorrupción alimentan percepciones de complicidad o indiferencia. Mientras, rumores de una posible reelección de Ortiz Ramírez, tras ocho años en el cargo, generan rechazo. “Un gobernador dura seis años y se va. Este señor pretende quedarse otros ocho. Es inadmisible”, sentenció Alfaro.

¿Cómo puede hablarse de rendición de cuentas si el fiscalizador se coloca por encima de la ley? La resistencia de Ortiz Ramírez no es un simple desencuentro burocrático; es una afrenta al sistema de pesos y contrapesos.

“La opacidad reina en la Auditoría. Si el auditor desconoce la ley, ¿cómo fiscaliza al estado?”, cuestiona Ocampo. La sociedad, cada vez más vigilante, exige respuestas. Ortiz Ramírez tiene una oportunidad: abrir las puertas de la ASEJ, entregar la información solicitada y demostrar que no hay nada que ocultar. De lo contrario, su silencio seguirá alimentando sospechas de irregularidades.

La transparencia no es negociable, y Jalisco merece una Auditoría Superior que predique con el ejemplo. Es hora de que el fiscalizador rinda cuentas.

 

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JALISCO

MC: espejismos de unidad y fractura a la vista

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– Crónicas de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco

Movimiento Ciudadano en Jalisco ya abrió el telón de su renovación interna con la elección de 64 nuevos coordinadores municipales en la vieja casona de Av. La Paz. En apariencia, un ejercicio de normalidad partidista: discursos de unidad, promesas de cercanía con la gente, rostros nuevos para el escaparate y la certeza de que el partido naranja seguirá marcando la pauta en la política local.

Una postal impecable para las páginas de los diarios amigos… pero un espejismo apenas capaz de ocultar las fracturas internas que corroen al partido naranja. Pues, bajo el barniz del entusiasmo, se esconde un mapa con claroscuros que la dirigencia difícilmente podrá negar.

Los números de la elección de 2024 fueron generosos en sus bastiones metropolitanos: Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco volvieron a confirmar la hegemonía emecista. En la capital, 308 mil votos aseguraron la continuidad; Zapopan, con 323 mil sufragios, consolidó la plaza más codiciada del estado; y Tlajomulco refrendó, una vez más, su condición de vivero político del grupo alfarista con 94 mil papeletas a su favor. Una trinidad metropolitana que otorga poder y recursos, pero que no resuelve la fragilidad en el resto del estado.

Porque más allá del brillo urbano, MC perdió terreno en Puerto Vallarta —joya turística entregada al PVEM en sociedad con Morena—, cedió Ciudad Guzmán, enclave agroindustrial del sur, y vio escaparse Tepatitlán, bastión alteño que durante años se pensó inmune a los embates opositores. En Tlaquepaque y Tonalá, el retroceso fue aún más doloroso: en el primero, los 109 mil votos no alcanzaron para retener la presidencia municipal; en el segundo, apenas 47 mil sufragios lo relegaron a un segundo lugar incómodo detrás de Morena. Un tropiezo estratégico en el oriente metropolitano que desnuda la vulnerabilidad del proyecto.

Mirza Flores, encargada de administrar esta renovación interna, habla de “liderazgos de territorio, cercanos a la gente”. El discurso suena bien, pero la tarea es monumental: reconstruir la cohesión de un partido que, en su expansión, ha multiplicado corrientes, intereses y pleitos internos. Porque el problema no es solo perder municipios: es perderlos mientras el partido se enreda en disputas de candidaturas, pugnas entre cuadros y una dirigencia que debe demostrar que puede arbitrar sin fracturar.

Los números distritales tampoco ayudan: de 20 distritos locales, MC apenas ganó 6; de los federales, ninguno y los plurinominales fueron para los exfuncionarios que necesitaban fuero y los “liderazgos” escogidos. Esto significa que, aunque controla alcaldías claves, su voz legislativa es reducida y carece de peso real en el Congreso federal.

Un contraste brutal: músculo en los municipios, anemia en las cámaras. Y esa asimetría no se corrige con discursos ni asambleas, sino con operación política en campo, con la capacidad de seducir al votante rural, al comerciante alteño, al campesino del sur que aún ve en el naranja una marca citadina, aburguesada y distante.

Pero lo verdaderamente corrosivo no está en las urnas, sino en los pasillos. La disputa Alfaro–Lemus ha dejado de ser un rumor y se ha convertido en un hecho palpable. Enrique Alfaro se resiste a entregar el control de candidaturas y cuadros, mientras Pablo Lemus mueve sus piezas con paciencia quirúrgica, tejiendo su propia red de operadores que responden solo a él. Entre ambos, Mirza Flores aparece como árbitro incómodo, obligada a conciliar lo irreconciliable: mantener la disciplina de un ejército que ya no reconoce un solo general.

El grupo Alfaro–Lemus sabe que esta es su última gran prueba antes de 2027. Si logran ordenar candidaturas y mantener la paz interna, MC llegará con posibilidades de sostener el gobierno estatal. Pero si insisten en los métodos de imposición y en los arreglos de cúpula, el costo será alto: perderán distritos clave, y con ellos, la capacidad de negociar en el Congreso y de sostener el control territorial.

Los cuadros históricos, los que alguna vez creyeron en la “ola naranja” como una alternativa fresca, se encuentran marginados o desplazados por nuevas caras que responden a intereses de grupo. La operación interna dejó cicatrices: candidaturas impuestas, militantes que sienten haber sido utilizados y un éxodo silencioso hacia Morena y el PVEM que ya se empieza a notar en las regiones.

En política, decía siempre la vieja guardia, no basta con administrar victorias: hay que blindarlas. Movimiento Ciudadano gobierna hoy con holgura en las ciudades, pero su debilidad en la periferia y en el interior del estado es evidente. Las plazas que perdió en 2024 son recordatorio de que el poder es un animal volátil: se escurre por las rendijas más pequeñas y muerde cuando menos se le espera.

La renovación municipal, que en el discurso se vende como ejercicio democrático, en los hechos es un intento de tapar grietas con retórica. En lugar de cohesión, lo que se advierte es una carrera por controlar posiciones rumbo al 2027. Cada comité local es, en realidad, una ficha en el tablero de negociación entre Alfaro y Lemus.

La batalla del 2027 no se jugará únicamente en los edificios de avenida Hidalgo o en los mítines de funcionarios públicos en la Casa Ciudadana. Se librará en los tianguis de Tonalá -donde el Ayuntamiento ha prendido focos rojos-, en los talleres de Arandas -Cuando se habla de la inseguridad que hay en las carreteras de la zona-, en los mercados de Lagos de Moreno -Al momento de hablar de un nuevo ejecutado o desaparecido- y en las colonias populares de Tlaquepaque -Explicando por qué el SIAPA no otorga el servicio que cobra: agua-. Ahí, donde los discursos sobran y lo que cuenta son los servicios públicos, la seguridad y la cercanía real de quienes gobiernan.

La verdadera batalla de 2027 no será contra Morena ni contra el PVEM. Será contra sí mismo. Porque, como tantas veces en la historia política de este país, los partidos no caen por la fuerza del adversario, sino por la podredumbre que incuban dentro.

Hoy MC es un cascarón brillante en la superficie, pero carcomido por dentro. Se vende como movimiento fresco, pero huele ya a partido viejo: facciones enfrentadas, candidaturas negociadas en lo oscurito y un liderazgo que se desgasta en administrar pleitos en lugar de ganar territorios.

Si no corrigen el rumbo, el espejismo de unidad que hoy pregonan se desmoronará al primer soplo de la contienda. Y entonces, la historia no hablará de una derrota electoral, sino de un suicidio político en cámara lenta. Una crónica que, como tantas en la política mexicana, no se escribirá con tinta… sino con epitafios.

En X: @DEPACHECOS

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