OPINIÓN
Podemos estar peor en educación

Metástasis, por Flavio Mendoza //
Se terminará el periodo extraordinario de sesiones en el Congreso Federal y las leyes secundarias de la Reforma Educativa no saldrán, esto quiere decir que habrá nuevo ciclo escolar para alumnos y maestros sin tener claridad del rumbo educativo al menos legalmente y sujetos a un lineamiento sin claridad y con grandes ventajas para autoridades y sindicatos.
Durante campaña el Presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió con los docentes a cancelar la que denominó “mal llamada reforma educativa”, así como a subir los sueldos, mejorar prestaciones, no evaluar a docentes y hasta con democracia sindical. Pero no solo nada de eso ha pasado, sino que se filtra el documento base con el que están trabajando desde el Congreso para la elaboración de las leyes secundarias en materia educativa, una que sin dudas es la más esperada por diversos sectores de la sociedad, la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, es una ley que de ser aprobada sin modificaciones sustanciales sería de mayor regresión y agresividad que las anteriores.
En dicho documento se recupera una inmensa mayoría de los elementos de la Reforma Educativa de Peña Nieto y el Pacto Por México, por ejemplo, el ingreso que cambia de concepto por admisión, un proceso muy similar al que se tenía, la selección a través de concursos en donde la evaluación es el elemento más importante, además de considerar otros aspectos socioemocionales y la experiencia. Con nombramientos temporales y definitivos y con prioridad a los egresados de las normales y formadoras de docentes.
Lo que más me preocupa, y creo que a una inmensa mayoría de docentes, es que en el nuevo sistema de estímulos por incentivos, que sustituye al pasado y a carrera magisterial plantea restricciones y renuncias a derechos ya adquiridos de los trabajadores, pues establece que en el Programa de Promoción Horizontal por Niveles con Incentivos no podrán participar los docentes que cuenten con nivel de Carrera Magisterial y/o Niveles K del anterior sistema cuyo monto o suma de ambos incentivos sea mayor al algún nivel de promoción del nuevo Programa, además de que quienes cuenten con alguno o ambos de estos incentivos y sea menor, podrán participar pero si obtienen el nuevo incentivo tendrán que renunciar al anterior para acceder al nuevo. Lo que no hizo la reforma peñista, lo está haciendo la reforma obradorista, al pretender limitar el incentivo económico que permita tanto mejores condiciones salariales a docentes como más y mejor preparación profesional para el impacto en la educación de los niños.
Prácticamente este nuevo modelo de carrera para docentes parece tener dedicatoria, no permitir a los docentes que ya demostraron altas capacidades, además de permanente actualización y superación profesional acceder al nuevo programa, parece ser este el sello de la austeridad republicana, que promoverá mediocridad profesional que de ninguna manera transformará a la educación para bien, conformándose con el raquítico incremento salarial que en términos reales es inferior a la inflación, como el que recientemente se aprobó para este 2019.
La Ley deja mucho sin definir claramente, como la promoción y los aspectos considerados para el escalafón, además faculta a la SEP prácticamente para que ellos elaboren las reglas, diseñen programas y evaluaciones de concursos, no se prohíben las comisiones, ni se apuesta por reivindicar la labor del magisterio, que de aplausos no vivirán sus dependientes.
La iniciativa ley debe cambiar de fondo o no se solucionarán los problemas en educación, por el contrario, sí podríamos estar peor en educación.
Twitter: @FlavioMendoza_