MUNDO
Previo a la Cumbre de la APEC en San Francisco, EEUU presume super bomba nuclear a China y Rusia

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El próximo 15 al 17 de noviembre se realizará la cumbre de la APEC (Asia Pacific Economic Cooperation Forum). El escenario será la hermosa Ciudad de San Francisco, California. Nuestro presidente acudirá por la insistencia -¿chantaje?- de Biden quien como Trump tratará de utilizarlo para ganar votos para su reelección que culmina el 2024.
Así es, la campaña por la Casa Blanca inicia en unas semanas y Biden no está muy seguro, la mayoría de las encuestas lo dan por debajo de sus contrincantes, incluso por debajo de Trump. Pero la reunión con los presidentes del Pacifico será uno de los espectáculos secundarios. El centro de la atención será la Cumbre entre EUA y China protagonizada por Joe Biden, Xi Jinping, el gran ausente Rusia.
La APEC se compone de 21 países con costas en el Océano Pacífico, desde Filipinas a China, Japón y Australia hasta Rusia, Canadá, México y Chile. Ojo, no todos los países de América son parte de la APEC, de hecho, la mayoría de la organización está integrada por países asiáticos y sólo cinco de nuestro continente.
Rumbo a esta cumbre los EUA presumieron, ¡Sí!, presumieron a China y a Rusia, su nueva super bomba nuclear. La prueba preliminar para dicho artefacto se realizó hace unos días y se dio a conocer que los EUA invitaron a sus contrapartes de China y Rusia para presenciar el evento.
Rusia y Estados Unidos están en un tratado firmado en 1996, mismo que está por vencerse. Dicho tratado evita la proliferación de armas, pero permite la actualización, de cualquier forma, Rusia y EEUU parecen estar calentando motores para una nueva carrera armamentista en la que China no está obligado a decir lo que tiene o detenerse en su propia proliferación por no ser parte del tratado.
Hace unos años Trump trató de forzar a China a entrar lo que veremos si Biden consigue, aunque el Departamento de Defensa de EUA dice que tal vez no se renueve dicho tratado porque Rusia puede no seguirlo. En este escenario, parece que la idea de Biden es decirles que las armas nucleares de EUA pueden destruir de un jalón Moscú o Beijing.
Según el Departamento de Defensa de Estados Unidos la nueva bomba será 24 veces más poderosa que la que se detonó en Hiroshima y contará con tecnología stealth, es decir, supuestamente no la detectarían los radares. El costo de dicha tecnología es una modesta cantidad cercana a los 600 millones de dólares, más otros mil 800 millones para actualizaciones tecnológicas de sistemas nucleares.
A la nueva bomba nuclear se sumó el viernes pasado, el nuevo bombardero invisible B-21 que puede llevar desde su base en california, dicha bomba nuclear a cualquier parte del mundo sin necesidad de aterrizar. El juguete cuesta $750 millones de dólares y se espera tener más de 100 en operación durante los próximos años. Así es, EUA dice que no están en una nueva guerra fría o carrera armamentista, pero por si las dudas le siguen mintiendo.
Dicho sea de paso, la semana pasada el ahora ex ministro de cultura de Israel fue entrevistado y respondió que no se descarta el uso de una bomba nuclear en Gaza. Obviamente de inmediato fue desmentido por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien insistió que su país hace todo lo posible por evitar pérdidas de civiles en esta guerra contra Hamas.
El comentario provocó una terrible reacción internacional y claro, puso en aprietos a Israel ya que nunca han admitido tener bombas nucleares. La noticia se suma a la estupidez de presumir armas nucleares cuando se supone que los países occidentales están más allá de ese tipo de acciones o eso dicen.
Claro que en San Francisco se hablará de economía, pero qué mejor negocio que la economía de guerra. Para Biden que está a la baja en las preferencias de sus connacionales rumbo a la reelección esta cumbre es muy importante y tal vez lograr un acuerdo con China y su nuevo súbdito Rusia para frenar las guerras en Ucrania e Israel sea su sueño, pero al mismo tiempo sus acciones -EUA- parecen estar financiando los dos lados de los dos conflictos, porque por un lado depende de China y de Oriente para sus productos diarios y energéticos y por otro da financiamiento a conflictos en las que juega del otro lado.
La prueba nuclear de EUA se dio al día siguiente de algunas declaraciones de Rusia sobre su falta de ganas de renovar el acuerdo de 1996 y para seguir el reto, a unos días de la prueba de EUA, Rusia anunció que había probado también con éxito sus nuevos misiles nucleares lanzados desde submarinos.
Siguiendo el show, el director de comunicaciones estratégicas de seguridad nacional de EUA dijo que no tenía sentido seguir en el trato sin el acuerdo de Rusia. La base de pruebas nucleares de EUA está en Nevada. Desde hace décadas que no se hacen pruebas con bombas completas a cielo abierto, pero se hacen pruebas seccionadas de forma subterránea.
Si yo fuera el presidente Xi, aprovecharía la oportunidad para obtener concesiones de Biden quien podría remover las tarifas que Trump impuso a China desde el 2019. A cambio China podría bajar el apoyo a Rusia o a Irán por no decir a los BRICS y su nueva moneda digital. Pero también puede que Xi Jinping vaya a medirse de tú a tú en un foro regional en suelo estadounidense.
La gran mayoría de los países de la APEC son pro EUA pero ya veremos los resultados y en especial las acciones porque los presidentes -todos- dirán que les fue muy bien y que ellos fueron el centro de la reunión en particular Biden que está en campaña. Pero la verdad es que los demás están de apoyo porque el centro son EUA y China con el elefante blanco Rusia.
La sede de la reunión electoralmente es importante pero el conflicto de Oriente le quita algo de significado mediático inmediato, pero no a largo plazo. En esa misma ciudad al final de la Segunda Guerra Mundial se fundó la ahora demeritada ONU. Hoy San Francisco y California representan una fuerza económica superior a 17 de los 21 países de la APEC.
Como dato electoral interno de EUA para Biden, California es una de las dos anclas indispensables para la elección de cualquier candidato presidencial del Partido Demócrata, la otra es Nueva York. Porque con los votos electorales de esos dos estados se compensan los de Texas y Florida.
California es hogar de la mayor población asiática fuera de Asia y de latinos fuera de Latinoamérica. Muchos de ellos votan, pero todos ellos influyen en las políticas locales y por ende en los resultados de las elecciones federales del país del tío Sam. De hecho, vale la pena recordar que hace unas semanas el gobernador de California Gavin Newsom, quien es del mismo partido que Biden, se dio una vuelta por China en donde se reunió con el presidente Xi a su reunión en San Francisco en donde él y Biden serán anfitriones.
Algunos dicen que, si algo le pasa a Biden por su edad, o por propia decisión, no sería Kamala la única sustituta, sino que se necesitaría a Newsom para ganar por su poder económico y popularidad al interior de su partido, el voto latino y de las zonas urbanas, digamos que es como el Peña mexicano en el 2012.
Pero el tema de la guerra entre Israel y Hamas puede hacer que en Nuev York las tendencias electorales a favor de Biden se pongan en riesgo, porque ahí residen una parte muy importante de israelíes y de árabes, quienes como vemos han sido muy vocales en ambos lados del conflicto.
El movimiento de Biden presionando a AMLO para ir es tan obvio que provocó la innecesaria reacción del expresidente Trump quien para variar no se guarda nada y en sus mensajes se mete en líos innecesarios, declaró que si hay una Tercera Guerra Mundial México podría desaparecer, al asegurar que si atacan a Estados Unidos por las faltas de Biden a México también y claro nosotros los mexicanos no tenemos la misma capacidad de defensa.
Un comentario totalmente innecesario, creo yo estúpido, que puede afectar el terreno ganado con los latinos que hoy en día han migrado del Partido Demócrata al Republicano por la economía y políticas demasiado liberales que parecen más bien de regímenes totalitarios.
Es obvio que tanto en el tema económico como en el militar China se ha convertido en centro de la contienda mundial por su apoyo a Rusia e Irán y relaciones muy cercanas con varios de los países árabes como Saudi Arabia o Egipto a lo que debemos sumar los famosos BRICS con los que México coquetea, eso sin mencionar que nuestro país está siendo el segundo frente de China para rodear a EUA.
Así las cosas y aunque el centro de la APEC es el futuro comercial de la región en donde China pide más acceso a sus mercancías sin impuestos, las elecciones presidenciales en EUA, las guerras en Ucrania, en Israel y el riesgo de Taiwán son sin duda platos del amplio y variado buffet por el nuevo orden mundial en el que muchos quieren sustituir a EUA o de menos a los valores que representan, eso sin mencionar el dólar como moneda de monedas al que muchos desean desplazar en especial los países pobres o los otros rivales. Como lo dije la semana pasada “… cuidado con lo que se desea…”
A propósito, si usted desea exportar o conocer sobre temas globales, acudir como invitado a la reunión de la APEC es una oportunidad muy importante para exportar a Norteamérica y Asia o conocer sobre la región. Así es, usted puede, si puede pagar el viaje y el acceso, acudir a dicho evento en especial a las conferencias del mismo.
La APEC que tiene sus oficinas centrales en Singapur que se fundó en 1989 a iniciativa de los EUA, Canadá y Japón con una abrumadora mayoría de países asiáticos, de ahí China se sumó en 1992 y México en 1993. Perú y Chile son los otros países del continente americano. La APEC era algo así como la madre del tratado de libre comercio del pacifico llamado TPP que fue abortado en el 2017 pero podría revivir.
MUNDO
La tradición del saqueo: Naturaleza depredadora del poder imperial

– Actualidad, por Alberto Gómez R.
(Parte 1) A lo largo de la historia de la humanidad, el poder económico de los grandes imperios se ha construido frecuentemente sobre pilares tan sombríos como la guerra, el saqueo sistemático y el sometimiento de pueblos enteros.
Este patrón de comportamiento, visible desde los primeros imperios de la antigüedad hasta las potencias contemporáneas, revela una lógica de acumulación basada en la extracción violenta de recursos más que en la productividad o la innovación endógena.
El historiador económico Douglas North, citado en uno de los documentos analizados, señalaba que los imperios antiguos establecían sistemas burocráticos sofisticados que permitían la expropiación sistemática de excedentes de las regiones conquistadas.
En el mundo actual, Estados Unidos representa la última encarnación de este impulso imperial, aunque sus métodos hayan evolucionado hacia formas más sofisticadas de dominación económica y militar.
Como se advierte en el panorama actual, esta potencia estaría experimentando un rápido declive relativo en el escenario global, lo que intensificaría sus comportamientos depredadores hacia naciones ricas en recursos que se resisten a someterse a su hegemonía.
Venezuela, con las mayores reservas petroleras certificadas del planeta, se encontraría en la mira de este mecanismo de saqueo contemporáneo, al igual que lo estuvieron Irak, Libia y Siria en las últimas décadas, solo por citar algunos ejemplos.
LOS CIMIENTOS HISTÓRICOS DEL SAQUEO IMPERIAL
Los primeros grandes imperios de la historia establecieron las bases de lo que sería una larga tradición de explotación económica mediante la conquista. En Mesopotamia, Egipto, China y la India, surgieron estructuras estatales centralizadas que «legislaban, impartían justicia y ejecutaban sobre un extenso territorio que agrupaba a muchas ciudades» (eumed.net).
Estos imperios perfeccionaron sistemas de extracción de riqueza mediante tributos, esclavitud y control de las rutas comerciales.
El Imperio de Alejandro Magno ofrece un ejemplo temprano de cómo la conquista militar servía como vehículo para la acumulación de riqueza. Como se describe en los documentos, Alejandro y sus falanges macedonias conquistaron todo el Imperio persa en tan sólo ocho años, apoderándose de inmensos tesoros y estableciendo un sistema de control sobre territorios que se extendían hasta la India. Patrón similar exhibiría el Imperio Romano, que transformó el Mediterráneo en su «Mare nostrum» y extrajo recursos de todos los territorios conquistados, desde las minas de plata hispanas hasta los graneros egipcios.
Con la era de los descubrimientos, las potencias europeas perfeccionaron el arte del saqueo imperial a escala global. España y Portugal inauguraron lo que podría considerarse el primer «imperio global» de la historia: «por primera vez un imperio abarcaba posesiones en todos los continentes del mundo» (eumed.net).
El flujo de metales preciosos desde América hacia Europa financió las guerras y el desarrollo económico europeo durante siglos, a costa del exterminio y la explotación de poblaciones indígenas.
El Imperio británico llevaría este modelo a su máxima expresión, estableciendo una red global de colonias y territorios controlados que proveían de recursos naturales y mercados cautivos a la metrópoli. El comercio de esclavos, la extracción de recursos en condiciones de cuasi-esclavitud y la destrucción de industrias locales competitivas fueron algunas de las estrategias empleadas para consolidar su hegemonía económica.
ESTADOS UNIDOS, LA SUPERPOTENCIA DEPREDADORA
Estados Unidos emergió como potencia global practicando una versión modernizada del juego imperial tradicional. Bajo la Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt, se autoproclamó potencia hegemónica en América Latina y el Caribe, interviniendo militarmente en múltiples ocasiones para proteger sus intereses económicos. La diplomacia de las cañoneras y las intervenciones directas aseguraban el acceso a mercados, recursos y rutas comerciales estratégicas.
Tras la Segunda Guerra Mundial, con las potencias europeas debilitadas, Estados Unidos ascendió a la condición de superpotencia global, rol que se consolidaría tras el colapso de la Unión Soviética.
Como se señala en uno de los documentos, «después de que se desintegrase la Unión Soviética a principios de 1990, Estados Unidos quedó como la única superpotencia restante de la Guerra Fría». Esta posición hegemónica le permitió moldear las instituciones internacionales a su medida y establecer un sistema económico global que privilegiara sus intereses.
La economía estadounidense se ha vuelto profundamente dependiente de lo que el presidente Eisenhower denominó el «complejo militar-industrial». Con un presupuesto militar que supera al de los siguientes diez países combinados, Estados Unidos ha convertido la guerra en un negocio extraordinariamente lucrativo para sus corporaciones de defensa.
Como se documenta en uno de los artículos revisados, la administración Biden ha solicitado al Congreso «842 mil millones de dólares para el Pentágono en el año presupuestario 2024», lo que representa «la solicitud más grande desde el pico de las guerras de Irak y Afganistán» (france24.com).
Este apetito insaciable por el gasto militar requiere enemigos externos y conflictos perpetuos, creando un círculo vicioso de intervencionismo que justifique tales desembolsos. Los resultados son visibles en las sucesivas guerras e intervenciones que han marcado las últimas décadas, desde Vietnam hasta Afganistán, pasando por Irak, Libia y Siria.
EL SAQUEO CONTEMPORÁNEO
La invasión de Panamá en 1989 constituye un ejemplo paradigmático de cómo Estados Unidos utiliza pretextos para justificar intervenciones militares que persiguen objetivos geoeconómicos estratégicos. Como se documenta extensamente en varios de los materiales consultados, la llamada «Operación Causa Justa» fue oficialmente justificada como una medida necesaria para detener el narcotráfico y defender la democracia.
El general Manuel Antonio Noriega, quien había sido durante años un aliado útil para Washington y colaborador de la CIA, fue convertido de pronto en enemigo público número uno. Como se describe en los documentos, Noriega «había sido aliado clave de Estados Unidos durante el final de la Guerra Fría, trabajando como agente de la CIA, al tiempo que tejía vínculos con el narcotráfico» (elnacional.com). Cuando dejó de ser funcional a los intereses estadounidenses, fue acusado de narcotráfico y derrocado mediante una invasión militar que causó entre 500 y 4 mil víctimas panameñas, según distintas fuentes.
El verdadero objetivo de la invasión, sin embargo, habría sido asegurar el control estratégico del Canal de Panamá en vísperas de su traspaso completo a soberanía panameña, previsto para el año 2000 según los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Como se señala en uno de los documentos, estos tratados «condicionaba la defensa del canal de manera conjunta, a través de un tratado adicional, dando la posibilidad de intervenir militarmente en Panamá si la operación del canal se viese comprometida».
La invasión aseguró que, aunque panameño en papel, el canal permaneciera bajo control efectivo estadounidense.
Continuará…
MUNDO
Inteligencia artificial: La arquitectura del nuevo orden mundial

– Análisis, por Victor Hugo Celaya Celaya
El mapa del poder mundial se ha reorganizado. Hoy, la influencia no se mide únicamente en arsenales o acuerdos comerciales, sino en algoritmos y capacidad de procesamiento.
Nos enfrentamos a un nuevo tablero geopolítico y geoeconómico definido por tres grandes polos de poder: Estados Unidos, con su enfoque en el desarrollo tecnológico, las finanzas y la seguridad; China, que ha apostado por la manufactura avanzada, la innovación y la inversión masiva en infraestructura; y Rusia, que basa su estrategia en el control de energía, minerales estratégicos y su poder militar.
Esta reconfiguración global plantea preguntas cruciales para el resto del mundo. ¿Cómo coexistir con estos bloques? ¿Cómo aprovechar las corrientes de innovación que emanan de ellos sin sacrificar nuestra soberanía? Y, sobre todo, ¿cómo podemos acompasar nuestras políticas públicas y nuestros esfuerzos nacionales para no quedarnos atrás en esta nueva era de equilibrios de poder?
La visión de una «aldea global» que definimos en los años noventa, unida por la apertura del comercio, ha dado paso a una realidad más compleja. La interconexión actual se teje con redes de inteligencia artificial (IA), investigación científica y ecosistemas digitales.
Aunque las tensiones militares persisten, el verdadero campo de batalla se ha trasladado a la biotecnología, la robótica y, de manera central, a la inteligencia artificial. Esta revolución ya impacta nuestra vida diaria, transformando la educación, la salud, el trabajo y la seguridad. Ninguna sociedad puede sustraerse a ella.
LA CARRERA POR EL FUTURO: ESTRATEGIAS EN COMPETICIÓN
Cada una de las grandes potencias ha trazado una ruta clara para liderar esta era tecnológica, obligando al resto de los países a replantear la cooperación y la competencia.
Estados Unidos ha optado por un modelo que prioriza la innovación impulsada por su dinámico sector privado. En 2023, la inversión privada en IA en este país alcanzó los $67.2 mil millones, una cifra superior a la suma de los siguientes 14 países.
El gobierno actúa como un catalizador estratégico, como lo demuestra la Orden Ejecutiva 14110 para el desarrollo seguro y confiable de la IA, o la Ley CHIPS y de Ciencia, que destina más de $52 mil millones a revitalizar la fabricación de semiconductores, el hardware fundamental sobre el que corre toda la inteligencia artificial.
Esta estrategia se materializa en proyectos monumentales como ‘Stargate’, el centro de datos de $100 mil millones de Microsoft y OpenAI, o la Alpha School en Virginia, que ya personaliza el aprendizaje con IA.
China avanza con un enfoque centralizado y dirigido por el Estado, con la meta clara de alcanzar el liderazgo mundial en IA para 2030. A través de iniciativas como «AI+», integra soluciones de IA en sectores clave. El resultado es un ecosistema robusto: se estima que el valor de la industria de IA en China superará los $220 mil millones para 2026.
Este esfuerzo se refleja en su dominio de la propiedad intelectual, acumulando casi la mitad de todas las solicitudes de patentes de IA en el mundo. Gigantes tecnológicos como Baidu, Alibaba y Tencent no son solo empresas, sino instrumentos de la estrategia nacional para establecer estándares globales.
Rusia, por su parte, enfoca su estrategia de IA en la soberanía digital y la seguridad nacional. A través del proyecto nacional “Economía de Datos”, que se extenderá hasta 2030, busca reducir su dependencia de la tecnología extranjera e integrar la IA en sectores gubernamentales clave.
Más que competir en el mercado de consumo global, su prioridad es aplicar la IA para la optimización de sus industrias estratégicas (energía, defensa) y la administración pública. Su marco regulatorio es estricto y busca asegurar un uso responsable de la tecnología, priorizando el control estatal y el desarrollo de talento local a través de iniciativas educativas supervisadas.
La Unión Europea ha decidido jugar un papel distinto, posicionándose como el gran regulador global. Su enfoque no es competir en una carrera de velocidad, sino establecer las reglas del juego. Con su Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), aprobada en 2024, introduce el primer marco legal integral para la IA, basado en niveles de riesgo. Este prohíbe aplicaciones consideradas inaceptables (como el «social scoring» estatal) y regula estrictamente los sistemas de alto riesgo.
Este poder normativo se complementa con fuertes inversiones a través de programas como Horizonte Europa y Europa Digital, que movilizan miles de millones de euros para construir una infraestructura de datos soberana bajo iniciativas como GAIA-X y apoyar a un ecosistema de IA «confiable y centrado en el ser humano».
EL DESPERTAR DE AMÉRICA LATINA: PRIMEROS PASOS
Frente a estas estrategias consolidadas, América Latina no es un simple espectador; la región ha comenzado a mover sus propias piezas. Aunque de manera desigual y con retos importantes, están surgiendo iniciativas notables.
En México, la coalición multisectorial IA2030MX ha impulsado una agenda para el desarrollo de una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. Polos de innovación como Monterrey y Guadalajara concentran talento y startups, mientras que universidades como la UNAM y el Tec de Monterrey lideran la investigación.
Otros países también marcan el paso. Chile fue pionero en la región al lanzar su Política Nacional de Inteligencia Artificial en 2021, centrada en el desarrollo de talento, la ética y la adopción de IA en la industria. Brasil cuenta con una robusta red de centros de investigación en IA y debate activamente un marco legal propio. Por su parte, Colombia ha establecido un marco ético para la IA en el sector público y promueve proyectos de datos abiertos para fomentar la innovación. Estos esfuerzos, aunque incipientes, demuestran una conciencia creciente sobre la urgencia de participar activamente en esta revolución.
DE ESPECTADORES A PROTAGONISTAS
Ante este escenario, la pregunta para nuestros países es ineludible: ¿nos conformaremos con estos primeros pasos o aceleraremos el ritmo para jugar un rol protagónico? Si queremos dejar de ser simples compradores de tecnología para convertirnos en creadores, necesitamos una hoja de ruta clara y acciones inmediatas.
La interconexión de hoy, definida por algoritmos, nos obliga a innovar. Para ello, es fundamental avanzar en tres áreas estratégicas:
- Formar talento e invertir en educación digital. Esto debe empezar desde la educación primaria y extenderse hasta los posgrados.
- Crear alianzas estratégicas entre universidades, gobierno y empresas. Los esfuerzos aislados son insuficientes.
- Diseñar políticas públicas con visión de futuro. Debemos impulsar el uso integral de la IA y desarrollar un marco ético sólido que garantice la equidad y la protección de datos.
Esto implica fomentar centros de inteligencia artificial que apoyen a startups y consoliden proyectos de investigación propios, aprendiendo de las experiencias globales. La tecnología no debe ser vista como algo «importado» o lejano, sino como un campo fértil donde podemos liderar.
Nos encontramos en un punto de inflexión histórico. La inteligencia artificial está redefiniendo las reglas del desarrollo económico y social a una velocidad sin precedentes. No podemos permitirnos el lujo de la duda o la postergación. La tarea es clara: debemos alinear nuestros recursos, talentos y voluntades para integrarnos de manera soberana y estratégica a esta nueva era. Lo que hagamos, o dejemos de hacer, durante esta década determinará las oportunidades de las próximas generaciones.
MUNDO
El dilema de Putin: ¿Paz con Trump o alianza con China?

– Política Global, por Jorge López Portillo Basave
El miércoles habrá un gran evento en China para conmemorar el día de la victoria aliada vs Hitler hace 80 años. Como sabemos en la guerra contra los Nazis, Rusia y China fueron compañeros de lucha con EUA y casi todo Europa. Por eso es por lo que el propio Putin antes de ir a Alaska a ver a Trump pasó por el cementerio de soldados rusos y americanos caídos en la Segunda Guerra Mundial.
El 1 de septiembre era la fecha que Trump había puesto como referencia para saber si Rusia hablaba en serio. De hecho, tanto Francia como Alemania han dicho que parece ser que Estados Unidos tendrá que aplicar sanciones más severas contra Rusia, ya que no ha cumplido sus promesas para ver a Zelenski antes de este día.
Alemania ha ido más allá y ha dicho que Rusia ya está en guerra con Europa porque en fechas recientes ha habido ataques terroristas en contra de intereses alemanes en varios países de la región.
Dichos ataques habrían sido financiados por Rusia, según el nuevo canciller alemán, quien además ha asegurado que el modelo económico de regalar dinero a los ciudadanos por no trabajar era insostenible. Es decir, que Europa no está en su mejor momento económico. Esto lo digo porque una guerra es cara.
La OTAN celebra cada año en Francia la llegada de los aliados y el Día de la Victoria, pero pocas veces invitan a sus aliados de otros países (como Rusia y China), quienes también lucharon contra Hitler, Japón e Italia.
La fiesta en China será presenciada no solo por Xi Jinping quien la organiza, sino por varios líderes aliados o vecinos del momento, incluido Vladimir Putin, quien debe decidir si acuerda la paz con Trump para Ucrania o se sigue entregando en los brazos de China.
Irán, India, Corea del Norte, Rusia, China y otros 23, de un modo o de otro, no han querido aplicar sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania o son aliados de China, por encima de EUA.
Sea lo que sea, parece que EEUU y Europa se preparan para la guerra esperando llegar a un acuerdo previo, pero incluso invirtiendo más en armas y hasta cambiando el nombre de sus secretarías de defensa por guerra, como lo anunció Estados Unidos para regresar al nombre de “Departamento de Guerra” en lugar de “Departamento de Defensa”, nombre que llevó desde 1947 a la fecha.
Una tristeza que no haya acuerdo en Europa por una u otra causa. Como lo hemos venido diciendo, China es el gran ganador de la guerra en Ucrania y en la paz sería el gran perdedor a menos de que logre reintegro con una Rusia arruinada.
EUA es claro, quiere hacer negocio con Rusia y con Ucrania, pero si no es por el comercio, será por las armas. Me hubiera gustado hablar de los temas de las drogas a menores para cambiar de sexo o el supercohete que con éxito despegó hace 4 días desde Texas en la carrera de las potencias para regresar a la Luna y llegar a Marte, pero creo que esta reunión y esta fecha serán determinantes para el futuro de Europa. Aunque las drogas para cambio de sexo pueden ser determinantes para el futuro de Occidente.
Por lo pronto, Rusia, el rebelde y agresivo, está viendo si da su amor a EUA o a China. Y en caso de hacerlo, habrá que ver si es duradero.
Por cierto, quiero felicitar al Papa León XIV por su cumpleaños. Espero ir a Roma a conocerle —al menos de lejos— y de ahí, si Dios quiere, a Tierra Santa. Los avances tecnológicos parece que no han ido de la mano con los avances, o mejor dicho, con el mantenimiento del sentido común. Hace mucho que no doy gracias a usted por su lectura y a este espacio por la oportunidad. De verdad, ¡muchas gracias! Feliz inicio del mes.