MUNDO
Registra fuertes protestas: La actual crisis socio-económica en Cuba
Economía Global, por Alberto Gómez R. //
La crisis sanitaria mundial por la enfermedad Covid-19 sigue siendo una difícil realidad. Incluso países con una amplia cobertura en la aplicación de las diferentes vacunas aún son muy afectados por los contagios y los decesos.
Y aunque se tiene claro que con una población mayormente inoculada el número de muertes está teniendo una disminución considerable en relación con la cifra de contagios, los riesgos de afectación física y mental por la enfermedad, para aquellos que logran sobrevivirla, todavía representan una incógnita para los círculos científicos y médicos abocados a combatirla.
Conforme continúan avanzando los efectos de la pandemia, tanto en el ámbito de la salud humana como el político y el económico, la recuperación parece alejarse cada vez más en algunas regiones del mundo ante el brote de nuevas cepas del virus SARS-CoV-2 (coronavirus), como la variante Delta, en cuyo supuesto país de origen, la India, ha causado verdaderos estragos con más de 31 millones de contagios y más de 400 mil decesos, en la segunda nación más poblada del mundo con 1,380 millones de habitantes.
La afectación económica resultante de la pandemia del coronavirus representa un importante reto para el mundo, que ha acentuado las brechas económicas entre ricos y pobres.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) elevó su estimación de crecimiento promedio para la región en 2021 a 5,2%, cifra que denota un rebote desde la profunda contracción de 6,8% anotada en 2020 como consecuencia de los efectos adversos producidos por la pandemia de COVID-19. Esta expansión no alcanzará para asegurar un crecimiento sostenido ya que los impactos sociales de la crisis y los problemas estructurales de la región se han agudizado y se prolongarán durante la etapa de recuperación, advirtió el organismo de las Naciones Unidas en un nuevo informe especial dado a conocer el 8 de julio pasado. Advierte que los impactos sociales de la crisis se agudizan y se prolongarán durante la recuperación.
El documento titulado La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe. Crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad, fue entregado por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en una conferencia de prensa virtual en la cual urgió a los gobiernos a mantener las políticas de transferencias de emergencia para fortalecer una reactivación que sea sostenible en el tiempo, más justa, igualitaria y amigable con el medio ambiente.
“Necesitamos políticas para una recuperación transformadora con énfasis en la inversión. Políticas industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento de sectores más intensivos en tecnología y generadores de empleos de calidad. Reestructurar los sistemas de salud y educación. Sostener las transferencias, universalizar un ingreso básico de emergencia, implementar bonos contra el hambre, asegurar el acceso a una canasta básica digital, fortalecer el apoyo a las mipymes. Impulsar políticas transversales y sectoriales para avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo”, declaró la doctora Bárcena.
Según las nuevas proyecciones de la CEPAL, en 2022 América Latina y el Caribe crecerá 2,9% en promedio, lo que implica una desaceleración respecto del rebote de 2021. Nada permite anticipar que la dinámica de bajo crecimiento previo a 2020 vaya a cambiar. Los problemas estructurales que limitaban el crecimiento de la región antes de la pandemia se agudizaron y repercutirán negativamente en la recuperación de la actividad económica y los mercados laborales más allá del repunte del crecimiento de 2021 y 2022. En términos de ingresos per cápita, la región continúa en una trayectoria que conduce a una década perdida, advierte el informe. (cepal.org)
Los efectos y la recesión económica en América Latina se sienten ya, y se comienzan a agudizar rezagos sociales que decantarán en crisis político-sociales, como las que ya se viven en algunos países de la región. Recientemente Colombia vivió momentos de alta tensión cuando sus pobladores se manifestaron en contra de las reformas económico-fiscales que el presidente derechista Iván Duque quiso imponer arbitrariamente, y que al final tuvo que cancelar por la amenaza de convertirse en el motivo de un estallido social.
En Cuba se vive una situación preocupante debido al recrudecimiento de los contagios de Covid-19 en esta nueva ola de la variante Delta y al agravamiento de su economía. Desde hace días comenzaron manifestaciones callejeras de protesta en contra del gobierno cubano, culpándolo de la situación de carencia y pobreza que se vive en la isla, y conforme han pasado los días, éstas se han vuelto violentas al tratar de contenerlas; sin embargo, estas manifestaciones no sólo son en contra de las autoridades gubernamentales, sino que también las hay en apoyo al gobierno de Cuba, encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel.
Tras las inéditas protestas ocurridas el pasado domingo en varias ciudades de Cuba exigiendo comida y medicinas, pero también «libertad» y el «fin de la dictadura» –con tintes de injerencia extranjera a todas luces- el gobierno de Díaz-Canel apuntó hacia el embargo estadounidense como la raíz de los males que aquejan a la isla.
La complicada situación económica de Cuba es resultante del duro bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a la isla desde hace 60 años, que inició el entonces presidente Dwight Eisenhower luego del triunfo de la Revolución Cubana y como represalia a la nacionalización de medios de producción, negocios y activos –incluyendo tierras y refinerías de azúcar- que afectó intereses estadounidenses por un valor de 1,000 millones de dólares, y de subir los aranceles a la importación de productos estadounidenses y de establecer relaciones comerciales con la Unión Soviética.
Eisenhower redujo drásticamente la importación de azúcar de Cuba, puso en marcha un embargo comercial parcial y terminó rompiendo relaciones diplomáticas con La Habana.
Luego del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos y de que Fidel Castro declarara a Cuba como un «estado socialista» en 1961, el presidente estadounidense John F. Kennedy estableció en 1962 un embargo total sobre el comercio con Cuba, con excepción de alimentos y medicinas.
El bloqueo económico a Cuba -llamado eufemísticamente “embargo”- ha buscado poner de rodillas al pueblo cubano para doblegarlo por las carencias que su pueblo padece cotidianamente y que, a raíz de la pandemia del COVID-19 se han acrecentado, ya que no cuentan ni siquiera con material médico básico como jeringas para aplicar las vacunas desarrolladas por ellos mismo, cuya efectividad es de las más altas según demuestran los ensayos clínicos.
La crítica situación que vive ahora Cuba ha dividido opiniones y posturas en América Latina, unos a favor y otros en contra, definiendo a los países que siguen bajo el sometimiento y designios del acérrimo y poderoso rival de las revoluciones social-democrátas: Estados Unidos.
