MUNDO
Se extiende el pánico en la banca suiza y alemana: Reformas a pensiones convulsionan a Francia

Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
Las protestas de la sociedad francesa, que han salido a las calles en las ciudades grandes, medianas y pequeñas en todo el territorio galo, cada vez se fortalecen más, sumándose en muchas de estas, los mismos cuerpos policiacos llamados por las autoridades de gobierno para dispersar y confrontar a los manifestantes.
Son realmente conmovedores los videos que circulan por las redes sociales en todo el mundo, en los que se observa cómo los cuerpos de seguridad oficiales rompen filas para sumarse a los manifestantes, entonando a todo pulmón La Marsellesa –el himno nacional de Francia- y gritando consignas en contra del actual presidente francés, Emmanuel Macron, pidiendo que renuncie al gobierno, y se dé marcha atrás con la polémica reforma a la ley de jubilación que aumenta los años para que los ciudadanos franceses puedan jubilarse.
El parlamento francés está completamente dividido, entre quienes apoyan la iniciativa de Macron y los que la rechazan.
Las mociones de censura se quedaron cortas en la Asamblea Nacional. Pero el recurso presentado por la agrupación Liot, que no logró su objetivo por solo nueve votos, sembró dudas sobre la fuerza política de Emmanuel Macron en la actualidad. Como respuesta al avance en las modificaciones impuestas al pueblo francés, las manifestaciones y paros laborales aumentaron. La capital francesa, París, ha dejado por el momento de tener ese mundialmente famoso glamour, para aparecer ahora como una ciudad con miles de toneladas de basura por sus calles, ante el paro de los trabajadores de los servicios de limpieza y recolección de desechos.
«El Gobierno ya está muerto a ojos de los franceses», aseguró Mathilde Panot, líder del partido Francia Insumisa, momentos después de que se anunciaran los reñidos resultados de la votación sobre la moción de censura contra el Gobierno francés.
El fracaso de los recursos respaldados por partidos de todo el espectro político francés —desde la extrema derecha hasta la izquierda, pasando por los centristas— significa que la primera ministra, Élisabeth Borne, seguirá en funciones y que la reforma saltó el último obstáculo parlamentario para ser implementada.
Pero la victoria, lejos de alegrar a los funcionarios macronistas, preocupa a un gran sector del Gobierno. No se esperaba que una de las mociones de censura, la presentada por el grupo independiente Liot, contara con 278 votos en el hemiciclo francés, solo nueve debajo de los 287 votos necesarios para destituir a la primera ministra.
Los resultados han delatado una debilidad del macronismo en el Parlamento, mayor a la que muchos esperaban. Y aunque el puesto del presidente, Emmanuel Macron, no corría peligro directo ante la moción —de ser aprobada, solo hubiera afectado a la primera ministra— su figura ha salido debilitada.
Una parte de la ciudadanía no solo percibe con disgusto la reforma pensional —el 70% de los franceses rechazan la polémica ley, según encuestas como la de ‘Elabe’—sino que también están desencantados con el presidente. (france24.com)
Los franceses están viviendo una complicada situación socio-política y económica. Francia ha sido una de las naciones más afectadas por las sanciones impuestas por los Estados Unidos y sus aliados a Rusia. Otras naciones europeas que dependían de los energéticos y materias primas rusas siguen pagando un alto costo colateral por los lineamientos impuestos desde Washington en contra de la Federación Rusa.
Para paliar los altos índices inflacionarios que agregan otro ingrediente de peso al descontento para las protestas sociales, el gobierno de Macron ha presentado un acuerdo con los grandes distribuidores para ofrecer una serie de productos al precio más bajo posible.
Las cadenas de supermercados francesas se han comprometido a ofrecer a sus clientes una serie de productos alimentarios y de primera necesidad al más bajo precio posible. La medida, según el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, costará a estas empresas “varios centenares de millones de euros”. Cada firma tendrá la libertad para definir su propia cesta de productos asequibles y para fijar el precio.
La Maire, flanqueado por los dirigentes de algunas de las principales cadenas, anunció un acuerdo que pondrá en marcha el llamado “trimestre anti-inflación”. Se trata, dijo, de “un dispositivo masivo, eficaz y protector”. El objetivo es amortiguar la inflación en los alimentos, que en febrero alcanzó en Francia el 14,5% respecto al mismo mes del año pasado. Un logo con la bandera tricolor, el mismo para todas las cadenas, identificará los productos rebajados. La medida se empezará a aplicar en los próximos días y debe prolongarse hasta junio. (elpais.com)
Otros países europeos observan detenidamente lo que sucede en Francia, y comienzan a elaborar medidas económicas para frenar la espiral inflacionaria que se ve ahora afectada por el pánico y la especulación que han invadido a los bancos centrales, y a los mercados de valores tras la quiebra de bancos iniciada con el Silicon Valley Bank, de California, Estados Unidos.
El miedo de los inversionistas y ahorradores han provocado retiros masivos en una gran cantidad de bancos y empresas de inversión de capitales, sobre todo después de que la onda expansiva especulativa alcanzó a Credit Suisse, el segundo banco más grande de Suiza, provocando una estrepitosa caída en el valor de sus acciones, por lo que tuvo que ser rescatado –comprado- por UBS (Union Bank of Switzeland) para evitar un daño mucho mayor.
UBS es una firma global que provee servicios financieros a clientes privados, corporativos e institucionales. Tiene presencia en los mayores centros financieros, y oficinas en más de 50 países. En México, ofrece servicios de gestión patrimonial y banca de inversión.
Es uno de los mayores gestores de activos del mundo y pertenece al grupo de los 29 principales bancos clasificados por el Consejo Internacional de Estabilidad Financiera (FSB) como instituciones financieras de importancia sistémica. Por lo tanto, está sujeta a una supervisión especial y a unos requisitos de adecuación del capital más estrictos. Los orígenes de UBS se remontan al año 1856.
El temor de impagos a sus inversores y la falta de liquidez para sus operaciones cotidianas provocaron que el viernes 24 de marzo, se desplomara el valor de mercado de UBS y Deutsche Bank, el principal banco alemán, que registró una caída del 9% en el precio de sus acciones, contagiado por la tendencia que tienen visas de una irremediable crisis financiera global.
Deutsche Bank, el banco más grande de Alemania y el primero en capitalización en ese país incluso tocó picos negativos de hasta 15%, un nivel en rojo que no se veía desde la pandemia del covid-19 hace tres años.
El hecho de que el principal jugador del sistema financiero germano tuviera un viernes negro contagió a los mercados del mundo y eso se notó en nuevos retrocesos de otras empresas del sector financiero en Europa y varios de Estados Unidos.
Pero, ¿qué sucedió? Su CEO, Christian Sewing, decidió amortizar una emisión de US$1,500 millones de deuda subordinada con vencimiento en 2028, que cotizaba a 94% del nominal. Esto causó un fuerte repunte en el coste de los seguros para cubrir un potencial impago de la deuda de Deutsche Bank (los credit default swaps o CDS).
Por eso, la crisis financiera ha dejado de ser un titular para convertirse en un riesgo que anticipa la recesión en Europa y EE.UU. como efecto, el Deutsche Bank terminó siendo en la jornada del viernes el banco alemán con la mayor pérdida de capitalización bursátil: bajó 15% su valor de mercado, con US$18,350 millones. (larepublica.co)
El mismo viernes, El Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera del Tesoro de EE.UU. celebró una reunión a puerta cerrada no programada.
Los jefes de las principales agencias reguladoras financieras de Estados Unidos se reunieron por vídeo para escuchar una presentación del personal de la Reserva Federal de Nueva York que concluyó que el sistema bancario «sigue siendo sólido».
Es mentira.
Los bancos de todo el mundo están quebrados por definición. Es materialmente imposible que puedan devolver a sus clientes el dinero que estos tienen depositado en sus cuentas por la sencilla razón de que no lo tienen. Si los bancos no caen –aún- es porque consiguen hacer creer a sus clientes que pueden tener confianza en ellos y no ir rápidamente a retirar su dinero. Cuando la pierden, como ha pasado últimamente con varios bancos de Estados Unidos, con el Credit Suisse, UBS, Deutsche Bank, enseguida se vienen abajo.
La caída continúa…
CARTÓN POLÍTICO
El muro de los dolores
MUNDO
El poder venció a la información: Los medios de comunicación y el engaño de la salud de Joe Biden

Política Global, por Jorge López Portillo Basave //
El saber lo qué pasó con la capacidad cognitiva de Biden es no sólo importante para EUA sino para los medios y las democracias del mundo. Digamos que algunos de los políticos de alto nivel del partido demócrata de EUA prefieren ver hacia adelante y dar carpetazo al pasado. Eso suena adecuado para no estar repitiendo temas políticos del 2021 al 2025 en especial si los beneficiarios temen el haber abusado del estado mental y físico del exmandatario.
Empecemos por recordar que hace ocho días se dio a conocer el audio de la entrevista del 2023 donde Joe Biden era cuestionado por el fiscal especial responsable de investigar el posible delito del entonces senador por Delaware de los 70 al 2008, y después del 2008 al 2016 vicepresidente Biden, quien se habría llevado a su casa, a su oficina privada y, a una universidad particular varias cajas de documentos marcados como secretos o confidenciales.
Cuando el fiscal especial dio a conocer su informe y recomendó no procesar a Joe Biden, dijo que la razón por la que hacía esa recomendación era porque de poner al presidente Biden ante un jurado, no se podría obtener una condena, ya que se le vería como “un anciano olvidadizo” quien por años de manera consciente se llevó y mantuvo sin permiso.
A partir de ahí los partidarios de los conservadores exigieron conocer los audios completos de dicha entrevista para ver si en realidad se justificaba no procesarlo por el mismo delito por el que se estaba procesando en ese 2023 a Trump, quien además a diferencia de Biden, había sido presidente durante el tiempo en el que se llevó a su casa papeles marcados como confidenciales.
Obviamente los medios de mayor prestigio desestimaron las críticas de los republicanos y del propio Trump. La Casa Blanca y decenas de legisladores y altos políticos demócratas acusaron a los republicanos y al propio fiscal especial de estar atentando contra la imagen de Biden al que defendieron asegurando que él era mentalmente muy ágil y tan agudo y trabajador que era difícil el mantenerle el paso ya que estaba bien preparado e informado de todos los temas que presentaban a su consideración.
La verdad es que desde el 2020 se vio a un Biden disminuido pero los encierros por el COVID-19; le dieron la excusa perfecta para hacer campaña desde el sótano de su casa. Incluso se decía que su agenda era ligera era para no arriesgar a los ciudadanos, contrastándolo con los eventos masivos de Trump al que acusaban de ser un hombre mentalmente agotado.
Los medios de comunicación y las encuestas pedían a un presidente con imagen tradicional que pudiera ser aceptado por los llamados afroamericanos. Así las cosas, Joe Biden llegó a la candidatura misma que había buscado sin éxito por tres ocasiones anteriores y seleccionó como su compañera a la senadora por California Kamala Harris, quien en el debate previo a la primera elección interna de su partido, había acusado a Biden de racista.
Hoy todo es historia, las anécdotas públicas y privadas llenan los medios nacionales del país más rico y poderoso del mundo. Los medios más afamados acusan a los líderes demócratas de ocultar el estado de Biden y ser causantes de la victoria de Trump.
Los líderes demócratas dicen que ya no es tiempo de ver para atrás sino de ver el futuro, los aspirantes que se quedaron en el camino en la elección interna del 2020 dicen que ellos no vieron nada pero que es culpa de Biden y de sus allegados por no haber sido honestos y claro los militantes y figuras liberales dicen que la dirigencia del partido es culpable por haber ocultado la realidad.
Como siempre la derrota y la vergüenza son huérfanas. Incluso CNN y su conductor estrella Jake Tapper sacaron un libro para denunciar los secretos tras el poder del periodo 2020-2025 en donde citan fuentes de integrantes del gabinete que aseguran no haber tenido acuerdos con el presidente por más de 2 años. Señalan que el presidente no reconocía a sus secretarios de Estado o altos asesores, incluso indicando que para acuerdos con el propio secretario de Defensa necesitaba un guion.
El gobierno de Biden se vio envuelto en múltiples decisiones cuestionables, pero poco difundidas por los medios quienes eran sus aliados. Ahora se sabe que muchas de esas decisiones fueron firmadas con una máquina que hacía la firma de Biden y no por su puño y letra. La noticia de que Biden está enfermo en realidad no es noticia, el nombre de cuando menos uno de sus padecimientos no era público, pero se ocultó por negocio de unos cuantos.
El 74% de los electores no querían que fuera candidato en 2024. Ahora los conductores de MSNBC como Joe Scarborough de Morning Joe, quien hace 1 año decía que “esta versión de Biden (del 2024) era la mejor de la historia por su agilidad mental y su conocimiento de la política”, ahora dice que Biden decía estupideces, pero que siempre las dijo, por lo que no era raro, y que él no es culpable de encubrir la verdad sobre Biden, que en realidad era pública, pero no aceptada.
George Clooney, quien días antes del debate de Biden con Trump realizó un evento con artistas de Hollywood para recaudar fondos a favor de Joe y Kamala, ahora dice que Biden estaba muy mal y que por eso como deber cívico, él pidió a Biden dejar la candidatura (claro, después del desastroso debate y de sacarle a sus amigos 30 millones de dólares en donaciones).
Asesores del presidente confiesan que en el avión presidencial se decía que el presidente no podía ni siquiera poner una oración completa. Algunos otros aseguran que se pensaba ponerlo en silla de ruedas después de la elección.
La lista de detalles es tan larga que ahora que todos saben que estaba muy enfermo, nadie quiere admitir que fue parte de la operación de encubrimiento más penosa de la historia moderna de los Estados Unidos. El presidente tiene un cáncer avanzado. Según expertos, este lo debe tener desde hace 5 o tal vez 10 años.
Algunos dicen que, como el presidente tiene más de 80 años, ya no era costumbre hacer pruebas de cáncer. Pero eso es para civiles normales, no para el hombre más poderoso del mundo, como demuestran los estudios que se le hicieron a Bush, Obama y Trump antes y ahora. Además, Biden ya había tenido cáncer de piel y problemas en el colon. Peor aún, se dice que su último examen (oficial) de próstata fue en el 2014, por lo que “oficialmente” nunca fue diagnosticado.
Esto es una mamarrachada, perdone usted mi lenguaje. En fin, ahora veremos si se sabe quien o quienes eran los que tomaban las decisiones de la pluma mecánica y si como dice Biden él no sabía de partes delicadas de la salida de Afganistán o de los temas de hombres en baños de mujeres o de los millones de indocumentados traficados por carteles en los años recientes o de la hiperinflación del 2023-2024, o de los miles de millones de dólares en endeudamiento para gasto de infraestructura que no se hizo. La verdad es que solo Dios sabe quién era, o si eran los verdaderos presidentes de facto de EEUU.
Lo cierto es que los medios prefirieron ser parte del poder que de la información. Las decisiones de Biden fueron tan cuestionables como muchas de las de Trump, pero en los principales medios que ahora se hacen sorprendidos, casi nadie les dio crítica o cuestionamiento. Los libros de periodistas parecen más un catálogo de excusas y disculpas tardías.
El grupo cercano a Biden aprovechó el poder y sea o no legal es algo humano. Pero los medios se supone que son los que deben hablar de frente al poder y estaban tan ocupados defendiendo posturas ideológicas que olvidaron ver que debían investigar y difundir todo lo que era noticia en favor de sus lectores y no solo lo que le convenía a sus amigos. Para la historia quedan los cientos de millones de dólares enviados de China, Rusia y Ucrania al hijo del presidente Biden y que nadie pudo explicar.
También los cientos de millones de dólares en gastos de asesores en los paquetes de presupuesto más altos de la historia que no construyeron casi nada de infraestructura, los decretos firmados con máquina en lugar de en físico por parte del presidente, los largos periodos del hijo del presidente en la oficina presidencial sin su padre presente.
Otros hechos acumulados fueron el escándalo de la salida de Afganistán y los múltiples episodios en los que el presidente decía no saber sobre órdenes o recomendaciones recibidas en materia de seguridad nacional, el presupuesto para hombres trans en competencias de mujeres, lucha contra el tráfico de personas, los meses sin fin en los que el presidente vacacionó y visitó su casa de playa sumando casi la mitad de todo su tiempo al frente del país del Tío Sam, etc.
La verdad es que, si uno busca los videos de Biden antes de ser VP y claro antes de ser presidente, veremos a un Joe Biden con ideología y arranques muy distintos a su gobierno. Pero la historia recordará al Joe B. perdido en los escenarios, con la inflación más grande en la historia reciente de su país, la pérdida de más de 300 mil niños inmigrantes y confundido en sus mensajes que fue bajado de la candidatura y cuyas firmas como presidente ahora se ponen en duda.
Al final, la puerta revolvente de intereses entre medios y el poder evitó la crítica y las investigaciones al poder desde los medios más importantes. Ahora debemos ser autocríticos y ver que, no solo en EUA, sino en todo el mundo, al poder y a todos nos molestan las críticas, pero son parte de los controles para saber si estamos haciendo bien las cosas. Incluso las que vienen malintencionadas nos ayudan. Pero en especial debemos ver que hasta los países y medios más respetados y poderosos caen en el error de solapar a los amigos.
Así, los dos lados de la moneda: Biden y Trump, uno protegido por medios, tanto que quedó ciego a la realidad, y otro que está todo el tiempo en pleitos de ida y vuelta con los medios, que ya no se sabe cuándo acierta o cuándo se equivoca.
MUNDO
¿El Waterloo de Trump?

Opinión, por Luis Manuel Robles Naya //
Los Estados Unidos están siendo víctima de su propio éxito económico como sociedad de consumo. Su elevado déficit deriva de su alto número de consumidores con poder adquisitivo que consumen muchos productos importados.
Esto no sería malo, según Keynes, ya que el gasto en el consumo activa el ahorro, pero el problema de EUA es que no ahorra y ha financiado su déficit con deuda, lo que es capitalizado principalmente por China que, con su recaudación o superávit, ha financiado su crecimiento con políticas de la más pura inspiración capitalista.
China es un gigante de la manufactura, y potencia económica y científica, y el error estratégico de Trump sería querer competir con ellos en la manufactura. Parece que así lo comprendieron sus asesores y aunque en sus políticas insisten en llevar de nuevo la manufactura a su país, ese parece un objetivo secundario en la guerra comercial que han desatado. El objetivo primordial está en restablecer el equilibrio y reducir los déficits ingresando más y gastando menos.
La solución salvaje que se le ocurrió al presidente Trump y sus asesores fue poner tarifas o aranceles en forma universal con tasa fija, y recíprocos y proporcionales con el déficit de los países con balanza más desnivelada en su contra, como es el caso de China a la que impuso aranceles hasta de 145%.
Las consecuencias ya han sucedido. Las bolsas y el capital especulativo acusaron la incertidumbre; las cadenas de suministro se paralizaron o ralentizaron; las inversiones se retrajeron; el dólar se ha depreciado hasta un 8% y la relación comercial con China llegó a equipararse con un embargo por los altos aranceles recíprocos entre ambas naciones.
La semana anterior observamos cómo, en consecuencia, con la amenaza de una recesión mundial, llegaron los dos gigantes a una mesa de negociación en Ginebra, Suiza, en la cual acordaron una tregua de tres meses y la reducción temporal de sus aranceles; China los dejaría en 10% y los EUA en 30%. Algunos lo vieron como una capitulación o rendición decorosa ante la demostración China de su fortaleza y sobre todo su gran capacidad de resiliencia por la disciplina de sus consumidores y por la independencia de su proveeduría, a diferencia de sus adversarios que enfrentan presiones de productores y consumidores por los efectos de su política en las cadenas de suministro y en los precios.
A simple vista sería tanto como aceptar que Ginebra ha sido el Waterloo de Trump al llegar debilitado y ceder en la batalla arancelaria. Pero una vista más al fondo y pensando que una guerra se considera ganada al conseguir sus objetivos, la percepción de derrota debería ser reconsiderada.
En la tregua, Trump mantiene altos sus aranceles, pues el 30% no es bajo si se suman los adicionales al acero y aluminio ya existentes. Los precios al consumidor irán al alza en un riesgo político calculado antes de la elección intermedia, pero se reducirá el consumo de los productos que provocan el déficit; la devaluación del dólar resultante reduce la presión sobre la deuda y la especulativa con los bonos del tesoro; la inflación se mantiene en niveles controlables por la FED y la permanencia de aranceles altos con el resto del mundo aumenta la recaudación y provoca el ahorro necesario para componer la cuenta nacional.
Entonces la percepción de derrota no sería tan exacta, pues sus objetivos se estarían cumpliendo, tal vez no en la proporción deseable, pero si en el sentido correcto.
Falta saber cuál será la posición de la Unión Europea, Japón, Corea y los integrantes del BRIC, cuya situación es diferente a la de China y es presumible que con ellos tratará el presidente Trump de negociar en condiciones de mayor conveniencia.
La política del presidente Trump enfrenta presiones en todos los frentes, el interno y el exterior y eso si significa una debilidad, pues sin un respaldo decidido de los suyos las condiciones para negociar no serán las que el imaginó al desatar esta vorágine comercial y por ello considero que Ginebra no será su Waterloo, pues todavía le quedan demasiados frentes.
Sus objetivos son los necesarios para lograr equilibrar la balanza de pagos y darles respiro a las finanzas públicas, pero la estrategia partió de cálculos equivocados sobre la posición de fuerza. El gran garrote ya no intimida como antes y a él le faltan las palabras suaves que recomendaba Roosevelt.
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