JALISCO
Segundo piso en López Mateos: ¿Negocio a la vista o solución al caos vial?
– Opinión, por Gerardo Rico
Desde un segundo piso hasta una vía subterránea, pasando por la ampliación de carriles, pistas para bicicletas y la mejora al transporte urbano. De todo se vale opinar en torno a la caótica movilidad vial de la avenida López Mateos. Lo que no se hizo durante años se busca hacerlo en los próximos meses.
Cuando ya existen infinidad de estudios sobre el tema por parte de las universidades pública y privadas de la ciudad en torno al tema, análisis y datos duros, hasta encuestas entre vecinos y comerciantes de la zona que se oponen a un segundo piso, las autoridades estatales se empeñan en realizar cuando menos cinco mesas de trabajo para volver a hablar del mismo tema.
Hace unas semanas leí un encabezado del diario Mural: “Urge IP segundo piso en López Mateos; Quirino no lo descarta”. Apenas hace unos días el diario El Informador: “Apoyan vecinos y empresarios segundo piso en L. Mateos”; una más de El Informador: “Gana fuerza propuesta de segundo piso en López Mateos conformarán cinco mesas especializadas para elegir obras”. Incluso ya surgieron vecinos de fraccionamientos residenciales localizados a lo largo del corredor López Mateos que se pronuncian a favor de un segundo piso.
¿Quienes están interesados en la construcción de un segundo piso en la multicitada vialidad?, ¿Se podrían utilizar las mesas de trabajo convocadas por el gobierno del Estado, solo para justificar la construcción de un segundo piso? Estas y otras preguntas han surgido entre investigadores, académicos y quienes analizan y realizan estudios en torno a la movilidad de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).
Un segundo piso en López Mateos aliviaría temporalmente el tráfico en Guadalajara, pero expertos del ITESO cuestionan su eficacia estructural frente a un costo de 20-50 millones por kilómetro
Luego de la mesa de trabajo efectuada el 4 de septiembre en un hotel del sur de la ciudad y con la asistencia del gobernador Pablo Lemus —donde se reiteró lo dicho y vuelto a decir en los últimos años sobre este tema—, el ITESO emitió un comunicado y así lo encabezó: “Un segundo piso en López Mateos sería solo un alivio temporal”.
“La propuesta de construir un segundo piso en la avenida Adolfo López Mateos para aliviar la congestión vial ha reavivado un debate que lleva más de 17 años sin resolverse en el Área Metropolitana de Guadalajara. Con un costo estimado de entre 20 y 50 millones de pesos por kilómetro y la promesa de desahogar el tráfico de 150 mil conductores diarios, el proyecto divide opiniones entre quienes lo ven como una solución necesaria y los expertos que advierten sobre sus limitaciones estructurales.
Desde la academia, la perspectiva es clara: las soluciones basadas únicamente en ampliar la infraestructura vial han demostrado ser ineficaces a largo plazo. La experiencia internacional y los antecedentes locales -como los túneles construidos entre 2001 y 2006— evidencian que estas obras, si bien ofrecen alivio temporal, termina saturándose debido al fenómeno conocido como demanda inducida, en el que la nueva capacidad vial genera más tráfico hasta alcanzar nuevamente el punto de saturación”.
Hace unas semanas escribí en este espacio cómo a nivel local se empeñan en descubrir el hilo negro de los segundo pisos, cuando en la Ciudad de México y en Monterrey, Nuevo León, ha sido rebasada esta infraestructura. De acuerdo a las experiencias en la capital del país se aumentaron los niveles de contaminación, al inducir el uso del automóvil y el tráfico emporó la contaminación atmosférica y acústica.
No resolvieron la congestión vial y en lugar de solucionarla generó más tráfico al inducir el uso del automóvil especialmente en zonas sin transporte público eficiente. Afectaron el paisaje urbano y la calidad de vida: Alteraron la estética de la ciudad al generar más tráfico y afectaron la calidad de vida de los habitantes, que sufren más contaminación.
Estudios de la UNAM confirmaron que con la construcción de los segundos pisos se impactó en la salud: Pues la mayor concentración de contaminantes afectó la calidad de vida de personas con asma o alergias, y se generaron otros problemas respiratorios. Se construyeron con recursos públicos que pudieron destinarse a otras necesidades sociales, como escuelas o hospitales, y su uso implicó un costo adicional para los automovilistas.
Al ser vialidades de cuota, se conviertieron en una infraestructura para la élite motorizada, exacerbando la brecha entre los que pueden y no pueden pagar por ellas y la construcción de nuevas vialidades elevadas, nunca garantizó la disminución de la congestión, ya que muchas personas optaron por ellas en lugar de usar el transporte público de mala calidad, generando así más tráfico.
Lo cierto es que en la parte oficial nadie atina a definir una propuesta congruente con las necesidades viales de dicha avenida -a pesar que hay funcionarios en activo de la anterior administración estatal que disponen de un sinnúmero de estudios-; se ha comenzado a especular el interés de un segundo piso en López Mateos con un objetivo de negocio para empresarios locales de diversos ramos. En los siguientes meses obervaremos cómo se desarrollan las mesas de análisis y sobre todo la “novedad” de las conclusiones.
Y como ya lo escribí hace unas semanas: Entre la deficiente planeación urbana, los nuevos cotos habitacionales edificados a lo largo de la avenida López Mateos, el proceso de gentrificación con enormes edificios, la mala planificación vial, el nuevo fenómeno de miles de motocilistas y el deficiente transporte urbano, apenas están descubriendo el hilo negro de los segundos pisos.
