LOS PELOTEROS
Selección Mexicana de Beisbol, en manos de Juan Gabriel Castro

Vuelacercas, por Salvador Cosío Gaona //
De forma acertada, Juan Gabriel Castro, fue designado timonel de la Selección Mexicana de Béisbol de cara al torneo preolímpico Premier 12, cuya primera fase se desahogará en Taiwán, Seúl y el estadio de los Charros de Jalisco, en Zapopan, donde el representativo de México se medirá del 2 al 5 de noviembre a sus similares de Estados Unidos de América, República Dominicana y Holanda, en la lucha por llegar a la Súper Ronda de Tokio en que se enfrentarán los dos mejores clasificados de cada una de las sedes por la conquista de dos espacios a los Juegos Olímpicos de 2020.
Para tal nombramiento fue fundamental la injerencia positiva del más alto nivel del ejercicio del poder político del país, aunque en teoría habrían participado en la designación en forma colegiada el comisionado de la Oficina de Presidencia para Promoción y Desarrollo del Beisbol (PROBEIS), Edgar González Sabín, el presidente de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), Omar Canizales, el polémico dirigente de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), Javier Salinas, así como el jerarca de la Federación Mexicana de Beisbol (FMB), Enrique Mayorga.
Lo anterior quedó claro en el marco de la reunión informativa en la Ciudad de México; ahí se supo que para la determinación a favor de Castro fue fundamental la opinión del alto comisionado beisbolero, ya que según reseñó el mismo recién designado nuevo timonel mexicano, fue el propio González Sabín quien le llamó para comunicarle la decisión y de inmediato le manifestó Castro su agrado y total disposición para asumir de inmediato el encargo para trabajar por lograr el éxito esperado en la honrosa encomienda.
Si bien es cierto, da la impresión que la designación debió tomarse con mayor anticipación, lo rescatable es que finalmente podrá iniciar el proceso para elegir a los mejores elementos para integrar la Selección más competitiva que históricamente represente a nuestra nación en un evento beisbolero internacional, el más importante que México vaya a disputar por estar en juego la posibilidad de acudir a los Olímpicos de Tokio, donde tras largo ayuno volverá el béisbol como disciplina olímpica.
La designación de Juan Gabriel Castro genera sustentada esperanza en cuanto a que habrá de desplegar intenso y eficaz trabajo en conjunto con el comité coordinador para el entramado del equipo nacional que encabeza el comisionado de PROBEIS, Édgar González, e integrado además por los gerentes deportivos de Charros de Jalisco, Raymundo Padilla, y Jesús Valdez, de Venados de Mazatlán, por la LMP, así como Valentín Gámez, de los Acereros de Monclova, el de los Diablos Rojos del México, Miguel Ojeda, y el de Leones de Yucatán, David Cortés, que seguramente no habrán de escatimar en aportar su gran capital en experiencia y conocimiento de los peloteros más apropiados y sus excelentes relaciones con ellos y sus respectivos equipos tanto de las Ligas mexicanas como del beisbol japonés y también de las Grandes Ligas.
Además, Castro tiene el voto de confianza para procurar la contratación de los mejores elementos que le puedan resultar de máxima utilidad como integrantes de su cuerpo técnico, que serán sus coaches (de banca, de primera base, de tercera base, de pitcheo, de bateo, de receptores, de infield, de outfield, de bullpen) y así pueda contar con su más confiable soporte en la labor que emprenderá para conducir a la Selección Nacional.
Un dato importante es que para el 3 de septiembre cada equipo de los que participan en el Premier 12 deberá dar a conocer y registrar un listado preliminar de 42 peloteros, y de esa lista deberán quedar 28 elementos a inscribir en el roster definitivo antes del 3 de octubre, pudiendo cambiar hasta a ocho peloteros antes de la fecha límite para ello, que es tres días antes del inicio del torneo, o sea el 30 de octubre.
TRAYECTORIA
Nacido el 20 de junio de 1972 en Los Mochis, Sinaloa, Juan Gabriel Castro descolló al participar 17 temporadas en Grandes Ligas, donde debutó en 1995 con Dodgers de Los Ángeles, habiendo jugado también para Rojos de Cincinnati, Mellizos de Minnesota, Orioles de Baltimore y Phillies de Filadelfia; se retiró en 2012 con récord de 601 imparables (36 de ellos bambinazos) impulsando 234 anotaciones en 2627 turnos para batear, con .229 de promedio en bateo, destacando por su gran habilidad fildeando en las paradas cortas y la segunda base.
Se desempeñó como pelotero en Cañeros de Los Mochis y fue mánager con Águilas de Mexicali en la LMP; participó en la organización de los Tigres de México en la LMB, desde donde fue exportado a las Grandes Ligas, destacando como coach de infield y bateo así como de control de calidad en los Dodgers de Los Ángeles, por lo que sin duda es un conocedor de los entretelones del beisbol mexicano y del que se juega al máximo nivel global y tiene autoridad moral para encabezar la tarea de armar un gran equipo mexicano que aspire válidamente a lograr estar en los Olímpicos del próximo año y sabrá conjuntar esfuerzos con el resto del grupo a cargo del armado del representativo tricolor que son Raymundo Padilla, Jesús Valdez, Óscar Romero, Valentín Gámez y David Cárdenas, los gerentes deportivos en Charros de Jalisco, Venados de Mazatlán, Toros de Tijuana, Acereros de Monclova y Leones de Yucatán, quienes deberán integrar a los mejores peloteros disponibles, tanto beisbolistas incorporados en escuadrones de la Gran Carpa y Japón, como los que descollan en Ligas mexicanas y algunos muy experimentados ex ligamayoristas con plena capacidad para estar en ese trabuco que deberá poner en alto al beisbol azteca.
En manos de Juan Gabriel Castro se ha puesto el devenir de la Selección Nacional de Béisbol que tiene una encomienda a todas luces complicada pero alcanzable, si se toman decisiones acertadas, se brinda total apoyo por parte de los hombres de pantalón largo del rey de los deportes y se trabaja adecuadamente en la dirección correcta. El objetivo es llegar a Tokio 2020.
E-mail: opinión.salcosga@hotmail.com
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
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LOS PELOTEROS
Charros se quedó sin gas: Diablos, digno campeón

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
Diablos Rojos es un digno y gran campeón. Logró ganar la Serie del Rey, venciendo en la final a Charros de Jalisco, jugando un beisbol de alto nivel al barrer al conjunto tapatío en cuatro juegos.
La superioridad de los capitalinos quedó demostrada. Los escarlatas fueron muy superiores con un equipo muy balanceado, con un juego explosivo, sólidos tanto en la ofensiva, defensiva, corriendo las bases, como su cuerpo de inicialistas y relevistas, mostrando no solo su superioridad, sino pasar a la historia como uno de los mejores clubes en los últimos 50 años al obtener su corona número 18.
Diablos con este campeonato del 2025, no solo es bicampeón de la LMB, sino que además se convierte en el club con más cetros acumulados con 18, superando a Naranjeros de Hermosillo que tiene 17 en la Liga Mexicana del Pacífico.
Una felicitación a Diablos Rojos del México, a su timonel, el norteamericano Lorenzo Bundy, y a su presidente, Alfredo Harp Helú, quien no tuvo reparo en ofrecer los apoyos requeridos —abrir la chequera— para integrar un conjunto de extraordinarios peloteros que venció a todos los rivales que se encontró en el camino.
CHARROS
Terminó el sueño de Charros de Jalisco con el manager Benjamín Gil de timonel de lograr la hazaña de ser el primer equipo campeón de las dos grandes ligas del beisbol en México: Liga Mexicana del Pacífico (LMP) y Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
La afición jalisciense al rey de los deportes abrigaba la idea de que su equipo fuera campeón de la liga de verano, después de haber entrado de panzazo a los play-offs de esta temporada 2025, pero llegando a y haber eliminado al gran favorito Sultanes de Monterrey, que había quedado de gran líder en el rol regular, mientras que Charros en la última serie antes de que cayera el calendario, logró colarse a la postemporada.
No fue así. Fue un gran mérito que Charros lograra el Campeonato de la Zona Norte de la LMB, venciendo a Sultanes en dos ocasiones, que era el gran favorito.
Por cierto, el equipo regiomontano el pasado año fue el campeón de la Zona Norte y, al igual que Charros sucumbió en la Serie del Rey en cuatro partidos, lo que nos muestra el poderío de Diablos, convertido en un tremendo trabuco en el beisbol mexicano.
GRAN TEMPORADA DE CHARROS
El conjunto tapatío tuvo este año su segunda participación en la LMB en la era de la familia González Íñigo que adquirió la franquicia que antes perteneció a Mariachis, para convertirlo en Charros. El haber logrado ser campeón de la Zona Norte y disputar con Charros la Serie del Rey en este aniversario del centenario de vida de la LMB, ha permitido vivir semanas muy intensas, con juegos que llevaron las emociones al clímax.
En los dos últimos partidos disputados en el Estadio Panamericano fue muy grato verlo repleto, donde no cabía un alfiler, con la afición empujando al equipo.
Si bien no se logró el campeonato, el equipo cumplió sobremanera, un grupo de peloteros que habían vivido una temporada de altibajos logró sublimarse al final de la temporada con ese espíritu de lucha para lograr que la afición acudiera a darle el apoyo.
Así, termina un ciclo de ensueño para la organización albiazul, que incluyó su tercer trofeo de campeón en la Liga ARCO Mexicana del Pacífico –en enero pasado frente a los Tomateros de Culiacán–, y el pase a la Final de la LMB, fruto de su campeonato en la Zona Norte.
No hay descanso para Charros de Jalisco, que ya se prepara para iniciar la defensa de su título en la LMP: este lunes reportan los primeros invitados al roster para la campaña invernal, que arranca el próximo 16 de octubre, recibiendo a los Águilas de Mexicali, en el Panamericano.
LOS PELOTEROS
Charros vs. Diablos: ¿Habrá de nuevo jarabe tapatío como en Monterrey?

– Deporte Rey, por Gabriel Ibarra Bourjac
En una final de la Serie del Rey, cualquiera puede ganar. Cuando los Charros de Jalisco enfrenten a los Diablos Rojos del México a partir de este miércoles, el diamante será un campo de batalla donde el corazón, la estrategia y la pasión decidirán al campeón de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Este duelo es inédito en la historia de las finales de la LMB, un choque de titanes que promete emociones al límite. Los Diablos Rojos llegan como favoritos. Campeones en 2024 y bicampeones de la Zona Sur, buscan su título 18 y el primer bicampeonato de la LMB en 15 años.
Con un récord arrollador de 63-25 en la temporada regular, liderados por figuras como Robinson Canó, Río Ruiz, José Marmolejos y el tapatío Julián Ornelas, los escarlatas, bajo la dirección del experimentado Lorenzo Bundy, son una máquina ofensiva.
Su fortaleza en el Estadio Alfredo Harp Helú, donde abrirán los juegos 1 y 2 (10 y 11 de septiembre, 19:00 horas), los respalda. Pero, como diría un viejo aficionado, “en el béisbol, la grandeza no basta si el corazón no late”.
Los Charros de Jalisco, en cambio, son la sorpresa de 2025. Con un récord modesto de 46-46, se colaron al playoff con el sexto boleto tras vencer a Saraperos de Saltillo. Nadie apostaba por ellos.
“Charros no tiene nada que hacer ante Monterrey”, decían.
Pero, liderados por Benjamín Gil, considerado el mejor timonel del béisbol mexicano, dieron la campanada. Con cinco banderines en la Liga Mexicana del Pacífico (cuatro con Tomateros y uno con Charros en 2024-2025), Gil transformó un equipo inconsistente en una fuerza imparable.
En los playoffs, con 19 juegos (12 victorias, 7 derrotas), vencieron a Unión Laguna en un séptimo juego épico y humillaron a los Sultanes de Monterrey, líderes de la temporada con 55-37, en dos rondas (4-3 y 4-1). “El béisbol no miente: premia al que lucha”, diría Gil.
La hazaña de los Charros trasciende los números. Rompen una sequía de 54 años sin llegar a la Serie del Rey (desde 1971), su tercera final en la LMB (1950, 1971, 2025).
Son el único equipo que este año disputó la final de la Liga Mexicana del Pacífico, la Serie del Caribe y ahora la Serie del Rey, un logro histórico que los consagra como élite.
“Jalisco no juega solo por un trofeo; juega por su gente, por los que llenan el Panamericano con cánticos y banderas”, escribiría un cronista tapatío.
La serie, que continuará en el Estadio Panamericano de Zapopan (13 y 14 de septiembre, 18:00 y 17:00 horas, con un posible juego 5 el 15) y podría regresar a la capital (17 y 18 de septiembre), será una batalla épica.
Esta final es una fiesta nacional. El duelo enfrenta dos estilos: la solidez de Bundy, con su experiencia, contra el ímpetu de Gil, un motivador que levanta la autoestima de sus jugadores. En el diamante, como en la vida, gana quien entiende el alma de su equipo.
Este choque es más que deportivo; es una metáfora de México. Los Diablos representan la tradición y el poderío de la capital, un equipo que no admite derrotas. Los Charros encarnan la rebeldía tapatía, un conjunto que desafía pronósticos con garra.
La afición será clave. En Guadalajara, el Panamericano roza el lleno, respondiendo al llamado de Gil para hacer del estadio un volcán.
En la CDMX, los Diablos cuentan con un público leal que llena el Harp Helú. El béisbol es el pulso de un pueblo que se juega la gloria en cada lanzamiento. Los Charros necesitan consistencia en pitcheo y bateo oportuno para superar la historia de los Diablos. Los escarlatas deben evitar la complacencia ante un rival que crece bajo presión.
Cada juego será un capítulo de esta narrativa, donde el orgullo regional de Jalisco choca con la hegemonía capitalina. En esta Serie del Rey, el centenario de la LMB se celebra con un duelo que trasciende el marcador. Charros y Diablos nos regalan un espectáculo donde la estrategia, la pasión y el coraje decidirán al rey.
Diablos llega como favorito, como lo fue Monterrey ante Charros en los playoffs. “Sultanes no tiene rival”, decían, pero Jalisco bailó el jarabe tapatío en el Palacio Sultán. Con Gil al frente, Charros juega inspirado.
¿Lograrán los Diablos su corona 18 o veremos nacer a un nuevo titán de la LMB, como ya lo es Charros en el Pacífico?
El béisbol no tiene guion escrito; es un juego de valientes donde cada batazo escribe la historia.
Este miércoles es el primer juego, comienza esta leyenda. Que el diamante hable y que el corazón tapatío, con su afición rugiendo, deje una huella imborrable en esta batalla por la eternidad.