OPINIÓN
Sin apoyos las Escuelas de Tiempo Completo
Tercera Instancia, por Modesto Barros González //
Los flamantes y muy criticados gobiernos Federal y el de Jalisco, se niegan a dar recursos para las escuelas de tiempo completo, con todo y que legalmente debe de seguir la importante función para la educación pública.
Tanto el Gobierno de la República que desde hace más de tres años dirige Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como el sumiso Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez (EAR), hacen todo lo posible para que de un plumazo se “evapore totalmente” el sistema de educación en las Escuelas de Tiempo Completo (ETC).
El primer mandatario del país, consigue y tiene dinero para todo lo que han sido sus “prioridades”, sin importarle que ha tirado cientos de millones de pesos en lo que pareciera capricho.
Así tiene dinero para un nuevo aeropuerto el Felipe Ángeles, para ofrecer otro nuevo en las cercanías de Cancún, también para la costosa y errática construcción de la ruta férrea de lo que será el Tren Maya, otro barril sin fondo, pero con muchos recursos de los mexicanos es la edificación de la refinería de Dos Bocas, y ahora acaba de anunciar la construcción de un hospital general en Tula, Hidalgo, donde el expresidente Felipe Calderón ofreció una refinería de Pemex.
No hay que dejar a un lado el gastadero de dinero que ha hecho con la necedad de desaparecer el que fue avión presidencial y los constantes fracasos que ha tenido en mandarlo a Estados Unidos, intentar venderlo y hasta rifarlo con la orden tajante que le dictó a la Lotería Nacional para la Asistencia Pública (LN).
Se puede decir que de los primeros gastos suntuosos que ordenó AMLO, ha sido la remodelación y equipamiento del Palacio Nacional, para convertirlo como hace muchos años se utilizó para la máxima persona del poder en turno y parece que no se quiso quedar atrás y opera como un verdadero Palacio, con lujos que pocos mandatarios del mundo pueden disfrutar.
Se nota que la gran residencia que se denominaba Los Pinos, en las inmediaciones del Bosque de Chapultepec, se le hizo con pocas comodidades y esplendores como debe merecer.
Está demostrado que el dinero lo consigue cuando quiere y así ha tenido para mandar millones de pesos para el apoyo a algunos países, autorizar indirectamente que le cambien de vehículos blindados para sus traslados y de sus funcionarios, así también destinar apoyos a grupos de su simpatía, como los maestros afiliados a la conocida Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), los cuales cuando algunos de sus líderes requieren mayor presupuesto, organizan con los estudiantes bloqueos de carreteras o de vías ferroviarias, como tantas veces ha ocurrido en el Estado de Michoacán.
El Presidente parece tener poco interés para que esas personas cumplan con la ley y sobre todo no perjudiquen a los usuarios y empresarios que son los realmente afectados con sus manifestaciones de más dinero, que casi siempre consiguen salirse con la suya.
En fin el dinero que debe manejar con toda responsabilidad la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, desgraciadamente es manejado como si fuera propiedad de la llamada 4T (cuarta transformación), ante la complacencia de los integrantes del poder legislativo federal, que en su mayoría tienen el compromiso con su “jefe” para no cuestionar las multimillonarias operaciones que ha ordenado.
Cabe señalar que no se puede decir y menos comprobar el desvío de recursos, pero se debe investigar a fondo cómo y en qué se está gastando tanto dinero y para apoyar el Sistema de Escuelas de Tiempo Completo, no le quiere o no le gusta otorgar.
Cosa muy similar y posiblemente para que no se enoje AMLO, ha hecho el gobernador de Jalisco, quien se ha endeudado en repetidas ocasiones.
Por cierto vale la pena leer la columna El Repique, en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara, donde se comenta el negocio que se hace para algunos por la “recaudación” que hacen quienes prestan el servicio de transporte en la Zona Metropolitana de Guadalajara, con los 50 centavos que se quedan y no lo devuelven como es su obligación.
En el referido medio de comunicación, se estima que desde la fecha de obligación para el pasaje de 9 pesos 50 centavos, quedan “volando” 50 centavos y al no haber moneda fraccionaria y menos voluntad del gobierno o de los camineros y choferes, se han quedado en unos 600 millones de pesos durante ese tiempo.
Según un especialista consultado por ese Semanario católico, con las “modernas” alcancías que desde el primero de agosto se colocaron en los camiones y que tampoco entregan el cambio cuando les depositan monedas de 10 pesos de valor, representa una indebida ganancia extra de un millón 171 mil pesos, para dividirse quién sabe entre cuantos funcionarios y empleados.
Así que del dinero recabado indebidamente, parece que “nadie sabe, ni nadie quiere saber” pero mientras que se sigan amolando los cientos de miles de usuarios, sin que exista voluntad para solucionarlo el flamante gobierno estatal.
