OPINIÓN
Sufre la economía de Occidente: La superioridad rusa da vuelta a la economía occidental

Economía Global, por Alberto Gómez-R. //
La relación entre economía y guerra es intrínseca. Las disputas territoriales humanas desde tiempos inmemoriales se deben a la pertenencia y posesión de un territorio primeramente; el hombre primitivo luchaba contra otros clanes para conservar –o conquistar- territorios con todos los bienes que contenía, ya fuera una fuente de abastecimiento de agua, de alimento o simplemente un refugio.
Esto no ha cambiado en el transcurrir de miles de años: la codicia por la obtención de riquezas sigue impulsando al ser humano a luchar entre sí para quitarle lo que el otro posee. La evolución de la humanidad, también trae consigo la transformación de las sociedades, la economía, cultura y visiones, y por ende la complejidad de las guerras crece y se sofistica.
Nada menos que durante el siglo XX y lo que va del XXI se ha visto este desarrollo en la complejidad de los conflictos bélicos, escalando de armas de fuego básicas (Primera Guerra Mundial 1914-1918), pasando por la sofisticación tecnológica de la invención de armas de guerra más poderosas y destructivas como la bomba atómica (Segunda Guerra Mundial 1939-1945), la de hidrógeno o de neutrones; los avances armamentísticos impulsados por el afán de superioridad sobre sus rivales marcaron la pauta para el desarrollo de nuevas tecnologías, incorporando la propulsión a chorro –desarrollada por la carrera aeroespacial- a las armas de destrucción masiva, logrando que las bombas fueran transportadas por misiles (proyectil autopropulsado por cohete o motor de reacción, que puede ser guiado durante toda o parte de su trayectoria).
Existe una gran variedad de misiles, desde los de tipo crucero, balísticos, antiaéreo, antimisil, antitanques, antibuques, así como distintas capacidades de carga (explosivos, armas químicas, biológicas, armas no convencionales, y ojivas termonucleares; así mismo, el alcance de los misiles es muy variado, desde las distancias cortas, hasta los misiles intercontinentales.
Un misil balístico intercontinental o ICBM (siglas del inglés Inter-Continental Ballistic Missile) es un misil de largo alcance, más de 5500 kilómetros en promedio; EE.UU., Corea del Norte, China y Rusia poseen misiles con alcance de hasta 17000 kilómetros.
En la actualidad sólo 8 países tienen sistemas de misiles balísticos intercontinentales: Estados Unidos, Rusia, China, Corea del Norte, Reino Unido, Francia, Pakistán e India.
El desarrollo de tecnología militar armamentística tiene por objetivo demostrar la superioridad de unos sobre otros, y en algunos casos, apalancar su economía a base de la intimidación, como ha hecho Estados Unidos desde hace décadas; así, el dólar estadounidense se ha mantenido aún como la moneda de reserva más utilizada, y quienes han osado desafiar el statu quo han sido aplastados por la furia de la ambición con las armas más sofisticadas que su ejército posee, incluso aquellas no permitidas por la Convención de Viena, pero que sin importar dichos acuerdos, han arrasado con cientos de miles de vidas humanas, incluso inutilizando permanentemente a miembros de su propio ejército.
Esta unipolaridad que marcó la pauta en todos aspectos no sólo en el hemisferio occidental, sino también en el oriental, llegó a su fin. El conflicto bélico de Rusia-Ucrania no ha hecho más que acelerar el proceso de deterioro de un imperio en agonía, y las razones saltan a la vista de manera muy obvia: si EE.UU. aún fuera la máxima potencia mundial, en primer lugar Rusia no se hubiera atrevido a apoyar la adhesión de la península de Crimea a su territorio en 2014, lo que significó un duro golpe para los intereses anglosajones.
Ahora, en la guerra por la recuperación del territorio que formó parte de Rusia desde el siglo IX y cuyos orígenes étnico-raciales son ancestralmente rusos, EE.UU. a través de su brazo armado en Europa, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), pretendía hacerse del territorio ucraniano para tener una cómoda posición estratégica sobre la Federación Rusa.
Sin embargo la previsión de los rusos le está ganando la partida a los anglosajones, ya que poco a poco el ejército ruso continúa avanzando en la conquista de Ucrania y, aunque un poderoso bloque de naciones occidentales y aliados orientales han apoyado el bloqueo económico a Rusia, ciertamente no les ha resultado favorecedor y ninguna de estas naciones se ha atrevido a desafiar al poder militar de Rusia, que cuenta con las armas más tecnológicamente avanzadas con un poder nunca visto ni imaginado por Washington, sus más acérrimos rivales.
Aunado a lo anterior, el fortalecimiento del rublo como divisa en el comercio internacional de hidrocarburos, la autosuficiencia alimentaria, la vasta gama de recursos naturales -incluyendo el hídrico- la alta dependencia europea de los petrolíferos y gas natural rusos, y su historia de lucha y resistencia como pocas en la historia, han hecho que Rusia no se doblegue ante las sanciones políticas y económicas de Occidente, al contrario, ha logrado que su superioridad estratégica haya impactado duramente en sus rivales.
Poco a poco, países del bloque de la OTAN han optado por matizar su relación con la Federación Rusa, ya que la falta de gas natural ruso, ha hecho tambalear a la debilitada economía europea luego de la recesión sufrida por la pandemia del covid-19.
En medio de las duras críticas del canciller alemán Olaf Scholz al presidente ruso Vladimir Putin, las importaciones de Alemania procedentes de Rusia sumaron en los cuatro primeros meses de 2022 un total de 15.800 millones de euros, cifra que representa un aumento del 59,9% en comparación con el mismo periodo de 2021, mientras que las exportaciones germanas con el mercado ruso hasta abril alcanzaron los 6.600 millones de euros, un 22,6% menos. Eso sí, en términos mensuales -en comparación de abril con marzo de 2022-, las importaciones desde Rusia retrocedieron un 16,4%, hasta los 3.700 millones de euros, según los datos publicados por la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas dijo hace unos días que el gobierno de Joe Biden apoya la comercialización de cereales y fertilizantes rusos para hacer frente a la creciente inseguridad alimentaria mundial provocada por la guerra en Ucrania.
Linda Thomas-Greenfield dijo a los periodistas en la sede de la ONU que no hay sanciones de Estados Unidos sobre los envíos de cereales y fertilizantes rusos, pero dijo que las empresas están “un poco nerviosas” y han estado refrenándose.
Thomas-Greenfield dijo que Estados Unidos está preparado para dar “cartas de patrocinio” a los exportadores de cereales y fertilizantes, y a las compañías de seguros, con el fin de ayudar a sacar de Rusia los productos agrícolas que tanto se necesitan. (latimes.com)
Rusia redujo la semana pasada los suministros de gas a cinco países de la Unión Europea, incluida Alemania, la economía más grande del bloque de 27 países y que depende mucho del gas de Moscú para generar electricidad y mantener su industria en marcha.
La gigante energética estatal rusa Gazprom ha cortado un 60% del suministro del gasoducto Nord Stream 1, el ducto de gas natural más grande de Europa y que pasa por el Mar Báltico, de Rusia a Alemania. Italia ha visto su suministro reducido a la mitad. Austria, República Checa y Eslovaquia también han visto reducciones. A eso se suman los cortes a Polonia, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Francia y Holanda en las últimas semanas.
La reacción rusa ante las sanciones accidentales que les han sido impuestas no se ha dejado esperar, cuyas consecuencias pueden tener altos costos económicos y políticos para los líderes europeos, que enfrentan ahora una emergencia energética y el invierno acercándose mientras sigue sin verse una salida al conflicto ruso-ucraniano.
El bloqueo económico impuesto a Rusia ha incrementado sensiblemente los repuntes inflacionarios en todo el mundo, lo que ha obligado a los bancos centrales a subir sus tasas de interés, lo que en teoría es una solución para contener la inflación, pero que en la práctica, bajo el contexto económico actual, es una medida bastante discutible.
Lo cierto es que los incrementos en el costo de los créditos y la devaluación de algunos instrumentos de inversión, han alcanzado ya a países en vías de desarrollo como México, cuyo banco central (Banxico) anunció el alza en su tasa de interés en 0.75 puntos, siguiendo la estrategia de la Fed (banco central estadounidense) para tratar de contener la aspiral inflacionaria ascendente; sólo el tiempo y contextos de los futuros escenarios definirán si esta estrategia fue adecuada en tiempos de una gran complejidad económica nunca antes vividos.
CARTÓN POLÍTICO
Edición 807: Magistrada Fanny Jiménez revoca rechazo de pruebas y defiende Bosque de Los Colomos
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LAS NOTICIAS PRINCIPALES:
Crónica de una semana tensa en la UdeG: La rebelión estudiantil que desafía a la FEU
NACIONALES
Buscan cubrir a AMLO en actos de corrupción

– De Primera Mano, por Francisco Javier Ruiz Quirrín
UNA DE LAS evidencias de que el sistema político del México de nuestros días es parecido al PRI hegemónico de hace 50 años es el combate a la corrupción de acuerdo a intereses políticos del grupo en el poder, con una gran diferencia ahora: Los funcionarios de primer nivel son intocables.
No hubo un solo presidente de la república de aquel viejo PRI, que no impusiera su voluntad y enviara un mensaje a la clase política de que había un nuevo líder en Los Pinos. Las demostraciones incluían cárcel para figuras de alto nivel. Así, estuvieron tras las rejas el senador Jorge Díaz Serrano, director de PEMEX, con el presidente José López Portillo, varios gobernadores y hasta un hermano del presidente Carlos Salinas, Raúl.
A partir del año 2018, el hombre que tuvo como lema de campaña presidencial el ataque a la corrupción, Andrés Manuel López Obrador, en los hechos cubrió a los corruptos de primerísimo nivel.
Solo dos botones de muestra: Ignacio Ovalle Fernández, director de SEGALMEX, y Manuel Bartlett Díaz, director de la Comisión Federal de Electricidad. Aplicó la máxima de Benito Juárez: “A los amigos, perdón y gracia; a los enemigos, la ley a secas”.
Entre los enemigos actuó contra Emilio Lozoya, director de PEMEX con el presidente Peña Nieto, acusado de haber recibido sobornos de una empresa petrolera del Brasil, pero al final del día su gobierno acordó y el acusado está en casa.
El cinismo de AMLO incluyó su admisión de la existencia de corrupción en Segalmex, cuyo desfalco rebasó los 15 mil millones de pesos, pero justificó a Ovalle diciendo que este último “había sido engañado por sus subalternos”.
Increíble lo anterior, sobre todo para quien, durante una “mañanera” del año 2019, aseguraba que no hay persona mejor informada que el presidente de la república y que si había corrupción entre los funcionarios, “era porque el jefe, el presidente, estaba enterado”.
En los días que vivimos, el caso del “huachicol fiscal” operado por altos mandos de la Marina Armada de México nos pone sobre la mesa la enorme probabilidad de que no solo el general secretario del ramo con López Obrador, sino también este último, pudieran haber sido enterados y haber permitido el enorme peculado.
Imposible no reparar en las declaraciones del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien el pasado domingo declaró que Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina en el sexenio obradorista, había denunciado “problemas” y que por ese motivo la Fiscalía General de la República se había adentrado en la investigación que hoy tiene por resultado la persecución de cuando menos 200 personas, entre militares, servidores públicos y empresarios.
Los hechos sobre tal ilícito empezaron a trascender a los altos mandos militares cuando Rubén Guerrero Alcántar, vicealmirante y exdirectivo de una aduana en Tamaulipas, redactó una carta que llegó a manos del general secretario Ojeda Durán, en la que señalaba directamente a Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, de encabezar una red de “huachicoleo fiscal”.
Los hermanos Farías, originarios de Guaymas, Sonora, son sobrinos de Ojeda Durán. Guerrero Alcántar fue asesinado el 8 de noviembre del 2024 en Manzanillo, Colima. El volcán de corrupción denunciado hizo erupción al descubrirse un buque con diez millones de litros de combustible introducido sin pagar impuestos en Tampico, Tamaulipas, el pasado mes de mayo, seguido de otros descubrimientos similares en Ensenada, Baja California, y el trascendido de que ese combustible había tocado la bahía de Guaymas en Sonora.
En sus declaraciones sobre el tema, Gertz Manero subrayó que cuando el general secretario Ojeda denunció “problemas en la Marina”, lo hizo en términos generales sin hacer referencia a sus sobrinos. A su lado, en esa conferencia de prensa del pasado domingo, el titular de seguridad pública, Omar García Harfuch, dijo que no se podía condenar a toda una institución por los errores cometidos por algunos de sus integrantes.
Horas después, en su “mañanera”, la presidenta Claudia Sheinbaum refrendó la defensa. Para el general exsecretario, recordando que lo importante era la investigación y, sobre todo, las pruebas para demostrar los dichos.
La lógica indica una posibilidad de involucrar a Rafael Ojeda Durán en el escándalo mayúsculo de los hermanos Farías Laguna y otros implicados; golpearía directamente la humanidad de López Obrador.
Es mucho más conveniente enviar el mensaje de ataque a la corrupción, aprehendiendo y enjuiciando a “peces menores”. Ahí se registra una diferencia con el pasado reciente.
Durante el sexenio 2018-2024 se cubrió la corrupción en vez de combatirla. En este sexenio de la presidenta Sheinbaum sí se está combatiendo la corrupción pero cuidando la imagen de quien ahora vive en Palenque.
Lo anterior significa la imposibilidad de señalar y encarcelar a un exsecretario en cualquiera de sus ramos.
Para el lado oficial, resultan muy lejanas y “casi en el olvido” aquellas palabras de AMLO en una de sus “mañaneras” del año 2019: “El presidente de México está enterado de todo lo que sucede y de las tranzas grandes que se llevan a cabo”.
JALISCO
¿Legalidad? pero sin integridad

– Opinión, por Gabriel Torres Espinoza
¿Por qué se critica tanto al Tribunal de Justicia Administrativa (TJA)? Porque se ha transformado en fábrica de sentencias “ajustadas a derecho”, ¡pero profundamente injustas! Asisten al ‘indebido proceso’ y ceden al “daño patrimonial” causado por los ‘desarrolladores’.
Los derechos colectivos —aire limpio, agua, movilidad, biodiversidad— se reducen a bienes menores, sacrificables en nombre de una supuesta certeza jurídica para el ‘inversionista’.
Lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordó es que tienen la obligación jurídica de prevenir, mitigar y remediar daños ambientales por su impacto directo en los derechos humanos.
Bajo esa luz, cada fallo del TJA que antepone la rentabilidad de un fraccionamiento sobre la preservación de un bosque o de un área natural protegida, no es solo un despropósito local, sino una violación a compromisos internacionales y a los derechos fundamentales de la ciudadanía.
La prensa ha documentado el incremento de litigios contra la planeación urbana, hasta el punto de que este Tribunal se tornó en el espacio donde los corruptores desfilan a desmontar planes de desarrollo, debilitando la ordenación del territorio con fachada de legalidad. Se trata de un tribunal que privilegia la letra procesal, sobre el sentido integral de la planeación. Lo que se produce es una ciudad fragmentada, desigual, en la que cada vez es más difícil trasladarse y vivir.
La responsabilidad social de este Tribunal es mayor, pues el TJA es la última instancia. Las decisiones que dicta son definitivas y obligatorias. Sus resoluciones no pueden recurrirse, y sus magistrados no rinden cuentas a nadie. Allí donde se concentra el poder de decidir el futuro urbano, se concentra también la tentación de la corrupción.
Por eso el TJA no solo refleja, sino que encarna hoy el mayor riesgo estructural para el derecho a la ciudad y al medio ambiente, porque cada vez que dicta una sentencia que habilita lo prohibido, que desprotege los recursos naturales, destruye algo más que territorio; destruye la confianza en la idea misma de justicia. Su propia legitimidad social.
Los jueces no deben limitarse a aplicar reglas, sino decidir con base en principios que aseguren el bien superior a la ciudad. La legalidad, sin integridad, degrada la justicia. Básicamente, porque transforma el tribunal en una coraza de impunidad.
En este órgano jurisdiccional, hemos visto cómo se ha vuelto norma la confusión entre legalidad procedimental y justicia, con resoluciones fundadas y motivadas en lo formal, pero que producen resultados injustos y muy lesivos para la sociedad.
Sentencias “apegadas a derecho” que, sin embargo, devastan áreas naturales, desmantelan planes urbanos, causan más colapso vial y profundizan la desigualdad. No perdamos de vista que esa sociedad, la que sufre las consecuencias, es justamente la que dotó a estos magistrados de su investidura, y a la que debieran rendir cuentas, a través de los poderes constituidos de Jalisco.
La diferencia entre un tribunal de justicia y uno de derecho se vuelve aquí fundamental. El primero busca armonizar la norma con el desarrollo sustentable de la ciudad; el segundo la aplica sin importar que destruya bosques, colapse vialidades o afecte a comunidades enteras.
El primero protege a la ciudad; el segundo protege contratos y escrituras privadas. El primero es garante de ciudadanía; el segundo, como en Jalisco, es agente de plusvalía y el principal agente corruptor contra el ordenamiento territorial.
A la luz de las actuaciones del TJA, surge hoy una pregunta colectiva, inevitable y perturbadora: ¿Cuál es la utilidad social de un tribunal del que debemos defendernos todos para poder preservar la ciudad? Si el órgano llamado a garantizar justicia es el principal mecanismo de despojo legalizado; si en lugar de proteger a la colectividad protege a los desarrolladores; si en vez de equilibrar el interés privado con el bien común se ha dedicado a corroerlo, entonces su existencia no responde al poder público, sino a los negocios que lo corrompen.
Un tribunal así no es garante de derechos, ni de justicia administrativa; sino una auténtica amenaza permanente contra ellos, misma que estaríamos obligados a enfrentar como sociedad, y desde el gobierno.
JALISCO
UdeG, los golpes que sustituyen el diálogo: ¡Qué falta hace Raúl!

– Crónica de Pacheco, por Daniel Emilio Pacheco
La Universidad de Guadalajara, esa institución que presume de ser la “casa de la cultura” y el “espacio del pensamiento crítico”, se ha convertido principalmente los últimos días en escenario de lo que mejor ilustra su contradicción: los golpes sustituyendo a la palabra, la represión disfrazada de orden académico y la violencia encubierta tras comunicados oficiales firmados por nadie que se haga responsable… llenos de buenas intenciones sin nada de autocrítica.
Lo ocurrido en el CUCSH y en el CUCEI en estos días no es un accidente ni un exabrupto aislado: es la expresión de una estructura política enquistada que se resiste a morir.
Los funcionarios que deberían administrar aulas y presupuestos han terminado con las manos metidas en la gresca. No es metáfora: ahí están los videos donde José Antonio González Orozco, alias “Pepino”, antiguo operador de la FEU que ahora cobra como jefe del complejo deportivo, aparece repartiendo manotazos contra los estudiantes que exigían elecciones limpias. No fue diálogo, fue puño.
Y mientras tanto, la Rectoría General guarda silencio. Una omisión que grita más fuerte que cualquier consigna. Porque si los estudiantes pintan un muro, la indignación institucional es inmediata; pero si un funcionario golpea a los alumnos, la sanción se pierde en el laberinto del archivo muerto, asegurando las protecciones para quienes, en nombre de la “institución”, repartan golpes a los alumnos inconformes.
Encapuchados que lanzan mobiliario, vacían extintores y rodean a estudiantes en paro. Los testimonios y las imágenes difundidas no dejan lugar a dudas: la violencia tiene rostro, y varios de esos rostros se identifican con la vieja militancia de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), ese brazo corporativo que durante décadas ha operado como correa de control a favor del grupo universitario en el poder.
Pero también aparecen los rostros de grupos políticos externos que han participado en movimientos políticos universitarios sin llegar a ser de los “ungidos”, pero que, ahora apoyados por un personaje de la estructura universitaria, vuelven a buscar un lugar en el feudo.
Se habla de “diálogo” en los comunicados, pero en los pasillos los que dialogan son los puños. La contradicción es evidente: las autoridades centrales rechazan la violencia en boletines, pero sus hombres de confianza y familiares aparecen entre los agresores.
Lo que demandan los estudiantes no es menor: baños dignos, comedor subsidiado, protocolos contra acoso, contratación estable de docentes, transporte seguro, participación real en las decisiones universitarias. No son exigencias revolucionarias, son derechos elementales que cualquier institución pública debería garantizar sin necesidad de paros ni barricadas.
¡Ojo! La petición de tener un área para fumar mariguana es simplemente una charlotada que en ninguna circunstancia puede proceder; sean serios si quieren ser tomados en serio como disidencia.
Pero el punto neurálgico, el que prende las alarmas en los pasillos del poder, es la exigencia de cancelar las elecciones del Consejo General Universitario y limitar la intervención de la FEU. En otras palabras: quitarles el monopolio de la representación. Y eso, para los jefes y jefas universitarios, es inadmisible.
Mientras las pedradas y los empujones manchan el nombre de la UdeG, la rectora general Karla Planter ha optado por la estrategia del silencio. No se presenta a dialogar, no encabeza el proceso, no frena la violencia. Desde su llegada, “La Planter” solo ha servido como la imagen que asiste a reuniones y eventos sociales, pero, en todo este tiempo, usted no va a encontrar UNA situación en la que la primera mujer rectora de la UdeG hubiera destacado por su capacidad de decisión y liderazgo; lo peor, NINGUNO de su equipo ha ocupado el lugar de liderazgo y decisión que la UdeG requiere.
En esta ocasión, parece que la rectora espera que el tiempo, las fiestas patrias o el desgaste natural diluyan la protesta, si es por recomendación estratégica, queda claro que, ¡Su asesor le odia!
Lo extraño es que los choques más fuertes ocurrieron justo en los días en que Planter se ausentó, ¿casualidad o decisión de quien sabia no estaría disponible la rectora? Coincidencia que huele a cálculo: dejar que otros enciendan el fuego para luego presentarse como bombera institucional o la aparición de un “líder” que rescate la situación.
Mientras, el equipo de comunicación externo que apoya a los disidentes a manejado bien las notas en los principales medios de comunicación alertando a la ciudadanía de lo que pasa al interior de la Universidad a la que asisten sus hijos, generando buenas piezas de comunicación visual en redes con mensajes claros y específicos que pueden digerir e indignar los consumidores de TikTok, X, Facebook e Instagram. Logrando en días lo que el viejo sistema de comunicación universitario no ha podido lograr, UN mensaje que permee a nivel social, porque desde sus oficinas, los dirigentes universitarios repantigados creen que la gente común está esperando leer el más reciente comunicado pagado por los “abajo firmantes”, que servirá de indicación de lo que se debe creer y entender.
El saldo es claro: estudiantes golpeados, aulas cerradas, comunidades académicas divididas, puertas de ingreso soldadas y una autoridad que administra comunicados -Muy malitos, por cierto- mientras sus operadores administran golpes y porras —siempre los mismos rostros en escena desde hace años, por cierto—.
La Universidad de Guadalajara enfrenta un espejo incómodo: aquel en el que se refleja como un aparato político que prefiere la represión a la reforma, la simulación a la democracia y la obediencia ciega a la crítica estudiantil… Oiga, ¿ya se dio cuenta de que en toda esta rebatinga la FEU tampoco ha aparecido? Y no me refiero a otro comunicado anodino firmado por la “primera mujer presidenta de la FEU”, yo hablo de esa estructura política de estudiantes que defiendan sus procesos por democráticos y transparentes, y den la cara por sus líderes que saben que los representan.
¡Bueno! Hasta los centros universitarios tienen que ser defendidos por grupos externos porque los flamantes “rectores” carecen de equipo que les respalde. Lo bueno es que la disidencia avisa con tiempo sus manifestaciones; si atacaran al mismo tiempo, se quedarían con varios centros universitarios, pues los rectores no alcanzan a defender ni su oficina. ¿O será que las manifestaciones están muy bien ordenadas en tiempo y lugar desde dentro de la misma UdeG para propiciar la aparición de un “líder” solucionador?
Las siguientes semanas serán importantes en esta historia, porque lo que está en juego no es solo un proceso electoral universitario, sino la credibilidad de una institución que presume autonomía, pero se comporta como un feudo… Donde cada vez es más recurrente escuchar: ¡Qué falta nos hace Raúl!
En X @DEPACHECOS